Es mentira que no lo amo
img img Es mentira que no lo amo img Capítulo 10 Un problema
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Capítulo 15 Nunca se acordaba de llevar su paraguas img
Capítulo 16 Súbete img
Capítulo 17 ¿Ya acabaste de mirar img
Capítulo 18 Fiebre img
Capítulo 19 Madre soltera img
Capítulo 20 Fiesta de cumpleaños img
Capítulo 21 Una llegada inesperada img
Capítulo 22 ¿Quiénes son img
Capítulo 23 La familia Treviño está de plácemes img
Capítulo 24 No tienen nada que ver contigo img
Capítulo 25 Tus habilidades para huir han mejorado img
Capítulo 26 Buena suerte img
Capítulo 27 Se había delatado ella sola img
Capítulo 28 Una vida sin ataduras img
Capítulo 29 Esto es venganza img
Capítulo 30 Los amigos deberían ayudarse entre sí ¿cierto img
Capítulo 31 Los enemigos estaban destinados a encontrarse img
Capítulo 32 La situación ha empeorado img
Capítulo 33 Vigilando img
Capítulo 34 ¿La había engañado img
Capítulo 35 Pródigo en atenciones img
Capítulo 36 Bella Dama img
Capítulo 37 Él Nunca Sonreía img
Capítulo 38 ¿Los cerdos podrían volar img
Capítulo 39 ¿Qué más quiere img
Capítulo 40 El que no pasa página. img
Capítulo 41 ¿De camino img
Capítulo 42 Rumores. img
Capítulo 43 Qué pasaría si... img
Capítulo 44 No puedes darte el lujo de hacerlo. img
Capítulo 45 No lo permitiré. img
Capítulo 46 Nunca vuelvas con tu ex img
Capítulo 47 No le temo a nada img
Capítulo 48 Harás que te mate img
Capítulo 49 No esperes mucho de la comida de mamá img
Capítulo 50 Los sabios saben cuándo detenerse img
Capítulo 51 No puedes mentirme img
Capítulo 52 Soy tu hermana img
Capítulo 53 Lo siento, hermana img
Capítulo 54 Él esperaba que ella lo hubiera hecho img
Capítulo 55 No necesito una doble img
Capítulo 56 Levanta la mano por encima de tu cabeza y ven conmigo img
Capítulo 57 ¿Everleigh ya no regresará img
Capítulo 58 Ninguno de los dos estaba obstaculizando el camino del otro img
Capítulo 59 ¿No pueden estar juntos solo porque se gustan img
Capítulo 60 Ella es diferente img
Capítulo 61 Mentiras img
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Capítulo 10 Un problema

En ese momento, incluso los internos pudieron advertir que algo andaba mal. De inmediato comenzaron a susurrar entre ellos.

-No tengo problema, iré -dijo Everleigh luego de volverse para mirar con serenidad a Theodore a los ojos.

La invitación a la boda y la posterior insistencia no fueron otra cosa que una forma de desahogar su enojo. Ella, por su parte, redobló la apuesta y aceptó. En ese momento, sus ojos se encontraron y, al instante, la mirada de Theodore se volvió más fría que nunca.

Si bien Everleigh aceptó ir a la boda, él no estaba nada contento. Al contrario, la mirada tranquila de aquella mujer le provocó cierta agitación.

-¿¡Quién es Everleigh Trevino!? -resonó de repente en el pasillo una voz aguda.

De pronto, el silencio se apoderó del lugar.

-¿¡Quién es Everleigh Trevino!? -se volvió a oír la voz.

Luego, todos buscaron a la persona que hablaba y vieron a una mujer regordeta y de mediana edad, con un bolso Hermes de edición limitada, que salía furiosa del ascensor. La mujer, al distinguir a Everleigh entre la multitud, se volvió loca. Corrió hacia ella y le apuntó con el dedo índice a la cara.

-¡Tú debes ser Everleigh Trevino, maldita p*ta! -insultó.

Inmediatamente, Everleigh frunció el ceño.

-¿Quién eres tú? -preguntó.

Súbitamente, la mujer le dio una bofetada a Everleigh. Ella no pudo más que tragarse lo que iba a decir. Por su parte, los internos jadearon y al instante el pasillo quedó en silencio.

El golpe fue tan fuerte que le giró la cara a Everleigh. El dolor ardiente en su mejilla la devolvió a la realidad, luego la miró con incredulidad. La mujer de mediana edad estaba lívida.

-Tú eres la p*rra que sedujo a mi esposo. ¡Z*rra astuta!

Mientras hablaba, volvió a levantar la mano. En ese instante, Theodore dio un paso adelante y, al ver sus intenciones, los ojos de Josephine se oscurecieron. Rápidamente lo agarró y le dirigió una mirada de pánico; luego se inclinó contra él y le impidió moverse.

-Theodore... -lo regañó.

Al mismo tiempo, Everleigh también reaccionó rápidamente. Ignoró el dolor punzante en su mejilla y agarró el brazo de la mujer.

-Creo que tienes a la persona equivocada. No te conozco -dijo ella con calma.

-¡Por supuesto que no me conoces! Pero yo sí te conozco. Eres Everleigh Trevino, ¿verdad? ¡Eres doctora y además eres una p*rra! ¡Es a ti a quien busco! -rugió furiosa la mujer.

-Creo que es la esposa del Sr. Quelch -comentó alguien de repente.

-¿Escuchaste eso? Todo el mundo me conoce -continuó la Sra. Quelch-. Eres una descarada. ¿Encima tienes el atrevimiento de seducir a mi marido? ¡Qué sinvergüenza eres!

-¿Tiene alguna evidencia, Sra. Quelch? -inquirió Everleigh con el ceño fruncido-. Yo no he hecho nada malo.

-¿Evidencia? -se mofó la Sra. Quelch y apartó la mano de Everleigh-. Eres una doctora importante en este hospital. ¿Crees que vendría sin evidencia alguna? Veo que hay mucha gente aquí, ¡serán mis testigos! Les mostraré a todos lo desvergonzada que eres.

Un instante después, la mujer sacó su celular de su bolso y reprodujo un video.

-Miren, ¿no es la Dra. Trevino la del video? -gritó.

En el video, el Sr. Quelch agarra la mano de Everleigh y coqueteaba con ella. Por su parte, ella no se resistía a las caricias del hombre. Al ver las imágenes, nadie se atrevió a hacer comentarios.

En medio del alboroto, Everleigh frunció el ceño mientras miraba el video. De inmediato recordó aquella ocasión, fue cuando el Sr. Quelch acababa de ser ingresado al hospital. Ella estaba poniéndole una inyección, por lo que no podía apartarle la mano.

            
            

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