Mis tristes memorias azúles
img img Mis tristes memorias azúles img Capítulo 2 ¿Cómo es Coleia Aria
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Capítulo 6 ¿Quien era Zero img
Capítulo 7 Nuevos amigos img
Capítulo 8 Añoranza img
Capítulo 9 Las cosas tristes img
Capítulo 10 La familia img
Capítulo 11 Sherlie img
Capítulo 12 Zero img
Capítulo 13 El joven misterio img
Capítulo 14 Se acerca el final... img
Capítulo 15 Carta img
Capítulo 16 Lo nuevo no siempre cae bien... img
Capítulo 17 Añoranza img
Capítulo 18 Impudicia img
Capítulo 19 La realidad img
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Capítulo 2 ¿Cómo es Coleia Aria

La vista era ensueño, y tal como describía los panfletos.

-Es grandísimo. -Comentó Alice.

-Ya lo veo.

-¿Será todo un año cierto? -Comentó Buckley un poco nostálgico con la mirada baja.

-Sí, los acompañaré hasta la recepción, y luego de eso, me iré. -Dicha estas últimas dos palabras, su voz se notó temblorosa, sabíamos que estaba conteniendo las lágrimas. Sherlie nos acompañó hasta la recepción, en donde se detuvo a hablar con la recepcionista. Alice, Buckley y yo, analizábamos el alrededor un poco extrañados.

-Es grade...-Comentó Buckley, en eso miró a Alice, y la vio quebrada, yo intenté consolarla. -Alice, no vayas a estar de chillona aquí! -Agregó fingiendo ser fuerte.

-Como si a ti no te duele dejar a mamá y a papá y no verlos de ahora en más. -Replicó Alice entre sollozos.

-No es como si nos quedara otra opción, además, ya lo sabíamos desde un principio.-Dijo mientras miraba a la nada.

-Hey, Sherlie no tardará en venir para despedirse, no peleen, y no lloren. Solo lo hacen más difícil para Sherlie el hecho de dejarnos aquí. -Fruncí el seño. -Ya estamos acá, y no nos queda otra opción, así que pónganse bien. Solo será un año, sean fuertes, háganlo por Sherlie ¿vale? -Dicho esto, nos fundimos en un abrazo. Lo cierto es que, Sherlie era una mujer muy sentimental, aunque no lo demostrara, y algo que pude notar todo el tiempo vivido con ella y su familia, es que lo que mas odiaba eran las despedidas, recuerdo que una vez viendo una película sobre una adolescente que se separaba de su madre para transferirse a otra ciudad y perseguir sus sueños, Sherlie había llorado en la típica parte de la despedida de madre e hija, le pregunté que le pasaba, y solo dijo: ''odio las despedidas'', en su pasado, a Sherlie la había abandonado su madre de pequeña, por lo que Sherlie tuvo que vivir con su tía desde entonces. También, el padre de Alice y Buckley, había abandonado a Sherlie, había prometido volver, pero nunca lo hizo. Y luego, la muerte de su tía, ante los ojos de ella. Supongo que eran razones más que suficientes para odiar las despedidas, para Sherlie, lo mas importante son sus dos hijos, y su esposo Charlie, aunque, con él, debo admitir que tenían peleas. Supongo que nunca pensaron en divorciarse debido a Alice y Buckley y en como les afectaría pero de todas formas, Sherlie amaba a Charlie. Por lo que vivir otra despedida con ellos, la quebraría.

En eso, llegó Sherlie.

-Bueno chicos, la recepcionista les asignará sus habitaciones, y le explicará el sistema de todo. Asi que no tengo nada mas que hacer aquí supongo...-Mientras su voz se quebraba de a poco, y mantenía la mirada baja, es como si evitara mirarnos.

-Solo uno...solo será un año. -Respondí a sus pensamientos, me puse en cuclillas y busqué su mirada que se encontraba en el suelo.

-Si, losé, es que me resultará extraño volver y ver la casa vacía, solo Charlie y yo...simplemente...

