Desde que llegué a este lugar junto con mamá, mi pasatiempo favorito es acariciar a Ares y ver el techo. Y es justo lo que estoy haciendo ahora mismo, estoy mirando el techo como si en él hubiera algo interesante que observar, pero es que no puedo conciliar el sueño. Mañana es martes y de nuevo debo de ir a clases y no estoy muy contenta por eso. He podido soportar que las distintas niñas me miren raro, pues es evidente que soy unos años mayor que ellas. Puedo entender que sea un bicho raro para ellas y en especial para las que comparten clases conmigo. No sé ni que hago estudiando... no creo poder llegar a la universidad porque hay problemas de dinero, conozco la cifra de la cuenta del banco de mamá y no tiene varios ceros como desearía. Hemos estado endeudadas desde hace demasiado tiempo gracias a qué mamá pidió un préstamo hipotecario para pagar el funeral de mi abuela.
Sé qué pensar en una carrera que tenga algo que ver con el arte, es demasiado ambicioso para mí. No voy a salir de este lugar tan fácil, no voy a estudiar lo que quiero, así que tendré que conformarme con trabajar en alguna tienda departamental al menos toda mi vida. Y sí, puedo estudiar algo más sencillo, pero ninguna carrera me llama la atención, así que no voy a hacer que mamá gaste más dinero en mí pagando la colegiatura de una universidad que no voy a disfrutar.
Mi plan de vida al final será bastante sencillo y se constituye por regresar a mi verdadera casa, terminar el instituto y por último encontrar un trabajo que me dé dinero, pero a su vez que me dé la oportunidad de seguir pintando y así poder vender mis obras. Alguien por ahí alguna vez dijo y creo que lo escuché de alguna película que suele ver mi madre en las noches justo antes de quedarse dormida. Alguien dijo que las pinturas y las esculturas son perfectas para el lavado de dinero, y si eso es cierto, bueno, entonces les deben de dar un buen pago a los pintores. Yo quiero ser uno de esos pintores que ayudan a hacer fraudes, pero quiero serlo porque quiero vivir y comer bien, quiero viajar, quiero explorar y tal vez, en el último escalón de mi plan de vida, casarme con el que será el amor de mi vida.
¿Será Raiden el amor de mi vida? No, no lo creo. Somos demasiado pequeños aún como para poder considerarnos el amor de la vida del otro, yo pienso que somos eso, novios, pero que piden a gritos durar todo el tiempo juntos o bueno, al menos yo espero eso y ojalá, solo ojalá se pueda. Porque veamos, Raiden es guapísimo, tiene unos buenos genes y viene de una familia que yo desearía tener, por lo tanto, Raiden sería un gran padre por el ejemplo recibido de aquellos dos que lo criaron. También tiene dos años más que yo, y es perfecto, porque somos casi de la misma edad, así que de vez en cuando pensamos exactamente igual. Puedo hacer una lista de las cosas que me gustan de mi novio, podría hacerla, pero sería casi interminable y larguísima. Mejor me voy a quedar con que es guapo, amable y le gusta verme pintar, él lo ha dicho... o tal vez lo escuché en uno de los tantos sueños en los que ha participado él.
Acaricio, con la mano a Ares, está ronroneando por mi cariño y yo no puedo estar más a gusto. Me gusta mucho escucharlo, hacer este tipo de ruidos, porque al final del día me relaja demasiado tenerlo cerca de mí, es una fuente de calor y de vez en cuando de cariño, de mucho cariño. Finalmente, me quedo dormida.
Corro por todos lados, el día no podría empezar peor, me he quedado dormida y no he escuchado el despertador. Así que voy retrasada por veinte minutos, así que si no quiero llevarme un regaño en mi segundo día de clases, debo de correr, debo de llegar. Mamá ya se ha ido al trabajo, así que ella no podrá llevarme al instituto, debo de arreglármelas sola, debo de o tomar un taxi o simplemente correr. Hay una opción más, la bicicleta de mamá, pero no la uso porque hace un horrible y extraño ruido, parece que en cualquier momento la bicicleta se va a desarmar.
Tomo la mochila de la silla de mi escritorio mientras con mi otra mano sostengo una manzana que será mi desayuno, ya que no he tenido tiempo de comer algo. Hoy no es mi día y quiero saber qué cosa será lo que lo haga peor, tal vez un reporte, tal vez una caída, bueno, lo descubriré. Llego justo a tiempo a una de mis primeras clases, corro por la entrada sorteando a todos aquellos que estan en mi camino solo estorbando. A l llegar al salón me doy cuenta de que solo hay cinco de doce compañeros, tampoco está la maestra, así que puedo descansar en paz, en todo caso.
