- ¿Eso crees? Que tengo una relación "¿Rara?" - se rió fuerte y prolongado por unos segundos.
- Bueno, creo que le temes a la reacción de tu papá. Tal vez quieres seguir con esa imagen de niña buena ante sus ojos y que no se entere que te vez con un hombre a sus espaldas y que ya no eres la hijita que papi complace en sus caprichos. Creo que él cree que tu eres una cosa de su propiedad y estas ahí para que él este feliz y conforme, como una muñequita que nadie puede tocar.
- ¡No sabes de lo que estas hablando! - se bebió todo el contenido de la copa. Vanessa dió en el clavo. - Tu no sabes nada. - sentenció con cierta amargura en su voz.
- Solo te digo lo que veo amiga - dejó que Sally le sirviera más vino. - No quiero ser metiche Sally, en serio, solo quiero que confíes en mi como antes. Me puedes contar todo, si me pediste que viniera fue por esa razón, te conozco, éramos mejores amigas ¿recuerdas?
- ¡Nada es igual que antes! Mejor no te metas con mi papá. Ay, me encanta esa canción. - Suena "Total eclipse of the heart" - Recuerdo una vez, no hace mucho, Marco y yo lo hicimos y esa cación estuvo de fondo justo durante nuestro climax. Me la dedicó y creo que hasta... - se quedó callada recordando. Vanessa no entendía la situación de Sally. Olvidaría el tema de Don Alfonso, por el momento.
Vanessa sonrió, su amiga era tan detallista contado algunas cosas pero otras... mejor era cambiar de tema.
- Esa canción es hermosa. - bebió un largo trago de su copa, saboreo el delicioso vino - Entonces me vas a decir que es eso de sexo tántrico? -
- ¡Ah si! Sexo Tántrico. - sirvió más vino para ambas, cruzó las piernas tipo Buda y comenzó a explicarle - Te explico, es una vieja práctica. Consiste en estimular a la pareja de varias maneras. La estimulación consiste en todo lo que pueden hacerse ambos antes de la penetración o el acto sexual en sí, digase, besos, caricias, olores y demás estimulos directos en la intimidad. Por ejemplo los masajes, la respiración, la conversación, cualquier juego sexualen la distancia, tales como relatar alguna fantasia erótica bien detallada que provoque la excitación en tu pareja, sonidos eróticos durante una llamada, etc.
- Ohhh que interesante, me interesa saber más, continúa.
- ¡Asi es! - Sally bebió y saboreo la bebida, continúo con mejor ánimo. - Bueno también se puede prolongar el juego ya en la intimidad, estando ya en el preambulo del acto sexual. Hacer que los besos sean extendidos, solo besarse, explorar sus bocas de muchas maneras, sin quitarse la ropa. Las caricias por todo el cuerpo hasta excitarlo, evitando tocar las partes obvias. Esto aumenta la lívido y para que sea más interesante es mayor la excitación cuando uno estimula al otro por turnos y no simultaneamente. Tocarse lentamente sin prisa y con paciencia. Cuando ambos estamos bien calientes nos detenemos y hacemos cualquier otra cosa que nos relaje, como meditar. Hablar, escuchar música, bailar, hasta nos damos una ducha cada cual por su lado. No hay ninguna prisa en volver a sentirnos excitados, pero la exitación sigue latente, la necesidad sigue ahí y eso se va acumulando pero bajo control, porque después de una hora o algo así comenzamos de nuevo. Nos podemos quitar la ropa sólo mirándonos. Podemos ver una película erótica, uno lejos del otro, solo para sentir ese deseo de ser tocados y amados el uno por le otro. Nos encerramos en habitaciones diferentes y nos imaginamos las cosas que quisiéramos hacer, sin masturbarnos, escribimos nuestras fantasías y las hacemos realidad cuando nos metemos juntos en la misma frecuencia dentro de un mismo cuarto. Cuando logramos llegar a la penetración, a las caricias directas, el orgasmo, después de unas cuarto horas acumulando esa excitación, hemos logrado jugar por días y hasta semanas, pero cada vez es mayor la satisfacción al llegar al orgasmo, no tengo palabras para describir lo que he sentido. Es algo que te hace sentir como si murieras por un instante, pero en ese momento sé que él es mío, que me pertenece y que jamás me dejará por otra. Y sé que él siente lo mismo cuando yo me desvanezco entre sus brazos, todo se multiplica por el infinito...
