-Lo lamento mucho.
-No lo lamentes, desde ese día he decidido no casarme, no hasta encontrar a la persona indicada.
Ella se pone roja, pero Lucas simplemente ignora eso y se pone de pie.
-Es demasiado tarde, vamos a casa.
-Gean págalo - gritan a de aquella mesa a lo cual estuvieron atenta.
-Pero tú dijiste que pagaría y pidiera lo que sea -dice molesto.
-Dije comida, no un vino que vale mi sueldo.
-Pero tú ganas demasiado - gruñe. Ella alza su mano molesta y está apunto de golpearlo cuando alguien detiene su mano.
-Yo lo pagaré -dice Lucas mirando a la joven pareja.
Ellos abren y cierran los ojos sorprendidos, GeanCarlo se pone de pie y trata de que el hombre suelte la mano de su amiga pero es en vano. Él mira los ojos de la muchacha y luego lo suelta.
-Discúlpenme el atrevimiento pero me hacen recordar mucho a algo. Así que por favor yo lo pago.
Ambos están muy callados, demasiado callados y solo asienten con la cabeza. Ella no quiero ni hablar.
-Gracias -dice rápidamente.
-Mozo por favor la cuenta de esta mesa.
Él mozo de inmediato trae la cuenta y el mira que su cuenta es enorme y mira el precio de la botella de vino.
-Si que tienes gustos caros.
-Disculpe yo pensé que mi amiga...
-¿Ahora me niegas? -pregunta molesta ella, quiere asesinarlo con la mirada y él como cachorrito asustado baja la mirada.
-No se preocupe yo pagaré todo, después de todo es mi culpa por tener un novio pobre - dice molesta. Toma la cuenta entre sus manos y saca su tarjeta.
En ella está escrito su nombre.
Paula ...
No logra leer el apellido pues el muchacho solo lo acerco y apartó de inmediato.
-Vamos Lucas - dice en voz baja Adela.
-Un gusto - dice Geancarlo. Ella ve como caminan tiernamente juntos y hace gestos de que quiere vomitar.
Un asustado Geancarlo le agarra por la espalda y comienza a darle golpecitos.
-Vamos te acompaño al baño...
-Si salimos de aquí, vas a morir está noche - chilla ella.
De camino a casa ambos van en silencio en el carro de Geancarlo.
-¿Te hubiera gustado conocer con quién te iba a casar? - le pregunta él con mucha intriga.
Ella lo mira a los ojos y niega con la cabeza.
-No quiero saber con quién me iba a casar, yo dejé todo por ti y no me arrepiento realmente de dejarlo. Simplemente siento que debí ser más fuerte en expresar mi decisión con mi padre.
-¿Tienes miedo a su te encuentre? -le pregunta tomando la mano de su amiga.
-No, me gustaría que me buscara de hecho y poder explicarle que estaba enamorada de ti y que no me podía casarme con nadie más.
Gcarlo siempre carga con esa culpa de que terminó alejando a su exnovia de su familia, después de ese día ella tuvo que aprender a vivir sola, comer sola y aunque estuvieron juntos un año, el amor nunca fue suficiente para ellos dos, es una lástima que se hallan dado cuenta demasiado tarde.
Él lleva la mano derecha de su amiga a sus labios y los besa. Ella baja del auto y toma un poco de aire, da el primer paso y cuando quiere ingresar al edificio se da cuenta que que nadie la espera en casa.
Corre hacia el auto de Gcarlo y se acerca por la puerta del copiloto.
-¿Puedes quedarte hoy en mi casa? - le pregunta.
Este asiente con la cabeza. Ella sube al auto y se meten al sótano del edificio donde vive ella.
-¿Dormiremos en la misma cama? -le pregunta él con una sonrisa pícara.
-Sabes que mejor, pensándolo bien...vete dormiré sola.
Ambos bajan del auto y ella comienza correr al elevador.
-Oye no seas así, Paula - grita con toda sus fuerzas.
-Acosador - grita en tono burlón.
Comienzan a reírse y después de un año de separarse podrán dormir juntos, en la misma casa.
Suben riéndose y empujandose todo los pisos del elevador, hasta llegar al departamento. Cuando ingresan ella le abre la puerta y le hace una reverencia para que ingresé.
-¿Wou y ese milagro? - dice él -Usualmente son patadas y golpes.
Ella pone los ojos en blanco y lo empujó hacia adentro.
-Ya se me hacía raro que no me golpearas, con lo mucho que te encanta maltratar.
Paula le regala una sonrisa cómplice, Gean corre a la cocina y busca la tetera, abre la refrigeradora para ver que lleva dentro y no encuentra nada más que una manzana mordida.
-¿Es enserio? -pregunta molesto.
-Pido para comer...
Mira a todos lados buscando los descargables o la basura de la comida que ha comido.
-Como fuera casi siempre -miente.
GeanCarlo era el que cocinaba casi siempre y ella solo contribuya lavando o comiendo en la mayoría del tiempo.
Gean Carlo ve el rostro pálido y el brazo más delgado de su amiga y la preocupación se hace presente.
-¿Podemos hablar?
-Estoy agotada, te parece si hablamos arriba.
-Vale subamos.