Mis tristes memorias azúles
img img Mis tristes memorias azúles img Capítulo 4 Dos semanas después...
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Capítulo 6 ¿Quien era Zero img
Capítulo 7 Nuevos amigos img
Capítulo 8 Añoranza img
Capítulo 9 Las cosas tristes img
Capítulo 10 La familia img
Capítulo 11 Sherlie img
Capítulo 12 Zero img
Capítulo 13 El joven misterio img
Capítulo 14 Se acerca el final... img
Capítulo 15 Carta img
Capítulo 16 Lo nuevo no siempre cae bien... img
Capítulo 17 Añoranza img
Capítulo 18 Impudicia img
Capítulo 19 La realidad img
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Capítulo 4 Dos semanas después...

Habían pasado semanas desde aquel entonces, Liam fingió nunca haber visto eso, y Peter estuvo muy mal esos días, había vuelto a recaer así que no pudimos saber mucho de él. Mientras tanto, seguía dándome curiosidad el joven de los ojos azules, ¡Si que era extraño!, en la semana había tenido muchos acercamientos con él, intentando que por lo menos se inicie una charla, iba de lo mas típico de pedirle un lápiz hasta lo más estúpido de chocar con él accidentalmente. Aunque sus únicas respuestas fueron; ''No tengo'', y ''Muévete''.

Bueno, era algo duro, pero algo en mi decía que debía seguir intentando.

Lo bueno, fue que Peter se había puesto mejor, desde su última recaída, y según los médicos le dieron una medicina que le ayudaría por un tiempo, parecía funcionar, así que le dieron el permiso de retomar las clases. En unos días, Peter pudo ingresar a clases por fin, como un chico normal, lo había visto con el uniforme. ¡Le quedaba hermoso! Estaba feliz por él, me gustaba la idea de que el pueda darse más con la gente de esta forma, realmente, me ponía feliz pensar eso. Así que en el receso, le dije a Liam que me acompañe al salón de Peter para poder ver como estaba. En cuanto llegamos, nos quedamos en la puerta, Peter estaba rodeado por chicas.

-Ya te cambió. -Dijo burlándose Liam.

-Me pone feliz que esté relacionándose con la gente, y me pone mas feliz saber que se está haciendo popular entre las chicas. -Sonreí observando a Peter. -Bueno, venga ya, vámonos.

-¿No íbamos a verlo?

-Sí, pero seríamos descorteses si interrumpiéramos el momento. Debemos dejarlo socializar. -Dicho esto, comencé a caminar.

-Como quieras. -Dijo desinteresado y comenzó a caminar.

Llegamos a la habitación de Buckley, allí estaban Alice, Elliot, Harry, y Buckley por supuesto. Mary estaba muy ocupada con el consejo estudiantil, ¡vaya que trabajaba duro!, me gustaba el entusiasmo que ella ponía para todas sus actividades en el colegio, era de esperarse de Mary, una alumna de excelencia.

-¿Que hacían ustedes solos? -Preguntó Alice si bien entramos con Liam a la habitación.

-¡Cloe es mía! -Dijo de un salto Elliot.

-¡No, mía! -Harry se puso a mi lado.

-¡Aléjate, bellaco! -Elliot me abrazó. Harry de un empujón lo apartó.

-O mejor salgan los dos. -Dije apartándome de ellos. -Queda en claro que con Liam fuimos a ver a Peter.

-¡Un momento! ¿Peter ya retomó las clases? -Dijo sorprendido Harry.

-¡Otro momento! ¿Porque no me llevaste a mi? Pensé que era tu preferido! -Comentó Elliot haciendo ojitos. Harry le dio un zape.

-¡Haber idiota! esto es importante. -Agregó Harry.

-Claro que ya retomo las clases. Parece que la medicina está haciendo efecto en él. -Aclaré. -Además, hasta se hizo popular entre las chicas! -Comenté feliz.

-¿Enserio? Bueno, es de esperarse, después de todo, ese niño es rubio, físicamente es un muñeco. Ése tipo de chicos son los más populares en este instituto.

-No se que me sorprende mas, si que ese niño se halla vuelto tan popular como yo en unos días de clase, o que Harry sepa mas de estereotipos femeninos que una chica. -Dijo Buckley observando a Harry sospechosamente.

