Confundida y nerviosa lo seguí. Sujeta suavemente mi cintura, sus dedos jugan en mi espalda, su otra mano juega con mi cabello, yo con toda confianza me aferro a su espalda. Mientras bailabamos, nuestros dedos queman en cada parte del cuerpo, siento su aroma, suave y excitante, nuestros corazones quieren escapar de adentro del pecho con cada latido, las respiraciones son muy agitadas y con mucha temperatura, ninguno dice nada, no es necesario, nuestros cuerpos hablan por si mismos.
Nos olvidamos del mundo, solo somos él y yo. Su mano sube por mi brazo acariciando cada centímetro, acomoda a un lado mi cabello y acaricia mi rostro, sujeta mi barbilla y muy suavemente la dirige para que nuestros ojos hagan contacto, vi su mirada, sus ojos marrones cubiertos con lujuria sin control, esta vez no me preocupé en mirar a otro lado, solo quería seguir sintiendo esto y poder apagar este incendio interno.
Se acerca a mi oído y con su voz impregnada de pasión y sensualidad, me susurra: -No puedo evitarlo más, necesito que seas mía- y beso mi cuello como si fuese una pluma. Mis sentidos reaccionaron, sentí un cosquilleo por todo mi ardiente cuerpo, una sonrisa se dibujó en mi rostro y un sutil gemido escapa de mis labios, él respiro tratando de contenerse y se puso delante mío, me miró como devorando hasta mi alma y yo dejé que desnudara todo dentro mío.
Tenía la necesidad de sentir sus labios, de jugar con su lengua, de sentime devoradora, él sujeto mi rostro con ambas manos y llevo la unión de nuestros ardientes y jugosos labios.
-mmmmmm- un gemido se escapó, sujete su cabeza acariciando sus cabellos, nuestras lenguas danzaban con una intensidad y armonía excitante, al separarnos para tomar aire mordí muy suavemente su labio inferior y sonrío, lo mire y sus ojos marrones me observan con mucho deseo, volvemos a besarnos, cada vez con más intensidad, aferró su cuerpo con el mío, estamos ardiendo de pasión, siento su excitación y no puedo evitar humedecerme, lo necesito urgentemente.
Su mano sujetó la mía y me dijo con una voz grave: -Veni conmigo- sin dudarlo lo seguí.
Subimos a un taxi y me llevó a su departamento, durante el viaje acariciaba mis piernas que quedaban expuestas por mi vestido, yo acariciaba con al de brusquedad su cabello negro.
Llegamos, nos bajamos del auto y subimos al ascensor, nos devoramos sin piedad, entramos a su departamento el 3°E. Una vez adentro me tomo de la cintura y me sentó encima de él en el sillón, me besaba con mucha pasión, acariciaba mi espada y jugaba con mi cabello. Me observaba, sonreía y volvía a besarme, acariciaba mi rostro y me abrazaba con fuerza, subía y bajaba por mis piernas. En una milésima de segundos me miró y me dijo: - Pensé que nunca llegaría este momento- continuó, - Lo soñé tantas veces, me imaginé tantas veces tenerte así conmigo, que no puedo creerlo- y me besó sin respirar, en mi cabeza miles de pensamientos llegaron pero logró desvanecerlos fácilmente. Solo me entregué, y sin darme cuenta yo también había anhelado estar así con él.