Es mentira que no lo amo
img img Es mentira que no lo amo img Capítulo 2 Eres mi paciente
2
Capítulo 15 Nunca se acordaba de llevar su paraguas img
Capítulo 16 Súbete img
Capítulo 17 ¿Ya acabaste de mirar img
Capítulo 18 Fiebre img
Capítulo 19 Madre soltera img
Capítulo 20 Fiesta de cumpleaños img
Capítulo 21 Una llegada inesperada img
Capítulo 22 ¿Quiénes son img
Capítulo 23 La familia Treviño está de plácemes img
Capítulo 24 No tienen nada que ver contigo img
Capítulo 25 Tus habilidades para huir han mejorado img
Capítulo 26 Buena suerte img
Capítulo 27 Se había delatado ella sola img
Capítulo 28 Una vida sin ataduras img
Capítulo 29 Esto es venganza img
Capítulo 30 Los amigos deberían ayudarse entre sí ¿cierto img
Capítulo 31 Los enemigos estaban destinados a encontrarse img
Capítulo 32 La situación ha empeorado img
Capítulo 33 Vigilando img
Capítulo 34 ¿La había engañado img
Capítulo 35 Pródigo en atenciones img
Capítulo 36 Bella Dama img
Capítulo 37 Él Nunca Sonreía img
Capítulo 38 ¿Los cerdos podrían volar img
Capítulo 39 ¿Qué más quiere img
Capítulo 40 El que no pasa página. img
Capítulo 41 ¿De camino img
Capítulo 42 Rumores. img
Capítulo 43 Qué pasaría si... img
Capítulo 44 No puedes darte el lujo de hacerlo. img
Capítulo 45 No lo permitiré. img
Capítulo 46 Nunca vuelvas con tu ex img
Capítulo 47 No le temo a nada img
Capítulo 48 Harás que te mate img
Capítulo 49 No esperes mucho de la comida de mamá img
Capítulo 50 Los sabios saben cuándo detenerse img
Capítulo 51 No puedes mentirme img
Capítulo 52 Soy tu hermana img
Capítulo 53 Lo siento, hermana img
Capítulo 54 Él esperaba que ella lo hubiera hecho img
Capítulo 55 No necesito una doble img
Capítulo 56 Levanta la mano por encima de tu cabeza y ven conmigo img
Capítulo 57 ¿Everleigh ya no regresará img
Capítulo 58 Ninguno de los dos estaba obstaculizando el camino del otro img
Capítulo 59 ¿No pueden estar juntos solo porque se gustan img
Capítulo 60 Ella es diferente img
Capítulo 61 Mentiras img
img
  /  8
img

Capítulo 2 Eres mi paciente

Theodore levantó la cabeza y le soltó la muñeca con brusquedad. Sus ojos fríos escanearon el rostro de Everleigh sin piedad.

-Odio ver tu cara, ¿lo sabías? -dijo él con voz aterradora. ¿Acaso no era suficiente tener que ver su rostro en sus sueños? ¿Por qué debía verlo también en persona?

Al escucharlo, Everleigh se estremeció. ¡Naturalmente, él estaba resentido con ella! Miró fijamente sus ojos fríos y sin expresión. Definitivamente estaba molesto y verlo así a ella le secó la garganta y le hizo sentir que ni siquiera podía respirar.

Por supuesto, Everleigh no quería que él notara su nerviosismo, por lo que fingió estar tranquila y desvió la mirada. Al instante, se dio cuenta de que el dorso de su mano sangraba, así que se dio la vuelta y buscó una cinta nueva.

-Eres mi paciente -exclamó luego de luchar por encontrar una voz clara y firme.

De inmediato, arrancó un pequeño trozo de cinta y quiso acomodar de nuevo la aguja; sin embargo, la voz de Theodore se volvió a escuchar con potencia.

-¡Vete de aquí! -Se podía oír la ira en su tono.

