Capítulo 9 9 SI LA OBSERVAS BIEN

Cuando llegaron a la que hasta hace unos días era la casa de la madre de Armando, había ya gente lista para comenzar, obviamente el centro de atención fue la presencia de Alejandra y sus hijas, ya iban a la mitad de los días de rezo y era la primera vez que aparecía esta chica, a fin de cuentas, todos los que conocían a la difunta estaban ahí, era raro ver a alguien nuevo y solamente un par de las amigas conocían los designios de la mujer para que su hijo buscara a sus hermanos.

-Armando, llegaste algo tarde; ¿hoy no pudo acompañarte Cristian? - una de las jovencitas de la vecindad se le acerco en cuanto terminaron; no pudo evitar ver de pies a cabeza a Alejandra, eran dos hombres atractivos desde su punto de vista y escucho eran solteros, así que no entendía quién era esa mujer.

-Sí, solo fueron unos minutos, respecto a Cristian olvide llamarlo, mira; ella es mi hermana- noto como la observaba y no quiso incomodar a Alejandra.

-¡Oh!, no sabía que Silvia tuvo más hijos, que mal que apenas se presenta- vio con rencor a Alejandra, se compadeció del hombre que tuvo que pasar por todo solo.

-¡Niña, no seas metiche! -la abuela de la jovencita llamo su atención, estaba muy entusiasmada con los dos jóvenes y era obvio la intrigaba la presencia de la mujer.

-Perdón abuela; iré a limpiar- lo dijo molesta y entre dientes.

-Te ayudare- Alejandra quiso entenderla, después de todo si, era rara su presencia en el lugar.

Armando la observo detenidamente, después de unos minutos la chica y ella reían; veía también a sus sobrinas jugar con los niños del lugar, eran muy sociables; se sintió feliz de cumplir lo que prometió a su madre; su hermana sin duda alguna estaba lejos de ser lo que el siempre imagino, su carácter contrastaba mucho con el de la familia de su padre y eso lo tenía aun de mejor humor; le envió un mensaje a Cristian disculpándose por no llamarlo pero de verdad quería crear una buena relación con su hermana.

-Tu madre estaría feliz de ver aquí a esa muchachita- la mujer que reprendió a su nieta minutos antes se lo dijo a Armando consiente y feliz de que la voluntad de Silvia fuera cumplida.

-¿Cómo sabe quién es? -lo vio curioso, no la había presentado.

-Es muy simple; pero empecemos porque novia no tienes, tu madre se habría vuelto loca de felicidad; además, si la observas bien, tiene rasgos similares a ti y a tu padre, aunque esos ojos, seguramente son por su madre, son llamativos- conocía al hombre de años atrás.

A Armando no le gusto la mención de su padre así que solo respondió con un gesto y se acercó a donde su hermana terminaba de juntar los tarros que se usaron para el café.

-Ale, comienza a hacerse tarde, mejor las llevo a casa- por mucho que disfrutara su compañía tenía que aceptar que podría verlas más días.

-No te molestes, pediré un auto, nos dejara en la puerta de la casa- ya estaba sacando su celular, le sorprendió lo rápido que paso el tiempo, efectivamente ya era tarde y esas colonias no eran muy seguras, tampoco en la que ella vivía.

-De ninguna manera, las recogí en su casa y ahí las regresaré, ya no protestes más, recuerda que soy mayor, así que, yo doy la última palabra- La tensión volvió entre ellos, pero Alejandra cedió, además su tono la hizo reír, le hablo con mucha ternura, eso contrastaba con su apariencia de hombre rudo.

-Está bien- pidió un acto de aplicación; cuando llegaron a casa le dijo al chófer que esperara, y solicito que en ese mismo auto volviera Armando. -Listo, puedes regresar tú también seguro, gracias de verdad por todo- bajaron del auto para despedirse y ella lo abrazo, era raro la cercanía, pero se sentía bien.

-No tienes nada que agradecer, al contrario, fue un gran día con su compañía- no esperaba el abrazo, pero esa cercanía lo reconforto aún más; se sentía muy agusto con ellas.

-Tío, ¿vas a venir mañana? - Alexa lo dijo mientras lo abrazaba, era normal en ella ser cariñosa, al ser de su familia le dio aún más confianza.

-No lo sé, no quiero incomodar- vio a Vanesa que parecía también querer abrazarlo así que él fue quien se le acerco; estaría complacido, se emocionó con la invitación, pero no pretendía invadir su espacio.