-Cállate enano, que tu eres popular solo porque te echaron de casi todos los colegios, y porque eres el tipo de chicos que le dicen a las niñas: ''Te presto mi lápiz si me das un beso''. -Dicho esto, Alice le dio un zape a Buckley. Todos reímos.

Al terminar la charla, todos marchamos a la cafetería. Allí estábamos todos, Harry, Elliot, Liam, Buckley, Alice y yo, jugando y hablando. El ambiente me tranquilizaba, en tan poco tiempo, ya conseguí familiarizarme con todas estas personas. En ese momento, vimos a Peter entrar a la cafetería rodeado de las chicas mas lindas de su clase. Las miradas se habían concentrado en Peter, sin duda había robado la mirada de todas las mujeres. Era de esperarse, Peter era tal y como lo había descripto Harry, un muñeco y el ideal de toda chica.

-Vaya, era verdad lo que decían que era popular. -Dijo Buckley sintiéndose opacado.

-Te lo dijimos, eras el único que no quería darse cuenta. -Arqueó las cejas Alice.

-Espero que no se le suba la popularidad a la cabeza. -Dijo cruzando los brazos.

Peter, nos identificó entre el resto, y comenzó a acercarse. Cogió una rosa del ramillete del decorado, y se sentó con nosotros.

-¡Toma Cloe! Es para ti. -Sonrió. Cogí la rosa un poco apenada, sentí como todas las miradas de esas chicas que miraban a Peter se concentraron en mi. -Es por haberme invitado a la fiesta.

-Eh...gracias. -Cuando observé a los chicos, todos estaban boquiabiertos, hasta Liam no se esperaba eso. -¿Cómo te fue en tu primer día de clases? -Cambié repentinamente de tema.

-Bien. Las chicas fueron muy amables conmigo. -Señaló con la mirada a las chicas de su clase.

-Me alegro que ya tengas más amigos. -Sonreí.

-Bueno, me gustaría seguir con la charla pero las chicas prometieron enseñarme el campus.

-Eh...ve tranquilo. Y gracias por la rosa. -Sin darme cuenta me había puesto roja como un tomate. ¡Malditas emociones!

-Cuando termine, probablemente te buscaré, quiero presentarte a alguien muy importante para mí. -Dicho esto, se marchó.

-Bueno, eso ya es una cita. -Dijo Alice sonriendo desdeñosa.

-¡Que no mierda! ¡Es un niño! –Dije casi gritando.

-¿Y ahora? Cloe me cambió. Ahora tendré que quedarme con Buckley. -Comenzó a bromear Elliot.

-Maldito raro. Te me alejas ahora! -Interrumpió Buckley.

-Buckley es mío! -Agregó Harry mientras abrazaba a Buckley. De alguna forma, estos chicos me habían ayudado a pasar el momento vergonzoso que acababa de pasar.

Había llegado la noche, asi que todos nos dividimos y marchamos a nuestros cuartos. Excepto yo, que tenía que ir con Liam a su habitación para ver a Peter que me iba a presentar una persona importante para él. Me pregunté quién sería. Mientras al mismo tiempo me moría pensando en que si en realidad me quería presentar a alguien o solo quería pasar tiempo conmigo. Era un niño, mierda.

Llegamos a la habitación de Liam y nos paramos frente a la puerta.

-Bueno, hasta aquí llegué. –Paró de caminar Liam.

-¿Eh? ¿No vas a entrar? –Pregunté extrañada.

-Llegaré mas tarde. Mary dijo que tenía algo importante que decirme sobre el consejo estudiantil. Así que la buscaré y hablaré con ella. Aprovecha el tiempo para estar con Peter. –Guiñó el ojo y se fue.

-¡Que no me gusta Peter! –Le grité. En eso, salió Peter.

-¡Cloe llegaste! –Mi rostro de pánico al ver a Peter salir de la habitación fue grande. ¡Por dios! ¡Espero que no haya escuchado eso!

-Huh...¿oíste eso? –Pregunté atemorizada.

-¿Oír qué? Escuché gritos nada más y salí a mirar. –Aclaró.

