Valentina y el reloj del tiempo
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Capítulo 5 Capitulo 4

Tendrán

30que ir a investigar y atrapar al culpable. Como Valentina

es nueva y su trabajo consiste en ser agente del tiempo,

no le vendrá mal ir con Blue para enseñarle el trabajo de

campo -señaló Einstein.

-¿Está seguro profesor? Ya lo pasó mal en su

primer viaje al pasado, lo más seguro es que se maree.

Acabó bastante mal en mi tienda -le mencionó Rupert.

-Tranquilo, Hughes. Sé que lo hará bien -le dijo

Einstein, para después dirigirse a Valentina-. ¿Estás

animada Valentina? -le preguntó.

-Sí, no estaría mal saber que se hace -le contestó

ella.

En ese momento, Blue, Valentina y Leopold se di

rigieron al almacén. Cogieron sus artilugios para poder

defenderse y hacer la misión. En ello estaban cuando,

Blue le dijo a Valentina:

-Ten, Valentina. Aquí tienes el casco, un pintala

bios, nuestras esposas especiales, este auricular pequeño

para la oreja que sirve para poder entender los dialectos

de todas las lenguas del mundo, tanto del pasado como

el presente, y la gabardina que nos identifica como agen

tes del tiempo. -Valentina cogió el auricular, se lo puso

en el oído y lo activó.

Cuando lo hizo, empezó a mirar extrañada la gabar

dina y pensando en voz alta, aunque no muy fuerte, dijo:

-Qué raro. He visto esta gabardina en algún otro

sitio hace poco.

Blue no la entendió del todo y le preguntó:

31-¿Qué has dicho? Por cierto, si usas el reloj dentro

de la Agencia no te afectará tanto el viaje en el tiempo.

Es gracias a Leopold, que modificó la máquina para que

no nos afectara, aunque yo ya me acostumbré -le ex

plicó Blue.

-No, he dicho nada. Hablaba conmigo mismas -

contestó Valentina-. Y exactamente, ¿para qué sirve

este pintalabios? ¿Tenemos que estar guapas en todo

momento? Aparte, este color es muy oscuro, si te lo

pones parece que seas gótica -comentó Valentina.

-Gracias por decir que el color es de gótica, es mi

color favorito -le dijo Blue algo molesta-. Pero no es

un pintalabios cualquiera, se usa para dejar KO, por si

te descubren.

En ese momento, Valentina se fijó en que el color

de los labios de Blue era del mismo que el del pintala

bios: morado oscuro... Sin darse cuenta, había metido

la pata.

-Chicas -les interrumpió Leopold-, no es un

buen momento para estar de charla. Cojamos todos los

artilugios y para la sala de viajes.

Los tres se dirigieron a la sala. Blue le enseñó como

modificar la fecha en el reloj a Valentina y, posterior

mente, los tres le dieron al botón a la vez. Mientras esta

ban en el agujero de gusano, Blue le dijo a Valentina que

abriera los ojos; que no tenía que perderse los colores y

la vista mientras viajaban al pasado. Valentina empezó

a abrir los ojos poco a poco hasta que lo hizo del todo

32y, entonces, se quedó impresionada. Era verdad lo que

dijo su compañera: una vista espectacular y colores por

todos los lados. Parecía que estuviera viendo una aurora

boreal; nunca iba a olvidar esa imagen.

Blue le preguntó si le gustaba esa sensación que le

llenaba y le comentó que por eso mismo ella adoraba

ese trabajo. Aparte de vivir experiencias inolvidables,

era por lo fascinante de ayudar a que todo siguiera igual.

Al fin, llegaron a la fecha indicada. Leopold se di

rigió a las chicas y les preguntó si estaban bien. Cuando

iban para el punto exacto del campamento, de la nada,

surgió un explorador romano. Este les preguntó quiénes

eran y por qué estaban en esa zona. Todos levantaron

las manos y Blue le dijo a Valentina:

-¿Ves el pintalabios en el bolsillo de atrás de mi

pantalón? -Valentina asintió-. Bien, pues lentamente

cógelo y apunta al romano. No debe alertar a los demás

que estamos aquí.

-Pero ¿un pintalabios nos va a salvar en este mo

mento? -le preguntó Valentina.

-Sí, tú hazme caso. No aparenta ser lo que es -le

contestó Blue.

Valentina hizo caso y lentamente, sin que se diera

cuenta el romano, cogió el pintalabios mientras Leopold

distraía con explicaciones absurdas a este. En medio de

una de esas explicaciones, Blue gritó:

-¡Leo, al suelo!

33Tras escuchar el grito, tanto Blue como Leopold se

agacharon, pero Valentina se quedó petrificada.

-¡Tira de la parte de abajo hacia ti mientras apun

tas al romano! -le explicó Blue.

Valentina, ya de los nervios, accionó el pintalabios,

pero no apuntó al romano. Por fortuna, sí le dio al ca

ballo, lo cual hizo que el romano se diera un golpe en

la cabeza con una rama de un árbol y cayera al suelo

inconsciente.