-De ninguna manera incómodas, ¿qué te parece si mañana te invitamos a desayunar? - Alejandra le sonrió, no quería estuviera solo, además le dio gusto que las niñas también parecieran cómodas con él.

-Genial, aquí estaré mañana a las diez- Haría todo por fortalecer la relación con su hermana y sobrinas, tal vez ella también necesitaba de él, al menos eso anticipo su madre.

-Perfecto, te esperamos- Intercambiaron números telefónicos y Armando devolvió la tarjeta a Alejandra, se fue después de ver que las tres estaban dentro de casa, en ese momento reafirmo su decisión de que a partir de ese día protegería y procuraría a su hermana y sobrinas.

-Mamá, me divertí mucho con mi tío, ¿porque no lo conocíamos? - Vanesa pregunto cuándo se ponía la pijama.

-Dijo que vivió muchos años fuera del país y por su trabajo viaja mucho, es más, puede que su estancia aquí sea temporal- Se sorprendió de sentirse triste al decir eso, lo acababa de conocer, sin embargo, le había gustado mucho su compañía.

-Que feo debe ser que se muera tu mamá, pero yo voy a cuidar mucho a mi tío, para que no se quiera ir de viaje- Alexa lo dijo de forma protectora, por el lado de su padre si tenía un tío que era cariñoso con ella, en el caso de su tío Enrique, si bien las trataba bien, sabia se metía en muchos líos y por eso su madre prefería mantener la distancia

-Si es por trabajo no hay problema, más bien hay que hacer que se sienta agusto para que siempre quiera volver- entendía el sentir de su pequeña, ella tampoco quería que se fuera ahora que era parte de sus vidas.

Minutos después, Alejandra revisaba unas cosas en su teléfono cuando recibió un mensaje.

*¿Podemos vernos? *

Le sorprendió el mensaje, pero era obvio German seguiría insistiendo respecto a su conversación de esa mañana.

*No es un bueno momento, además, nos vimos hoy, es muy pronto* se veían una o dos veces al mes, no quería verlo esa noche, más después de su conversación.

*Por favor Alejandra, solo dame cinco minutos, estoy muy cerca de tu casa* esperaba convencerla de intentar tener una relación más seria, creía saber el porqué de su renuencia.

*De verdad, no es un buen momento, yo te llamo después * dejo el teléfono a un lado, minutos después se puso su pillama y fue a recostarse; entendía la postura de German, pero ya no quería una relación formal con nadie, estaba convencida de que el amor era algo que no estaba hecho para personas como ella, además en la vida su principal misión era velar por el bien de sus hijas, no podía distraerse con nada o nadie más.

Por su lado, Armando hablaba por teléfono con Cristian respecto a la postura de Roxana.

*-¿Crees que mi hermana se ponga celosa de ella? - se reía, pero si sería problema que los celos fueran mutuos.

*-No sé, además de que no la conozco, recuerda que las mujeres no son lo mío- cerro la puerta de su estudio, Roxana estaba viendo la televisión molesta en la sala.

*-Estoy seguro que cuando Roxana la conozca vera el que yo tenga una hermana de forma distinta- tomo de referencia como calmo a la nieta de la amiga de su madre.

*-Espero, porque mañana estaremos en el evento de los suegros de Tabata y no quiero la contagie con esta actitud que ha tomado-Su hermana mayor era más sensata, pero tampoco esperaba el berrinche de Roxana, así que debían estar preparados para cualquier percance.

*-Lo olvide, por favor discúlpame con ella, acorde desayunar con Alejandra y las niñas- No se arrepentía, además, más adelante tal vez podría acudir con su hermana a uno de esos eventos.

*-Creo que eso no ayudara con los celos de Roxana, pero no te preocupes, ya después lo manejaremos- hasta cierto punto comprendía a su hermanita, en el fondo no era por la atención, no querían que Armando resultara lastimado si las cosas no salían bien con su hermana.

Estuvieron unos minutos más hablando de lo que vendría la semana siguiente en cuanto a trabajo, cuando terminaron Cristian se dirigió a su habitación, Roxana ya se había ido a dormir, se dio un baño y después al recostarse, no pudo evitar pensar de nuevo en esa mujer, se tensó por eso, no entendía que era lo que lo atraía precisamente de una desconocida, supuso solo era cuestión de no volver a verla, después de unos minutos pudo dormir.

            
            

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