-No nos queda otra opción, ¿cierto?, prometo marcarte cada vez que pueda, tomaremos todos tus consejos en cuenta, nos cuidaremos. -Intenté consolarla.

-Soy una tonta. -Rió. -Yo los traje aquí, y ahora soy la que se quiebra. -Levantó la mirada, y observó a las dos pequeñas criaturas que le había dado la vida que estaban delante suyo. -Vendré todos los fines de semana, lo prometo. -Aguantó las lágrimas. -Cloe, te los encargo, eres como mi hija, y eres como su hermana mayor. -Me miró a los ojos, con los suyos aún lagrimosos.

-Claro, los cuidaré. Confía en mi. -Sonreí.

En el pasado, para tener a Alice, Sherlie había tenido problemas. Nunca supe bien la historia, solo sé que ella no podía tener hijos. Y buscó a Alice durante muchos años hasta que se dio. Y luego, años después, Buckley. Eso había sido como un milagro para ella. Son ése tipo de milagros que suceden, y que no sabes el porqué, y no entiendes como es que sean posibles. Pero cambió sin duda la vida de Sherlie, ella, realmente ama a sus hijos. No digo que las demás madres no amen a sus hijos, pero es que sé que Sherlie luchó mucho por ellos. Y es que, hay madres que no luchan nada, y ni siquiera lo valoran. No es un buen momento para echar culpas, pero...¿Dónde estaba mi madre? ¿Dónde estuvo todos estos 8 años que viví con Sherlie aún sin poder recordar algo? ¿Dónde estaba? ¿Acaso no notó mi ausencia? ¿Acaso me extraña? Ésa clase de madres, a las que no entiendo.

-Y Alice, prométeme que no te atrasaras en las materias como siempre. -Acarició su mejilla.

-Sí mamá. ¿Podré participar en talleres de arte?.

-Claro, si tu quieres. Y Buckley, trata de no meterte en problemas. Eres el único hombre, ¡deberás dejar bien parada a la familia!

-Lo haré. -Dijo en seco con la mirada hacía el vacío, sin corresponderle la mirada a Sherlie.

-Bueno, ehm...es hora. -Tomó rumbo hacía la puerta, lentamente, sin mirar atrás, ella sabía, que si miraba atrás, le dolería mucho mas tener que volver a mirar adelante.

-¡Sherlie! -Grité. -Llorar es de humanos. -Sonreí. Sherlie miro atrás, y no aguantó más las lágrimas, y volvió hacía nosotros, a abrazarnos. Cuando se percató de que hasta Buckley estaba llorando. Luego de la conmovedora despedida, Sherlie al fin pudo irse tranquila, todos nos secamos las lágrimas, y caminamos a buscar a la recepcionista.

-''Hola, nuestra madre recién nos dejo aquí, y dijo que usted nos iba a explicar el sistema y nos guiaría a nuestros cuartos. '' Bueno, algo así planeaba decirle. Solo me salió algo como ''Em...nuestros cuartos''

-Hola, soy Caroline. Sí, sobre eso, asignaré a unos alumnos a que los guíen a sus habitaciones y les expliquen cómo va todo. -En eso, atrajo con gestos a dos alumnos. -Chicos, guíen a estos chicos a las habitaciones 201, 214 y 319 del área 25. En ese momento, los dos chicos comenzaron a caminar, y nosotros los seguíamos, era un silencio incomodo, así que decidí comenzar a hablar.

-Em, ¿cuánto más tendremos que caminar?

-Mucho, les tocó el área 25, a partir de esta en adelante, comienzan a alejarse del edificio de entrada.

-Ya veo. -Baje la mirada. Cuando observé a mi alrededor, estábamos cruzando un camino y a ambos costados, se podía distinguir una especie de bosques, reformados para que parecieran jardines. Alice y Buckley quedaban abrumados el espacioso lugar. -¿Y que se supone que son estos? ¿Una especie de bosques?

