Cuando terminó aquel recorrido me encerré en la habitación, me quite la ropa y fui al baño para asearme antes de dormir; deje que el agua formara parte de mi cuerpo y que con ello arrastrara todo rastro de sudor, estruje mi piel y en aquel momento los recuerdos de Markos y yo en los servicios se proyectaron en el ahora y tuve que regalarme un poco de placer, me masturbe mientras acariciaba uno de mis senos... Terminé con un gran orgasmo y luego procedí a salir de la ducha, llevándome un tremendo susto al ver a Manuel de pie frente a mí con una erección tan prominente que parecía que su fino pantalón se rompería. Me coloqué la toalla
-solo entre a informarte sobre algo y la curiosidad me pudo- su mirada era intensa
-ya estoy acostumbrada a esto, no tienes que disculparte- cruce por su lado para vestirme, me retiré la toalla, busque unos pantis y un sostén para ponerme y luego de haber terminado sentí a Manuel detrás de mí
-¿También estás acostumbrada a esto?- acarició mis senos desde atrás
-estoy acostumbrada a muchas cosas señor Manuel- sonreí y recosté mi cabeza en su hombro, su mano viajó hasta mi centro y me dio dos palmaditas
-eres muy bien portada 93- su voz estaba ronca por la excitación
-¿Eso piensa?- me gire en mis talones y lo acorrale contra el clóset, le mire fijamente y sin perder el contacto, le quite la correa, desabotoné el pantalón y baje la cremallera, saboree mi boca y baje hasta su erección, le masturbe un poco hasta sentirlo más firme y lo adentre en mi boca, luego de varios minutos sentí el sabor del preseminal y me detuve, este hizo un gran gruñido, yo busqué un condón entre las cosas que tenía en mi bulto, tomé a Manuel por un brazo y lo tiré en la cama, le coloque el condón, pude ver su cara de descolocado, pero me importó un comino -necesito sentir que tan profundo llegas- me subí sobre él y le monte como loca desenfrenada, sabía que su orgasmo estaba próximo así que necesitaba ser precoz por primera vez en mi vida, pero cuando él iba a llegar hizo que me detuviera, salió de mí y tomó el control.
-Eres todo un estuche de monerias 93- su cara de satisfacción lo decía todo y qué decir de mí, mis piernas aún no se reponen
Manuel se puso de pies y arregló su pantalón -lo qué pasó aquí-
-¿Qué pasó señor Manuel?- dije inocente
-asi me gusta, quiero que te prepares para mañana, convoqué una pequeña reunión con los socios y necesito que estés presente- sin nada más que agregar salió de la habitación
Manuel era un hombre imponente, de gran tamaño, espalda ancha, tez morena, ojos marrones con destellos verdes, cejas pobladas, cabello oscuro, acento Mexicano y como dirían en su país, estaba rechulo el condenado, pero no es lo que quería, lo hice porque si algo he aprendido en esta vida es que a personas como él no le puedes negar nada, por lo menos no a la primera.
Como cada día desperté a las 5 am y salí a correr un poco, uno de los muchachos me dijo sobre un gimnasio y fui hasta allí, terminé luego de un largo rato, me marché para bañarme y ya a las 6 am estaba desayunando
-mi nombre es Rosario, pero todos aquí me llaman Rosa- habló la encargada de la cocina en un intento por romper el silencio
-a mí me llaman 93- seguí comiendo frutas
-y ¿Eres de aquí?–
-no, pertenezco a otra ciudad-
-ya veo que no quieres hablar, asi que te dejo para que puedas desayunar- se marchó de la estancia, no quise ser tan distante, pero es lo mejor, me tengo prohibido crear cualquier tipo de vínculos.
