*EROS*
Hoy es mi cumpleaños, un día en el que nací a las 1:20 am de la madrugada del 20 de diciembre de 1996. Para mí es un día cualquiera, agradezco a mis padres por amarme y traerme a la vida, pero a veces no estoy muy conforme con el mundo, pero hoy... hoy sí.
Huma está al lado mío durmiendo plácidamente, estos días han resultado de maravillas; no quiero sonar cursi así que hemos follado hasta el cansancio, en todas las posiciones y en cada rincón de este pent-house.
Escucho mi iPhone vibrar en la mesita de noche a mi derecha y veo que es un facetime de mis progenitores. Salgo al balcón y cierro la puerta de cristal para no despertar a Huma con el estruendo que seguro harán mis padres. Ellos están hace unos días en Dublín otra vez y desde Allá ayudarán los tres al manejo de los hoteles y Chloe prometió no descuidar su carrera de cardióloga.
-Hola familia -saludo al ver que están los tres en la pantalla.
-Happy birthday to you, happy birthday to you, happy birthday, happy birthday, happy birthday to you my son and brother -terminan de cantar y yo les sonrío por este detalle, por estas cosas tan simples es que no me quejo de mi familia.
-Muchas gracias familia, los extraño y los amo, pero tengo que volver; volaremos a Grecia en unas horas y hay cosas que preparar -los miro nostálgico porque los extraño.
-Lo sabemos hijo, Huma ya nos avisó -habla mi padre y volteo a verla, aún sigue dormida.
-Te dejamos, pásala increíble y disfruta, ven a visitarnos pronto -habla mamá, Chloe me tira un beso y cierra.
Entro y observo a Huma, recuerdo anoche mi ante sala.
«-¿Me deseas? -pregunta Huma encima de mí, ambos sin ropa y yo ansioso por lo que sigue.
-Te deseo griega -susurro contra su oído para luego bajar a su cuello y plantar un par de besos húmedos.
-Ruégame que te monte -sigue hablándome, pero yo estoy ansioso y sumergido en el aroma de su piel y fragancia.
Tira de mi cabello un poco para que la mire a los ojos -Ruégame que te monte -repite y ahora si la entiendo.
-No -respondo sonriendo, me muero porque lo haga, pero me gusta hacerla enojar.
Me toma de los hombros, empieza a balancearse de adelante hacia atrás encima de mi falo sin llegar a la punta, apretando mis hombros. Se lo que hace, intenta satisfacerse sola.
-Ruega -vuelve y enuncia.
-No -vuelvo a repetir, ella está jugando y yo también lo haré. Tomo uno de sus senos con mi mano y los aprieto suavemente, luego paso mi lengua por el pezón y muerdo. Hago lo mismo con el otro, paso mi lengua desde sus pechos hasta su cuello y termino en su oreja con un mordisco.
-Huma -jadeo en su oído.
Ya no puedo más así que la alzo, colocó mi miembro en su entrada y la penetro ejerciendo presión en sus caderas impidiendo que se levante. Miro su rostro que se contrae en una mueca de dolor y luego la oigo gemir.
Levanto mis manos y dejo que ella guíe el ritmo, empieza suave y luego sus movimientos se vuelven bruscos, rápidos y erráticos.»
-Eros... Eros... oye -escucho que me llama Huma y regreso a la realidad.
-Buen día -me acerco a la cama para darle un beso.
-¿En qué pensabas? -pregunta moviendo sus cejas de arriba a abajo.
-En nada, deja de hacer eso -le ordeno riendo.
-Goloso -dice y me imagine la voz de Ludovico peluche.
-Obvio -es mejor que cambie de tema -. tenemos que terminar las maletas y comer algo para salir en el jet -susurro en su oído mordiendo su lóbulo.
-Vuelve a hacer eso y te secuestro, así como madre gothel encierra a rapunzel en la torre -me amenaza apuntándome con su dedo índice.
-¿Eras una chica Disney? -pregunto boquiabierto.
-Claro, amaba a todas, pero más amaba a Mérida. Nunca necesitó a un príncipe -dice mirándome con malicia.
-Tu eres como ella, pero mucho más hermosa y una griega -le beso la nariz y me levanto para dirigirme al baño.
-Que acaramelado -ríe siguiéndome.
Pongo el agua tibia a correr y me dispongo de deshacerme de mis prendas y Huma también.
Nos metemos a la ducha y como siempre, yo lavo su cabello y ella el mío, solo que el shampoo no llega y siento sus brazos rodearme el cuello para luego girarme para estar frente a frente.
-Feliz Cumpleaños "Novio" -antes de que pudiera decir algo posa sus labios en los míos empezando una perfecta sinfonía.
Una de sus piernas sube hasta mi cadera y la deja ahí, su mano va hasta mi trasero y lo aprieta.
