Capítulo 8 Elizabeth Sho.

Cklear y León estaban mirándose cuando ella bajó la mirada dudando de su capacidad. León suspiró con frustración en su corazón.

"Si tan sólo fueras la mujer invencible de hace unos años ¿Qué te ha pasado, mi tierna Cklear... ¿Porqué te encarcelas en tus propios pensamientos?". Pensó León.

El teléfono sonó en el auto sacándolos de sus pensamientos, León contestó.

-Por favor dime que ya vienes- se escuchó la voz de una mujer.

-Estoy a dos minutos, ¿qué sucede?- Contestó León.

-¿Estas en tu auto?- dijo la mujer nuevamente, León entrecerró los ojos, ¿Porqué tenía que hacer esa pregunta?.

Cklear volteó a verlo, era obvio que había mentido antes pero León negó con la cabeza intentando mantener la mentira. Cklear le dio un golpe suave en el brazo y él sonrió.

-¡hey! ¡estas escuchando?!-

-Estoy en el lamborghini, deja de gritar- contestó León aún con la sonrisa.

-Tienes que ver esto...- la pantalla frontal del auto se prendió y mostró unas imágenes.

El actor Rivense estaba dando una conferencia de prensa junto con su agencia. -...esta es una grabación de la supuesta señorita que mi cliente dejó en coma...- decía un abogado junto a él. Y dando play a un dispositivo se escuchó la voz de otra mujer –"-...por supuesto, pueden traer todo para firmar, estoy más que disponible para la película..-"- luego el abogado volvió a tomar la palabra -... el resto de la grabación será presentada en la audiencia de mañana, pero con esto esperamos que su confianza en nuestro querido Richard Rivense pueda restaurarse-

-¡Maldición!- gritó León golpeando el volante -¿qué mierda está haciendo el departamento legal?-

-Eso no es lo peor espera...- la mujer del otro lado del teléfono parecía muy pendiente de León.

Richard Rivense tomó la palabra -Sé que la señorita Pamela está actuando de forma irracional, pero lamentablemente la empresa que la apoya y con quien no dudo que firmara contrato, la Thousen Company, se está prestando a ésta mala jugada... Si me estan escuchando y yo sé que lo están, aún estoy dispuesto a hablar...-

León apago la pequeña pantalla molesto. Sus ojos fijos adelante parecían buscar una salida. Aquella concentración era la que más admiraba Cklear de él.

--Aún planeas hacer la conferencia?...- Cklear reconoció esa voz, era el señor Thomas Thousen. -... León?... León?...-

León estaba en silencio, su mandíbula estaba ligeramente apretada y no parecía estar escuchando.

Cklear se mordió el labio y con timidez se atrevió a contestar -Estamos en camino, señor Thousen... es conveniente mantener la conferencia para evitar malos entendidos, si se cancela podríamos aceptar indirectamente la culpa...-

El silencio ahora fue del otro lado, Cklear se preguntó si había echo bien en contestar, miró a León preocupada.

Escuchar la voz de Cklear lo trajo a la realidad, sus ojos cafés tan perdidos e inocentes mirándole hicieron que su corazón se ablandara. Estiró la mano y acarició la mejilla de Cklear haciendo que se sonrojara un poco.

–"Cuánto tiempo sin ti... y aún puedes mantener mi mente a tus pies" –

-Estoy estacionando el auto... los veo en la sala privada- contestó dando vuelta y entrando a un edificio.

-Ok- -Si- contestaron torpemente y se escuchó el sonido de la llamada terminada.

Cklear tenía el corazón acelerado –"Qué, qué fue eso?... ¿Porqué me sentí así?, Dios Cklear, eres una mujer casada"- se recriminó.

La puerta se abrió y León estiro su mano para ayudarla a salir -Bienvenida a la manzana Thousen. Puedes encontrar todos nuestros servicios y productos en esta gran manzana-

Cklear salió admirando el conjunto de edificios gigantes -¿Todo está aquí?-

-Absolutamente todo, en los edificios encontraras las distintas oficinas, del otro lado de la cuadra están los centros comerciales con todo nuestros productos... así evitamos gastar en gasolina- Bromeó al final, su mano su colocó en la cintura de Cklear y comenzaron a caminar a la entrada del edificio principal.

León caminaba con gran porte, atraía la atención de los empleados, que claramente, también tenían curiosidad por la mujer junto a él.

Cklear bajo la cabeza, era incómodo que León tuviera su mano en la espalda, era casi como si la estuviera cuidando de algo. Era extraño.

Al llegar al elevador ejecutivo un hombre mayor les saludó -Bienvenido señor...-

--Hola Alfred, ella es la señorita Gu. Cada vez que la veas en éste edificio asegúrate de tratarla igual que a mí, te la encargó- dijo León mientras el hombre presionaba los botones del elevador.

Cklear hizo una mueca y miró la placa del hombre –"Tom"- "¿No había dicho Alfred"-

Notando aquella confusión el hombre sonrió -Es el nombre que el señor León me otorgó por mi dedicación a la empresa-

Cklear regañó a León, esa era una vieja manía que tenía, cambiarle el nombre a las personas.

-Ella es Batichica...- susurró León al hombre, aunque la intención era que Cklear también escuchará. Ella sólo lo empujó del brazo provocando una gran risa que inundó todo el edificio haciéndolos el centro de atención.

Cklear se sonrojó un más -Bueno, bueno, nos esperan...- León se despidió del hombre y entraron al elevador.

-¡León! ¿Puedes dejar de actuar tan infantil?- dijo Cklear empujándolo sutilmente del hombro. Debido a su baja estatura la mano de Cklear tocó el pecho del hombre.

