Es mentira que no lo amo
img img Es mentira que no lo amo img Capítulo 8 El peor insulto
8
Capítulo 15 Nunca se acordaba de llevar su paraguas img
Capítulo 16 Súbete img
Capítulo 17 ¿Ya acabaste de mirar img
Capítulo 18 Fiebre img
Capítulo 19 Madre soltera img
Capítulo 20 Fiesta de cumpleaños img
Capítulo 21 Una llegada inesperada img
Capítulo 22 ¿Quiénes son img
Capítulo 23 La familia Treviño está de plácemes img
Capítulo 24 No tienen nada que ver contigo img
Capítulo 25 Tus habilidades para huir han mejorado img
Capítulo 26 Buena suerte img
Capítulo 27 Se había delatado ella sola img
Capítulo 28 Una vida sin ataduras img
Capítulo 29 Esto es venganza img
Capítulo 30 Los amigos deberían ayudarse entre sí ¿cierto img
Capítulo 31 Los enemigos estaban destinados a encontrarse img
Capítulo 32 La situación ha empeorado img
Capítulo 33 Vigilando img
Capítulo 34 ¿La había engañado img
Capítulo 35 Pródigo en atenciones img
Capítulo 36 Bella Dama img
Capítulo 37 Él Nunca Sonreía img
Capítulo 38 ¿Los cerdos podrían volar img
Capítulo 39 ¿Qué más quiere img
Capítulo 40 El que no pasa página. img
Capítulo 41 ¿De camino img
Capítulo 42 Rumores. img
Capítulo 43 Qué pasaría si... img
Capítulo 44 No puedes darte el lujo de hacerlo. img
Capítulo 45 No lo permitiré. img
Capítulo 46 Nunca vuelvas con tu ex img
Capítulo 47 No le temo a nada img
Capítulo 48 Harás que te mate img
Capítulo 49 No esperes mucho de la comida de mamá img
Capítulo 50 Los sabios saben cuándo detenerse img
Capítulo 51 No puedes mentirme img
Capítulo 52 Soy tu hermana img
Capítulo 53 Lo siento, hermana img
Capítulo 54 Él esperaba que ella lo hubiera hecho img
Capítulo 55 No necesito una doble img
Capítulo 56 Levanta la mano por encima de tu cabeza y ven conmigo img
Capítulo 57 ¿Everleigh ya no regresará img
Capítulo 58 Ninguno de los dos estaba obstaculizando el camino del otro img
Capítulo 59 ¿No pueden estar juntos solo porque se gustan img
Capítulo 60 Ella es diferente img
Capítulo 61 Mentiras img
img
  /  8
img

Capítulo 8 El peor insulto

-¿Fugarme con otro? -cuestionó Everleigh sorprendida.

-¿Qué? ¿Lo niegas? ¿Ya rompiste con Stainley? -se mofó Theodore.

Siete años atrás, Everleigh se fue al extranjero sin previo aviso y perdió contacto con sus amigos y familiares. Theodore se volvió loco buscándola hasta que finalmente oyó rumores de que ella dejó Ocpeace City para fugarse con otro hombre.

Durante los siguientes años, los nombres de Everleigh y Stainley lo atormentaban de noche en sus sueños, fue imposible para él olvidar el asunto. Aquel fue el peor insulto en la vida de Theodore.

Por su parte, Everleigh se quedó estupefacta al escuchar el nombre de Stainley, pero un instante después se recuperó de ese estado. La realidad era que si Theodore no se lo recordaba, se habría olvidado por completo de las tontas mentiras que ella le contó para terminar con su relación de cinco años con él.

-Sr. Godfrey -llamó de repente una enfermera desde la puerta.

De inmediato, Everleigh se estremeció. Utilizó todas sus fuerzas para liberarse de Theodore y se apresuró por levantarse de la cama. Desde su lugar, él notó el pánico en los movimientos de Everleigh e instantáneamente sus ojos volvieron a su frialdad y tranquilidad de antes.

-¿Qué? -preguntó Theodore.

-Escuché que no se sentía bien. ¿Necesita un médico? -preguntó la enfermera.

-No, vete. Solo estoy cansado -contestó él.

-Está bien, Sr. Godfrey -respondió la enfermera mientras se alejaba.

Al escuchar sus pasos alejándose, Everleigh soltó un suspiro de alivio. No quería quedarse más tiempo en esa habitación, así que, sin mirarlo a los ojos, se excusó:

-Tengo trabajo que hacer, debo irme.

Theodore no la detuvo. La miró marcharse presa del pánico y de pronto se sintió aturdido, se había quedado en blanco. Sin darse cuenta se golpeó la espalda contra la esquina de la cama y de inmediato frunció el ceño de dolor.

Se sentía frustrado, no podía entender por qué extrañaba a esa mujer fría y egoísta. El paso del tiempo no importó en absoluto, jamás dejó de pensar en ella.

Durante los días siguientes, Everleigh evitó a Theodore a propósito y no volvió a toparse con él. Sin embargo, sí se encontraba con Josephine, que visitaba a su prometido todos los días. Cuando se cruzaban, simplemente se saludaban con la cabeza, sin decir palabra.

Una tarde, Josephine fue a la habitación de Theodore con noticias.

-Theodore, acabo de hablar con el médico. Dice que debes cambiar tu dieta y mejorarás con el tiempo. De hecho, permanecer en el hospital no hará ninguna diferencia, por lo que puedes volver a casa. Si te parece bien, te darán de alta pronto.

Mientras Josephine charlaba casualmente, pelaba con habilidad una manzana. Luego, cortó una rodaja y la llevó a los labios de Theodore.

-Ten, come algo de fruta -lo exhortó.

Sin embargo, él actuó como si no hubiera escuchado nada. Su semblante se ensombreció y ella no podía siquiera imaginar lo que Theodore tenía en su mente. Ante la dificultad de comprender a su prometido, los ojos de Josephine también se oscurecieron.

Un instante después, dejó la manzana en el plato y cambió de tema:

-Theodore, he reducido la lista de lugares para la boda. ¿Quieres echar un vistazo?

-No, estaré de acuerdo con lo que elijas, siempre y cuando te guste -contestó él.

-Está bien, sé que estás ocupado. Yo me encargaré de eso. Por cierto -continuó Josephine vacilante-, ¿debo enviarle una invitación a Everleigh?

Al escuchar el nombre de Everleigh, Theodore inmediatamente frunció el ceño, por lo que Josephine se apresuró a explicar:

-Bueno, éramos mejores amigas... Hubiera estado bien no invitarla mientras estaba en el extranjero, pero ahora que volvió lo correcto es invitarla. Pero si no te gusta la idea, olvídalo.

-Estuviste pensando mucho al respecto, ¿eh? -comentó Theodore a la vez que le echaba una miraba repentina.

Aquel hombre parecía poder leer su mente y eso asustó mucho a Josephine, al punto de no saber qué decir. De pronto, Theodore se levantó del sofá.

-Me van a dar de alta, ¿verdad? -inquirió.

-¿Qué? -Por un momento, Josephine se quedó atónita-. ¿Ahora mismo?

-Este hospital no es la gran cosa, la ventilación puede mejorar -murmuró Theodore con rostro inexpresivo.

Un instante después, le dio la espalda a Josephine. Ella apretó la servilleta de papel que sostenía en su mano con impotencia, sentía que sus últimas actitudes mostraban cierto distanciamiento de ella.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022