Capítulo 6 Capitulo especial

Odio, es el sentimiento que me ha estado ayudando estos días a mantenerme de pie, ¿por qué?, Pues iremos unos años atrás cuando apenas tenía dieciocho años. Llena de luz, felicidad y encanto. Una joven amorosa rodeada de su amorosa familia, era feliz muy feliz, siempre se me presento un mundo alterno al que era la realidad y lo agradecí, estar en el mundo real es una maldita tortura con lo que quisiera acabar.

Era época de Navidad cuando iba saliendo de la universidad, pues era mi primer año de bachillerato cuando recibí esa llamada.

«-Hola, ¿quién es? -espero respuesta, pero no llega.

-Hola -miro el celular y me alarmo -Mierda, ¿Mamá estas bien?, mamá háblame, mamá -grito una vez más antes de que la llamada culmine.

Corro a mi auto encaminándome a casa a ver que todo esté bien, pero de pronto mi celular vuelve a timbrar y me pongo nerviosa, -Hola tía, que pasa mama me... -detengo mi oración.

-Tus padres acaban de tener un accidente regresando a casa -dice entre el llanto y la desesperación.

MIERDA, MIERDA, RECONTRAMIERDA, esto no puede estar pasando no a mis padres, no por favor no. Antes de colgar logro oír el nombre del hospital y conduzco más rápido de lo normal tratando de no accidentarme yo también.

Llego al hospital y veo a mis tíos sentado en la sala de espera -¿Dónde están? quiero verlos -llego a ellos con un nudo en mi garganta.

-Cálmate, ven siéntate, el accidente fue grave necesitan 1 litro de sangre... cada uno, para poder sobrevivir, el doctor dijo que tenían su tipo, por suerte. Tan pronto salgan nos avisan -dice con un tono calmado, aunque sé que me está ocultando algo no pregunto y espero.

Pasan 5 horas cuando el doctor sale con mala cara y siento que no será nada bueno lo que dirá. Me levanto y voy hacia a él -¿Como están mis padres?, doctor -pregunto al borde del colapso. No responde -. ¿Dónde están?, quiero verlos -presiono aún más nerviosa.

-Tus padres no sobrevivieron -dice y no sé cómo explicar todo lo que sentí en ese milisegundo.

El doctor se retira y mis tíos me abrazan llorando, sin embargo, yo no lloro no hablo no reacciono, es como si me encontrara en un estado de shock.

Ellos dicen cosas, pero yo no los escucho. Me llevan al auto y nos encaminamos a casa, subo a mi habitación en modo robot, no me muevo, aún no hablo. En los próximos días no comí ni Sali y seguía sin hablar.»

Su sepultura fue el 25 de diciembre de 2016, esta fecha tan especial se quedará plasmada en mi para siempre, la ceremonia se dio y yo seguía en shock, mis tíos pensaron en llevarme a un especialista hasta el día que me encontraron con una jeringa en mi mano izquierda y a mí en el piso, llevaba 15 días inyectándome heroína 3 dosis al día sin comer.

Estuve en rehabilitación 2 años enteros sin ver a nadie obligándome a comer y a ver a un psicólogo, mejore, pero todo lo que aún seguía sintiendo se transformó en odio, odio por no haber luchado y sobrevivir por mí, por su pequeña que los esperaba y nunca se los voy a perdonar, me dejaron sola en un mundo horrible que no quería ver, casi muero intoxicada por su culpa. Me dejaron sin nada, se llevaron todo con ustedes, se llevaron mi vitalidad y humanidad, ya no siento nada. Solo espero el día que la vida me diga "hey ya no sirves, vete" y acabe como ustedes.

Hoy su recuerdo me acompaña, es 1 de diciembre de 2020 y duele aún más que el día en que me dejaron, no sé qué hago viva aún, cada vez puedo menos con el dolor, cada vez me apago más sin su cercanía y amor, cada vez apago más mi humanidad. Los extraño tanto que duele y mucho. Solo quiero apagarme por un instante y dejar de pensar o borrar esos recuerdos que me atormentan para así recuperar lo que fui en aquel entonces.

En ese momento recuerdo su sonrisa, el olor que lo define tan bien y el sonido de su voz, llevo meses trabajando con él y follando también, cada vez lo siento más cerca y puedo decir que me estoy acostumbrando a él. Me aterra tener que depender de alguien emocionalmente, me aterra arruinarlo todo y me aterra lastimarlo. No lo merece.

No, no puedo, ¿y si también se va?, no, no puedo encariñarme con nadie más, no puedo dejar que me vuelvan a lastimar, tengo que seguir con la regla de sexo sin amor, no puedo romperla.

Me levanto del suelo con lágrimas en mis mejillas apunto de estrellar una botella de whiskey contra la chimenea cuando siento su mano sobre la mía deteniéndome, no sé en qué momento entró, estaba tan absorta en mis pensamientos que no lo escuché y estoy tan cansada mentalmente que me giro y lo abrazo, no sé qué estoy haciendo pero lo necesito y se siente tan familiar que me aferro más a su cuello, siento como pone la botella en el suelo me levanta hasta quedar con mis piernas en su cintura, yo permanezco con mi cara apoyada en su hombro, se sienta y empieza a sobar mi cabeza.

Y esta es la diferencia con Eros, cada vez que terminamos de tener relaciones o estamos trabajando o salimos, siento una conexión intima con él, por eso tengo miedo y siento que debo alejarme porque empiezo a sentir que él me da un nuevo comienzo a una mejor vida, pero el miedo de también perderlo como a mis padres es mucho más grande.

-Sea lo que sea que estés pasando lo vamos a solucionar ¿okay?, no estás sola, yo estaré aquí a pesar de tu actitud soberbia conmigo, yo estaré aquí no sé porque ni tampoco lo preguntes, pero estaré -dice susurrando en mi oído.

Sus palabras me estremecen, pero no digo nada porque sé que si digo algo lo mandare al demonio, pero me quedaré sola y ahora mismo necesito esto, necesito su abrazo, su calor, su olor, necesito de eso que el me hace sentir para darle un mínimo sentido a mi vida.

            
            

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