-No, depende a qué lado te dirijas, si caminas un poco mas, entras al campus de cada área, para no perderte, puedes leer los carteles de madera que hay, te guían de forma que encuentres el área correcta.

-¿Y que son campus? -Preguntó entusiasmado Buckley.

-Son los jardines de cada área. O reservas, si lo prefieres. –O caminos innecesarios para perderte en una noche donde te estés meando y busques desaforadamente un baño, si lo prefieres.

-¿Y que son las áreas? -Comenzó a molestar con las preguntas Buckley.

-Buckley, basta ya. -Frunció el seño Alice.

-Bueno, ya casi llegamos. -Comentó el muchacho que caminaba más adelante.

Cuando llegamos, la vista era ensueño, un jardín bien cuidado, banquetas, fuentes, arboles, etc. Se podía distinguir cuatro edificios a unos pasos. Estaba repleto de adolescentes con la misma duda que nosotros, puesto a que era el primer día. Caminamos hasta los edificios.

-Bueno, son dos edificios, el de las mujeres, y el de los hombres. Así que el pequeño tendrá que venir conmigo así le guiaré a su habitación. -Me miró esperando respuesta.

-Ah si, bueno, Buckley, tienes que ir con él. Así que, cualquier cosa, mantente al tanto del celular.

-Si está bien, no es como si me vaya a perder o algo así.

-Pero te pueden violar. -Soltó una leve carcajada Alice.

-Bueno, lo llevo entonces.

-Sí, gracias, ehm, olvidé preguntar sus nombres. -Recordé.

-Yo soy Liam, y él es Harry. ¡Un gusto!. -Se presentaron en coro. No es como si hubiera estado baboseándome por ellos desde la recepción, simplemente eran raros. El tal Liam tenía el cabello castaño que visto al sol podría catalogarse como rubio, tenía los ojos cafés claros, y su cara, era un placer para la vista con esos dos hoyuelos que se le marcaban en cada mejilla a cada sonrisa, mientras tanto, su acompañante, Harry, era rubio de cabello rizado al mejor estilo de David Bisbal, y de ojos verdes como los de un gato. Sus rasgos, tanto de él como de Liam, eran como de mujeres sin parecer algo homosexual -Bueno, hasta pronto. -Dicho esto, llevó a Buckley al edificio donde se hospedaban los hombres.

-Bueno, y nosotros nos dirigimos a este, vengan conmigo. -Comenzamos a seguir a Harry. Al entrar al edificio, se podía distinguir la cafetería por un lado, y el living por otro, ambos, estaban lleno de chicas con maletas, buscando sus habitaciones. -Listo, aquí llegamos, esta es la habitación 214, la de ella. -Señaló con la mirada a Alice.

-¿La mía? Está bien, adiós Cloe, nos veremos pronto! -Dicho esto, Alice entró a su cuarto, parecía muy entusiasmada, tanto como para dejarme con un extraño en un colegio nuevo que a unos pasos podrías perderte.

-Huh, supongo que la única que queda es la mía ¿cierto? -Respondí un poco cansada.

-Exacto, es la 319, queda unos pisos más arriba. -Seguimos subiendo escaleras, hasta que por fin llegamos. -Bueno, aquí es. Al parecer aún no ha llegado nadie, pero como a todos, se te asignará una compañera de cuarto, vete acomodando. Si necesitas algo, yo soy de esta área así que estaré en el edificio de alado.

-Está bien Harry. -Le saludé y entré a mi cuarto, el cuarto estaba limpio, tenía dos camas, una de lado de la ventana, y otra del lado del baño, por lo que escogí la de la ventana, tenía una linda vista. Además no quiero tener problemas luego cuando algo funcione mal en el baño. Había un placar de mi lado, así que lo abrí, salió algo volando, salté de un susto. Era una mariposa. Acto seguido me reí estúpidamente. Allí estaba yo, analizando el cuarto, el lugar, y volví a pensar en eso. Sí, quería recordar, no podía, pero aún así tenía una sensación rara desde que había llegado al lugar, pero por mucho que lo intentara, seguía sin poder recordar nada.