-93, veo que ya estás lista- esas fueron las palabras de buenos día
- señor Manuel- me puse de pies
-ya nos vamos- camino delante de mí
-¿No va a desayunar?-
-que, ¿Preocupada por mí?- río a todo pulmón -no acostumbro a mascar tan temprano mi'ja- terminó de arreglar su camisa y nos subimos a un Audi R8 plateado
-necesito que estes bien alerta 93, quiero ver si puedes deducir algo de estas personas cuando sepan del topo-
-de acuerdo- nos llevaron hasta una pista clandestina. A lo lejos se podían ver varios vehículos y personas portando armas de alto calibre, las cuales me imagino son seguridad. Cuando llegamos la cara de Manuel pasó de ser relajada a dura, serena, una cara de pocos amigos y aquello me extrañó bastante y al subir a la avioneta me di cuenta del porque a su reacción, allí adentro había una reducida comitiva
-señores- saludo y tomo asiento
-hoy no vienes con Javier- preguntó uno de los presentes
-mi hijo está en otros negocios- su respuesta fue tajante, el ambiente se volvió hostil, hasta el punto de que el sonido de un alfiler caer resonará
-¿Cuál es la urgencia de esta convocatoria Manuel?- volvió hablar aquel hombre
-tan desesperado como siempre Marcos- Manuel habló con sarcasmo
-¿Hacia dónde viajaremos hoy?- preguntó otro del grupo
-iremos a Colombia- todos incluyendome nos quedamos a la espera de que dijera algo más contundente, pero no fue así
-tengo un topo- mire a todos los presentes con detenimiento y no note nada raro
-ya sospecho de alguien, pero aún no lo tengo como algo concretado, solo es una sospecha- llamó mi atención una de la mujeres presentes, la cual actuaba como si su asiento tuviera hormigas o cualquier otro tipo de insecto y en el peor de los casos algún bicho raro la molestara, así que le pregunté
-¿Se encuentra bien señora?- esta se sorprendió ante mi pregunta y sonrió nerviosa
-no, no me encuentro bien y creo que cada uno de los presentes tampoco, hablando por mí representado, esto es algo que si no lo descubrimos a tiempo nos dejara en evidencia ante las autoridades-
-eso es cierto, Maritza tiene razón- apoyó otro más
-debemos encontrar a quien o quienes nos está vendiendo- acotó Marcos
-estoy trabajando en ello, quise informarles para que estuvieran precavidos y reduzcan su personal de confianza y movidas, al menos hasta salir de esta situación- Manuel habló mirando a la tal Maritza.
Luego de aquella charla no se volvió a pronunciar palabra alguna; pasaron alrededor de 1h. Y llegamos a Colombia, específicamente a Barranquilla, donde Manuel tenía un laboratorio montado.
-bien, este es el nuevo laboratorio, aquí tenemos varios kilos cocinandose
-nunca dejas de sorprendernos Manuel, tienes buena mentalidad para esto- hablo quien con anterioridad apoyo a Maritza
-no todo es pérdida Omar, también tenemos ganancias y diversión- en ese momento entraron unas chicas en ropa interior con tragos, los que andaban acompañados se limitaron a tomar los tragos y el resto empezó a manosear y directo a la acción. Aquella escena me causaba cierta repugnancia, pero después de todo ¿Quién era yo para sentir aquello?, Si yo al igual que ellas he hecho lo mismo, acostarme con desconocidos; pero todo aquello parecía una gran Urgía
-93- me llamó Manuel hasta la choza en la que estaba
-señor- el estaba sentado tomando whisky y fumando algún tipo de habano -bien hecho con lo de Maritza- le dió una última calada a su puro -ya nos vamos- lo apagó y se tomó de golpe el último trago; salimos de la choza -señores, los dejo en buenas manos-
nos marchamos en la avioneta -aquello es un señuelo, les conté sobre el topo porque si la información está siendo filtrada de ellos se sentirán en confianza al creer que no sospecho de ellos-
-señor, pienso que por ahora lo más recomendable es que esté bajo perfil, no sabemos si no está entre ellos y tampoco sabemos porque frente seremos atacados-
-eso he pensado, pero no se trata solo de mí, tengo socios, compradores y un amplio gabinete de enemigos que si por alguna razón llegaran a enterarse de esto se aprovecharán sin dudar de mi vulnerabilidad -
-por eso pensé que podría decirle a una parte de sus hombres que hagan algunos tipos de escándalos y a otra parte decirle de ciertas entregas y actividades que sean señuelos y así los mantendrá movilizados y usted junto a un pequeño grupo de confianza realiza las verdaderas operaciones -
-no suena mal, veo que eres buena estratega, resulta que eres buena en muchas cosas - en su cara se dibujó una amplia sonrisa -llevas demasiada ropa puesta- agarró uno de los tirantes de la blusa
-señor, con todo respeto, lo que pasó anoche no tiene porqué repetirse, no estoy aquí para eso- retire su mano
-anoche no decías lo mismo, solo gritabas; «¡oh sí!, ¡más duro Manuel... más duro!»- estalló de la risa, no voy a negar que aquello me causó risa pero la disimulé
-bien dijo señor, anoche -
-al parecer ese tipo de actividad funciona bien en ti, ya que despertaste con mucha creatividad -
-ya le dije que no lo voy hacer y no quiero que por abrirle las piernas al jefe me facilite las cosas- me retire de su lado.