Capítulo 9 Mirada

Un sábado en la noche las filas al club son más largas. Paula mira a su jefe con ojos de miedo.

RESPIRA - se grita mentalmente y después de unos segundos recobra la compostura.

-Si -responde segura.

-Entramos -le dice él. Le hace una ademán para que avance y ella avanza con algo de miedo. La puerta trasera se abre ellos ingresan.

-¿Mencionaste que estudias? -le pregunta con mucho interés.

-Marketing y publicidad -dice ella. Lo mira de reojo. Él también está mirandola.

Las chicas escuchan la pequeña charla que tiene una dicha con la voz del jefe, Adela quién está retocando su maquillaje molesta por la cercanía de ambos se levanta de su sitio y camina entre las chicas, cuando está delantende Paula y Lucas se llena de mucha impotencia y agarra a Lucas del brazo.

-Mi amor -lo llama delante de todas las chicas. Los celos de Adela acaparan el lugar incluso sus amigas se dan cuenta que está siendo demasiado infantil.

Paula mira al rededor y camina directo a su lugar. Se mira al espejo mientras ve hablar a Lucas y Adela en voz baja.

Se retoca el maquillaje y decide acompañar a su amigas afuera mientras deja a Adela haciéndole pucheros a Lucas.

Ridícula -piensa cuando ve esa escena. Ahí algo que Paula no le perdona a una mujer y son demostrar celos frente a otras, le parece algo denigrante para ella pues demostrar la inseguridad que carga encima. Lo cual es peor cuando se transforma en una escena de celos como la que acabamos de ver.

Ella baila y termina su turno una hora y media después.

Adela hoy no ha ido a trabajar - escucha los murmullos de las chicas, ella por otro lado decide mantenerse al margen. No quiere decir nada al respecto porque conoce su lengua y no se quedará callada. Se levanta de la silla y decide irse a casa.

Cuando la puerta de atrás del club se habré ve a su jefe fumando un cigarrillo, ella pone la mirada en el cielo y continúa su camino.

Que no se de cuenta que soy yo.

-Laura - la llama ella salta del susto en su mismo lugar.

-Buenas noches Jefe -avanza y el se interpone en su camino rápido. Su cabello se nueve de un lado al otro y esos ojos celestes la observan con detenimiento. Lo mira a los ojos y ponge la mirada más fría y disgustada que puede tener. El desdén.

Él sonríe y toma mi hombro.

-Te llevo a casa -dice mirándola.

Lucas no puede evitar sentirse algo intrigado por ella, su manera de tratar a los clientes, su manera en que los controlan, les sonríe se impone ante ellos, todo lo que ella hace hace que él quiera estar sentado entre la gente y que lo trate igual a ellos para saber que es lo especial que tiene.

-No gracias -responde con firmeza. Toma un poco de aire y se mueve a un costado para continuar su camino.

Lucas no está dispuesto a rendirse, quiere saber quién es la chica que trabaja con él.

Cuando ella siente sus pasos detrás se detiene y se voltea a mirarlo.

-Yo soy si empleada dentro de club, pero fuera de él no, le pido por favor que deje de seguirme...

Lucas comienza a reírse y ella se queda en silencio, aprieta los puños ya con disgusto.

-La calle es un lugar público, yo también voy en esa dirección -le dice con cierta picardía en su voz y avanza por un costado de ella.

Ella lo mira y se cruza de brazos. Amaba en dirección hacia el club. Lucas no se queda atrás

-Cierto me olvidé algo -dice y la sigue. Ella se detienen en seco y sus cuerpos chocan.

Ella se voltea de a verlo. Sonríe y inclina su cabeza, se acerca a él y suelta un suspiro muy cerca de sus labios. Él se lame los labios, ella mira los labios de Lucas y luego mira sus ojos.

-Sabe me sorprendió ese día en la azotea, pero al verlo ahora me doy cuenta que es uno más del montón, otro que simplemente ve lindas piernas y tetas grandes, ojos y boca, pero no ve más allá de eso.

Lucas se queda sin palabras, mira esos ojos azules con delineador negro intensos, esos ojos que solo expresan un sentimiento vacío. Ella se aparta de él y continúa su camino. Sube al primer taxi que se le presenta y le da la dirección de su casa.

Cuando está en el auto suelta un suspiro y saca su teléfono, busca el nombre de Gcarlo y lo llama.

-¿Dime qué paso? -habla primero él con preocupación.

-¿Gean puedes venir hoy a mi casa? -le pregunta ella con la voz cansada y apenada pero por sobre todo nerviosa.

Esos nervios son los mismo que sintió cuando por primera vez alguien llamo su atención.

Gean mira a la chica que está delante suyo, su compañera de clases con la que quedó a estudiar, él lo piensa unos segundos.

De inmediato, cuando está por aceptar vienen las palabras de sus amigos a su cabeza, los consejos de que no debe de ir cada vez que ella lo llame, que ellos ya no son novios, y que debe ella también respetar sus tiempos.

-Ahora no puedo, estoy en mi habitación con una amiga, estudiaremos...