- Uao... que bien sabes explicar todo el asunto. Pero creo que yo llamaría a ese juego... tortura china, en lugar de sexo tántrico. Eso de calentar y luego enfriar no me parece saludable. – ríe divertida.
- Te aseguro que esas horas, dias o lo que sea, me llenan de energía, que puedo liberar cuando finalmente quiera hacerlo. Es algo que tienes que experimentar para que puedas entender.
- Creo que te entiendo, pero no es necesario sufrir durante cuatro horas, que sería para mí un tiempo exagerado, ni hablar de días, te aseguro que cuando yo tengo un orgasmo lo tengo de verdad y Jaime no necesita cuatro horas para lograrlo. Es más, podemos hacerlo varias veces durante ese tiempo en vez de una sola.
- No me entiendes! Todo es una forma de aprender a dominar la excitación, aprender a guiarla y a liberarla cuando realmente desees hacerlo. Puedes conocer mejor a tu pareja y pueden crear formas diferentes de estimulación, no sólo con caricias y besos. Marco puede quemarme por dentro sólo con una mirada, con una palabra o con un movimiento y sin quitarse la ropa. No quiero convencerte pero deberías intentar algún día conocer más al respecto.
- No veo porque no. Todas las posibilidades de ese tipo me interesan - Sally se quedó mirándola y le sirvió más vino.
- Necesito llamar a mi casa.
- Si claro. Mira ahí esta el teléfono - Sally le señalo el aparato y se quedó muy cerca de ella. Ambas estaban algo mareadas ya, por el efecto del vino. Vanessa marcó a su hogar y esperó que levantaran al otro lado.
- Ponla otra vez me encanta esa canción! - le dijo Vanessa a Sally y esta obedeció. Repitió la canción y comenzó a cantarla.
Vanessa se comunicó.
- Irene... Irene ya llegamos, estoy bien, dícelo a Mami y nos vemos mañana...
- Oye... porque estas hablando tan rápido? estas bebiendo?
- Un poquito nada más, parte de la comida. No te preocupes que no estoy en la calle y no hay ningún desconocido cerca de mí, solo cuatro paredes y mi amiga Sally. - su voz le cambiaba cada vez que decía una palabra. Sally siguió cantando y subió el tono y sonaba horrible. - Sally por favor cállate, cantas horroroso! - se echó a reir y Sally también.
- Parece que la estan pasando muy bien.
- ¡La verdad si! - pensó en el comentario que Luisa la había hecho casi una hora antes. – Luego te cuento... bye! - miró a Sally que sirvió el último chorro de vino en su copa y se lo tomó.
- ¡Espérate! Oye Jaime llamó hace unos minutos y pregunto si tenía el número de donde estabas y no supe que decirle. Sonaba muy enojado! - Dijo Irene de manera apresurada para evitar que colgara antes de contarle.
- Eso no es extraño en él. No le digas nada, cuando esté de regreso en la casa hablaré con él. Sally me acaba de explicar una técnica para hacer que se relaje - susurró para darle un aire seductor a la frase y asi darle a entender a su prima la referencia.
Sally se iba a caer de la cama y Vanessa intentó sujetarla. La soltó y Sally siguió cantando. A Don Alfonso no le estaba gustando el escándalo que Sally tenía en su habitación. Le grito que se callara. Vanessa se quedó sorprendida al escuchar a Don Alfonso gritando de esa manera.
- Mejor te dejo creo que Sally ya está borracha ...
- No me gusta nada lo que estoy escuchando. Mejor te cuidas. Hasta mañana!
- ¡Hasta mañana! - cerró. Se tiró al lado de Sally. - Tu papá no quiere que cantes amiga, mejor que bajes la voz
- ¡Al diablo! Quiero cantar ♪ "It's must have been love, but is oveeeer now ♪...". - siguió cantando. Vanessa sentía algo de sueño y cerró los ojos. Se sonreía y pensaba en lo mal cantante que era Sally.
- De verdad, cantas pésimo... - le comentó antes de quedarse dormida. Sally estaba actuando su embriaguez. Una vez que Vanessa se quedo dormida tomo las copas y la botella de vino y salió de la habitación. Se dirigió a la cocina y se encontró con Luisa que murmura "tengo que prevenir a esa señorita del peligro que corre aquí..."
- ¿De qué peligro hablas? - Sally la interrumpió en sus pensamientos. La muchacha se dio tremendo susto. Dejó caer lo que tenía en la mano y el ruido invadió toda la cocina.
- ¡Me asustó señorita!
- ¿Qué tanto hablas sola?
- Es que no tengo con quien hacerlo.
