Capítulo 5 Una invitada inesperada

Era una llamada de Rylee Beatty, su asistente.

Lucian miró a Erin, que descansaba en la cama con los ojos cerrados y salió de la habitación para atender la llamada.

"¿Qué pasa?", su tono era frío y cortante, una sutil señal de su poca paciencia.

"Señor Clifford, recuerde que hoy tiene una cita con el CEO del Grupo Stark, he informado a nuestro socio de que ustedes van a almorzar juntos".

"Bien, anotado".

Su respuesta fue bastante breve. Justo cuando él estaba a punto de colgar, el tono de Rylee se tornó más serio y continuó: "Hay una cosa más, señor".

"Adelante".

"Recibí una noticia".

Rylee vaciló por un momento antes de decir finalmente: "Escuché que la señorita Murphy del Grupo Murphy ha regresado".

"¿La misma que desapareció sin dejar rastro tres años atrás?", preguntó Lucian, entrecerrando los ojos ante esa información.

Rylee asintió, confirmando.

"Así es. Durante su ausencia, sus accionistas provocaron un gran alboroto que afectó en cierta medida a nuestro negocio. Pero al final, logramos sacar provecho de la situación, arrebatándoles varios proyectos importantes. Me pregunto seriamente qué significará para nosotros su regreso".

El Grupo Murphy era una fuerza extraordinaria en la industria, se fundó mucho antes que Grupo Clifford. A pesar del fuerte crecimiento de este último recientemente, el Grupo Murphy tenía una base sólida que era imposible ignorar.

De la misma manera, la señorita Murphy, al mando de esa fuerza, no era alguien que Lucian pudiera darse el lujo de subestimar. No se conocían, pero habían competido en el negocio y ella era una mujer muy capaz.

Casualmente, Giselle, una persona sin importancia en la vida de él, excepto por sus excelentes habilidades domésticas, compartía el mismo apellido que la señorita Murphy.

Sin embargo, el contraste entre las dos mujeres era tan marcado.

Solo de pensar en esa mujer se enfadaba más de la cuenta. Rápidamente se masajeó las sienes, reprimiendo su impaciencia, y ordenó con severidad: "Veamos cómo se van desarrollando las cosas. Si se presenta una oportunidad, organiza una cena para nosotros".

La desaparición de la CEO del Grupo Murphy sin duda sacudió la posición de la empresa. Pero ahora que esa mujer había regresado, la situación inevitablemente cambiaría.

La señorita Murphy era famosa por su visión perspicaz de las cosas y sus estrategias despiadadas. Cualquiera que se atreviera a meterse con ella seguramente enfrentaría consecuencias nefastas. Ciertamente, ella no se quedaría de brazos cruzados mientras sus enemigos prosperaban en el negocio.

Aunque Lucian no le temía, tampoco quería enfrentarse a una adversaria tan poderosa. Por el momento, prefería andar con mucha cautela.

Más tarde, bajo el fuerte sol del mediodía, Lucian se encontró sentado frente a Collin Stark, el CEO del Grupo Stark, en una sala privada de un opulento restaurante de lujo.

Cada uno estaba acompañado por sus respectivos asistentes, formando una imagen casi idéntica del otro sobre la mesa de caoba pulida, mientras participaban en saludos y cortesías preliminares.

Collin era un hombre de unos cuarenta años y claramente necesitaba esforzarse más en mantener su condición física. Su traje negro luchaba por contener su vientre flácido y prominente.

Su apariencia se veía empañada aún más por las marcadas ojeras, que junto con su rostro pálido y demacrado, dejaban claro que era un tipo que se entregaba a una vida de excesos.

Levantando su copa de vino de cristal, él hizo un brindis respetuoso por Lucian.

"Señor Clifford, usted es la encarnación de la juventud y el futuro. La forma en que dirige su empresa es realmente envidiable. Por favor, déjeme hacer un brindis en su honor".

Si bien Lucian no tenía una impresión favorable del hombre que tenía enfrente, valoraba la importancia de su futura alianza. Entonces, tomó su copa y la chocó con Collin.

"Señor Stark, me halagan sus palabras, pero mejor centrémonos en el proyecto que nos reúne aquí hoy".

"Absolutamente", estuvo de acuerdo el otro hombre.

"Cuando me habló de ese proyecto, no dudé en lo más mínimo. Creo firmemente que colaborar con el Grupo Clifford es la mejor opción. Para ser muy sincero, el Grupo Murphy también se había puesto en contacto conmigo antes".

"¿El Grupo Murphy?", preguntó Lucian, con el ceño fruncido ligeramente.

Collin asintió, sonriendo.

"Sí, pero prefiero una cooperación con usted. Ahora, sobre este proyecto quiero...".

Antes de que Collin pudiera terminar de hablar, la puerta se abrió de golpe con un ruido sordo.

Al mismo tiempo, todos los presentes giraron la cabeza hacia la entrada, justo para ver entrar a una dama con un aire de confianza y elegantemente vestida con un traje negro y tacones de aguja.

Cuando la mirada de Lucian se encontró con la de la mujer, se quedó paralizado.