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Los Ángeles, California.
Alexandro estaba sentado en la orilla de la cama de la antigua habitación de su hermana, estaba esperando a que apareciera para desearle un feliz matrimonio. La puerta del armario se abrió y apareció Alexandra embutida en un traje corte sirena, resaltando lo que solía ocultar: Las curvas. Heredadas por la familia de su madre. Tomó una bocanada de aire y la contempló en total silencio mientras ella intentó no romper en lágrimas.
-Dime que me veo hermosa-pidió en un hilo de voz hacia a su hermano que aún estaba observando en silencio.
-Lo eres, eso lo sabes. ¿Qué es lo que te preocupa? -preguntó Alexandro.
- ¿Crees que ha sido demasiado pronto? -él alzó las cejas sorprendido.
- ¿Y es que apenas en este momento que estás a punto de dar el sí te has dado cuenta? -Byrne intentó morderse la lengua, pero era la verdad, él no estaba del todo de acuerdo que su pequeña hermana se casara tan pronto.
-Alexandro, ¿Podrías aunque sea en este día dejar de joderme? Eres mi hermano y tienes que decirme que todo va a estar bien. Ese es tú único trabajo hoy. -Alexandro soltó un largo suspiro de exasperación. Se puso de pie y caminó hasta ella, al llegar, puso sus dos manos en los hombros descubiertos y ella alzó su mirada hacia la de su hermano, -que era bastante alto a pesar de llevar tacón- torció sus labios y luego habló:
-Si crees que no estás segura de dar el siguiente paso, no lo hagas. Pero si es lo contrario, hazlo. Arriésgate. La vida es demasiado corta como para negarse a vivir a cometer errores.
- ¿Qué te costaba? -Alexandro puso sus ojos en blanco por un momento y negó.
-Buenísima para arruinar los momentos en los que únicamente suelo usar la seriedad contigo. -ella sonrió.
-Eso me ha gustado. Gracias por tus palabras. Padre quería hablar contigo antes de que comenzara la ceremonia. -Alexandro se separó y cruzó sus brazos.
- ¿Te ha dicho que es de lo que quiere hablar?
-No lo sé, supongo que quiere hacer las paces con su único hijo varón.
-El que no siguió sus pasos. Iré a buscarlo...te veo en el altar. -dejó un beso en la coronilla de su hermana intentando no estropear su perfecto peinado. Al salir, recordó que tenía que recoger en la planta baja a Ashley. Su amiga había llegado directo a arreglarse en una de las tantas habitaciones de la casa de los Byrne. Mientras Alexandro bajó las escaleras, se encontró con su antiguo amigo-vecino de años.
- ¡Byrne! ¡Te estaba buscando! Cuando me ha contado tu madre dije: "Tengo que verlo con mis propios ojos"-al bajar el último escalón saludó a su amigo, se dieron unas palmadas en la espalda y luego se pusieron un poco al día, Elliot aún seguía siendo abogado en la firma que tenía su padre, esperaba aun que lo hiciera socio, pero al parecer, eso no llegaría.
- ¿Y te has casado? -preguntó Alexandro algo curioso al tiempo que tomó una copa de champagne de una charola que ofreció uno de los meseros.
-No, aun no, creo que aún no es tiempo para que alguien como yo, salga del mercado. -en el interior, Byrne intentó no rodar sus ojos, Elliot no era del todo atractivo para el punto de vista de Byrne, si bajara un poco de peso, abrocharía del todo ese saco de vestir, y quizás un poco de modales con las mujeres podría cambiar su posible buen futuro, de hecho, Alexandro pensó que arreglándose mejor y lo anterior, podría encontrar una buena mujer. -Y dime, ¿Vienes solo? -Elliot estaba bastante curioso, quizás esta vez sí se pegaría a Byrne para tomar un poco de sus encantos con las mujeres.
