Mi mayor anhelo eres tú
img img Mi mayor anhelo eres tú img Capítulo 10 Petulante
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Capítulo 11 ¿Soy su luna img
Capítulo 12 Cabalgando al Viento... img
Capítulo 13 Una maldición que pesa img
Capítulo 14 Otra actitud img
Capítulo 15 Abrazar a la esperanza img
Capítulo 16 Días de elección img
Capítulo 17 Una intención img
Capítulo 18 Embriagados por la pasión img
Capítulo 19 La vida sorprende img
Capítulo 20 Después de la tormenta, siempre llega la calma img
Capítulo 21 En voz de Gardenia img
Capítulo 22 No te tragan, no te dejes tragar img
Capítulo 23 Arremetida img
Capítulo 24 Pedazos del alma img
Capítulo 25 Defender a su hijo img
Capítulo 26 Sebastián le cuenta la realidad a su Alfa img
Capítulo 27 Sin previo aviso img
Capítulo 28 Atrapada img
Capítulo 29 El rescate img
Capítulo 30 Más preguntas que respuestas img
Capítulo 31 Les advertiría que no hiciese eso. img
Capítulo 32 Mientras tanto img
Capítulo 33 la humillación del Clan Vampiro img
Capítulo 34 Expulsados img
Capítulo 35 En la reunión entre Vampiros img
Capítulo 36 El Príncipe Safir se enamora img
Capítulo 37 Guerra de dos mundos img
Capítulo 38 El Príncipe Safir se encuentra con Jess. img
Capítulo 39 Hablar hasta por los codos img
Capítulo 40 Intentar siempre img
Capítulo 41 Suleza img
Capítulo 42 El Alfa Icazar llora la pérdida de su hija. img
Capítulo 43 La insistencia de una Guerra. img
Capítulo 44 Nadie aprende en cabeza ajena img
Capítulo 45 Enamorarse era fácil, se necesitaba solo un segundo. img
Capítulo 46 Ser redirigidos img
Capítulo 47 Reprimido y humillado img
Capítulo 48 Dejarse llevar img
Capítulo 49 Es ahora o nunca img
Capítulo 50 Calcular mal img
Capítulo 51 Dehbra y Onurus img
Capítulo 52 Siempre juntos img
Capítulo 53 Hay para tres y para mas img
Capítulo 54 ¿Eres feliz conmigo img
Capítulo 55 Confesarle todo el Amor que siente img
Capítulo 56 Un enfrentamiento feroz img
Capítulo 57 Guerra entre titanes img
Capítulo 58 Sé tú el alfa img
Capítulo 59 Una profecía cumplida img
Capítulo 60 Epílogo de la historia img
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Capítulo 10 Petulante

La mirada de Isadora se hizo gradualmente más ardiente al ver que Alejandro Copoa me defendía de su familia.

Aún estando sus padres en casa, teniendo a Magdalena de Airus de frente, sentí que si había alguien más peligrosa y problemática, esa era Isadora, a ella la vi pasar de un extremo al otro siempre pegando la oreja queriendo saber lo que estaba pasando en dicha reunión.

Sinceramente no quiero a alguien así cerca de mi o bajo mi techo, en cuanto pueda pediré a Alejandro que la envíe a otra parte.

Después que los padres de Alejandro Copoa se marcharan, yo sinceramente perdí el apetito, le dije a Alejandro que subiría a la recámara a descansar, el me miró y sentí que había una preocupación real de él por mi.

-¿Pasa algo Jess?-Si, dije con calma. Podemos hablar un momento a solas? -Consulté.

Asintió con sus ojos y me dirigió a la habitación de los dos.

El parecía querer decirme algo más, lo noté desde hace un momento.

-Antes que hablemos, ¿Hay algo más de la cual tú quisieras hablar? -pregunté de nuevo.

-Jess, no quiero que te hagas una idea tan negativa de mi madre, ella solo está celosa por que no elegí a la novia que ella quiso para mí.

-Alejandro, creo que yo eché a perder la reunión de hoy... tu sabes, la primera impresión es muy importante y... bueno, yo no hice el esfuerzo.

Él me miró, estaba casi segura de ver ansiedad y ternura en su mirada. Creo que me ando haciendo locas ideas.