-Toc, toc. -Dijo burlona, una chica de mi edad con una resplandeciente sonrisa tras la puerta semi-abierta de la habitación. -Me tocó esta habitación, soy Mary. -Extendió la mano presentándose.

-Esto...soy Cloe! supongo que debes ser mi compañera de cuarto. -Sonreí. -Espero que nos llevemos bien. -Agregué.

Comenzó a desempacar sus cosas.

-¿Qué te parece si al terminar con esto vamos a recorrer el campus? -Lo dijo mientras acomodaba su ropa en el placar de su lado de la recamara. -Me gustaría conocer los alrededores pero ya sabes, soy nueva, y no quiero andar sola por allí.

-Te comprendo. Tengo una hermana en la misma área, así que podemos ir entre todas si quieres.

-¿Ah si? estupendo. -Sonrió. Cuando terminó de desempacar, ambas fuimos en busca de mi hermana.

-Siento en una forma como las miradas se concentran en nosotras. -Comenté caminando a la par de Mary con la mirada baja. Era cierto, grupos ya se habían formado en un par de horas. Las chicas son muy duras entre ellas, siempre pensé en ser diferentes a ellas, puesto a que vivíamos en una playa en donde solo jugábamos entre Alice y yo. Nos excluíamos nosotras mismas, por lo que no mantuvimos mucho contacto con las demás chicas. Sería difícil convivir en el instituto, pero prometimos intentarlo. Pero Mary se mostraba mucho más segura al caminar.

-Las chicas son así, siempre analizan a la competencia.

-¿Eso nos convierte en competencia? -Poco a poco subía la mirada.

-Oh si baby, somos la competencia, levanta la mirada, y míralas. Todas en su intento de marcar territorio. No se dan cuenta, lo estúpidas que se ven. -Comentó muy segura mientras caminaba orgullosa. Para se franca, ¿Quién no estaría orgullosa siendo rubia de ojos claros? La maldita era la perfección en persona. No es como si la envidiara, o bueno, sí. Ella inspiraba esas ganas de suicidarte si te compararan con ella. Ella inspiraba ganas de estar cerca de ella, para sentirte mejor, y tratar de ser como ella. No sé si me entiendes.

-Eres muy segura de ti misma. -Lo dije sin más rodeos.

-Sí, ¿y tú?

-No soy tímida si es lo que piensas, pero me molesta tanta atención en mí, es como si me acosaran todas esas miradas esperando que algo malo me pase. Me gusta mantenerme más al margen. -Proseguimos hasta llegar a la habitación de Alice. -Aquí es. -Me pare frente a la puerta. Golpeé. Salió Alice.

-¡Cloe! -Gritó entusiasmada.

-Parece agradarte tu cuarto. -Dije mientras entraba a su cuarto y lo analizaba. -¿Y tu compañera?

-Es una idiota. Como diría Buckley imitando a los españoles ''es una gilipollas''. -Frunció el seño

-¿Por qué lo dices? -Entró al cuarto Mary. -¡Ah, me presento! , soy Mary. -Extendió la mano.

-Soy Alice, un gusto. -Le tendió la mano. -Entonces... ¿puedo estar con ustedes? -Preguntó apenada.

-Y no nos queda otra, tendremos que mantenernos juntas si queremos sobrevivir a esto supongo. No es como si nos quedara otra opción. -Respondí.

Una nueva aventura. Era como una...nueva vida.

Pasaron unos días, todas nosotras ya nos habíamos acostumbrado al campus, y a todo. Hasta Buckley parecía haberse hecho popular entre las niñas de primer año. Se rumoreaba que hasta había armado su propia ''pandilla'' y se la pasaban siendo unos rompecorazones. Después de todo no me sorprendía, anteriormente, era todo un rebelde. Sí, ese era Buckley, mi hermanito, quien no tardó en adaptarse. Aún no habían comenzado las clases, aún estábamos entre las semanas de adaptación y alojamiento.