-Ah, en ese caso está bien. –Me alivié.

-¿Hay algo que no tendría que haber escuchado? –Preguntó curioso.

-Eh...no nada. –Mire para otro lado. –Eh, sobre la persona que querías presentarme. –Volví a mirarlo, él sonrió y me invitó a pasar.

-Ella es mi hermana. –Señaló con la mirada a una joven de largo cabello de color negro. Era igual a mi físicamente, solo que tenía rasgos más definidos, yo diría que algo mas masculinos de los que debería, pero a pesar de eso, era una mujer muy delicada. Si yo vistiera de esa forma, me arreglara un poco, y me dejara crecer el cabello, ¡apuesto que sería igual! Ahora encajaba todo. Así que esta era la chica de los chicos dijeron que era parecida a mi...Bueno, son ése tipo de coincidencias. A eso de resume todo. Al menos, eso creí.

-¡Hola! , soy Cloe. Un gusto. –Sonreí y le extendí la mano.

-Ah, yo soy Kyle. –Me extendió su mano. Ambas nos presentamos.

-Me siento descortés al decir esto, pero tenemos un parecido. –Incliné mi cabeza hacia un lado.

-Físicamente sí. Bueno, hay muchas chicas parecidas a nosotras, no hay que ser tan egoístas. –Evadió el tema.

-Bueno, ella es la amiga de la que te hablé. –Dijo Peter señalándome con la mirada.

-Ya veo. Te agradezco que seas amiga de Peter, y que lo hayas ayudado a socializarse más con la gente. Habla muy bien de ti. –Sonrió.

-Eh, de nada. –Le devolví la sonrisa.

-La verdad significa mucho para mi que hagas esto. Peter es lo mas importante que tengo, y a veces, aunque él nunca dijera nada al respecto, me dolía verlo tan aislado.

-Pero ya no es así. Pilló rápidamente el ritmo de aquí. Y hasta se ha vuelto popular. –Recalqué lo último.

-Ya veo. Me alegro que sea así entonces.

Fue una linda charla, pero corta. Kyle se tuvo que ir, dijo que tenía cosas que hacer, con Peter nos quedamos un rato mas hablando, pero luego marché hacía mi habitación. Al llegar a mi habitación, solo conseguí pensar en lo mucho que se parecía Kyle a mi, solo que Kyle era de la familia de Peter, es imposible que tuviera algún vínculo con ella. Además, sería un insulto que la compare conmigo, sin duda era una chica muy linda. Su voz era un tanto gruesa, pero no le quitaba belleza para nada. Me pregunté si algún día sería como ella. ¡Vaya que muchas cosas cambiarían! Sería popular...aunque esas cosas nunca me atrajeron del todo. Tendría novio...novio. Nunca había pensado en alguien románticamente, en 15 años nunca había tenido si quiera mi primer beso. Ya ves. Digamos que siempre fui atrasada en eso, pero no me molestaba. Y es que, no es como si mi vida dependiera de ello. Me preocupaba mas en otras cosas, como si nací de un pony o realmente tuve familia, como perdí la memoria, y ése tipo de cosas. Ya sabes, dudas existenciales.

Al siguiente día, fue mi segundo, o mejor dicho décimo intento de acercarme al extraño chico de mi clase.

-¡Hola! ¿Me prestas un lápiz?

-¿No te cansas de pedírmelos? –Dijo desinteresado.

-No, supongo que debo ser muy tonta. Olvido traer un lápiz todos los días. –Sonreí.

-Y todos los días tendré que decirte que no los tengo. Deberías darte por vencida. –Desvió la mirada hacia la ventana.

-Eh...

-¿Sigues todavía aquí? –Volteó. –Tenía las esperanzas que te fueras.

-¡Que grosero! –Me di la vuelta y me fui. ¡Vaya que lo era! Nunca había visto un chico tan grosero y respuestas tan secas. Supongo que debía dejar de intentar acercarme, no es como si él pidiera ayuda. Creo que Elliot tenía razón, él simplemente no es ése tipo de chicos. Me seguía causando curiosidad, pero tendría que aprender a manejarlo de alguna forma u otra.

            
            

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