El Castigo del CEO
img img El Castigo del CEO img Capítulo 7 Capitulo 7
7
Capítulo 10 Capitulo 10 img
Capítulo 11 Capitulo 11 img
Capítulo 12 Capitulo 12 img
Capítulo 13 Capitulo 13 img
Capítulo 14 Capitulo 14 img
Capítulo 15 Capitulo 15 img
Capítulo 16 Capitulo 16 img
Capítulo 17 Capitulo 17 img
Capítulo 18 Capitulo 18 img
Capítulo 19 Capitulo 19 img
Capítulo 20 Capitulo 20 img
Capítulo 21 Capitulo 21 img
Capítulo 22 Capitulo 22 img
Capítulo 23 Capitulo 23 img
Capítulo 24 Capitulo 24 img
Capítulo 25 Capitulo 25 img
Capítulo 26 Capitulo 26 img
Capítulo 27 Capitulo 27 img
Capítulo 28 Capitulo 28 img
Capítulo 29 Capitulo 29 img
Capítulo 30 Capitulo 30 img
Capítulo 31 Capitulo 31 img
Capítulo 32 Capitulo img
Capítulo 33 Capitulo 33 img
Capítulo 34 Capitulo 34 img
Capítulo 35 Capitulo 35 img
Capítulo 36 Capitulo 36 img
Capítulo 37 Capitulo 37 img
Capítulo 38 Capitulo 38 img
Capítulo 39 Capitulo 39 img
Capítulo 40 Capitulo 40 img
Capítulo 41 Capitulo 41 img
Capítulo 42 Capitulo 42 img
Capítulo 43 Capitulo 43 img
Capítulo 44 Capitulo 44 img
Capítulo 45 Capitulo 45 img
Capítulo 46 Capitulo 46 img
Capítulo 47 Capitulo 47 img
Capítulo 48 Capitulo 48 img
Capítulo 49 Capitulo 49 img
Capítulo 50 Capitulo 50 img
Capítulo 51 Capitulo 51 img
Capítulo 52 Capitulo 52 img
Capítulo 53 Capitulo 53 img
Capítulo 54 Capitulo 54 img
Capítulo 55 Capitulo 55 img
Capítulo 56 Capitulo 56 img
Capítulo 57 Capitulo 57 img
Capítulo 58 Capitulo 58 img
Capítulo 59 Capitulo 59 img
Capítulo 60 Capitulo 60 img
Capítulo 61 Capitulo 61 img
Capítulo 62 Capitulo 62 img
Capítulo 63 Capitulo 63 img
img
  /  1
img

Capítulo 7 Capitulo 7

ARES PROKOPIS.

_ Está es Hanah Marshall_ dijo Ares, dándole una fotografía al detective privado que había contratado para que localizará a su futura esposa, quien se encontraba prófuga desde hace una semana_ Dentro de un mes nos casaremos, y para entonces tengo que haberla encontrado.

Walton, que esperaba una rubia de ojos azules espectacular, con cara y cuerpo de modelo, se quedó confundido, al ver a la chica de cabello oscuro, ojos grises, y sonrisa dulce. Parecía tan joven que no la veía adecuada como la futura esposa de un hombre como Ares.

Walton Henderson era un veterano de guerra, retirado de la acción, hacía ya casi veinte años, ahora era un investigador privado de gran prestigio, y cazarecompensas de medio tiempo, había llevado casos difíciles de resolver, había encontrado personas que no querían ser atrapados, astutos, y peligrosos. Pero, que podía hacer contra una joven que había huido de su propia boda? Era casi una niña, la chica de la foto, no era la clase de personas que a él le divertía cazar. Miró a su cliente con expresión poco alentadora.

La fortuna de Ares Prokopis le venia del gran éxito que tenían los viñedos Prokopis tras generaciones, y la producción de vinos, en la región de Oregón. Exportaban sus vinos Merlot a otros países, además de ser propietario de una cadena hotelera con el mismo nombre del vino que producía. Era un empresario brillante, un excelente atleta, y según la prensa amarillista, un hombre mujeriego. Ares rozaba el metro noventa, tenía constitución atlética, un temperamento inflamable y, en resumen, un aspecto intimidatorio, era la clase de hombre que preferirías tener como amigo, nunca como enemigo.

_ Ya tienes todos los detalles que necesitas saber_ espetó Ares impacientado.