-Ayer estuve hablando con una niña de primer año, le pregunté acerca de Buckley, y me dijo que él se había vuelto muy popular entre los de nuevo ingreso. -Comentaba Alice mientras observaba la botella casi vacía de su jugo de manzana. -Ése enano. -Hizo un gesto de cómo ''no hay remedio''.

-Sí, me di cuenta. Se notó distanciado desde que llegó. Espero que no se vaya a meter en problemas como de costumbre.

-No se preocupen tanto por su hermanito, seguramente él sabrá ser responsable. -Tomó un sorbo directo de la botella casi vacía.

-Lo dudo. Ése enano. -Repitió, y soltó una leve carcajada. Todas la acompañamos de risas.

Buckley se había metido en problemas, como era de esperarse, pero un problema entre grupos de su misma edad con su pandilla. Así que esperaron el momento indicado para molestar a Buckley, cuando él estuviera solo y desprevenido. Al regresar del baño, Buckley se dirigía a la cafetería. En ese momento se abalanzaron un grupo de chicos sobre él.

-¿Te crees muy gracioso verdad enano? -Dijo uno de los chicos del grupo, mientras se acercaban a Buckley. -No nos gusta tu posición de intento de niño atrevido. -Lo acorralaron.

-Me hablas como si tuvieras el derecho a hacerlo. -Dijo engreído.

-¿Acaso no tenemos el derecho a hacerlo? -Soltó una carcajada, acompañada de risas de los demás del grupo.

-No es eso, si no, que no eres mas que una bolsa de excremento. Yo que tú tendría vergüenza hasta de venir a un colegio así -Sonrió picaron. -Bueno, me gustaría seguir charlando con ustedes, pero tengo cosas que atender.

-¿Pero qué dices? -Comenzó a molestarse frente a la arrogancia de Buckley, y lo empujó. Buckley cayó al suelo. Todos lo rodearon a tal punto de patearlo. De repente, una voz se escuchó.

-Déjenlo, no hace falta que resuelvan sus problemas de esta forma. -Comentó un chico que apareció de la nada. Un joven blanco de cabello rizado castaño claro y revuelto, igual al otro chico, como si todos se combinaran para traer el cabello así al colegio. Con ojos rasgados de color miel, y una sonrisa pícara que mostraba sus dientes blancos casi perfectos, labios finos de color rojo como si se los pintara. -Además, son muy chicos para andar peleando de esa forma. ¿Por qué no prueban con chicos mas grandes? quizás los haga más fuertes, si es eso lo que buscan. -Agregó. De inmediato, el grupo de bandalistas se fue. -Levantate del suelo. ¿O también quieres que te ayude? -Soltó una leve carcajada. Buckley se levantó.

-Supongo que debo decirte gracias.

-No es necesario, con un beso me lo podrías agradecer. -Guiñó el ojo el joven.

-¿Pero que dices?! -Buckley puso una cara como de ''¿Y a este que le pasa?''.

-Solo bromeaba, no soy gay o algo por el estilo. Soy demasiado sexy como para echarme a perder. -Soltó una leve carcajada. -Soy Elliot. -Se presentó.

-Por poco creí que te gustaba. Y por supuesto que yo también soy demasiado sexy como para echarme a perder. -Rió. -Soy Buckley. -Agregó. Ambos se estrecharon las manos.

-¿Eres de primer año verdad? -Preguntó analizándolo. -Me habían comentado sobre ti.

-Es de esperarse, a todos los colegios donde voy soy popular. -Agregó Buckley en posición de engreído. Como siempre.

-Dicen por ahí que te echaron de muchos colegios y viniste a parar acá. -Se recostó sobre la pared con las manos en los bolsillos. -Aquí hay muchos así. Me atrevería a decir que peores, yo que tú me cuidaría. -Advirtió mirando hacia otra dirección.

-¿Y tú de qué año eres? -Mostró curiosidad Buckley. -Digo, no pareces de nuevo ingreso.

