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-¡Papá! - chillé, medio emocionada, medio sorprendida. Solté la mano de Kendra y salté a sus brazos.
-Hola, Mariabella - Me envolvió en sus brazos grandes y fuertes y me sentí como una niña pequeña otra vez. No lo había visto desde las vacaciones de Navidad y no me di cuenta de cuánto lo extrañaba.
Finalmente me soltó y me miró - Entonces, ¿escuché que tienes a alguien a quien presentarme? - Preguntó.
Le había dicho a mi papá por teléfono que había comenzado a salir con Edgar. Me dijo que conocía bien a los Barrington, lo cual no era sorprendente, considerando lo pequeño que era el pueblo, y que, como supervisor de guardia de seguridad con muchos clientes, mi papá conocía a casi todos. Dijo que todos los Barrington eran buenos chicos. Creo que esa fue su forma de hacerme saber que aprobaba la relacion.
Me reí, repentinamente nerviosa de nuevo, aunque no tenía razón para estarlo - Papá, me gustaría presentarte a mi novio, Edgar - Extendí mi mano hacia Edgar, quien estaba de pie allí, sonriéndome - Edgar, mi papá, Arthur.
Edgar extendió su mano para estrechar la mano de mi papá. Mi papá le estrechó la mano y luego tiró de Edgar hacia él y le dio unas palmaditas en la espalda en una especie de medio abrazo.
-Es bueno verte de nuevo, hijo.
-Usted también, señor - Edgar parecía completamente a gusto con mi padre.
-Oye, hermano. ¿No nos vas a presentar a tu chica? - Escuché una voz atronadora detrás de mi papá. Mis mejillas se sonrojaron cuando me di cuenta de que había otras personas en la habitación con nosotros.
-Sí, Emmanuel - Edgar tomó mi mano y me acompañó un poco más hacia la sala de estar.
-Mariabella, esta es mi mamá, Helena y mi papá, John.
Helena dio un paso adelante con una sonrisa brillante y me dio un suave abrazo -Es tan agradable conocerte finalmente, cariño.
Supongo que aquí es donde Edgar adquirió la costumbre de poner apodos cariñosos a todos.
-A ustedes también - Murmuré de vuelta, mis nervios de vuelta con toda su fuerza.
-Mariabella. Hemos oído hablar mucho de ti. Parece que nuestro hijo mayor está bastante enamorado de ti - Dijo el padre de Edgar, con una sonrisa amistosa en su rostro.
-Gracias, Señor - Respondí, mirando a Edgar, quien me observaba con una sonrisa en su rostro. Me guiñó un ojo y asintió afirmativamente.
-Está bien, Mariabella - Edgar tomó mi mano de nuevo y la apretó - Estos son mis hermanos, Emmanuel y Richard.
Parecían polos opuestos. Emmanuel era grande y ruidoso, y Richard tenía una complexión más delgada, y parecía esconderse un poco detrás de su cabello rubio hasta la barbilla. Podría relacionarme.
-Hola, Mariabella - Emmanuel habló primero - Encantado de conocerte finalmente. Edgar no ha dejado de hablar de ti en los últimos meses. Me ha estado volviendo loco de conocerte. Pensé que te traería a casa para las vacaciones de primavera o algo así, pero aparentemente él. Ni siquiera había hablado contigo todavía.
Mi cara se volvió hacia la de Edgar. No tenía idea de que estaba hablando con su hermano sobre mí antes de que nos conociéramos. Él solo me sonrió y se encogió de hombros, como si no fuera una sorpresa.