Su rostros es de indignación, se queda con la boca abierta, luego la cierra, se concentra en caminar hacia el baño. Empuja la puerta con cierta frustración porque su jefe no la ha reconocido, pero también respira con tranquilidad pues su identidad aún es secreta.
Se mira al espejo y se acomoda los lentes, se amarra el cabello pequeño que tiene y sale.
-¿Adela? -susurra para si misma. Ella pasa por el costado de su amiga.
GeanCarlo alza la mano y ella va corriendo hacia él. Se sienta.
-¿Qué vamos a pedir hoy? - le pregunta.
Ella está distraída tomando su teléfono con nerviosismo y enviando mensajes a una chica de la universidad.
-Pide lo que desees tu -dice ella. Gean toma la mano de Paula y ella lo mira a los ojos.
-¿De alguien que conoces está aquí? - le pregunta. Ella lo mira a los ojos y sabe que su falta de respuesta es una afirmación.
Se levanta de la mesa y tira del brazo de su amigo.
-Siéntate - ordena molesta, cuando se ha levantado para buscar con la mirada al conocido de Paula.
-Vamonos, no seas tonta si...
Paula comienza a reírse.
Agarrándose la cintura a su amigo y lo acerca demasiado a su cuerpo, suelta un ligero aire en su oreja y hace que su cuerpo se estremezca.
-No sé quién es el más tonto aquí, pero quiero comer, siéntate por favor -dice con la voz más sensual que le puede salir.
Cuando gira la cabeza hacia la derecha, lo ve, ese hombre la está mirando fijamente, ella también lo mira y ve que se ha puesto de pie.
-Besame ahora -ordena.
-¿Qué? - pregunta.
A Paula no le queda de otra, su jefe se está acercando demasiado rápido, la tensión entre esas miradas es algo que no puede resistir. Necesita escapar.
Pone ambas manos en el rostro de su amigo y lo besa, sus labios chocan. Al principio no de sincronizan, pero ahora logra la sincronización perfecta.
Cuando se apartan ve a Adela caminar hacia el jefe.
-Qué hermoso es el amor a esa edad, ¿ No lo crees? -le pregunta Adela mirando a su jefe.
Sus ojos se fijan en la muchacha de lentes.
-¿Por siacaso sabes quién es la Gata? -le pregunta. Agarra su vaso de agua y comienza a tomar.
-No señor - dice ella, su incomodidad aflora de inmediato cuando le preguntan por ella.
-Hazme un favor, pregúntale su nombre - ordena. Guarda su teléfono y llama al mesero.
Adela agacha la cabeza y luego la vuelve a alzar cuando siente los dedos en su mentón, se quedan mirandose a los ojos.
-Adela ¿ Estás celosa? - le pregunta concierta curiosidad.
Adela agarra la mano de su jefe y la aparta lentamente.
-Ella es muy bonita, todos la desean pero nadie puede tenerla porque su corazón ya tiene dueño, llamelo como usted desee, celos, envidia pero ella causa eso en todas -dice con mucha sinceridad y es como al expresarse se hubiera quitado un peso de encima.
Él no quiere hacerla sentir mal, menos hoy que la invitó a comer por su cumpleaños, solo quita la mirada y mira a la chica de lentes que está riéndose.
Se siente intrigado por esa muchacha, porque la manera en cómo se acercó a su novio le hizo recordar de inmediato a La Gata.
-¿Quién es ese hombre al que tanto miras? -le pregunta con mucha curiosidad su amigo.
-Es imposible que me reconozcan aquí, me asusté por las puras - dice riéndose ella. Mira su plato de comida y le da el primer bocado.
-Paula responde, realmente me preocupa que mi exnovia este,ya sabes metida en esas ...
-Nunca menciones que salimos, gracias a ti...
-No te casaste con un viejo -dice con orgullo él. Su amiga le apunta con el tendedor molesta y quiere asesinarlo.
-Fui una estúpida por escaparme contigo el día de mi boda, pero no me arrepiento tiene razón. Seguro y me casaría con un viejo, te imaginas yo cambiando pañales o dándole besitos, me mataba antes -dice con voz chillona.
GeanCarlo se comienza a reir y sigue masticando.
-Lamento mucho que no funcionará.
-Me debes la vida, pero me salvaste también. No vuelva a mencionar que estuvimos juntos, solo seamos amigos.
Los ojos de GeanCarlo se oscurecen y ese brillo tan típico se apaga, es como si no fuera el mismo con toda la felicidad que carga encima.
El castaño nueve su cabello de un lado al otro y le muestra su mejor sonrisa.
Por otro lado en la mesa del jefe las risas son parte de la cena, Adela se le hace cada vez más agradable y más simpática. La conversación fluye como si fueran grandes amigos, después de todo casi tiene la misma edad.
-Jefe - dice ella.
-¿Te puedo pedir un favor?
-Él que usted quiera -dice ella con coquetería.
-Llamame Lucas - dice él. Toma la mano de Adela y le a un ligero apretón.
Ella asiente con la cabeza.
-¿Lucas que edad tienes? -pregunta sin soltar su mano.
-Tengo treinta y dos años - dice él. Ella se lleva la mano a la boca y niega con la cabeza.
-Imposible. Te ves tan joven.
-Gracias - dice él. Él retira su mano para limpiarse con la servilleta de tela el bozo.
-Me ha dado algo de calor, me permites iré al baño.
-Claro -_ dice ella muy educada. Cuando lo ve irse ella dirige su atención a la mesa que tanto ha observado el jefe.
La chica de cabello marrón está riendo con el chico castaño, mientras los ve mover la boca, se ven realmente adorables y inclina la cabeza para imaginarse eso mismo con Lucas.