-Estoy acompañado. -En cuanto esas palabras salieron de su boca, Elliot soltó un jadeo de asombro, Alexandro siguió su mirada y todo mundo, -en mayoría los hombres- miraban en dirección a su acompañante, Ashley. Estaba en un vestido color crema, con escote que resaltaba sus pechos, la tela de adhirió como una segunda piel, su cabello lo había recogido en una coleta alta, mostrando la línea perfecta de su cuello haciéndolo más largo. -Ella es mi compañera. -dijo finalmente después de darle un repaso, eso había provocado algo en el departamento de entre sus piernas. Pero se recordó de manera tajante que eliminara ese pensamiento. Jamás tendría algo con su mejor amiga.
-Dios todo poderoso, ¿Ella es tu compañera? -Ashley llegó y le quitó la copa de champagne que tenía Alexandro en su mano, dio un largo sorbo y lo terminó.
-Vaya, que calor hace, esa habitación no tiene aire, -se quejó Ashley, luego miró a Elliot que estaba babeando por su presencia, era algo ridículo de ver para Alexandro.
- ¿No nos vas a presentar, Byrne? -preguntó Elliot algo ansioso, Ashley notó la molestia de Alexandro, así que ella misma lo hizo.
-Ashley Moore. -Elliot estrechó la mano, y notó que le sudaba, la retiró de inmediato.
-Lo siento, soy Elliot Clayton. Soy abogado y tengo una firma...-Alexandro lo interrumpió.
-Su padre tiene la firma, está esperando que lo hagan socio, pero al parecer eso no sucederá. -Elliot lo miró irritado. -Si ya terminaron las presentaciones, deberíamos de ir a sentarnos, ya no tarda en empezar la ceremonia. -Ashley le sonrió a Elliot y agitó su mano en despedida, caminó a lado de su amigo.
-Eso ha sido grosero.
-No me importa. -Alexandro le ofreció la silla en la segunda fila detrás de sus padres. Al llegar el padre de Alexandro lo miró intrigado.
-Hablemos al terminar la ceremonia. -le anunció.
-Hola, padre, estoy bien, gracias. Deberías mostrar modales delante de mi compañera, ¿qué es lo que pensará al ver que ni saludas? -el padre de Alexandro, Noah Byrne, un médico prestigioso y famoso en todo el país, se sonrojó.
-Lo siento, Ashley, no era mi intención ser maleducado. -Noah saludó y Ashley le regresó una sonrisa educada.
-No se preocupe, señor Byrne. -luego cada quien tomó su asiento, Alexandro le hizo seña a su compañera que tenía que ir a formarse en la línea de padrinos, ella asintió. Al llegar, se dio cuenta que Elliot estaba también.
- ¿Qué es lo que haces aquí? -preguntó Alexandro.
-Soy el padrino del Isaac. ¿No lo sabías? Yo se lo presenté a tu hermana. -Alexandro se sorprendió, esa información sí que no la tenía.
- ¿Eso quiere decir que tú has sido el culpable de que mi pequeña hermana se case tan pronto? -Elliot palideció y casi hace sonreír a Alexandro.
-Yo...-comenzó a decir Elliot, su amigo le hizo una seña de que se callara cuando la música de entrada comenzó a sonar. La ceremonia fue corta, básica y rara para Alexandro y el resto de los invitados. Cuando todos empezaron a dispersarse para ir a sus mesas, Ashley fue al servicio en el interior de la gran casa, se acercó el amigo de Alexandro, quien no quitó la mirada de Ashley mientras contoneó su trasero al caminar.
- ¿Puedes quitar la mirada de mi compañera? -preguntó Byrne con molestia oculta.
-No entiendo cómo es que la puedes tener solo de amiga, ¿Esta vez te lías con alguien de la boda? Si es así, dame la oportunidad de liarme con tu compañera.
-Ni en mil años. -advirtió Alexandro en dirección a su amigo. Jamás permitiría que otro hombre se le acercara a Ashley, no si no era digno de ella. ¿Y Alexandro lo era?
Definitivamente no...