Sus manos se detuvieron inmediatamente. No pudo evitar parpadear un par de veces, pero hizo todo lo posible por evitar que se le quebrara la voz. Rápidamente retiró la mano y respondió:

-Entonces, haré que la enfermera se ocupe de esto.

-No quiero tener que repetir las cosas. -La voz de Theodore se volvió más fría y áspera.

La tensión en la sala era palpable. En el momento en que la vio, la ira brotó de su interior y no pudo evitar actuar con frialdad y rudeza; por su parte, Everleigh sintió una punzada de tristeza en su corazón ante la actitud de Theodore.

-De acuerdo -respondió ella secamente. Guardó el estetoscopio y el informe de la prueba y continuó-. Está bien... Toca el timbre si necesitas algo.

Como respuesta no obtuvo más que silencio. El hombre se limitó a fruncir los labios y no emitió palabra alguna. Ella no quiso acercarse a él, no tenía intenciones de avergonzarse a sí misma.

Una vez dio por terminada su labor allí, se dio la vuelta para escapar de aquella habitación que se había vuelto sofocante; sin embargo, justo cuando estaba por salir, la puerta se abrió de repente y una voz clara resonó en la habitación.

-Theodore... ¿Te sientes mejor?

Rápidamente, Everleigh buscó el origen de la voz y vio a Josephine Bailey en la puerta; llevaba puesto un vestido de novia blanco y levantaba la cola del mismo para que no se ensuciara. De repente, sus miradas se encontraron y la sonrisa de Josephine se congeló al instante.

Minutos atrás, Josephine se estaba probando vestidos de novia en la tienda cuando el vendedor le informó que Theodore se había desmayado y lo estaban llevando de urgencia al hospital.

No tuvo tiempo ni de cambiarse a su ropa habitual, tuvo que salir disparada a la sala de emergencia y una vez allí, inesperadamente se topó con Everleigh. Más importante aún, ¡ella era la doctora de Theodore!

Al darse cuenta de la situación, Josephine no pudo evitar apretar sus puños, agarrando aún más fuerte la cola del vestido. Sin embargo, permaneció tranquila, sonrió y caminó rápidamente hacia la cama.

-¿Everleigh? ¿Cuándo... cuándo regresaste? -preguntó.

-Hace una semana -respondió Everleigh con sinceridad.

Era vedad, había vuelto apenas hace una semana. La sede central, que se encontraba en el extranjero, la derivó al hospital actual, por lo que tuvo que volver a la ciudad. Por supuesto, ella no planeaba reencontrarse con ellos de esa manera.

Por otro lado, verla a Josephine vestida de novia le provocó un dolor punzante en el corazón y no pudo evitar sentir un poco de vergüenza. Un instante después, se metió los puños en el bolsillo e hizo espacio para la recién llegada.

-Oh, ya veo -exclamó Josephine sorprendida.

Luego, echó un vistazo a su prometido y nuevamente se volvió hacia Everleigh. Theodore guardaba silencio y ella estaba notablemente incómoda. En ese momento, Josephine comprendió de inmediato lo que estaba pasando.

Sin embargo, fingió que nada ocurría. Simplemente se sentó al borde de la cama y dijo en voz baja:

-Theodore, ¿por qué te desmayaste de repente? Me asustaste.

Everleigh se volvió hacia un lado e hizo todo lo posible por mantenerse calmada.

-El Sr. Godfrey se desmayó debido a una gastritis aguda. De ahora en más deberá prestar más atención a su dieta. Debe reducir la comida grasosa y comer en tiempo y forma -explicó Everleigh lisa y llanamente.

En ese momento hizo una pausa. No pensaba seguir dando indicaciones, pero no pudo detenerse.

-Además... -continuó-, saltarse comidas constantemente también es una causa probable del desmayo.

Al escucharla, Theodore entrecerró los ojos. Su mirada se volvía más fría a cada segundo que pasaba. ¿Saltarse las comidas? ¡Sin dudas, ella aún lo recordaba!

            
            

COPYRIGHT(©) 2022