Capítulo 11 VIERON LLORAR A UN ÁNGEL

Sus alas, de blanquísima pulcritud, se extienden cuál manto cobija a un pequeño dormido; en su cabeza una diadema de flores y luz adorna su hermoso rostro y brillante cabello; sus vestidos exquisitos, se ciñen a cada curvatura de su cuerpo, haciendo de este hermoso ser una visión irreal, un espejismo de incalculable belleza, estructura perfecta, li

            
            

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