Blue y Leopold se pusieron de pie y se quedaron

mirando a Valentina.

-Pero ¿tú apuntaste al romano o al caballo? Pobre

animal no te hizo nada -le dijo Blue, mientras se le

escapaba una risa nada más acabar la frase.

-Definitivamente, con los nervios, no miré donde

apuntaba -le contestó Valentina-. Igualmente, no soy

muy fan de los caballos. No sabía que era un pintalabios

eléctrico. ¿Ya existen en vuestro tiempo? -preguntó

curiosa Valentina.

Leopold al escucharla decir que no era muy fan de

los caballos, se rio. Blue le comentó que era la primera

chica que hacía reír a Leopold, ya que ella nunca lo vio

así. En ese momento, Blue pensó que al final sí que aca

baría siendo divertida la misión.

Llegaron cerca del campamento, y fue entonces

cuando Leopold les contó el plan a llevar a cabo. Al

acabar, se pusieron en marcha. El chico se puso la ar

madura del romano aturdido, se montó en el caballo

34y se dirigió al campamento para averiguar qué estaba

pasando. Las chicas se quedaron fuera esperando, y

justo en ese momento, aparecieron dos agentes de la

Agencia Tempus. Valentina se los quedó mirando de

pie. Afortunadamente, Blue la cogió de la gabardina y

la tiró al suelo antes de que esos dos agentes la vieran.

Valentina, extrañada, se dirigió a Blue.

-¿Esos quiénes son? -le preguntó-. Parecen

que sean de los nuestros, pero llevan otro sello diferente.

-Son de la Agencia que intenta aprovecharse de

los cambios del tiempo para su beneficio. Para resu

mírtelo, ellos son los malos y nosotros los buenos -le

respondió Blue-. Arrgg y no está Leo cuando se le

necesita. Tendremos que hacerlo nosotras mismas. Por

lo que veo solo hay dos. Sal tú y los distraes mientras yo

les atizo una descarga -convino Blue.

-Tengo una idea mejor: yo les distraigo y tú los

capturas -le dijo Valentina-. No hace falta dejarlos

inconscientes. ¿No quieres saber si hay alguno más? -

le preguntó.

-¡Vaya! ¿Y eres la nueva? -preguntó Blue sor

prendida-. Venga, hacemos eso. Tengo una red en el

reloj que se dispara.

Una vez acordado el plan, Valentina se dispuso a

salir.

-¡Hola chicos! ¿No hace una noche fresquita? -

les preguntó Valentina.

35Los dos Agentes se giraron de golpe y uno de ellos

le gritó:

-¡Tú eres de la Agencia del tiempo! ¿Has venido

tu sola? Qué valiente. Vamos Charlie, ve a por ella.

Valentina les sonrió.

-¿Tú crees que una chica tan dulce como yo estaría sola? ¡Ahora Blue! -gritó Valentina.

Blue salió de la nada y les lanzó la red. Los dos

quedaron atrapados. Ella se dirigió a Valentina y le dijo:

-¿Chica tan dulce? Y luego soy yo la creída de la

Agencia -dijo sonriendo.

-Bueno... ya voy cogiendo confianza. Esto de ser

una agente, me está gustando y mira que es mi primera

misión. Y sin tener formación -dijo Valentina rascándose la cabeza.

En ese momento, apareció Leopold vestido de romano y vio la escena de los dos intrusos capturados.

-Siempre soy yo el que tiene que hacer el trabajo

sucio de vestirse e ir de incognito. Y al final, nunca atrapo a nadie -comentó resignado Leopold.

Los tres empezaron a preguntar a los agentes capturados. Ambos les aseguraron que no había nadie más;

que les enviaron a ellos porque el trabajo era muy fácil

de hacer. Blue, Valentina y Leopold pusieron los relojes

a la fecha correcta del presente y volvieron con los intrusos a la base general.

Einstein y los demás agentes les estaban esperando

en la sala de control. El resto de compañeros se llevaron

36a los agentes capturados al calabozo. El profesor les felicitó y se dirigió a Valentina para explicarle dónde estaba,

en qué consistía el trabajo, quiénes eran los de la otra

Agencia y las reglas básicas de los viajes en el tiempo.

En ese momento, Blue interrumpió y le comentó

al profesor que lo dejara para el día siguiente, ya que

acababan de venir de una misión y debían de comer algo

en la cafetería. Una vez el profesor accedió, las chicas

se dispusieron a salir de la sala central. Valentina suspiró al saber que podían descansar y le preguntó a Blue

si dentro de la Agencia había algún sitio donde poder

dormir, ya que donde vivía su tío solo disponía de una

habitación. Blue le dijo que dentro de la Agencia ha

bía habitaciones para los interinos que no tenían donde

dormir. Las dos chicas cogieron el ascensor para ir a la

cafetería, en el cual por pura casualidad se encontraron

con Mike Duffour. Blue le saludó cordialmente mientras

Valentina se quedó mirando fijamente al señor Duffour.

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