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En los almacenes del muelle, celebra una reunión Cifuentes con todos los socios de la organización criminal con el fin de analizar los últimos acontecimientos, exclama Cifuentes a los presentes:
-Bueno, señores, estos últimos días hemos tenido algunas perdidas de mercancía, además varios de nuestros hombres han sido capturados y otros dados de baja.
En el almacén hay murmuro entre los presentes y poco después pide la palabra unos de los socios más importante de Cifuentes, alias el Chivo, considerado el segundo con más poder detrás de Cifuentes:
-¡Amigo! Cifuentes desde hace algún tiempo las cosas se están saliendo de control y más estos últimos días y como lo has dicho hemos tenido una muy mala racha, en mi caso ayer perdí algunos hombres en el allanamiento que nos realizó Mallorca.
-Sé que las cosas han estado un poco mal, es por ello que los he convocado a todos -responde Cifuentes con gestos de incomodidad.
-¡Sí! Pero nos prometiste algunas cosas y no las has cumplido y sobre todo nuestra seguridad -le exclama alias el chivo.
-Las cosas van a mejorar, se los prometo, tenemos un plan para acabar con Mallorca.
En vista de que los ánimos se han caldeado, Cifuentes termina la reunión y poco después todos los presentes se retiran del lugar, uno de los de alias el Chivo se le acerca a este último y le dice:
-¡Patrón! Fíjese que yo creo que ya Cifuentes está perdiendo el control de la organización, además tenemos información que los operativos realizados por Mallorca los realizo por datos que se filtraron de los hombres del mismo Cifuentes, yo creo que es hora que usted asuma el control.
-¡Tranquilo! Todo se hará a su debido tiempo, por los momentos estaremos muy pendientes -le responde alias el chivo entrecerrando sus ojos.
Más tarde ese mismo día, Cifuentes se dirige hasta su casa y con vos de preocupación le dice a su capataz Mauro:
-¡Escúchame! Hay que acelerar los planes, tenemos que mostrar resultados, antes que nuestros socios comiencen a dejar de creer en nosotros y tú como vas con el pedido que te hice sobre Mallorca.
-¡Señor! Estoy trabajando en eso.
-¡Carajo! Eso no me sirve Mauro necesito a Mallorca fuera del juego, acaso no entiendes, exclamo con vehemencia Cifuentes.
En casa de Cifuentes, se encuentra Antonella con gestos de tristeza, camina por los jardines de la casa, siempre con un hombre de la seguridad de Cifuentes que le vigila en todos sus movimientos, en ese momento llega Cifuentes que al verla se baja del vehículo y se dirige hasta donde se encuentra ella y le expresa:
-¡Hola! Mi querida Antonella me alegra que estés al sol, te ha gustado tu nuevo hogar.
-Este lugar para mí es simplemente una prisión -exclama Antonella.
-¡Ya verás! Pronto te acostumbrarás -le termina diciéndole Cifuentes.
En otro lugar se encuentra Arol en su casa que a un no puede comunicarse con Antonella, por lo que decide salir nuevamente hasta la casa de ella, poco después llega al sitio y toca la puerta, en ese momento es recibido por Marlon y Ricarda que lo invitan a pasar una vez todos adentro, entablan conversación:
-He intentado comunicarme con Antonella, pero a sido inútil, quisiera hablar con ella.
-¡Hijo! Las cosas han cambiado, Antonella no se encuentra.
-¡Pero! ¿Dónde está?
-¡Arol nosotros te consideramos como de nuestra familia y por el tiempo que has sido el compañero de nuestra Antonella, te contaremos la verdad -le responde Marlon!
-Antonella está retenida por Cifuentes.
En ese momento la cara de Arol se contorsionó y apretando sus manos exclama:
-¡Pero que me están diciendo! Ya intuía que algo estaba pasando, ¿dónde la tiene?
-La tiene en una de sus propiedades.
-¡De inmediato iré a buscarla! Exclama con vehemencia Arol.
-No, por favor, no puedes enfrentarte tú solo a Cifuentes, además puedes colocarte en peligro además a nuestra Antonella también, -le termina diciendo Ricarda.
-Está bien, pero no la abandonaré -les dice Arol, momento después se despide de ellos y se retira de la casa.
Más tarde Arol se comunica con el sargento Mallorca Mallorca y ambos se citan en el lugar designado por los dos para sus reuniones, instantes después los dos llegan al lugar que es la iglesia del pueblo, Arol le expresa a Mallorca:
-¡Sargento! Le he llamado porque tengo que resolver un problema.
-¡Dime! Hijo que se te ofrece.
-Cifuentes ha secuestrado a mi novia y quiero que me ayude a recuperarla.
-Como es posible esto, ¿estás seguro?
-¡Sí! Desde ayer la tiene en una de sus propiedades.