¿Así es que quiere jugar?, pues juguemos. La alzó de la otra pierna y la sujetó de su culo y también la aprieto, la pego a la pared y abandonó su boca para bajar a sus pechos. Muerdo, lamo y le dejo un chupón para que sepan que es mía.
Ella agarra mi pene y lo lleva a su entrada, le detengo la mano y ella frunce el ceño.
-¿Que soy tu qué? -quiero que lo repita y se le grabe.
-Joder, Eros no repito las cosas dos veces -contesta enojada.
-Repítelo -susurró rozando mi pene en su entrada, el agua aun cayendo sobre nosotros. Que mal cuidamos el planeta.
-Mi novio -jadea y es suficiente para meterla por completo.
-Eros -gime y es una de las pocas veces que la eh oído gemir mi nombre.
-Si hermosa, gime para mí -levanto la voz para que me oiga.
Huma acaba y en un par de estocadas después terminó yo.
Estamos exhaustos por anoche y ahora, pero tenemos que viajar, la inauguración es a las 10:00 pm hora griega y la dueña y el socio tienen que estar presentes.
Salimos de la ducha, pedimos desayuno al cuarto, desayunamos hablando sobre Disney y su loca infancia para luego abordar el jet privado de Huma en la azotea.
-Wao, ¿Esto es tuyo? -pregunto asombrado.
-Si, un antojo -me guiña el ojo.
-Ya veo -digo para mí y procedo a subir detrás de Huma.
Ya dentro todo es más bonito, elegante y brillante. No sabía que le gustaba lo chic.
Nos sentamos uno frente al otro y hay dos copas de vino, tomo una y la bebo en un solo trago.
-Te voy a contar una anécdota muy vergonzosa -ríe para ella con nostalgia en su rostro.
-Cuando tenía 12 me llego mi primer período, entonces yo no sabía que hacer así que salí con los pantalones abajo y mi braga en la mano con una mancha de sangre hasta el despacho de mis padres. Ahí solo se encontraba mamá y le dije: ¨Mamá, creo que me golpee y ahora, ¿me está saliendo sangre? -empieza a reírse y yo también porque es contagiosa.
Continúa con su relato -Mi madre al escuchar sangre se alarmó y se levantó para llegar hasta a mí y me pregunto que donde estaba la sangre. Le muestre mi braga y Ella empezó a reírse a carcajadas, me quede observándola con cara de, ¿Qué demonios? Entonces ella me explico todo el proceso sobre el periodo menstrual y fue tan vergonzoso que me encerré en mi habitación y no le hablé por una semana por haberse reído de mi -termina riendo aún.
-¿Enserio, sangre con un golpe? -empiezo a reírme a carcajadas nuevamente.
Huma me da un golpe en el brazo y tuerce los ojos.
-Torcer los ojos es de mala educación -la miro serio.
-¿Según tu? -refuta.
-Según Christian Grey -le guiñó un ojo y rio.
-Solo quería una conversación -Huma grita en falsa molestia.
-Ay por favor, como si no te gustara sentir como te azoto -la miro a ver su reacción.
-Estoy terminando esta conversación -se levanta de su asiento y camina a una habitación.
Yo me pongo mis AirPods y pido un vaso de whiskey, Queen empieza a sonar a través de mis audífonos y me relajo en el asiento.
Me quedo dormido y al despertar siento la cabeza de Huma en mi hombro y veo en la mesita que en el centro hay una carta y una cajita.
Agarro amabas, leo la carta.
«Querido Eros:
No suelo ser cursi, odio la cursilería.
Pero tú sacas cada cosa buena de mí, te agradezco por estar en mi vida. Por eso te entrego este anillo con un lazo rojo dentro. Significa la conexión que ni unas tijeras podrán cortar. Espero no te lo quites nunca y te escribo porque estas palabras no me salen de mi boca.
Con amor, Huma J.»
Abro la cajita y me coloco el anillo, veo que ella tiene uno igual solo que con un rubí de perla.
Cuando llegamos, muevo sutil el hombro de Huma para que despierte.
-¿Ya llegamos? -pregunta frotándose los ojos.
-Si nena -la tomo de la mejilla, corro mi mano hacia su cuello, la pego a mí y la beso. Con una profundidad queriendo que ella note todo lo que me hace sentir.
-Gracias por todo, desde las invitaciones a Grecia, hasta esto -le enseñó el anillo.
-Lo hago porque te lo mereces -me sonríe y se levanta para caminar a la salida.
Estamos en el aeropuerto de Grecia ya que no pudimos aterrizar en el edificio Grecia así que bajamos y unas azafatas nos reciben.
Una de ellas se me hace conocida.
-Un gusto volver a verte Eros -me sonríe.
Maldición. No, no, no. Ella de donde salió, porque aquí, porque ahora.
-Ella, ¿quién es amor? -pregunta Huma tomando mi mano, dándole un repaso de arriba a abajo.
That's my girl.