Él tomó la mano antes de que ella pudiera quitarla, Cklear se dio cuenta que ese no era el hombro. Su mente se nublo, los ojos profundos de León la hechizaron, solo escuchaba el latir de su propio corazón acelerándose.

Los labios de León punzaban con deseo, en ese instante sus impulsos de besarla eran bastante difíciles de controlar, su cuerpo reaccionó casi de forma automática. Puso las manos de Cklear en su pecho y la tomó de la cintura llevándola hasta él.

Cklear gozaba de una hermosa piel blanca y unos labios aterciopelados que lo encantaban, sus mejillas rosadas parecían encenderse cada vez más.

Ella estaba nerviosa, a pesar de la camisa morada que León portaba, podía sentir sus músculos perfectamente formados, sus brazos fuertes la rodeaban y sus manos anchas la sostenían de la cintura, incluso podía sentir la calidez de ellas.

Era una imagen perfecta para él, la mujer de sus sueño en sus brazos, la mujer que tanto había amado en el pasado, la musa en su corazón.

El timbre del elevador en su destino lo hizo darse cuenta de su error y soltó a Cklear avergonzado -Lo siento... discúlpame... - dijo con la cabeza agachada.

Cklear también estaba avergonzada "Soy una mujer casada, no debería suceder esto...cierto?" .

-...Entiendo si tú...- León no quería decirlo. Pero tampoco quería obligarla.

Cklear negó con la cabeza -Ya estoy aquí... -

Ambos no podían verse ni salir del elevador debido a su vergüenza, era un momento incomodo y divertido. Al menos eso pensaron las dos mujeres que lo esperaban en el levador: Tiama y Joan.

-Señor Heart, ¿Está todo bien?- preguntó con delicadeza Tiama.

León se percató de la presencia de ellas y volvió a su habitual aspecto formal -¿Está listo el papeleo?- preguntó saliendo el elevador seguido de Cklear. Ésta ultima se llevó algunas miradas prejuiciosas de las asistentes.

León abrió una amplia sala donde Thomas Thousen estaba sentado en la silla principal. El departamento legal liderado por Charles también estaba ahí.

Fue imposible para Charles levantarse de su asiento en cuanto notó entrar a la sala a su esposa, estaba a punto de decir algo cuando el señor Thousen la saludo enérgicamente.

--Señorita Gu, ¡bienvenida!- dijo dándole un cálido abrazo.

-Señorita Gu... que sorpresa- Interrumpió con sarcasmo Charles, tomando asiento nuevamente.

León acomodó una silla a su lado y viendo que la mayoría del equipo estaba presente, habló con seriedad -Ella es la señorita Gu, le he pedido su asesoría en éste caso. Les pido a todos el mayor de los respetos para ella-

Charles se burló. Pero los demás asintieron.

-Cklear ellas son Tiama, Joan y Dalia, encargadas del departe de publicidad y relaciones externas- las chicas se levantaron ante la presentación de León y saludaron con una reverencia -...ella es Mariam, Estela y Charles, del departamento legal... –

las damas también hicieron una reverencia, Charles sólo se limitó a verla con los ojos entrecerrados. Cklear sabía que estaba molesto y volvió a morderse el labio mientras bajaba la cabeza.

-... Aún falta una persona más- concluyó León.

-¡porqué no hay té de lima por ninguna parte!- la mujer cuya voz escucharon por el teléfono abrió la puerta de par en par entrando sin ninguna culpa. -Oh. Ya estan todos?- sonrió como si nada pasará.

León se levantó -Cklear ella es Elizabeth Sho, nuestra psiquiatra encargada de la gestión de la "asociación de protección para personas vulnerables"-

Elizabeth Sho, de 1.70 m, cabello negro ondulado y largo en una coleta. Su cuerpo era como un reloj de arena, vestía un pantalón de mezclilla y una blusa azul son aberturas en los hombros. Sus aretes largos la hacían lucir más alta y su maquillaje lucía tan natural.

Por un momento Cklear se sintió intimidada por su presencia y la cercanía que presentó al saludar a León. Ambos se abrazaron aún en público. Estela sonrió y secretamente se burlo de Cklear.

-Me preguntaba, quién era la afortunada de subir al auto de mi León, resultó que eras tú- dijo Elizabeth abrazando a Cklear sin problema.

-Sho, deja eso para después...- la regañó León, ese tipo de comentarios sólo atraería chismes innecesarios- ... ¿me gustaría saber si el departamento legal ya ha investigado sobre la supuesta grabación- León, mantuvo a Cklear a su lado y le indicó con señas a Sho que se sentara del otro lado junto a Cklear.

-Señor Heart, tal grabación es imposible, la señorita Pamela esta en coma...- dijo Estela con confianza.

León le pasó una carpeta a Cklear -No me parecía muy indispuesta en la grabación-

--Esa grabación puede ser vieja...- dijo Charles -...pudo haber sido el detonante para que Rivense perdiera el control y la golpeara al punto de dejarla en coma, como quiera el archivo de evidencia fue traído hace unos momentos – Charles aventó la carpeta que se deslizó hasta León.

Cklear tomó el archivo por él y lo abrió -Ya lo analizó el juez...- Murmuró. -Tiene la firma de legalidad...- le enseñó a León.

Charles y Estela se miraron confundidos -No, aun falta la revisión...- dijo Charles.

-La firma es de hace 5 días, y el reporte de recibido por nuestro departamento también es de hace 5 días ¿Cómo es que apenas lo tienen ustedes?- cuestionó León.

Charles miró a Cklear con molestia, ¿Cómo ella pudo notar algo que él no? Ella era una simple ama de casa...