- Escúchame bien, estúpida. No te quieras pasar de lista conmigo. No tienes que hablar con nadie, no tienes que pensar, no eres nada y a nadie le interesa lo que quieras decir. Y más te vale que no te acerques a mi amiga, si no quieres que mi padre te ponga en tu lugar. ¿Entendiste?
- ¡Sí señorita!
- ¡Muy bien! Ahora sal de aquí. Métete en tu habitación hasta mañana. - la muchacha se retiró a su cuarto y se quedó allí como se lo había ordenado Sally. La joven estaba muerta de miedo. Sally se dirigió a la sala y se encontró con su padre, quien tomaba su muy costoso y refinado coñac y fumaba un habano.
- ¿Cómo está?
- Dormida
- ¡Bien! Voy a meterme en el jacuzzi un rato. ¿Me acompañas?
- ¡Si claro! - Sally y su padre se metieron en el jacuzzi y conversaban tranquilamente.
- Ella es muy diferente a las demás papi. Realmente la apreció mucho. ¿Recuerdas? Ella era mi mejor amiga en el colegio, no creo que sea necesario...
- Si es necesario... ¿que estas pensando?
- No quisiera que la lastimaras
- Ven acá... - la atrajo hacía sí, la abrazó y se quedaron así cara a cara. - No te preocupes por nada, yo sé lo que hago, ella lo va a disfrutar tanto como yo. Mi niña, dime algo, me quieres complacer ¿sí o no?
- Si. Tu eres todo para mí, sin ti no soy nadie. Eres quien me cuida y eres quien más me ama en este mundo, siembre lo he sabido.
- Así es, yo soy el único que realmente se preocupa por ti. Mi amor tú eres mí reina, eres mi mayor fortuna si no te tuviera me moriría, me moriría...
- ¿Qué le vas a hacer a Vanessa?
- No te preocupes. Ella es muy especial para ambos - le dio un beso en la frente y la soltó. Salió del jacuzzi y se puso su bata.
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Luisa en su habitación rezaba el Ave María y pedía a todos lo Santos que nada malo ocurriera esa noche. Pensó que se había olvidado del perro. Si Don Alfonso lo encontraba lo iba a matar, ya se lo había dicho.
Sally también salió del agua y se puso su bata de baño. Se dirigió a la sala y se sentó en uno de los maravillosos y hermosos sillones de gamuza color vino que adornaban la amplia sala. Estaba cómodamente sentada y tomó el teléfono. Tenía que hacer varias llamadas.
- Te vas la próxima semana a Italia, no crees que sería conveniente que nos viéramos antes de que te marches. No la dichosa reunión no es sino hasta diez días. Quiero verte antes de que te vayas.
- No estoy seguro de la fecha de mi viaje. Pero será lo más pronto posible ya todo esta casi listo para la promoción y los modelos debemos llegar a tiempo. Además mis padres ya se fueron, están allá para la fiesta de compromiso de mi hermana con el publicista ese que te dije. Quieren que este la familia reunida, todo ese lío de la familia unida y bla bla bla. Sally no te pongas sentimental tu también - le dijo al sentir su silencio.
- Sabes que no lo soy
- Linda mira yo más que nadie quiero tener tiempo disponible y que podamos vernos. Te extraño muchisimo cada vez que viajo. Las oportunidades para vernos son tan pocas...
- Así es...
- Como me gustaría poder tocarte cada vez que te necesito y no tener estas conversaciones interminables a través de un ridículo teléfono. Sabes que ahora quiero estar contigo, mirarte y poder sentir tu olor a lechuga fresca...
- ¿Lechuga fresca? - se echó a reír.
- Si pa'comerte enterita, ese perfume que usas huele como a bosque humedo ¡Me fascina!
- No me provoques mi amor, porque ahora no podemos. Mejor te dejo, tengo que hacer otras llamadas antes que Don Alfonso aparezca. Te prometo que nos vemos antes que te vayas de viaje. En estos días él va a estar muy ocupado con sus asuntos y encontrare la oportunidad de que nos encontremos ¿esta bien?
- Me dejas a medio camino mi reina. Pero ya me las cobraré. Te adoro amor, hasta pronto.
- Un beso mi corazón, te quiero - terminó su charla con Marco e hizo otra llamada. Era a su querida amiga Amelia Terrero. Compañera de universidad y de otras cosas. Sally pertenecía a un grupo de jovenes que trabajaban para Don Alfonso. Eran unos delincuentes que hacían de todo para ganar dinero.