Es mentira que no lo amo
img img Es mentira que no lo amo img Capítulo 9 Invitación a la boda
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Capítulo 15 Nunca se acordaba de llevar su paraguas img
Capítulo 16 Súbete img
Capítulo 17 ¿Ya acabaste de mirar img
Capítulo 18 Fiebre img
Capítulo 19 Madre soltera img
Capítulo 20 Fiesta de cumpleaños img
Capítulo 21 Una llegada inesperada img
Capítulo 22 ¿Quiénes son img
Capítulo 23 La familia Treviño está de plácemes img
Capítulo 24 No tienen nada que ver contigo img
Capítulo 25 Tus habilidades para huir han mejorado img
Capítulo 26 Buena suerte img
Capítulo 27 Se había delatado ella sola img
Capítulo 28 Una vida sin ataduras img
Capítulo 29 Esto es venganza img
Capítulo 30 Los amigos deberían ayudarse entre sí ¿cierto img
Capítulo 31 Los enemigos estaban destinados a encontrarse img
Capítulo 32 La situación ha empeorado img
Capítulo 33 Vigilando img
Capítulo 34 ¿La había engañado img
Capítulo 35 Pródigo en atenciones img
Capítulo 36 Bella Dama img
Capítulo 37 Él Nunca Sonreía img
Capítulo 38 ¿Los cerdos podrían volar img
Capítulo 39 ¿Qué más quiere img
Capítulo 40 El que no pasa página. img
Capítulo 41 ¿De camino img
Capítulo 42 Rumores. img
Capítulo 43 Qué pasaría si... img
Capítulo 44 No puedes darte el lujo de hacerlo. img
Capítulo 45 No lo permitiré. img
Capítulo 46 Nunca vuelvas con tu ex img
Capítulo 47 No le temo a nada img
Capítulo 48 Harás que te mate img
Capítulo 49 No esperes mucho de la comida de mamá img
Capítulo 50 Los sabios saben cuándo detenerse img
Capítulo 51 No puedes mentirme img
Capítulo 52 Soy tu hermana img
Capítulo 53 Lo siento, hermana img
Capítulo 54 Él esperaba que ella lo hubiera hecho img
Capítulo 55 No necesito una doble img
Capítulo 56 Levanta la mano por encima de tu cabeza y ven conmigo img
Capítulo 57 ¿Everleigh ya no regresará img
Capítulo 58 Ninguno de los dos estaba obstaculizando el camino del otro img
Capítulo 59 ¿No pueden estar juntos solo porque se gustan img
Capítulo 60 Ella es diferente img
Capítulo 61 Mentiras img
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Capítulo 9 Invitación a la boda

-Esta noche debes revisar constantemente la cama 9 -ordenaba Everleigh a uno de sus subordinados.

Acababa de terminar sus rondas con un grupo de internos y mientras caminaba por el pasillo, hojeaba los registros médicos y revisaba los trabajos de los internos.

-Dra. Trevino, la paciente de la cama 8 claramente padece de un embarazo ectópico roto. ¿Por qué le dijo a su familia que tenía apendicitis? -preguntó un pasante.

Rápidamente, Everleigh dio unos golpecitos con su dedo índice en el historial médico, señalando una columna que decía «soltera». Estaba a punto de continuar su explicación cuando vio dos figuras conocidas acercándose. No pudo evitar tensarse al reconocerlos.

Theodore ya no llevaba una bata de hospital. Al contrario, estaba vestido de manera informal, con una camisa blanca sencilla. Sus ojos oscuros y sus labios pálidos, además de su rostro que no expresaba emoción alguna, no ayudaban a ocultar el aura fría que emanaba al caminar.

A su lado, Josephine sostenía uno de sus brazos, lo que les daba una apariencia de pareja amorosa.

-Es el Sr. Godfrey y su prometida de la sala VIP. Se ven tan bien juntos -observó uno de los internos.

Escuchar un comentario como ese fue un gran dolor para Everleigh. Tiempo atrás, cuando estaba con Theodore, solo unos pocos sabían de su relación, uno de ellos era Josephine.

«Everleigh, tú y Theodore son la pareja perfecta. Estoy tan celosa de ti», le había dicho una vez Josephine, quien fuera su mejor amiga. Pero ahora era ella la pareja de Theodore y le resultó irónico y absurdo el comentario de la pasante sobre la pareja.

-Dra. Trevino. -La voz de otro de los internos hizo que Everleigh volviera a sus sentidos.

-Sí -exclamó ella mientras desviaba la mirada con indiferencia. Un instante después continuó-: Préstale atención a la paciente de la cama 8. Tiene signos prodrómicos de depresión y necesitará un terapeuta. No olvides mantener su embarazo en secreto por el momento.

-Sí, Dra. Trevino -asintió el pasante.

Entretanto, Theodore y Josephine se habían acercado a Everleigh y se detuvieron frente a ella.

-Dra. Trevino, se ve que está realmente muy ocupada. No solo salva al mundo, sino que también enseña a otros a hacerlo -comentó Theodore con un notable sarcasmo.

Al oírlo, Everleigh no pudo evitar mirarlo. No se habían visto desde hacía unos días, pero a juzgar por su apariencia estaba mucho mejor. Se lo veía muy enérgico y de ánimo para burlarse de ella de esa manera.

-Everleigh, Theodore y yo nos estamos por ir -dijo Josephine, tomando la iniciativa de romper el incómodo silencio.

Su voz era suave y amistosa, sonaba como si estuviera saludando a un viejo amigo, pero al mismo tiempo apretaba con más fuerza el brazo de Theordore. Parecía intentar mostrar con demasiada evidencia que Theodore le pertenecía. Sin embargo, Everleigh se mostró indiferente.

-Bueno, felicitaciones. Y les deseo un feliz matrimonio.

-Gracias, Everleigh. Sé que estás ocupada, así que mejor...

Antes de que Josephine pudiera terminar, Theodore la interrumpió con un tono firme y contundente:

-Si lo dices en serio, ¿por qué no vienes a nuestra boda el próximo mes? -preguntó, haciendo hincapié en la palabra «boda».

Inmediatamente después de escuchar la invitación, Josephine miró a su prometido con asombro, pues pocos días antes había rechazado esa misma idea. Por su parte, Theodore levantó el brazo y tomó la mano de Josephine. Los dedos de ambos se entrelazaron y tanto Everleigh como sus internos lo notaron.

-Tú fuiste quien nos presentó, jugaste un papel importante en la relación, ¿cómo podrías perderte nuestra boda? -añadió él.

La voz del hombre era grave y melodiosa, y resultaba agradable a los oídos de cualquiera. Sin embargo, para Everleigh fue como un cuchillo que atravesó su corazón. Su sangre hervía luego de escuchar que fue ella quien los presentó.

De pronto, comenzó a sentir un leve mareo y sus piernas se debilitaron al punto de casi ceder. Sin embargo, fingió tranquilidad y respondió con amargura:

-Estoy muy ocupada en el hospital. Puede que no tenga tiempo.

Theodore la miró fijamente y preguntó con frialdad:

-¿No tienes tiempo? ¿O en realidad no quieres asistir?

Everleigh se quedó sin palabras. La estaba presionando y no había forma de que ella pudiera evitar esa pregunta tan directa. Por su parte, Josephine, que había estado con Theodore durante años, nunca lo vio actuar así. Rara vez se tomaban de la mano en público, pero en esta oportunidad no se contentó, al contrario, se sentía molesta.

            
            

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