Pasaban los días y no recibí ningún mensaje suyo, yo tampoco escribí, pero no me sentía cómoda de esta manera. No lo quiero de pareja ni mucho menos, pero solíamos ser conocidos y de repente este silencio abrumador, me molestaba. Y a decir verdad, pensé que él tendría las mismas ganas que yo de verlo de nuevo, pero estaba cayendo en la realidad de que no era así.
Por cuestiones laborales no pude reunirme con mis amigas y visité muy poco a mi familia. Cuando las cosas en el trabajo lograron acomodarse invite a mi añorado amigo a tomar unos mates.
Era domingo, la temperatura infernal de mi Tucumán estaba en ascenso pero, ahí nos encontrábamos, sentados en el balcón, y charlando de todo un poco. Nose como surgió la conversación pero le comenté sobre mi encuentro con éste muchacho. Solo se limitó a mirarme, hasta que por fin habló: -Por lo que veo fue una muy buena experiencia- y sonrío. - Solo que lamento que no te haya vuelto a hablar, te siento un poco decepcionada, además yo si te volvería a escribir- y soltó una carcajada estruendosa que hizo vibrar el departamento.
Entre risas y charlas, me propuso escribirle, pero negué con fuerzas, ya que no me parecía apropiado, además no quería parecer desesperada, aunque debo confesar que cierta parte de mi quería volver a sentirlo.
Nos sacamos una foto y la compartí en Facebook y en mi estado de WhatsApp, con la leyenda: Siempre él.
Así terminó el domingo, me fui a dormir temprano, la charla con él trajo muchas dudas a mi cabeza y el cosquilleo volvió con intensidad, preferí dormir y que todo se calmara.
Al día siguiente suena una notificación de messenger, aún en la cama lo abro, era un mensaje de él, tanto tiempo había pasado, casi un mes sin saber nada y de repente ahí estaba, mi corazón se puso ansioso, de repente me sudaron las manos, respiré y lo leí: -ahora entiendo porque nunca más me escribiste, SIEMPRE ÉL es más que un amigo al parecer- quede en shock, después de tantos días y de repente un mensaje así, reprochando mi falta de comunicación, no sabia que responder, ¿Que podría decirle? ¿Por qué debería darle alguna explicación? Y respondi: -Hola ¿no?, no entiendo bien el mensaje, vos tampoco hiciste mucho por escribirme, entonces no hay motivos para reprochar nada- sentencie el mensaje.
Espere una respuesta y nada aparecía, decidí levantarme y olvidarme del asunto.
Casi media hora después recibo otro mensaje:
-¿Podemos vernos? Quiero hablar contigo-.
Me ruborice, temblaba, me sonreía, sudaba y me estremecía.
Tome coraje y respondi: - Si, ¿dónde, cuando y a qué hora? -
Respondió: -Hoy a las 16 en mi departamento o en el tuyo, o donde prefieras.
Pensé y pensé, sentía que si volvía a su departamento no podría resistir, sus sillones, su aroma todo, me haría tentar. Entonces decidí.
-Te espero en mi departamento- le pasé mi dirección y solo respondió, a esa hora estoy ahi nos vemos.
No sabía si había sido prudente la facilidad con la que accedí al encuentro, en mi cabeza decía que debería haberme hecho la difícil y me odiaba por haber mostrado sumisión a su pedido. Pero me resigne, ya estaba pactado.
Acomode un poco la sala de estar, puse ropa a lavar, limpie la cocina y mi habitación. Eran las 16 y sonó el timbre, me sonreí porque había sido muy puntual, como si hubiese estado esperando ahí afuera. Abrí el portero y el subió. Toco a mi puerta y abrí. Lo vi parado ahí, sus ojos marrones, su mano pasando suavemente por su cabello( gesto muy típico de él) su aroma, su sonrisa, me paralizaron, me saludó con un hola linda, y se acercó para darme un beso que rozó la comisura de mis labios, me sacudí y respondí con un Hola!, muy eufórica y lo invite a pasar.
-¿Querés tomar algo? Sentate por favor-.
-Agua está bien, gracias.
Un silencio incómodo inundó todo el departamento calando cada pared blanca del mismo.
-¿Como estas? - rompí el hielo.
-Todo bien, aunque no tan bien como a vos- y sonrío.
Conversamos un poco hasta que hice la pregunta más incómoda. -¿ De qué necesitabas hablar?- . Me miró como tratando de descifrar mis emociones, suspiró y comenzó: - Antes que nada quería pedirte disculpas por la reacción de esa noche, te saqué sin previo aviso, debo decirte que una tormenta de celos me invadieron y no pide evitarlo(hizo una pausa, mientras miraba el piso), levanto su mirada y con una intensidad feroz continuó, - Fue la mejor noche después de mucho tiempo, disfruté cada maldito momento, no pude dejar de pensarte y eso me molestó, por eso no escribí, preferí dejar que el tiempo pasara y así sacarte de mi, fue difícil, estuve con otras chicas pero tu aroma estaba impregnado y en cada caricia o penetración te imaginaba a vos-. Se mordía el labio inferior y yo, ante tan profunda confesión, no sabía que decir, jamás esperé algo como esto, menos de él que siempre está con la mujer que quiera. Tome aire e hice un esfuerzo para hablar porque no me salía la voz.- Pensé que ya no me ibas a querer ver y que por eso no me escribias, no tenía idea lo que te estaba sucediendo, pero aunque suene orgullosa me da mucho placer escuhar eso. Sonreí de manera tentadora y mirando fijamente a sus hermosos ojos.
Él se levantó y en cuestión de minutos me besaba con pasión desenfrenada, no pude resistencia, lo besé con todas las ganas que estaban atrapadas en mí.....