Capítulo 4 Sorpresa.

Marlon se da cuenta de la situación de Arol y Antonella y los aparta a un lado y refiriéndose a Arol le pregunta:

-¡Arol! ¿qué haces aquí?

-Pues aquí me ve ganándome la vida - le responde con un gesto serio.

Por su parte Antonella un poco confundida y luchando con sus lágrimas, en ese momento entra en juego Cifuentes y les da la bienvenida y los hace pasar al salón de fiesta, Arol, es requerido por el mayordomo de Cifuentes, el cual le dice que ayude a servir vinos a los invitados de la fiesta, mientras van pasando los minutos, Cifuentes se dirige a todos los invitados y les da las gracias por haber asistido a su recepción, en ese momento Arol se acerca a Antonella y la invita a salir un momento del salón, sin ser vistos por los demás invitados.

Ya afuera del salón Arol manteniendo un gesto serio le expresa a Antonella:

-¡De verdad! no entiendo que haces aquí y sobre todo vestida con ese vestido, que nunca te lo había visto.

-¡Y como me has mentido!, al no decirme que la salida con tus padres era esta.

-¡Y tú también!, ¡me has mentido! como es que ahora trabajas para Cifuentes, si hace una semana te parecía un delincuente -responde Antonella cerrando sus puños con fuerza.

-Sé qué te parece raro, pero por ti es que acepte este trabajo -en ese momento la conversación comenzaba a subir de tono.

Hasta que aparece Ricarda madre de Antonella he interviene con un gesto conciliador y les expresa:

-¡Muchachos! lo que está pasando es un poco extraño para todos, además no es el momento de pelearse -después de decirles esto se lleva a Antonella hacia el salón de fiesta y Arol queda en el sitio mordiéndose el labio inferior de su boca.

En el salón de fiesta la celebración trascurría como estaba prevista por Cifuentes, y en la mesa de sillas doradas se encontraban los socios de Cifuentes y junto a él, reían y disfrutaban de las comidas y bebidas dispuestas para la ocasión, de vez en cuando la mirada de Cifuentes se dirigía hasta Antonella, ya en la mesa donde se encontraban Marlo, Ricarda y Antonella estos conversaban entre sí y expresaban que veían la fiesta normal, entretanto Arol como los demás sirvientes ofrecían vinos y comidas a los invitados, en ese momento el mayordomo de Cifuentes se dirige hasta Arol y le dice que se le requería en la cocina, una vez en la cocina el mayordomo le dice a Arol que empezará a lavar los platos que ya estaban sucios, Arol con gesto serio comienza a realizar la indicación del mayordomo, este último se retira de la cocina dejando solo a Arol.

Por su parte Antonella decide dirigirse al baño el cual se encuentra fuera del salón de fiesta, después de usarlo sale del mismo y en la puerta esta Cifuentes con su cara iluminada le expresa:

-¡Hola Antonella! que bien te queda ese vestido, Si supieras que hice toda esta fiesta, solo para que asistiera

-Pues señor Cifuentes, no se fuera esforzado por estas atenciones, además solo estoy aquí porque no quiero problemas para mi padre -Antonella, manteniendo un gesto serio.

-Espero que no te sientas ofendida, pero te tengo que confesar, que desde que te vi quede locamente apasionado por ti -en ese momento el terror se manifestó en la cara de Antonella.

-No te asustes, yo nunca te haré daño, además de verdad quisiera que estés cómoda.

-Creo que usted se equivocó conmigo, yo no soy de ese tipo de mujeres al que usted está acostumbrado coquetearle.

-Yo jamás estaría con un hombre como usted -Cifuentes mordisqueo el labio inferior de su boca y después con una media sonrisa le termina diciendo Antonella.

-A este que está parado aquí ninguna mujer me rechaza -después de un movimiento tosco se acerca hasta Antonella la toma de los brazos he intenta besar, en este instante Antonella le abofetea y sale corriendo hasta el salón de fiesta.

Cifuentes apretando sus puños exclamo:

-¡Serás mía, Antonella!, ¡cueste lo que cueste!

Ya en el salón de fiesta Antonella llega hasta la mesa donde se encuentran sus padres y con entereza les pide que se retiren de la fiesta a lo que estos le preguntan que, si había pasado algo, Antonella les expresa que no, después juntos se retiran de la fiesta y en ese proceso Antonella mira alrededor del salón en búsqueda de Arol y no lo ve, igualmente se retiran del salón de fiesta.

