Capítulo 9 Ven al hotel, Ryan

Muchas celebridades de Ciudad F fueron invitadas a la boda de Ryan y Jennifer. Aunque este no estaba contento con el procedimiento, de todas formas asistió y saludó, con cara de piedra, a los invitados que pasaban junto a él. A pesar de ser su propia boda, no se podía ver ningún rastro de felicidad en su fría expresión.

Viendo que el novio ya estaba allí, todos estaban atentos a la llegada de la novia.

Hasta ese momento, Jason había estado ocupado charlando con algunos viejos amigos. Shemar le dijo que solo el novio había aparecido, mientras que la novia no estaba en ninguna parte. Ni siquiera Elliot, el padre de esta, había llegado.

El anciano frunció el ceño con disgusto y llamó a su nieto para que acudiera a él. "Ry, ¿dónde está Jennifer?".

Según la costumbre, ¿no debería ir a la residencia de la familia Lu a recoger a la novia y luego venir aquí a recibir a los invitados con Jennifer a su lado?

Ryan se metió las manos en los bolsillos y dijo casualmente: "Ella dijo que vendría aquí sola. No sé lo que está pasando".

Este matrimonio no era lo que el chico había previsto originalmente para él, así que accedió sin dudarlo cuando Jennifer le propuso la noche anterior a través de un mensaje de texto ir al lugar de la boda sola.

"Oh, bueno". Al escuchar la respuesta de este, Jason solo suspiró suavemente. Luego se volvió hacia Shemar y le dijo: "Llama a la familia Lu y pregunta qué está pasando".

Él sabía lo infeliz que era su nieto, pero pensaba que nada más importaba mientras pudiera casarse obedientemente.

Shemar asintió y se apartó para hacer la llamada, pero nadie contestó. Su cara se oscureció de repente, se inclinó y susurró al oído del anciano para explicarle la situación.

El rostro infeliz del abuelo se tornó frío.

'¿Qué diablos está pasando con la familia Lu?'.

Entonces le hizo un gesto a Shemar para que siguiera tratando de comunicarse con ellos. Luego le pidió a Ryan que fuera a la residencia de la familia Lu en persona, pero él se negó.

Se dio la vuelta y se fue a un rincón. Su actitud completamente indiferente enfureció a Jason. Al final, no tuvo más remedio que ordenarle a su gente que fuera a la residencia de la familia Lu para averiguar la situación.

Con el paso del tiempo, los invitados comenzaron a notar que algo andaba mal. Especulaban entre susurros sobre la novia desaparecida.

El rostro de Jason se ensombreció por lo que estaba pasando.

Esa vez, el teléfono de Ryan vibró en su bolsillo y miró la pantalla para saber quién llamaba. Como era de esperar, era Jennifer, la protagonista del día que había desaparecido silenciosamente. Con una mueca de desprecio en sus labios, él rechazó la llamada sin dudarlo.

Su teléfono sonó muchas veces después de eso, la misma cantidad de veces que él rechazó las llamadas.

Como probablemente sabía lo que él estaba haciendo, Jennifer dejó de ser terca y entonces le envió un mensaje.

"Si no quieres que la familia Gu sea ridiculizada por otros, debes venir inmediatamente a la habitación 9023 del Hotel DH", decía el mensaje.

Entrecerrando los ojos, Ryan borró el texto con frialdad y se quedó quieto, perdido en sus pensamientos. Después de un tiempo, se enderezó, caminó hacia Jason y le dijo: "Abuelo, encontré a Jennifer. La recogeré de inmediato".

No podía sacarse el mensaje de la mente. Por el bien de la reputación de su familia, tenía que ir personalmente aunque Jennifer le estuviera gastando una broma.

Aun con una expresión de enojo, Jason no perdió los estribos frente a la multitud. Solo agitó la mano, ordenando sin palabras a su nieto que se fuera rápidamente y volviera tan pronto como pudiera.