-Claro que no. Soy de tercer año. -Respondió sin poder ser más exacto. -Bueno, me voy yendo.

-Espera. -Lo detuvo. -Estaba por ir a la cafetería por unas bebidas. ¿No quieres ir?, me vendría bien saber de todo un poco. -En su rostro una sonrisa desdeñosa.

-Mientras tu las pagues. Ambos marcharon a la cafetería por unas bebidas.

En lo que respecta a mi, Alice y Mary estábamos comiendo en la cafetería unos pasteles de chocolate que había comprado Mary allí mismo. En eso llegó Buckley con un chico de un poco más edad que la mía.

-Luego no se culpen cuando las llamen las gordas de Coleia Aria. -Dijo Buckley soltando una carcajada.

-Para cuando nos digan así, a ti ya te habrán echado del colegio. Ok? -Respondió Alice arrugando su nariz.

-¿A si tratas a tu querido hermano? Tienes que sentirte orgullosa, eres hermana de esta bestia sexual. -Acomodó su abrigo.

-Eres un virgen. Suéltalo ya enano, a que viniste. -Respondió rápidamente Alice mientras se quitaba el resto de pastel que le quedaba en su boca.

-Primero, les presento, él es Elliot. -Señaló a Elliot con la mirada. Elliot se presentó.

-¿Como haces para aguantarlo? -Dijo Alice soltando una leve carcajada. Le acompañamos con la risa con Mary.

-Bueno, ehm, al punto Buckley. ¿Necesitas algo?. -Interrumpí. Solo quería terminar de comer mi pastel.

-Solo necesitaba dinero. ¿Tienes verdad? -Fue directo.

-Sí, pero lo tengo en mi habitación. Y quiero terminar de comer mi pastel tranquila. -Dije en seco. -Luego te alcanzo más dinero, ahora déjame comer tranquila.

-No, necesito el dinero ahora. -Frunció el seño. -Tendrás que levantarte.

-Eres un pesado. -Me levanté. -Ven. -Buckley y su amigo me siguieron hasta llegar a mi cuarto. -Bueno, aquí está tu parte del dinero.

-¿Esto tan poco es? -Pensó en voz alta mientras contaba el dinero.

-En realidad es una cantidad considerable para que lo gastes tu solo. Si economizas el dinero te alcanza a la perfección. -Interrumpió Elliot.

-Por fin alguien que dice algo coherente. -Le di la razón. -Considera ser mas como tu amigo por favor.

-Elliot, debo enseñarte que tienes que siempre darme la razón a mi. -Buckley miró fijamente a Elliot mientras fruncía el seño.

-Fui educado por una mujer que me enseñó a siempre darle la razón a lindas chicas. -Comentó con una sonrisa picarona que marcaba un hoyuelo en su mejilla. Yo quedé congelada por lo que acababa de decir. No estaba acostumbrada a tratar con chicos así, del tipo que te abruman adulándote con tal de ligar.

-Elliot, entiendo que estés necesitado de una novia, yo también lo estoy. ¿Pero qué estás pensando en llamarle linda a mi hermana? -Por un momento creí que en Buckley iba a nacer ese sentimiento ''protector'' de hermano. Pero... -¡Mírala! tiene un cuerpo golpeado por la vida desde cualquier punto, no tiene nada por delante, nada por detrás. ¡Es prácticamente insulsa! -En lo que decía esas palabras señalaba con la mano los lugares donde según él me faltaba ''carne''.

-¡Bueno basta!, ya entendió. -Fruncí el seño. -Toma tu dinero y lárgate. -Le grité casi echándolo de mi habitación.

-Esta bien, gracias.

-Vete a la mierda. -Interrumpí rápidamente.

-¡Adiós! -Se despidió Elliot con dos besos en la mejilla, no se cual sería la palabra para describirlo, si muy cortés, o un seductor en acción. En fin, volví a comer mi pastel con las chicas.

-¿Le diste el dinero a ese enano? -Preguntó con la boca aún llena de pastel Alice.