En la cocina Arol con cara ensombrecida seguía lavando platos, en ese momento hombres de Cifuentes ingresan a la cocina y le dicen a Arol que dejase de hacer lo que estaba haciendo y que los acompañara afuera, Arol con cierto temor los sigue, una vez afuera estos hombres rodean a Arol y lo golpean quedando inconsciente, estos a su vez los cargan hasta una de las Habitaciones de la propiedad de Cifuentes, entre tanto la fiesta sigue su curso y al salón de fiesta regresa Cifuentes y nota que ya no estaba Antonella y sus padres y con gesto serio le ordena a su mayordomo que termine la fiesta y que despida respetuosamente a los invitados.

Más tarde Antonella y sus padres llegan a su casa, Antonella con gestos de preocupación intenta comunicarse por teléfono con Arol siendo infructuosa la comunicación, después ella se dirige hasta su habitación una vez ahí entra su padre Marlon y le expresa:

-¡Hija yo te conozco!, té ruego que si paso algo más en la fiesta me lo digas por favor.

-Padre fue horrible, nunca debimos asistir a esa fiesta.

-Siento que Cifuentes está obsesionado conmigo -Antonella con lágrimas corriéndole por sus mejillas.

-Tienes razón hija, y yo soy el culpable de que estés en esta situación, estoy muy avergonzado -ambos se abrazan.

Finalizando Marlon le pide Antonella que se acueste, que ya ha sido muchas cosas por el día, ella le atiende y Marlon se retira de la habitación.

Al siguiente día, Arol se despierta amarrado a una silla dentro de un cuarto rodeado de espejos y una puerta blanca en la pared derecha, con gran temor grita:

-¡Ayuda!, ¡qué está pasando! ¿Por qué estoy aquí?

En ese instante se abre la puerta y entra un hombre de Cifuentes con una bandeja de comida y le dice:

-Tranquilo, de nada servirán tus gritos, nadie podrá escucharte.

-Dime que está pasando, porque me tienen aquí -Con voz baja le pregunta Arol.

Sin embargo, el hombre de Cifuentes sin decirle nada se dispone a salir, pero antes le suelta una de las

manos para que pueda comer, Arol con verdadera ira tira la bandeja de comida y con gran desesperación exclama:

-¡Pero que es lo que pasa!, ¿porque me tienen aquí?

En casa de los padres de Antonella, esta última se despierta he intenta comunicarse con Arol, pero sin ser efectiva la comunicación, ante esta situación Antonella decide vestirse y salir a buscar a Arol y como primera acción se dirige hasta la casa del mismo al llegar toca la puerta y es recibida por Mara, madre de Arol, Antonella le pregunta por Arol y esta le responde que él no volvió en toda la noche, Antonella angustiada se retira de la casa de los padres de Arol he intenta nuevamente comunicarse con Arol por teléfono, pero al igual que las llamadas pasadas no obtuvo respuesta en ese instante por la calle donde caminaba Antonella se estaciona cerca de ella un vehículo y de este desciende el hombre que la noche anterior los traslado hasta la fiesta de Cifuentes este a su vez le expresa a Antonella:

-Saludos, señorita Antonella.

Antonella con vos de desesperación le pregunta por Arol, y este hombre le dice:

-Tranquila él está bien, además me envió por usted -Antonella con un poco de temor ingresa al vehículo y se retira junto con el hombre de Cifuentes.

Llegan a una propiedad cerca del muelle, sin saber que la noche anterior a esta han trasladado a Arol, Antonella se baja del vehículo y otro hombre de Cifuentes que se encontraba en la puerta la invita pasar diciéndole que Arol la estaba esperando, una vez adentro la conducen hasta uno de los cuartos en el cual estaba una especia de espejo por donde se miraba hacia otro cuarto y en ese cuarto estaba amarrado un hombre con la cabeza cubierta, en ese momento el terror se manifestó en su cuerpo, de pronto al cuarto donde se encontraba Antonella ingresa Cifuentes, y Antonella con sorpresa y terror lo ve, Cifuentes con media sonrisa le expresa:

-¡Hola mi querida Antonella! lamento mucha que esto esté pasando.

-¿Quién es ese hombre que tienen hay? -ella le pregunta con rabia e ira.

Cifuentes le ordena a uno de sus hombres que le destaparan la cabeza del hombre amarrado del otro cuarto, las lágrimas corrían por las mejillas de la cara de Antonella al ver que era Arol muy lastimado quien se encontraba amarrado en esa silla...

            
            

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