Capítulo 6 6 QUEDAMOS COMER EN LA CASA

Alejandra despertó agitada, otra vez la misma pesadilla; no era frecuente, pero si la incomodaba que los recuerdos se presentaran de esa forma; tomo su camiseta para ponérsela y se levantó al baño.

-¿Pensabas irte de nuevo sin avisar? - el hombre en la cama intento tomarla del brazo, pero ella se movió rápidamente.

-Debo volver antes de que despierten o que Sonia deba ir a clases - además de eso no tenía intención de escuchar los cuestionamientos que le hacía siempre que se veían.

-¿Hasta cuándo vamos a estar así? - German se levantó para alcanzarla, pero se llevó como siempre un portazo, no le permitía bañarse con ella y como muchas veces de nuevo la puerta tenia seguro.

-Sabes de sobra como funciona, sexo sin compromisos, al salir de aquí cada uno continua con su vida- suspiro, no sentía nada por él, así todo era más fácil, solo se divertía un rato, pero sin el mínimo riesgo de salir lastimada.

-¿Y si quiero más? - Espero a que saliera del baño para decirlo; si bien al principio disfruto la relación sin compromisos, comenzaba a necesitar de la compañía de esa mujer.

-Bueno, te consolara saber que te extrañare - no estaba lista para abrir de nuevo su corazón y menos su vida a alguien más.

Fueron incomodos los minutos siguientes en silencio; así que se apresuró a vestirse y salió sin decir nada; tristemente la pura insinuación era señal de que esos encuentros debían acabar; cuando llego a casa todo estaba en silencio; se rio pues Alexa casi tira a Sonia de la cama; la chica era nieta de su vecina y se ofrecía a ser niñera a cambio de ayuda con las tareas, se negaba a recibir efectivo así que para Alejandra era como una hija más.

-Sonia, linda; se te hará tarde para la escuela - hablo bajo y la movió suavemente para despertarla.

-Odio la escuela sabatina - lo dijo adormilada, era complicado estudiar mientras los demás podían divertirse, pero así debía ser.

-Lo sé, anda, ve a darte un baño mientras preparo el desayuno - disfrutaba esas mañanas en familia; después de pedir el auto que llevara a Sonia en la escuela vio una película con sus hijas; al terminar tomo su libreta para revisar sus finanzas, eso la abrumaba bastante.

-Mom, ¿Está todo bien? - aun sin decirle nada, Vanesa se daba cuenta de la preocupación de su madre.

-Sí, todo bien; ahora díganme, ¿que se les antoja comer hoy? - no podía permitir que sus pequeñas cargaran con la tensión que implicaba lo mal que estaban las cosas económicamente, debía encontrar otra fuente de ingresos, o en su defecto considerar el tener un empleo fijo.

-¡Hamburguesas! - Alexa no lo pensó y sabía que su madre la complacería

-No Alexa, a mí se me antoja atún, tú decides cada semana -Vanesa vio insistente a su hermana, sabía que el complacer ese antojo pondría en apuros a su madre con otros pagos.

-Está bien, hoy escogerás tu- lo dijo dudosa, ya después su hermana le diría porque sus caras.

-¿Están seguras? - sonrió, aun sin decirse nada sabía a la perfección por qué lo hacían, era bueno contar con su apoyo, aunque no quería ellas compartieran esa carga

-Si mami, pero; ¿podemos ir a la tienda por refresco, galletitas y comida para las mishis? - Alexa ya estaba colgada del brazo de su madre al decir eso.

-Vanesa; ¿vas con nosotras? - Alejandra se deshizo el chongo de cabello y tomo las llaves.

-No Mom, me quedo, no tarden- comenzó a buscar las cosas para que juntas prepararan la comida en cuanto volvieran.

Alexa y Alejandra caminaron hacia la tienda, la pequeña le contaba a su madre lo que hicieron mientras las cuidaba Sonia, se divertían mucho con ella, Alejandra trataba de ponerle atención aun cuando hablaba muy rápido, vio venir a su tío; se rio pues parecía no haberlas visto, casi choca con ellas.

La conversación se tornó incómoda para ella en cuanto Fabián menciono que ese hombre que lo acompañaba era en realidad su medio hermano; tenía unos ojos bastante expresivos, de inmediato se notó su sorpresa: tomo a su hija fuerte de la mano al escuchar eso.