-Sí. ¿Y tú no has parado de comer pastel desde que me fui?

-No. ¿Esperabas que me detuviera porque te fuiste? -Siguió comiendo su rebanada de pastel.

-Es lo menos que tenías que hacer, esperarme. En fin, que raro es el amigo nuevo de Buckley.

-Si. Todas dicen que es un narcisista que acostumbra jugar con su sexualidad. Es uno de los chicos de los que mas se habla de tercer año. Digamos que es popular. –Dijo Mary.

-¿Jugar con su sexualidad? -Me extrañé al escuchar eso.

-Sí, es como cuando un hombre tiende a dar una imagen de homosexual, pero no lo es. Bueno algo así, no lo entendí del todo. -Aclaró. -La cuestión es que el tipo es raro. -Finalizó. La charla había cambiado de tema, y luego nos quedamos hasta tarde en la cafetería hablando, se nos había pasado la hora. Así que habíamos terminado el día exhaustas. Al día siguiente, Mary me despertó.

-Suerte que despiertas, hablé con unas chicas del cuarto de alado, y me comentaron que tendremos que ir a tomarnos las medidas para el uniforme. -Comentó sentada en mi cama.

-¿Uniforme? -Recién comenzaba a despertarme. -No nos avisaron nada de que habría uniformes.

-Lo sé, pero era de esperarse, es un instituto privado.

-Ya se a quien preguntarle. -Instantáneamente pensé en preguntárselo a Harry y a Liam, mis guías de ingreso. Ellos dijeron que cualquier inconveniente o duda les buscara. Así que eso hice, fui hasta el edificio de dormitorios de hombres, mientras Mary fue a la cafetería a hacer cola, ya que las colas para el desayuno de las mañanas eran larguísimas.

En cuanto entré al edificio, comencé a preguntar a algunos chicos que se encontraban en el living si conocían a Harry, me dieron todo tipo de números, números de teléfonos, y algunas que otras habitaciones donde Harry llevaba a sus ''chicas'', era toda una leyenda al parecer. ¡Un puto don Juan! Al final, me dieron el número de su habitación, en la que él dormía, así que proseguí hasta ella. Cuando llegué, toqué la puerta. Salió Harry.

-¡Hola Harry! bueno, perdón que venga de esta...-Detrás de Harry salió Elliot, y me besó en la mejilla.

-¡Hola! -Interrumpió. Yo aún seguía helada por lo que había acabado de hacer. Mi cara había tomado un color rojo, en una milésima de segundo.

-Perdona a mi compañero de cuarto. -Se disculpó Harry. Mientras Elliot me rodeó con sus brazos el cuello. -Elliot, deja de acosar a la pobre chica.

-Tranquilo, no la acoso, solo la estoy saludando. Y ya la conozco. -Respondió sin soltarme.

-Eh...yo...yo...-Tartamudeé mientras estaba roja como un tomate. Harry separó a Elliot de mi.

-¡Que la dejes! ¿No ves que ya la pusiste nerviosa?

-Ése era el objetivo. -Rió. Se metió adentro de la habitación.

-Una vez más, perdónalo. Bueno, a lo nuestro, ¿a qué venías?. -Se frotó las manos y sonrió.

-Eh....sí, venía a preguntarte sobre los uniformes, nadie me había dicho nada sobre eso.

-Es obvio que siendo un colegio de este rango necesita un uniforme. -Comentó él.

Tal como dijo Harry. No tuve más remedio que hacerme un uniforme, y pagar la cuota, al igual que Alice y Buckley.

Habían pasado las semanas de adaptación, así que se aproximaban las clases en Coleia Aria, yo ya estaba preparada. Sabía que iba a ser una experiencia única, tenía ese presentimiento, no podría explicarlo con exactitud. El grupo había crecido, Mary, Alice, Buckley, Harry, Elliot, y yo, no nos costó tanto adaptarnos después de todo.

-¿Y bien? tengo hambre. -Comentó Alice.

-Y yo. -Agregó Buckley. -Venga, Cloe ve a comprar algo para comer.