-Tenias razón, ¿por qué tantas etiquetas para recibir a mis propios padres? -Aun cuando estuvieras impecable, ella igual te hubiese hayado defectos. -Yo trato de asimilar sus palabras.

-Solo perdona por el momento desagradable que te he hecho pasar. -Me dice sacándome de mis pensamientos.

Me acaba de desconcertar. Yo creí que estaría tan molesto por que fuí algo grosera con su madre, por que ni por cerca intenté tratar de fingir y agradar.

Quedé así con la quijada casi a punto de caer.

-¿Sabes? Mi Madre es alguien así como a quien le gusta que los demás acepten sus deseos -Sus ojos parecieran jugar conmigo.

-Casi todas las chicas jóvenes han tratado se adularla,-Me mira con sus grandes ojos color avellana, son impactantes.

-Tu has sido la primera en hablarle así.

-Asi como? -Asi sin darle tanta importancia a su posición.

-"Pero, si nisiquiera sé que posición tiene ella" -Respondo con franqueza y resoplo.

Nos miramos en silencio por varios minutos, él no parece querer irse y yo prácticamente olvidé de el porqué quería hablar en privado.

-Oh, lo anterior que dije...se trata de la empleada -Él frunce el ceño y dice -¿Isadora?

-¿Te hizo algo ella? -Se pone ansioso enseguida.

-Como hacerme algo no, pero ella es provocativa, es fastidiosa, yo sé ella es una sirviente de confianza, que yo pronto me iré...

Su rostro se pone serio de pronto, creo que acaba de enojarse por que está previendo que pediré despedir a su empleadita.

-Ya no quieres que siga sirviendo aquí, la enviaré a otra parte. No te preocupes.

-¡Espera! -¿La despedirás?

-No presisamente despedimos a los miembros del Clan. -Me lleno de curiosidad de que otra vez se hable de un Clan.

Él nota mi desorientada cara, me ve con seriedad y me dice.

-Quieres saber lo que soy, lo que represento? -trago saliva de manera nerviosa.

-Te hablaré de ello solo si aceptas ser parte del Clan. -¿Aceptas? -trato de asimilar toda esa información nueva en mi mente.

-Somos licántropos. -Dice sin tapujos.

Sus ojos bailotean conmigo, tienen un brillo excepcional. Parecieran estar invitándome a ir con él, creo que estoy cayendo en un espiral de hipnosis.

Se acerca a mí y sopla su aliento a mi rostro, lo cual me hace volver a la realidad.

Ahora hasta creo que él manipuló a mi padre para hacer que me casara con él. Simplemente es algo que no puedo aceptarlo.

-Descansa, si deseas algo solo resopla en esta pieza pequeña -al notarlo es una concha, una simple concha.

Lo miro a su cara fijamente, y es que esperaba que me dijera, hey te engañé.

Me hablaba aún cuando quedé dormida, si no fuera por que me entró tanto sueño, yo diría que él me puso a dormir así.

Al día siguiente cuando desperté, creí que todo había sido un sueño, pesadilla diría yo.

Todas las empleadas del gran caserón estaban en fila, yo me dije "acaso vendrán más visitas"

En eso apareció Alejandro Copoa, el miró a todas y en especial se acercó a Isadora y le dijo:

-Alista tus objetos personales, vas al Clan de Valgues.

Ella abrió bien grande sus ojos, estaba tan sorprendida que hasta quería llorar.

Su mirada se posó en mí, me miró con una mirada petulante y dijo de manera grosera.

-Sabrás de mi mujer Idiota, te destrozaré.

Alejandro en cuestión de segundos aterrizó sobre ella, la tomó del cuello y la levantó al aire, nunca había visto esa forma de que alguien atacara a otra persona, mucho menos un hombre a una mujer. Isadora rugió como un animal enrabiado.

Ella se estaba asfixiando, se veía roja luego azul y pálido. Pero aún así sus ojos denotaban odio hacia mi persona.

-Alejandro, por favor, suelta a esa mujer. -Dije casi a punto de caer en desmayo.

-¿No la escuchaste, te amenazó, y tú no eres alguien del montón? - Eres mi esposa.

-Solo no le des importancia a lo que haya dicho, ella podría decir misa, sin embargo no hay que ensuciarse las manos con alguien así.

El me miró con rabia y angustia en sus ojos, dijo luego-nadie amenaza a mi luna y sale bien librado.

                         

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