Corazones de hielo
img img Corazones de hielo img Capítulo 4 IV
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Capítulo 6 Estudiante nuevo img
Capítulo 7 Misterios de la vida img
Capítulo 8 Flor de origami img
Capítulo 9 Rogando por un beso img
Capítulo 10 La última sonrisa sincera img
Capítulo 11 Una buena acción inesperada img
Capítulo 12 El traje misterioso img
Capítulo 13 Encuentro furtivo img
Capítulo 14 Todo normal img
Capítulo 15 Verdades que duelen y rumores que matan img
Capítulo 16 Un día para olvidar img
Capítulo 17 Pacto img
Capítulo 18 Buscando problemas img
Capítulo 19 Encuentro clandestino img
Capítulo 20 Mía img
Capítulo 21 Venganza img
Capítulo 22 Un mentira peligrosa img
Capítulo 23 Repercusiones indebidas img
Capítulo 24 Siempre ella img
Capítulo 25 Atravesando su armadura img
Capítulo 26 Secretos bien guardados img
Capítulo 27 Más preguntas y menos respuestas img
Capítulo 28 Una verdad cruda img
Capítulo 29 Prejuicios justificados img
Capítulo 30 Las palabras duelen img
Capítulo 31 ¿Adiós img
Capítulo 32 De lejos img
Capítulo 33 Amiga img
Capítulo 34 Consciencia img
Capítulo 35 Día de lluvia y carnaval img
Capítulo 36 La primera vez - Parte I img
Capítulo 37 La primera vez - Parte 2 img
Capítulo 38 La primera vez - Parte 3 img
Capítulo 39 La primera vez - Parte 4 img
Capítulo 40 La primera vez - Parte 5 img
Capítulo 41 Epifanía - Parte 1 img
Capítulo 42 Epifanía - Parte 2 img
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Capítulo 4 IV

Hace un año.

Damon me presenta a varios de sus amigos mientras me pone al día con el funcionamiento del lugar. Efectivamente, todos son chismosos y todos conocen a todos. En las fiestas aparecen todos los adolescentes de la ciudad y la escuela es tan pequeña que ni siquiera tiene un casino real porque los estudiantes van a comer a sus casas.

Me cuenta otras cosas del equipo de hockey y me doy cuenta de que hay una chica en particular de su grupo de amigos que no está nada contenta con la atención que él me está dando. Su nombre es Evangeline y no deja de escrutarme con la mirada como si esperara a que simplemente desapareciera de ahí, pero decido ignorarla porque no tengo ganas de meterme en pleitos con nadie cuando todo está yendo de maravilla. Luego me entero de que no solo Evangeline parece no soportarme, sino que es hija de la entrenadora del equipo de patinaje y tendremos que vernos las caras a menudo. Sé que debo intentar ponerme en su lado amable, pero enseguida me doy cuenta de que este no es el momento.

Cuando la noche ya se encuentra completamente posada sobre nosotros, yo ya estoy pasando la cerveza sin problemas a través de mi garganta. Damon tenía mucha razón cuando dijo que ebria no notaría el sabor.

-Y dime, Blake, ¿algún novio de vuelta en Quebec?

Parpadeo rápidamente e intento enfocar mis pensamientos arrastrados por el alcohol en mi sangre. ¿Está coqueteando conmigo? ¿Pregunta porque quiere saber si estoy soltera o solo es una pregunta completamente platónica para hacer conversa amena? No estoy muy segura. Nunca he coqueteado con un chico, ni siquiera he tenido un amigo heterosexual en mi vida, así que el hecho es tan nuevo como esta ciudad. Estoy completamente fuera de mi elemento.

-No, para nada. Solo amigas cercanas.

-¿Amigas?

-Uhm... sí, solía ir en una escuela de niñas.

Damon me mira como si la idea le pareciera aberrante.

-Eso es horroroso.

-En ese entonces parecía algo normal -me encojo de hombros; el alcohol haciendo que sea fácil confesar cómo me siento-, pero tengo que admitir que ahora, estando aquí, es extraño.

Damon asiente y toma otro sorbo de jugo sin dejar de mirarme. Me siento completamente cohibida, pero al mismo tiempo el alcohol me da la fuerza para mantener su mirada. Si Damon intentara besarme ahora lo dejaría, y mi primer beso sería con el chico más guapo y encantador que hubiese conocido nunca. ¿Se podía poner mejor que eso? Por un momento, casi agradecía que papá nos hubiera dejado.

Bueno, no a ese punto, pero finalmente las cosas parecían mejorar.

-Puede ser un poco difícil aquí, ¿sabes? Esta ciudad es muy hermética. No nos gustan los desconocidos.

-Lo he notado.

-Pero no te preocupes, Blake, me encargaré de que te sientas bienvenida -me sonríe y yo le sonrío de vuelta. Pareciera que le gusto, pero no quiero afirmar nada aún.

Damon mi invita a dar una vuelta por el lago después de eso y yo acepto más que dispuesta. A medida que caminamos, me cuenta un poco más acerca de la escuela, del equipo de hockey y de sus amigos. Me cuenta que le gusta tocar el piano en sus tiempos libres y eso me confirma por qué sus manos se asemejaban a las de un pianista. Puedo imaginarme que sus largos y elegantes dedos pueden tocar hermosas melodías.

Le cuento un poco más sobre mi vida en Quebec. Parece interesado en el hecho de que haya asistido a un colegio solo de chicas. Al parecer, él pensaba que esas cosas ya no se daban en Canadá, pero papá siempre había tenido un montón de dinero y me había enviado a la mejor escuela privada de la región, una de las pocas que aún no traspasaban su modalidad de enseñanza a mixta.

Por alguna razón, no me da vergüenza contarle a Damon que mi padre nos abandonó y por eso hemos terminado aquí. Quizás es por el alcohol o quizás porque es la única persona con la que he tenido una conversación en meses además de mamá, pero de la forma que sea, Damon sabe escuchar y no me juzga.

-Eso apesta, Blake. Tu padre deber ser uno de los mayores idiotas de los que he tenido la pena de escuchar.

-Lo es -suspiro, rendida-, pero ya no hay nada que pueda hacer al respecto. Lo cierto es que no quiero hablar de papá.

-Entendible -afirma-. De todas formas, me alegra que las cosas hayan mejorado un poco.

-Gracias, Damon. ¿Sabes? Eres la primera persona con la que hablo de esto.

-Me siento alagado. Gracias por confiar en mí.

-¿Puedes mantener el secreto? No quiero que todo el mundo se entere de las proezas de mi familia.

-Seré una tumba.

            
            

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