Capítulo 3 3

-Uh, sí, claro. Mi papá probablemente esté trabajando hasta las 6 de la noche de todos modos, así que tengo algunas horas para matar antes de que me espere - Agarré su mano y la llevé a mi boca, depositando besos en el dorso - ¿Edgar? - Pregunté, aún sosteniendo su mano entre las mías.

-¿Sí?

-Estoy nerviosa por conocer a tu familia. Son muy importantes para ti. ¿Qué pasa si no les gusto?

-Bella. Entiendo que estés nerviosa. Eres tan tímida - Añadió, haciéndome cosquillas en el costado con la otra mano - Pero te prometo que te van a amar. ¿Cómo no iban a hacerlo? Verán lo que yo veo.

Bueno. Ahora tenía algo completamente nuevo por lo que estar nerviosa. ¿Edgar acaba de dar a entender que me amaba?

-Bebé - Edgar suspiró, parándose frente a mí, agarrando mis manos entre las suyas - Vamos. Relájate. Sonríe. Solo sé tú misma.

-Gracias, Edgar. ¿Qué haría sin ti? - Me puse de pie y envolví mis brazos alrededor de su cintura.

-No lo sé, pero nunca lo averigüemos, ¿de acuerdo? - Edgar habló en mi cabello.

Edgar me llevó a mi lado del auto y me abrió la puerta.

El resto del viaje fue bastante tranquilo. La verdad es que estaba nerviosa por conocer a la familia de Edgar, especialmente a su madre y su hermano Richard. Aparentemente, su hermano Emmanuel era un tipo amante de la diversión y amaba absolutamente a todos. Edgar me había asegurado que una vez que Kendra me tuviera en la mira, nunca me dejaría ir. Aparentemente, le encantaría tener una chica cerca para peinarse y 'hacer todas esas cosas femeninas', para citar a Edgar. Su padre siempre estaba feliz si sus hijos estaban felices, así que no anticipé un problema allí.

Las madres eran tan protectoras con sus hijos. Estaba enfocada en causar una buena impresión con la mamá de Edgar. Y con Richard, siendo el introvertido, me preocupaba que no fuera capaz de expresar cómo se sentía realmente, o que pensara que le estaba quitando a su hermano mayor y confidente.

-Mariabella, cariño, háblame. Me estás poniendo nervioso, y ellos son mi familia - Edgar finalmente rompió el silencio en el auto.

-Lo siento, Edgar. Estoy bien. Lo prometo. Estoy muy emocionada por el verano y todo el tiempo que podemos pasar juntos. Estos serán cuatro meses increíbles.

-Lo serán, cariño - llevó mi mano a sus labios y la besó, dejando sus labios en mi mano por un rato - Y no me pidas disculpas por tus sentimientos. Sé que estás nerviosa. Pero, ángel, vas a estar genial - Puso otro beso en mi mano antes de apretarla.

Viajamos en silencio durante otros cinco minutos. Edgar se salió de la carretera y comenzó a conducir por un largo camino lateral que básicamente nos llevó directamente al bosque.

-Estaban aquí.

            
            

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