Demasiado bella para morir
img img Demasiado bella para morir img Capítulo 6 LA PLAYA
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Capítulo 9 NUEVA VIDA img
Capítulo 10 Obsesiva img
Capítulo 11 ADAPTACIÓN A TARRAGONA img
Capítulo 12 ENCUENTRO Y DUDAS img
Capítulo 13 SUEÑOS Y REAPARICIÓN DE LOS SÍNTOMAS img
Capítulo 14 Encuentro img
Capítulo 15 RUMORES Y SECRETOS img
Capítulo 16 DESCUBRIMIENTOS img
Capítulo 17 Secretos img
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Capítulo 6 LA PLAYA

Oficialmente ya había acabado el primer trimestre de la universidad, al final nunca le envié el mensaje a Yago por el Facebook, ni tampoco fui a la fiesta estudiantil. Me contaron que vieron como Evelyn peleó con su mejor amiga allí, y terminó yéndose sola, pero nadie sabía a ciencia cierta lo que había ocurrido. Incluso algunos rumores empezaron a correr por el campus de que Evelyn había estado mensajeándose con el novio de su mejor amiga de la carrera, recreando lo que había pasado años atrás entre ella y el novio de su íntima amiga del instituto.

Los últimos días simplemente no volví a verla, tampoco creí del todo lo que se estaba diciendo sobre ella, me parecía demasiado.

Tengo que admitir que cuando me enteré de ello me dio pena haber hecho aquel ritual con Claudia, Evelyn nunca me había hecho nada y si hubiese podido volver atrás no lo hubiera hecho.

Recuerdo que me llevé una mochila deportiva con mi pijama, el cepillo de dientes y algo de dinero, Claudia me dijo que lo que íbamos a hacer era muy fuerte y que era mejor que no se lo comentásemos a Valentina y Almudena.

Yo le hice caso, subí a su coche aquel viernes oscuro por la tarde después de clase, y paró cerca del cementerio.

_¿Que hacemos aquí? _ Le pregunté asustada.

_Saltar la valla y enterrar lo que he preparado. Lo tendrás que hacer tú que eres la interesada.

_¿Tenemos que entrar? Que mal rollo ¿No?

_¿Quieres que funcione y quitártela del medio?

_¿Pero le pasará algo?

_No... solamente harás que se aleje y pierda su magnetismo. Ya está.

_Está bien, si es solamente eso...

Nos acercamos al cementerio y lo rodeábamos, por allí no pasaba nadie, y enseguida llegamos a una parte donde el muro era más bajo. Primero subió Claudia con mi ayuda y luego me tendió su mano desde lo alto para ayudarme.

_ ¿Y si nos pillan ?_ pregunté asustada.

_Aquí no debe haber nadie. Además, será rápido.

Las dos saltamos a la vez, todo estaba tan oscuro que sentí que se me paraba la respiración.

_¿Que has tenido que preparar? _ le pregunté a Claudia de nuevo.

_ Es un frasco con varios ingredientes, pero no el mismo que el otro que hicimos con Valentina, este ritual es más fuerte_me explicó, yo ya sabía perfectamente a que bote se refería porque lo había hecho con Almudena y también sola._ ¿Has traído su nombre escrito como te dije?

_Sí. Asentí y saqué el papelito doblado de mi bolsillo.

Ella sacó de su bolso el frasco y lo abrió, un olor fuerte entre vinagre y ajo se me impregnó en la nariz, enseguida metió el papel y cerró el frasco de nuevo.

_Puedes enterrarlo allí debajo de ese árbol, así sabrás donde esta.

_¿Para qué ?

_No sé, por si alguna vez quieres desenterrarlo.

¿Por que querría desenterrarlo?_ le pregunté intranquila.

_No lo sé, si no funcionase... no te preocupes.

_Si no funciona lo dejaré igual. Estar aquí me pone los pelos de punta.

_No seas dramática, necesitábamos hacerlo aquí en tierra santa.

_Ya veo... _dije irónica.

Me acerqué a aquel árbol sola, me arrodillé y rasqué con las manos la tierra, aguantando las nauseas que me provocaba todo aquello, y cuando ya hice un pequeño agujero profundo, metí el frasco y lo enterré echándole rápidamente tierra por encima. Estaba húmeda y me daba asco pensar que pudieran haber lombrices o imaginar restos humanos cercanos enterrados a los alrededores de aquel punto.

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Las cuatro habíamos decidido salir aquel jueves en el que las clases habían acabado oficialmente, casi todos los estudiantes, que eran de otras ciudades habían faltado aquel día y se habían ido a pasar las navidades a sus verdaderos hogares, que solían estar en pueblos de los alrededores. Yo ni siquiera había preparado la maleta y en tan solo cuatro días visitaría a mi hermana, por fin, desde el verano no nos veíamos y Andrea estaba muy ilusionada por enseñarme Madrid y su nueva vida allí. La que tenía desde hacía dos años que había abandonado Tarragona.