El carro frena de golpe y la cabeza de Paula choca con brutalidad contra la silla, ella siente como algo caliente se desliza por su rostro, mientras que intenta recobrar la conciencia. Escucha algunos insultos y después ve como le están quitando su teléfono y si billetera.

El taxista es parte del robo, pero desde que ella subió le estuvo mirando las piernas, ese viejo asqueroso no solo tiene planeado el robo, sino tiene pensado hacer más cosas con ella.

Lucas pasa con el auto por el costado del taxi y se percata que el taxista se ha bajado de este y está ingresando a la parte de atrás. La escena le parece extraña, asi que decide dar la vuelta en la siguiente intersección.

Paula intenta cobrar conciencia, ella ve como los cómplices del taxista está subiendo a una moto y arrancando. Paula ve al taxista abrir la puerta.

-Señor yo no...

Su voz es apenas audible el golpe fue certero, siente que en cualquier momento se va a desmayar. Él taxista comienza a tocarle las piernas a lo que ella intenta desesperadamente apartarse de ella.

-Aléjese...

-¿Eso también le dices a tus clientes zorra de mierda? -le pregunta mientras está por meterle las manos entre las piernas.

Paula está perdiendo sangre, con su inútiles movimiento intenta apartarlo, el hombre está excitado de tenerla débil, ideas inimaginable se le pasa por la cabeza. Mientras que su cerebro de ella grita alerta, pero si cuerpo no reacciona a él.

-Enfermo -grita Paula, mientras intenta apartar para que los sucios dedos del taxista para que no logré su cometido. Piensa en ese momento en Dios y súplica que alguien aparezca para salvarla.

-Zorra, hoy seras...

Lucas estaciona su auto y baja, escucha el grito de Paula apenas es audible. Ve al taxista con las manos entre las piernas de Paula. Toma al taxista del pantalón y tira de él con toda la fuerza que tiene, lo saca del auto y lo tira al piso, no lo deja levantarse.

-Puta escoria de mierda -grita. Lo comienza a patear en el piso con mucha fuerza, sus botas de cuero chocan contra las costilla de ese viejo.

No se detiene hasta que escucha algo romperse dentro. Él hombre llora en el piso, mientras súplica que ya no lo golpeé. Cuando intenta ponerse de pie, le da un patada en la cabeza y lo patea más fuerte.

Lo golpea con fuerza, en realidad desea matarlo, ese instinto asesino que lo caracteriza entre sus amistades sale a relucir, la cara del hombre está desfigurada y sin duda varios "crack" han sonado.

Paula se arrastra hacia fuerza del auto, él se detiene cuando ve a Paula mirarlo y luego desvanecerse.

Lucas corre hacia ella, ve su frente llena de sangre y abierta. Sabe que por pegarle al hombre se encontrará en problemas, decide dejarlo ahí para que muera. Mientras sube con desesperación a Paula a su auto.

Conduce hacia el hospital más cercano para que atiendan a Paula, cuando llega al hospital municipal, baja rápido del auto y con ella en brazos ingresa a emergencias.

Todo los observan, una enfermera corre hacia adentro y trae una camilla, todos los atienden rápido. El enfermero detiene a Lucas cuando él va a ingresar con ella al área de saturación.

-Espere aquí, en un momento la señorita pasará a tomarle los datos.

Una enfermera con miedo toma su lapicera y si cuaderno, camina lentamente hacia Lucas y le toca el hombro.

-Señor yo le tomaré los datos -dice ella en voz baja. Lucas mira hacia abajo para encontrarse con una niña de cabello rizado lentes oscuros y ojos pequeños.

-Claro.

Lucas siente ternura por ella, así que con mucha amabilidad responde todas sus preguntas, todo porque le hace recordar a su hermana menor.

Cuaneo terminan de tomarle los datos. Él se sienta en la sala de esperas, con paciencia van pasando los minutos.

Su teléfono no para de sonar en su bolsillo y cuando ve el nombre de quién lo llama decide apagar el teléfono para poder descansar un poco más.

Después de dos horas en el emergencia, la doctora que atiende a Paula sale para informarle el estado en que se encuentra Paula.

-Le sacamos las radiografías correspondientes y todo de encuentra estable, pero deberá quedarse está noche o por lo menos hasta que se levante y se la pueda llevar a casa.

Lucas asiente con la cabeza, mientras solicita ver a Paula. Algo dentro de él sabía que algo malo pasaría y no dudó en ir tras ella.

No se siente mal por lo que le hizo al chofer y menos por dejarlo a su suerte, lo más seguro es que ya lo ayudaron.

Lucas camina entre las camas de urgencias hasta que llega a la cama de Paula. La mira detenidamente y ve un mechón de cabello algo marrón, pero no es de su tipo color negro. Cuando está por acercarse una enfermera lo interrumpe.

-Señor, valla a la sala de espera. La paciente se encuentra descansado.

Paula acaba de ser salvada por una enfermera y que si el jefe describe la verdad lo más seguro la despedira.

Le hace caso a regañadientes a la enfermera y le dedica la última mirada a Paula y sabe que se encontrará bien o bueno solo por voy.