-¿Por qué yo?

-Porque sí. Ve a comprar algo. -Comentó Alice cruzando las brazos.

-Y algo decente. -Agregó Buckley.

-Ah claro, ¿tengo cara de sirvienta?

-De una muy linda sirvienta. -Interrumpió Harry.

-Hey, eso lo tendría que haber dicho yo! -Dijo enfadado Elliot. -Solo yo puedo ser el sexi chico conquistador.

-Está por verse. Quizás el próximo sexi chico conquistador sea yo. -Todos empezaron a reir.

-¡O yo! -Interrumpió Buckley.

-¿Adularías a tu hermana? -Todos quedaron con caras de horror. Luego rieron. Así se habían vuelto todas nuestras charlas. Y es que ya teníamos un grupo armado; Alice, Mary, Buckley, Elliot, Harry, Liam y yo. No nos costó mucho adaptarnos después de todo.

Cuando regresé de traer la comida, la charla había tomado otro rumbo.

-Entonces...en dos días empezamos las clases ¿verdad? -Dijo un tanto intrigada Mary.

-¿Qué? ¿Tan rápido? -Interrumpí.

-Sí, lo cierto es que va a ser mas difícil una vez comenzada las clases, pero se van a acostumbrar al horario en poco tiempo. -Agregó Harry.

-Eso espero. -Comentó Alice. -Ah, Cloe, Buckley y Elliot te están buscando.

-Ah, ¿donde están?

-Se fueron a buscarte probablemente, para que les compres mas comida. No se llenaron con lo que compraste. Buckley debe estar muriéndose de hambre, ya lo conoces, ese enano.

-No voy a gastar un centavo más en ellos. -Crucé los brazos. -¡Que haga canibalismo con Elliot! -Todos comenzamos a reír.

Pasaron los días que quedaban como si nada, y llegó el día. ¡El gran día!. Todos estábamos emocionados por las nuevas clases, y el primer día sobre todo, a quien conoceríamos, etc.

-¡Por fin! , hoy es el primer día. -Comentó Mary mientras se arreglaba el cabello. Su largo cabello rubio, suave y sedoso. Como el de los comerciales de champús.

-Siento como si la emoción corriera dentro de mí. -Dije alistándome.

-Debe ser excitación. –Rió Mary. -Será mejor que te cambies rápido. Vendrá Alice, y luego iremos al edificio de chicos para buscar a Buckley, a Harry y a Elliot.

-Está bien, me apresuraré. -Cuando me alisté, había llegado Alice y las tres juntas salimos al edificio de habitaciones de los hombres para buscar a los demás. Aunque Buckley se nos adelantó, y nos esperaba en el living, así que fuimos a buscar a Harry y a Elliot. De repente, escuchamos unos gritos. Entramos rápidamente.

-¡Elliot me quiere matar! ¡Ayuda! -Escuchamos a Harry gritar desesperadamente.

-¿Que pasa acá? -Levantó la voz Alice.

-¡Harry rompió mi espejo! -Dijo enfadado Elliot.

-¡Fue un accidente! -Más gritos.

-¡No! ¿Ahora como veré mi sexi rostro?

-Maldito narcisista. -Dijo en voz baja Harry.

-¿Qué?! ¡Ahora si te mataré!

-¡No!, ¡Cloe, él me quiere hacer daño! -Dijo arrodillándose y aferrándose a mis pies.

-Chicos, no se si lo saben, pero hoy empezamos las clases! -Interrumpió Buckley.

-Estúpidos. Dense prisa y alistense. Debemos apurarnos si queremos llegar a tiempo. -Dijo Alice mientras salía de la habitación.

Una vez listos Harry, Elliot, Liam y Buckley, todos marchamos hacia el edificio de clases. El primer día, nuestro primer día de clases en este instituto, fue allí cuando los días comenzaron a enumerarse. Todo, de alguna forma estaba relacionado con mi pasado. Tiempo después me daría cuenta del porqué.

            
            

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