-Espero no molestar- Armando no había dicho nada, quería ver con detalle cada expresión para tener una idea de qué tipo de persona era su hermana; hasta ese instante le había agradado lo que percibía, desde su perspectiva era educada, amable, y la niña se veía feliz; sonrió, pues el haberlas visto un día antes reafirmaba que su madre tenía razón, debían encontrarse.

-No bromean, ¿cierto? - los observo con desconfianza, cabía la posibilidad de que fuera uno de sus primos y solo bromearan; pero al ver que ambos negaron con la cabeza se puso más nerviosa, ese encuentro era muy extraño

-Si no están ocupadas, me gustaría invitarlas a comer, para platicar y conocernos- no llevaba ese plan, pero fue lo primero que se le ocurrió, no quería dejar pasar la oportunidad de saber más sobre su vida.

-¡Sí!, mamá, vamos a comer a la calle, y mañana comemos el atuncito- Alexa se emocionó; le gustaba ir a restaurantes donde hubiera juegos infantiles

Alejandra se apeno un poco ante la emoción de su pequeña; se quedó pensando, iba a negarse, se había mantenido alejada de la familia de su padre y no tenía idea del tipo de persona que era su hermano al que entre más veía más le encontraba parecido físico a sus tíos, pero sobre todo a su padre.

-Por favor acepta, vamos a algún lugar cerca de aquí y que sea de su agrado; así, si les caigo mal, pueden regresar pronto a casa- hablo de forma suplicante; entendía su actitud, más después de escuchar lo que dijo Raquel, el tampoco querría tener relación con una familia así, debía mostrar que era diferente.

EL tono en su voz la hizo reír; confiaría en él; después de todo lo que dijo era cierto, ese lugar era conocido para ellas, a la mínima incomodidad se podría retirar con sus hijas; fueron a la tienda y después a su casa a recoger a la otra niña; Alexa entro gritando al lugar donde vivían, el no pudo ver mucho, pero se dio cuenta que vivían en la parte de arriba al fondo.

- ¡Vanesa!, apúrate, vamos a ir a comer a la calle- entro ansiosa por irse, además estaba emocionada ante lo que escucho, tenía otro tío y este si se veía agradable.

Su madre puso los ojos en blanco con sus gritos; estaba expectante a las reacciones del hombre junto a ella, pero el solo sonreía; segundos después Vanesa salió; de inmediato noto al hombre que las acompañaba y puso mala cara.

-Quedamos comer en la casa- lo dijo de mala gana; no conocía a ese hombre y era evidente no era amigo de su madre, conocía a todos.

Armando vio que Alejandra no sabía que contestarle; sentía la mirada de desconfianza, así que antes de que su hermana dijera algo él se adelantó.

-Hola, soy Armando, tu tío- estiro la mano sonriendo pues la niña mostraba incluso más sorpresa que su madre y hermana minutos antes.

Alejandra solo con la mirada pareció indicarle a Vanesa que después le explicaría, caminaron hacia una plaza, no estaba cerca, Alexa seguía contándole a su madre de si tiempo con Sonia; Armando las escuchaba en silencio, aun sin integrarse a la plática se sentía bien de escucharlas; entendió también que era común para ellas caminar a ese lugar, después de recorrer algunas calles, Alexa lo tomo de la mano, a la niña parecía darle confianza y él se sintió cómodo.

-¿Qué quieren comer? - estaban parados dentro de la plaza justo en medio, las niñas veían de reojo a su madre quien de pronto se puso seria.

-Donde tú digas por nosotras está bien- hablaba bajo, le daba algo de pena; además no quería ser encajosa.

Armando vio a las niñas y le hicieron un gesto hacía un restaurante donde había juegos, el entendió de inmediato -Ese lugar me parece perfecto- en cuanto lo dijo, las pequeñas brincaron de emoción, así que su hermana se dio cuenta; solo las miro con desaprobación, ellas rieron conscientes de su travesura.

Después de ordenar la comida, las niñas pidieron ir a los juegos mientras les servían, su madre les dijo que solo en ese tiempo, después debían lavar sus manos y sentarse sin protestar; aprovecharía ese momento para despejar todas las dudas que tenía sobre ese encuentro.

-Dime ¿qué te trae de vuelta después de tantos años? - fue directa, aun con curiosidad y algo de emoción, la realidad era que no necesitaba involucrar en su vida a alguien igual que su hermano menor, Enrique.

            
            

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