_Cuatro chupitos de vodka por favor _ Valentina no quería que perdiéramos el tiempo, había bastante ambiente aunque ninguna cara conocida, los estudiantes parecía que pasaban de salir, supongo que era porque la mayoría se habían ido y había gente más mayor en el pub.

El camarero me sirvió el mío y me guiñó un ojo. Era alto y fuerte y tenía una cara bonita.

_¡Por nosotras!¡ Primer trimestre superado! _Gritó Valentina, y enseguida pidió una segunda ronda a la que le siguieron dos más.

Sin saber cómo acabamos dentro de la pista, Valentina empezó a bailar con un chico que había parecido sin que me diese cuenta con sus amigos, que estaban empezando prácticamente a rodearnos. Incluso noté como uno de aquellos impresentables se rozaba demasiado contra mi vestido corto negro ajustado. Pero entonces lo vi, estaba totalmente a mi vista, a una barra que estaba a unos pocos metros, con un amigo al lado, yo llevaba varios chupitos encima y no dude ni un momento en acercarme a él, lo único que tenía que intentar era mantener mi propio equilibrio.

_Hola.... _ dije con naturalidad y el dirigió su atención hacía mí sorprendido.

_Hola Selena , no esperaba encontrarme a nadie de la universidad aquí.

_Mala suerte, hay estudiantes que vivimos aquí_ y Alan se rió.

_¿Puedo invitarte a algo?_ me dijo con una sonrisa.

El alcohol en la sangre hacía que mi corazón latiera normal y que pudiera hablar sin tartamudear o sentirme una auténtica idiota, y después de eso, recuerdo que los llevé a su amigo y a él hasta donde estaban mis amigas, aquel grupo de chicos se había ido y Valentina no tardó nada en entablar conversación con el amigo de Alan, que se llamaba Viktor, y que parecía más interesado por Claudia.

Y lo que recuerdo después de eso fue borroso hasta que nos besamos. Recordaba que él siguió invitándome y que luego habíamos salido fuera del pub un par de veces para que fumase, y aunque hiciese frio yo no lo sentía del todo. Recordaba también que nos reímos y le hice confesiones que jamás hubiese hecho si no hubiese bebido tanto, como por ejemplo que su asignatura solamente me interesaba porque la enseñaba él o también que había soñado varias veces con él.

Después solamente recordaba haberlo empujado despacio contra una pared que estaba al lado de los baños de mujeres y empezar a darle pequeños besos por el cuello mientras me acercaba a su boca. Él apenas se movía, pero de repente sin previo aviso siguió mi juego y me besó, me mordió suavemente el labio, y seguimos así durante varios minutos, realmente perdí la noción del tiempo porque sentí que su boca había sido creada especialmente para mí.

Estábamos en aquel lugar oscuro medio escondidos mientras los demás seguían en la pista, él bajo su mano hasta el final de mi vestido y la introdujo hasta llegar a tocar mi ropa interior y yo solté un gemido ahogado.

_Vamos a mi casa, ahora mismo solo quiero quitarte la ropa en mi cama_ me dijo al oído bajito con su bonita voz.

Pero no fui a su casa, me fui con Almudena, que a los pocos minutos apareció y me dijo que debíamos irnos, que iban a cerrar y me salvó de la situación. Si me hubiese ido me hubiera culpabilizado muchísimo, aun tenía una relación aunque no pudiese definirse del todo así.

Recuerdo que me desperté a la mañana siguiente, justo antes del medio día, estaba sola en la cama doble de la habitación de Almudena y la oía abajo hablar con su madre.

Por una parte sentía ganas de llorar y desaparecer por lo que había pasado y por otra sentía mariposas en mi estómago y la necesidad de volver a ver a Alan, aunque la culpabilidad y la vergüenza inundaban mi pecho.

Aquella mañana comimos en casa de Almudena, su madre no trabajaba, así que luego fuimos las tres a una cafetería del centro del pueblo donde nos invitó a merendar y a café. Me gustaba la madre de Almu, era joven y era muy agradable conmigo, a veces parecía más su amiga o hermana que su propia madre, la había tenido a los diecinueve años y apenas había diferencia entre ellas. Además, era delgada y muy guapa.

Después, antes de dejarme en coche, Almudena me dijo bajito que le enviase un mensaje a Alan por alguna de sus redes sociales y le dijese de vernos, que lo hiciese con naturalidad sin mencionar nada de lo que había pasado por si podía incomodarlo.

Me dejaron en casa y agradecí que Dani no estuviese, solo pensar en mirarle a la cara me hacía sentir una auténtica hija de puta, estaba claro que me trataba fatal y a saber si él había hecho lo mismo, pero de todas formas eso no quitaba que yo había besado a otro hombre y me había encantado. Mi hermana siempre pensó que Dani me había engañado más de una vez, pero me decía que me tenía tan bien engañada que ni siquiera me planteaba aquello, a Andrea, él siempre le había parecido un gilipollas. Pero la realidad era que yo no tenía pruebas de que él me hubiese sido infiel, y yo...definitivamente lo había sido.