-¡Bueno! No hay tiempo que perder dime la dirección, he iremos para ese lugar -le contesta Mallorca a Arol.
En ese momento Mallorca llama a la estación de policías y solicita una comisión para ir hasta la casa de Cifuentes, tiempo después llegan al lugar donde se encontraban Arol y Mallorca y salen rumbo hasta la casa de Cifuentes, instantes después llegan al sitio, Mallorca le dice a Arol que se quede en el vehículo, que solo él y sus hombres entraran por su novia, Mallorca irrumpe en la casa de Cifuentes y es recibido por los hombres de la seguridad de la propiedad, que de inmediato le comunican a Cifuentes, este último se presenta y encara a Mallorca y le dice:
-¡Un momento! Como se atreven a llegar así hasta mi casa.
-Nos informaron que usted tiene una persona retenida aquí, así que revisaremos -le responde Mallorca a Cifuentes.
-¡Adelante! Pero este abuso no se quedará así, sargento Mallorca lo reportaré antes sus superiores.
La comisión entra y revisan toda la casa y no encuentran Antonella porque esta última fue trasladada a una habitación secreta que tiene reservada Cifuentes en el sótano de la casa, al no encontrar nada uno de los hombres de Mallorca se lo informa y este último ordena a los demás miembros de unidad policial retirarse de la propiedad sin antes decirle a Cifuentes:
-Sé que eres un delincuente y que pronto caerás.
-Si tienes las pruebas porque no me arrestas aquí, estoy -le responde Cifuentes con media sonrisa.
La comisión vuelve Asus vehículos con el fin de retirarse y Arol que se encontraba camuflado en el vehículo de Mallorca, exclama:
-¡Donde está! ¿Dónde está Antonella?
-No encontramos nada, estás seguro que Cifuentes la tiene.
-¡Claro! Por supuesto que sí la tiene.
-Arol por el momento no podemos hacer nada, debemos retirarnos -le dice Mallorca a Arol, en ese momento encienden los vehículos y se retiran del lugar.
Tiempo después, ese mismo día, Cifuentes les dice a unos de sus hombres que traiga a Antonella hasta la sala de la casa, y Cifuentes le expresa:
-No me gustaría, que cada vez tenga que esconderte, más cuando sabes que tú eres la reina de esta casa.
-Yo no soy reina de nadie, si no quiere que pase eso déjeme ir -con gesto de molestia le responde Antonella.
-Eso no podrá ser, en cambio, comenzaré a realizar los preparativos para nuestro matrimonio.
-¡Que! -con gesto de sorpresa responde Antonella.
Momentos después Cifuentes ordena que lleven a Antonella hasta su habitación, mientras tanto en la casa de los padres de Antonella, llega Arol, el cual es recibido por Ricarda, este les cuenta lo que hizo con el fin de ayudar a Antonella, Marlon que estaba presente le contesta:
-¡Hijo! Sé que quieres ayudarla, pero la puedes colocar en peligro.
-Lo sé, pero estoy desesperado, ya saben lo que siento por Antonella -les contesta Arol, se despide de ellos y se retira de la casa.
Al día siguiente Arol con aparente insomnio por casi no dormir, pensando como ayudar a Antonella, le llega la idea de infiltrarse en la casa de Cifuentes, como lo había hecho en los almacenes del muelle, por lo tanto, se dispone a cambiarse de ropa y sale rumbo a la casa de Cifuentes, en otro lugar del pueblo específicamente en la estación de policías, al sargento Mallorca le llega un memorándum a su oficina al parecer Cifuentes toco sus contactos en la policía para denunciar su procedimiento anterior en la casa de Cifuentes, Mallorca con molestia exclama:
-Ya veo qué has movido tus contactos para atacarme, pero no importa pronto acabaré contigo Cifuentes, ¡Hare que te pudras en una cárcel! -exclamo con vehemencia esta última frase Mallorca.
En ese momento suena el teléfono ¡riiin, riiin! Mallorca lo toma y alguien le dice:
-Buenas tardes, sargento Mallorca, tengo información importante sobre Cifuentes, en este momento un camión rojo cargamento de municiones se dirige por el centro del pueblo hasta el muelle.
-¿Quién es usted? -le responde Mallorca.
En ese momento la persona que llamo a Mallorca corta la llamada, el sargento Mallorca no muy convencido llama a su equipo y les informa de la llamada y deciden organizarse para partir a interceptar el camión, momentos después de dar las instrucciones al equipo estos junto a Mallorca salen con vía al centro del pueblo, en poco tiempo llegan y ven que en una esquina de la plaza cruza el camión rojo, en ese momento lo interceptan y le dan la voz de parada, los ocupantes sin ya poder hacer nada bajan con las manos arriba y los hombres de Mallorca rodean el camión y abren la puerta trasera del mismo y del mismo se llevan la sorpresa de que efectivamente estaba cargado de municiones...