Capítulo 10 No debería sentirme especial

El salón de juntas en el edificio 07 de la gran manzana Thousen. Se quedó sólo con tres personas y un ambiente bastante incómodo.

Las miradas retadoras entre León y Charles se hicieron más intensas, a pesar de la amplitud de la mesa los dos hombres se sentaron junto a ella intentando llamar su atención con cualquier ruido o comentario.

-¿Quieres un café?- preguntó Charles con una sonrisa muy fingida.

-Yo...-

--Cklear no toma café, creí que como su esposo sabías sus gustos- León se apoyó sobre su mano luciendo arrogante.

-Mi esposa, sólo toma el café que yo le preparo es normal que No acepte el de la gente común- contestó Charles con más arrogancia aún.

" ¡imbécil!, Aunque debo aceptar que su porte es digno de un abogado... aún así es un idiota" -León volvió la vista a los papeles sobre la mesa.

Charles sonrió con triunfo y se levantó a preparar el café. Cklear no podía creer que estuvieran peleando en vez de trabajar ¿No amaban sus trabajos?. Ella no se daba cuenta que era la razón de que esos hombres quisieran marcar su territorio, debido a su baja autoestima.

León notó su semblante desanimado, se aseguro de que Charles no los estuviera observando y se acercó a ella, casi en un susurró dijo -¿Quieres crema?-

Cklear lo miró con sus ojos cafés brillantes.

La expresión tierna en el rostro de León la hizo sonreír, todo ese misticismo para preguntarle si quería crema para el café?. Aún con la sonrisa en sus labios asintió.

Cuando Charles puso el café en la mesa y se sentó al lado de Cklear nuevamente, León se levanto y tomó dos botellitas de crema, las puso junto al café y se sentó como si nada hubiese pasado.

Charles entrecerró los ojos, quería quitarlas pero tampoco quería entrar en un juego de niños. Cklear era su esposa y estaba seguro de que ella no tocaría esa crema, ella jamás desafiaba su autoridad. Su seguridad se colapsó cuando ella le puso crema al café.

Furioso por tal acción, jaló a propósito las hojas haciendo que la taza cayera derramando su contenido.

-¡Ha!...- gritó Cklear levantándose y sintiendo el agua caliente en su vientre y piernas.

-¡Dios!- León rápidamente buscó unos pañuelos para limpiarla antes de que el agua caliente le hiciera daño a su piel.

-¡Cielos Cklear!...- dijo Charles apartando los papeles mojados -... !Deberías tener más cuidado! ¡estos papeles son importantes!-

Cklear agachó la mirada y nuevamente sus manos comenzaron a tirar de su playera.

-¡Oye!, Baja tu tono Vans...- regaño León -... se puede reimprimir cualquier hoja-

Charles sonrió disimuladamente, eso le enseñaría a Cklear a no desafiarlo.

-Lo siento, no se qué pasó...- se disculpó Cklear. "Soy inútil, no debí venir "- pensó.

-Esta bien no te preocupes... son solo papeles- León limpió con cuidado la blusa de Cklear, Sin ningún tipo de maldad sacó más pañuelos para limpiar las piernas de Cklear cuando la mano fuerte de Charles lo detuvo.

-¿Estas tratando de tocar a mi esposa?- su voz agresiva sorprendió a los dos.

León apretó la mandíbula –"Si tanto le importa porqué no la ayuda antes de regañarla"- pensó enojado. Luego apretó un botón del teléfono en la mesa.

-Si, señor Heart-

-Tiama, consigue un cambio de ropa para la señorita Gu y dile Joan que venga por ella y la ayude a limpiarse y a cambiarse- Ordenó León.

-Entendido señor- dijeron ambas por el comunicador.

-No es para tanto...- Charles tomo a Cklear del brazo -... ten, toma un taxi y vuelve a casa- dijo entregándole dinero.

Cklear estiró la mano con un gran nudo en el corazón dispuesta a tomar el dinero y marcharse. León agarró el dinero y lo colocó en la mesa con furia. El sonido del golpe asustó a Charles.

Antes de que León pudiera decir algo la puerta se abrió, Joan se recriminó por no haber tocado antes, por el ambiente con olor a pólvora se percató de que había interrumpido una pelea.

-Señorita...Gu?... ¿Puede... venir conmigo?- dijo bastante nerviosa.

Cklear miró a Charles con algo de miedo, y es que en su mirada estaba explícita la frase "Muévete y te arrepentirás".

--Joan, si la señorita Gu no sale de éste salón con usted, prepare el papel de renuncia del señor Vans...- advirtió León con un poder bastante superior al de Charles Vans. Sus ojos obscuros Y su aspecto frío y su piel blanca le daban un aspecto de demonio.

"Dios, ¿Cómo puede lucir tan atractivo cuando esta enojado?" – pensó Joan -Si, señor Heart- contestó.

-No te atreverías- Charles Vans cruzó los brazos con una ligera sonrisa.

León no cambió su postura presionó otro botón del comunicador y se escuchó la voz del señor Thousen.

-¿Qué sucede?-

-Estoy considerando despedir a Vans- dijo León sin dejar de mirarlo.

-Es tu decisión...- se escuchó una confianza ciega en el señor Thousen.

Charles palideció, su mandíbula se quedó trabada, ¿Cómo? ¿Cómo era posible que un simple comentario de ese huérfano, pudiera quitarle el trabajo de sus sueños? ¡Todo era culpa de Cklear.

Ella sintió la culpa indirecta de la situación "Si tan solo hubiera sido más cuidadosa, Charles no estaría en esta situación".