Me cambié y me puse unos leggins y una sudadera ancha, salir a correr por los alrededores me vendría bien, aunque la temperatura fuera de solo uno o dos grados.

Odiaba aquel lugar y fantaseaba en cómo sería tener un piso por la zona de la universidad o cerca de la playa, lo único bueno de vivir a las afueras era que podía correr libremente aunque tampoco era una zona muy segura para hacerlo.

"Debería hacer caso a Almudena" pensé, y cuando ya no podía correr más porque mi respiración se quebraba demasiado y mis piernas me quemaban, me detuve, saqué el móvil de mi bolsillo y le envié un mensaje a Alan sin pensarlo dos veces. Le dije que me gustaría verlo, obviamente fuera del contexto de la universidad, a lo que por supuesto no me contestó en el acto.

Después de diez minutos más, llegué a casa nerviosa, metí la ropa en la caja de plástico que teníamos en el baño para las prendas sucias y luego me metí en la ducha. Pensé que aquella noche me contestaría pero no fue así, y al levantarme a la mañana siguiente en mi móvil no había ningún nuevo mensaje y menos suyo y eso me hizo sentirme francamente mal.

Cuando el lunes estaba apunto de coger el tren, y Dani se había marchado después de acercarme con el coche, mi móvil sonó y vi que era un mensaje suyo.

" Estoy muy ocupado, he tenido que irme a ver a mi familia". No me decía nada más y entendí que se arrepentía de lo que había sucedido entre nosotros, no me había sentido tan ignorada desde hacía tiempo. Era cierto que Dani me ignoraba, pero a mi ya no me importaba, en cambio siempre había tenido chicos detrás mía a los que yo les gustaba, que me enviaban mensajes y era yo la que les daba largas o no les contestaba. Era difícil que me gustase alguien de verdad, no era exagerado decir que era realmente muy complicado que un hombre llamase mi atención. Y aquella vez, que había sentido por primera vez en mi vida la mayor conexión y atracción por un hombre, él pasaba de mi.

Me senté en un asiento del tren y miré por la ventanilla, me sentía absolutamente ridícula, culpable y también extrañamente muy triste por la mezcla de sentimientos después de lo que había ocurrido

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Madrid era inmensa, estaba llena de vida, la gente llenaba por completo todas las inmensas calles sin importar que hiciese muchísimo frío, incluso las terrazas de los restaurantes estaban repletas. Estar caminando por sus calles céntricas espaciosas con Andrea y sentirme diminuta e invisible me encantó. No es que no me hubiese sentido así en Tarragona, como persona si había tenido aquellas sensaciones de ser insignificante, pero cruzarte con las mismas caras desconocidas día tras día por lo que pequeña que era mi ciudad era cansado. Ahora entendía porque mi hermana amaba aquella ciudad.

No tardé mucho en recibir el terrible mensaje que marcaría mi vida por un largo tiempo y me haría sumirme en una aún más grande culpabilidad. Cuando mi móvil comenzó a vibrar, yo estaba paseando entre los grandes edificios con mi hermana y ella me estaba contando lo fantástico que era su trabajo de secretaria y las muchas amistades que estaba haciendo en sus clases de baile y del gimnasio, por eso ni siquiera lo saqué del bolso.

No fue hasta la noche que lo agarré para revisarlo y vi que había recibido cientos de WhatsApp, la mayoría en grupos de las clases de psicología, y pensé que realmente mis compañeros se estaban aburriendo en navidad.

El primero era Almudena y al abrirlo descubrí todo el revuelo que se había creado por lo que había trágicamente sucedido.

"Ha aparecido muerta en la playa, la encontraron esta mañana, no me lo puedo creer, por ahora solo han dicho eso y no han dado más información".

Seguí leyendo y enseguida me di cuenta que hablaba de Evelyn y me quedé literalmente en shock.

En los grupos de la universidad solo especulaban una y otra de que podría haber pasado y de lo poco que se veía a Evelyn durante las últimas semanas del trimestre por el campus y en las fiestas estudiantiles, como si realmente tuviese problemas de algún tipo.

"Laura, una amiga de segundo curso, dice que un conocido estaba allí cuando vieron el cuerpo, me ha dicho que fue horrible, sus ojos estaban abiertos sin expresión y su piel totalmente azul".

Tuve que dejar de leer, sentí que me mareaba, el móvil se me cayó al suelo, corrí al baño, abrí el inodoro y prácticamente me lancé sobre él de rodillas para vomitar sin descanso todo lo que había comido aquella tarde.

¿Estás bien? _ Andrea apareció apoyada en la puerta del baño con expresión de preocupación.

No _dije con hilo de voz.

Y aquella noche fue la primera vez que soñé con ella, aunque fue extraño, solo recordé que ella estaba de espaldas, estaba anocheciendo y podía sentir el frío. Evelyn estaba desnuda y se metía poco a poco en el agua. Yo intentaba gritarle que no lo hiciese, pero mi voz no salía con suficiente fuerza de mi garganta, y ella no me oía.

            
            

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