_ Dijo que su único familiar cercano, vivía en Inglaterra, así que, eso me deja sin muchas opciones_ replicó Walton.

_ Así es Herderson_ dijo Ares_ No le será muy difícil dar con ella, supongo? Espero lo haga con la mayor discreción, y cuando la encuentre no se acerque a ella, quiero ser yo a la primera persona a quién vea.

_ Está bien señor Prokopis, se hará todo como guste, y desde luego que no será problema para mí hallarla señor Prokopis. Pero hay algo que aún no me queda claro_ dijo Walton un poco indeciso_ Porqué quiere casarse con alguien que huye de usted?

_ Verá usted señor Herderson. Decidí hace mucho tiempo que no me casaría_ dijo Ares_ Pero no dejaré que está mujer tenga tanto poder sobre mí. Ella puede acabar con el buen nombre de mi apellido si decide ir contando por ahí cosas que no son, y no lo permitiré.

_ Ya_ susurró Walton_ Entiendo_ obviamente el señor Herderson sabía todo el embrollo que se había suscitado entre la chica de la fotografía y su jefe, pero a él solo le interesaba cumplir con lo que se le encomienda, jamás se involucra más allá de lo que debería, era justo por eso que tenía tanto prestigio entre los ricos y famosos.

Ares miraba por la ventana y recordaba la primera vez que había visto a Hanah, a la sombra de aquel árbol cuando apenas era una cría de aspecto tan vulnerable, le había parecido una muñequita de porcelana, frágil e inusualmente bella, inmediatamente sintió deseo de protegerla. Luego fue viendo cómo se transformaba con el paso del tiempo en una hermosa señorita, siempre con la cara oculta detrás de un libro, y aunque no era una mujer de mundo ni experimentaba, gozaba de ingenió, una enorme fortaleza interior, y un carácter tranquilo.

Había sentido deseos de conocerla, de acercarse a ella, poder entablar alguna conversación interesante, quería descubrir que había detrás de esos hermosos ojos grises, que tantas veces había descubierto observándolo con descarado interés. Se había llevado una gran sorpresa cuando descubrió que la ardiente mujer medio desnuda sentada en su regazo aquella noche en el jardín de su mansión, era la misma dulce e inocente chica, del que estaba enamorado desde hacía ya tanto tiempo, tenía que hacerla suya por completo, y luego al descubrir que había sido su primer hombre aderezo todo lo demás, pensó en que debía poseerla para siempre, una mujer capaz de hacer que su cuerpo ardiera en llamas en solo minutos merecía un lugar en su cama todas las noches. Pero ella daño todo aquello, dio su estocada final, era una más del montón, incluyendo a la codiciosa de su hermana mayor Monique, quien había tratado de seducirlo una y otra vez sin parar, pero al parecer se dio por vencida al ver que mi interés no estaba en ella.

Hanah en cambio fue más astuta, se había tomado su tiempo para realizar un plan más elaborado, se arrastró hacia él como una serpiente venenosa, silenciosa, y increíblemente seductora, había conseguido en una noche, lo que ninguna mujer había podido en años. Pero; ahora había huido, que es lo que planeaba con eso?, cual seria su próxima jugada?

En un pueblo tan pequeño como Snowfiel los chismes como éste divertían a mucha gente. Algo que él había aprendido justo en esos momentos, Hanah lo había convertido en el hazme reír y eso se lo haría pagar muy caro.

Ninguna mujer lo iba a ridiculizar de esa manera, él jamás lo permitiría, la haría su esposa, Hanah sería suya, y cuando empezará a resultar peligrosa para su estilo de vida, la dejaría a un lado, se divorciaria de ella a los seis meses después de casado, la echaría a la calle sin un centavo, había pagado un precio muy alto por tener ese placer. La quebraria por ser una mujer tan despiadada y ruin, la odiaba por burlarse de él, pero más se odiaba a si mismo por llegar a enamorarse de una mujer que valía tan poco como Hanah Marshall, una mujer que aún deseaba, y no podía sacar de su cabeza.

Aún Hanah, tenía muchas cosas que explicarle, tenía tantas interrogantes, que le dolía la cabeza de tanto darle vueltas al asunto. Su padre desde el incidente se ha negado a hablar del tema, los padres de Hanah estaban más preocupados por las murmuraciones que de su hija, y Monique parecía disfrutar con el drama y la atención. Dios como las odiaba. pensó Ares.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022