--Es mi culpa... iré con usted señorita Joan...- dijo Cklear soltando la mano de Charles que sostenía aún su brazo -...León, por favor, no te enfades con... mi esposo...-

León cerró los puños impotente. "¿Porqué? ¿Por qué tienes que defenderlo? ¿Acaso no te molesta? Ese maldito esta devaluándote..." – pensó –"... mientras él te niega, tu sólo sabes decir que es tú esposo, bien dejaré que tú esposo conserve su trabajo, no volveré a interferir"- con gran molestia volvió a su asiento y presionó otro botón.

-Dalia, necesito los contratos que te pedí y reimprime las siguientes páginas...- dijo intentando hacer a un lado su molestia.

Charles se sentó también en silencio y siguió con sus papeles. Ahora estaba consciente del poder de León en la empresa Thousen. "Debo moverme con cuidado, o éste tipo cortará mi cabeza sin ningún problema... maldición Cklear, ¿Por qué tenias que venir? " –

Después de que Cklear salió, los dos se quedaron en silencio trabajando. No había nada de lo que León quisiera hablar con él y luego de aquella demostración de poder Charles no se atrevía a ofenderlo de nuevo.

Joan tenía mucha curiosidad, el señor Heart era bastante guapo y rara vez subía en el elevador ejecutivo con alguien, mucho menos una mujer, cuando escuchó que Elizabeth mencionó que ella estaba en el auto también se sorprendió, incluso ahora, el señor Heart había pedido un conjunto nuevo para ella cuando lo regular era que les diera el día libre.

-¿Está bien, señorita Gu?- preguntó Joan tocando la puerta de un cubículo del baño.

-Erm... si, eso creo- contestó Cklear quitándose la ropa mojada.

-Estoy aquí...- Tiama entró con varios conjuntos de la nueva colección -... el señor Heart dispuso que le trajera esto, siéntase libre de escoger el que más le agrade-

Cklear abrió un poco la puerta y tomo la ropa -¡Qué! ¡No puedo usar esto!- gritó. Tiama y Joan se miraron confundidas.

-¿Quiere una marca en particular? ¿Algún modelo en especial?- preguntó Tiama volteando los ojos con molestia.

-Esto... es mu caro!- dijo Cklear abriendo la puerta y sacando los conjuntos por la abertura.

Tiama y Joan volvieron a mirarse, esta vez Joan habló.

-Señorita Gu, debe elegir alguno de ellos... el señor Heart ya pagó por ellos no se preocupe por eso-

-¿Qué?- la ropa se cayó al suelo.

Tiama se apresuro a levantarla -¿Qué diablos le pasa?- susurró a Joan -¿porqué no sólo elige uno y ya? Lo que yo daría por qué León Heart me comprara ropa-

-Señorita Gu, por favor elija uno...- insistió Joan quitándole la ropa a Tiama y pasándola de nuevo por la abertura de la puerta.

-Ni siquiera es tan bonita- siguió susurrando Tiama.

Cklear escuchó aquella oración y tomó la ropa. –"Es cierto, no soy bonita, soy casi talla G... probablemente León haga todo esto por lástima, para no desencajar en su empresa... no debería sentirme especial, cuando hay mujeres muy hermosas en este lugar... cielos, porqué debería ser especial para alguien... incluso Charles cree no debería estar aquí, tiene razón éste no es mi lugar"-

Cklear abrió la puerta del baño usando una falda color morado pegada, con una pequeña abertura de lado, que le llegaba a las rodillas. Una blusa blanca de manga larga con aberturas en los brazos y un elegante escote. Era cierto, no era delgada... era casi talla G, pero sus curvas aun se mantenían en su lugar.

Tiama y Joan se sorprendieron de ver lo bien que le quedaba esa ropa.

-Excelente elección, señorita Gu- felicitó Joan.

-Si, pero...- Tiama dio una vuelta alrededor de Cklear inspeccionándola -... con tenis no luce tanto, necesitamos cambiar el cabello y ¡Dios!, Porqué no usas aretes-

-Tiama...- Joan notó la incomodidad de Cklear -... discúlpela señorita Gu, es una buena persona sólo que le cuesta cerrar la boda- Joan casi saca los ojos en señal a su compañera, había visto como León casi despide al mejor abogado de la ciudad y la compañía por esa mujer y ahora ella la estaba ofendiendo directamente.

Tiama alzó una ceja con más curiosidad hacia Cklear. -Si, discúlpeme... - dijo falsamente -... y también discúlpame por lo que voy a hacer...- Con un movimiento rápido quitó la liga del cabello de Cklear haciendo que su hermoso cabello castaño cayera sobre sus hombros.

-Mucho mejor, ahora hay que solucionar lo demás...- Tiama tomó la mano de Cklear y la sacó de los baños.

Joan no quería que Tiama se metiera en problemas, recogió toda la ropa y las siguió preocupada. Ellas dos eran las únicas que habían mantenido su puesto y tenían una buena amistad.

-¡Tiama! ¡Espera!... ¡Tiama!- Joan intentó detenerlas pero su compañera entró con Cklear al elevador y presionó el botón sonriente, le guiñó el ojo y la puerta se cerró antes de que pudiera lograra entrar.

"Tiama, no seas tan mala con ella... te meterás en problemas, su esposo es Vans, y quién sabe que relación tiene con el señor Heart... hay Tiama, espero llegar antes de que te descubran- pensó Joan mientras apretaba el botón desesperadamente.