Capítulo 4 El gran ganador

Los ojos de Zuri se iluminaron al oír que Chelsea quería concentrarse en su carrera. Dejó su vaso en la mesa y dijo: "Eso me recuerda que hay una vacante para un curso en el extranjero con todos los gastos pagados como guionista en nuestra compañía. Ya que decidiste enfocarte en tu carrera, podrías aprovechar esta oportunidad. Puedo decirle a Luka que conozco a la persona perfecta para el puesto".

Chelsea se había especializado en teatro y cine en la universidad. Cuando ella se casó poco después de su graduación, Zuri temía que el talento de Chelsea se desperdiciara. Es por eso que la había recomendado como guionista a tiempo parcial en el pasado.

Edmund no tenía idea de que Chelsea tenía un empleo de medio tiempo. De hecho, nadie más lo sabía ya que ella escribía bajo el seudónimo de Winter.

La mujer no podía creer lo que acababa de escuchar. "¿Es en serio?", preguntó mientras se sentaba rápidamente.

"¡Por supuesto!", Zuri asintió con firmeza. "La vacante está abierta desde hace un tiempo, y sé que Luka siempre ha apreciado tu talento. A pesar de que ahora solo seas guionista a tiempo parcial, estará encantado de proporcionarte los recursos para que te capacites y logres dedicarte a ello a tiempo completo. Si me das tu aprobación, hablaré con él al respecto".

Zuri había firmado con Peak Entertainment, una empresa fundada por el galardonado ex actor Luka Pierce y uno de sus mejores amigos. Luego de una exitosa carrera como actor, Pierce había pasado a trabajar detrás de escenas en la producción de películas hace unos cuantos años. Todos los actores, directores y guionistas más exitosos del ambiente habían trabajado para su compañía. Realmente había tomado la industria por asalto. En unos pocos años, había producido una gran cantidad de películas y obras de televisión de gran éxito.

"Está bien, ¡lo intentaré!". Chelsea aceptó sin dudarlo ni un segundo.

Salir de la ciudad para tomar un descanso parecía la idea más inteligente luego de su divorcio.

Sabía que la noticia del divorcio sería la comidilla de toda la ciudad. No quería sentirse peor de lo que ya se sentía, por lo que sintió que lo mejor sería irse del país.

Dos días después, Zuri acompañó a Chelsea a las oficinas de Peak Entertainment para firmar el contrato de trabajo. Luego de eso fue a visitar a Ethan, la única persona de la familia que había sido amable con ella. Por esa razón sintió que podía contarle su decisión.

Media hora después de una larga y sincera conversación con Ethan en su estudio, Chelsea estaba a punto de irse con los ojos llorosos cuando se topó inesperadamente con Edmund, que acababa de regresar de su viaje de negocios.

El traje gris que llevaba puesto lo hacía parecer más noble. Como un hombre de treinta años, parecía maduro y robusto. Su aura era digna e intimidante. Sin embargo, aún tenía una forma de atraer a la gente como un imán.

Chelsea estaba a punto de empezar a babear por él y tuvo que recordarse a sí misma que debía apartar la mirada. Su apariencia era la principal razón por la que había estado tan obsesionada con él en el pasado.

Edmund le echó un vistazo rápido y caminó hacia Ethan. "Perdón por llegar tarde, abuelo. Estaba manejando el proyecto en Entosea. Acabo de regresar de allí. ¿Cómo has estado?".

Ethan lo había citado para discutir algunos asuntos familiares. Pero no tenía idea de que Chelsea lo visitaría de repente ese día para darle una noticia tan inesperada.

Desde que Chelsea se había casado con Edmund, Ethan había sido bueno con ella. Y realmente se enfureció con su nieto al recordar cómo ella se negó tan rotundamente a seguir casada con él. "No me pidas perdón, Edmund. ¡No es conmigo con quien tienes que disculparte!".

Ethan se alejó enojado. Edmund se quedó allí parado, completamente atónito. Con el ceño fruncido, volvió a mirar a Chelsea.

Podía verse un ligero brillo de disgusto en los ojos del hombre. Tenía la sospecha de que Chelsea se había ido a quejar de nuevo con Ethan.

Sintiendo que se acercaba un sermón, Chelsea frunció los labios burlonamente. "¡Para que lo sepas, todo lo que le dije al abuelo es por tu propio bien!".

Luego se marchó sin mirar atrás.

En lo que respectaba a Chelsea, Edmund no tenía nada que perder después de su divorcio. Ya no tenía ninguna obligación con ella, por lo que podía estar con su querida amante todo lo que quisiera e incluso formar una familia con ella. Por supuesto, al final de todo él acabaría siendo el gran ganador.

El rostro de Edmund se oscureció por completo luego de oír a Chelsea. Podía sentir la ironía en sus palabras.

Le sorprendía que su dócil y obediente esposa fuera ahora lo suficientemente audaz como para hacerlo callar incluso antes de que pudiera empezar a hablar. No pudo evitar preguntarse de dónde había sacado las agallas.

Edmund se aflojó la corbata y respiró pesadamente. Luego de reprimir su ira, fue a buscar a su abuelo.

Diez minutos después, se acercó a Chelsea en la cocina.