-¿Estás bien?- una voz débil, pero segura, se escucha detrás de mí. Solo que no sé si precisamente esa persona esté hablándome, por lo que volteo lentamente, esperando no equivocarme y quedar en ridículo, una vez más por supuesto. -Te llamas Logan, ¿no es así?- pregunta esta vez con más intensidad. Su voz ya no suena débil, sino todo lo contrario
-¿Me hablas a mí?- esta vez volteo a ver a la persona que ha estado cuestionándome. Es una chica de cabello rubio, tirándole tal vez más a castaño. Tiene los ojos muy grandes y unas pestañas largas y oscuras, en realidad tiene unos ojos muy lindos, creo que si ella quisiera podría hipnotizar a cualquier con solo verlo.
Se ríe un poco- ¿Hay otra Logan por aquí?- me cuestiona burlándose, yo cierro los ojos ligeramente por mi estupidez. Tal vez esto es lo que me faltaba, quedar una vez más en ridículo.
-Ah... claro, perdón... es que he tenido un mal comienzo de día -intento explicar, pero mi respiración aún sigue agitada y además estoy nerviosa. Creo que esta chica castaña es la primera en hablarme desde que he llegado.
-No te preocupes, yo casi siempre tengo malos días... si no es que siempre, en realidad. -Se lleva la mano cerca del rostro y se acomoda un mechón de cabello rebelde detrás de la oreja.- Todos hablan de ti, Logan -admite como si le diera pena.- Dicen muchas cosas de la chica nueva, eres el centro de atención.
-¿En serio?- gracias a su comentario me siento observada por lo que miro a mi alrededor y cuando reviso, me doy cuenta de que todos me están mirando. No lo entiendo, no tengo nada que llame la atención, ni siquiera tengo un tatuaje, un pircing, ni tampoco soy bonita. No hay nada en mí que los haga convertirme en el centro de atención.
-Ya lo ves, eres el centro de atención, Logan- me confirma -si eres inteligente, podrás sacarle provecho a esto- comenta mientras que con su lápiz dibuja pequeños corazones a la orilla de su libreta.
-¿Estás enamorada?- cuestiono al ver sus dibujos.
-¡No! Por supuesto que no- acompaña su respuesta con una sonrisa absurda. -No, bueno, en realidad me gusta alguien, pero es... casi imposible. -Responde, pero yo no la conozco, así que no pienso preguntar más allá. -En fin, no cambiemos de tema, el centro de atención eres tu Logan.
-No me gusta ser el centro de atención... -llevo cinco minutos hablando con ella y no conozco su nombre.- ¿Cuáles es tu nombre?- a la chica le brillan los ojos por mi pregunta.
-Creí que no lo preguntarías- de nuevo acomoda ese mechón de cabello que se le viene hacia el rostro. -Me llamo Eloise.
-Es un lindo nombre, Eloise- ella frunce los labios, pero no dice nada.- ¿Eres de aquí?
-Sí, no he salido de este lugar desde que tengo memoria- responde poco animada, pero no triste. -Escuché que eres nueva, que te cambiaste de instituto.
-Si, mi mamá es enfermera, así que consiguió un mejor trabajo en este sitio y bueno, ahora estoy aquí, sin amigos, sin diversión y sin novio.- Su rostro es inexpresivo.
-Suena a qué tenías una vida muy interesante antes de venir a aquí. Esta es mi ciudad natal, pero aquí no hay nada interesante, Logan. Solo un par de cosas, pero creo que las irás descubriendo por ti misma, solo que debes de saber que te llevará algo de tiempo si tienes buena suerte.
-¿A qué te refieres?- suena como algo malo, como si aquí hubiera un asesino en serie del que todos saben, pero que nadie encuentra, solo sus cometidos.- Me asustas al decir ese tipo de cosas- admito fingiendo que no me ha provocado un pequeño escalofrío por toda la espalda.
-Me refiero a que hay ciertas cosas interesantes, Logan. -Frunzo el ceño, pero cuando intento preguntar, la maestra entra a la sala de clases y no me deja hacerlo.
Será en otro momento en que pueda investigar.