Justo cuando este se iba, Elliot finalmente apareció, y pasó junto a él con ira en su rostro. Un camarero lo llevó hasta donde estaba el anciano. Sin embargo, Ryan no lo vio, así que fue directamente a la habitación 9023 del hotel DH. En el momento en que abrió la puerta, vio a Jennifer vestida con una bata de hotel y descansando en el sofá con los ojos cerrados.

Al escuchar el ruido, ella abrió los ojos lentamente y miró al recién llegado confundida. Cuando lo reconoció, sonrió y le dijo: "Ryan, estás aquí".

Él asintió con expresión fría y respondió: "Jennifer, ¿qué crees que estás haciendo? Eras tú la que quería casarse, pero ni siquiera has aparecido en tu propia boda".

La chica no pareció escuchar lo que él le dijo, pues solo se levantó y dijo: "Vayámonos. Vayamos al lugar de la boda ahora".

"Espera un minuto. ¿Quieres aparecer en la boda así de desaliñada? Jennifer, no me digas que pasaste toda la noche en este hotel". Ryan le agarró el brazo y la miró.

La idea de que ella tuviera una aventura con alguien más justo antes de casarse con él hizo que se sintiera muy incómodo.

Era cierto que la chica no le agradaba, pero nunca habría pensado que ella no tendría ni una pizca de vergüenza. Hoy era su boda, y se atrevió a semejante cosa.

Ella se vio obligada a detenerse. Girando la cabeza para mirar los ojos enfadados de él, dijo con una lánguida sonrisa: "Ryan, condujiste hasta aquí, ¿verdad? Si hay algo que quieras preguntar, hablemos de ello en tu auto. ¿No sería genial si los paparazzi se las arreglaran para sacarnos fotos justo antes de la boda?".

"Jennifer Lu, ¿no conoces esa pequeña palabra llamada vergüenza? Deberías poner un límite en cuanto a tener una aventura. Ahora, ¿me pediste que te buscara para que pudiera limpiar tu desastre?". Los ojos de él estaban enrojecidos y ardían de ira. La chica no tenía idea de lo cerca que estaba de ser estrangulada en ese momento.

Ella respiró hondo y dijo: "Ryan, los periodistas llegarán en un minuto. ¿Estás seguro de que quieres que aparezca delante de todo el mundo con este aspecto? No importa cuán malo que sea, me voy a casar con un miembro de la familia Gu. Aunque te dé igual la mía, ¿no te importa la reputación de tu familia?".

Ella sabía que no tenía sentido decir nada más, pues sabía que él la había malinterpretado. De todos modos, a ella no le importaba, todo lo que quería en ese momento era salir del hotel lo antes posible para que los lobos que querían su sangre no tuvieran la oportunidad de atacar.

Al principio, Ryan estaba tan enojado que quería dejar que la chica se las arreglara sola. Sin embargo, al escuchar sus palabras, escondió su ira en el fondo de su corazón, tiró de su muñeca y rápidamente salió de la habitación.

Jennifer sintió un dolor agudo en la muñeca, lo que le indicó exactamente lo enojado que estaba él. Se tambaleó y tropezó detrás del chico.

Cuando llegaron al auto, ella sintió que el mundo le daba vueltas. Ryan empujó bruscamente su pequeño cuerpo en el asiento trasero. El sonoro portazo de la puerta del coche hizo eco en el corazón de ella.

Mientras él se sentaba detrás del volante y arrancaba el auto, ella se enderezó y dijo en voz baja: "Espera cinco minutos más. Ya le he pedido a alguien que regrese y recoja el vestido de novia por mí. Hoy es nuestra boda. ¿De verdad quieres que aparezca delante de todos de esta manera?".

Ryan agarró el volante con tanta fuerza que le saltaban las venas. Mirando por el espejo retrovisor, observaba ferozmente a la mujer que estaba detrás de él. Si fuera posible, él querría que ella se presentara en público de esa forma.

Pero, desafortunadamente para él, ¡no podía!

¡Entonces decidió soportarla por el momento!