- Debemos aprovechar -Austin le dio un mordisco a su sándwich- Además el chico nuevo pondrá la casa ¿Qué más quieres?
- No creo que sea buena idea lo de la fiesta -comento inseguro.
- ¿Por qué? Hemos ido a infinidades de fiestas -el pelinegro miro a su mejor amigo sorprendido.
- ¿Qué le dirás a tu papá? -pregunto tratando de buscar alguna excusa- Los fines de semana vas a la empresa Kinzle´s, creí que no podías faltar o serías hombre muerto.
- Naah -Austin sonrió con satisfacción- Digamos soy el mejor Kinzler de mi familia, así que tendré permiso este fin de semana.
- Ya quisieras -el pálido giro los ojos.
- ¡No te burles de mi Rafa~! -grito ofendido- Pase una prueba esencial y mi padre tendrá que darme tiempo libre. Estoy muerto con tanta madrugada.
- Eso es cierto, tus ojeras llegaran al suelo -sonrió divertido observando al pelinegro.
- Oh cállate -respondió para luego bostezar- Necesito unas vacaciones urgentes.
- ¡Chicos!
- Ooh miren quien es -Rafael miro al pelirrojo- El chico nuevo.
- ¡El chico de las fiestas! -Austin levanto las manos, simulando bailar.
- ¿Quién de ustedes me ayudara a comprar las bebidas? -pregunto sentándose con fuerza.
- Pero si apenas es lunes ¡Relájate! -el pálido hablo irritado.
- Toda buena fiesta debe planearse bien -Berek sonrió- Dame tu celular -estiro la mano hacia Austin.
- ¿Para qué? -pregunto dejando su móvil en la mano del pelirrojo.
- Para agendar mi número, genio -respondió luciendo concentrado en la pantalla del celular.
El chico nuevo le devolvió el celular al pelinegro y su mirada se dirigió hacia el chico más pálido, mirándolo con curiosidad.
- ¿Se te perdió uno igual? -pregunto con fastidio.
- Pero que gatito más gruñón.
La fuerte carcajada de Austin hizo que su mejor amigo lo golpeara de manera brusca en la cabeza y ahora tratando de soltar lágrimas se sostuvo la cabeza con expresión adolorida.
- ¿Pero qué clase de chico bully es este?
El chico nuevo observaba la escena divertido, pues de todas las personas del instituto los dos chicos que tenía al frente, parecían ser los más unidos.
La mirada de Rafael fue captada por el pelirrojo e inmediatamente dejo de sonreír al ver como este lo miraba con molestia.
- No vuelvas a decirme gatito gruñón ¿Me oíste?
- Déjalo -el pelinegro hablo sobándose aun la cabeza- Es como un fetiche.
- ¿Y tú de qué vas?
Rafael nuevamente golpeo a Austin, levantándose luego para abandonar la cafetería. Bajo la atenta mirada de un pelirrojo, que se mostraba bastante curioso por aquel gatito gruñón.
Y mientras Austin se retorcía de dolor, aún podía observar la mirada del chico nuevo en su mejor amigo y una buena idea vino a su cabeza.
- Entonces, Berek -hablo enderezando su cuerpo- ¿Eres Hetero o Homo?
- ¿Qué?
La expresión de confusión hizo que el pelinegro se avergonzara un poco ¿Había sido demasiado directo? Su tío le había aconsejado no hacer preguntas tan directas, pero era algo que el mejor de los Kinzler no podía evitar.
Aclaro su garganta y ahora apoyando los codos en la mesa, miro a Berek.
- Qué si eres gay -hablo queriendo sonar gentil.
- Aah soy Bi.
Fue la respuesta y ¿Qué era un Bi? Se preguntaba el pelinegro.
- A-Ah eso es ¿Genial?
Aún no tenía conocimiento suficiente sobre las diferentes orientaciones sexuales que existían en el mundo moderno, porque siendo honesto ¡Existían demasiadas! Quiso parecer tranquilo, pero la fuerte carcajada de Berek lo hizo sentirse un poco idiota.
- Sabes que es un Bi ¿Cierto?
- Quizá podrías explicarme... D-Digo, no soy un experto en el tema -respondió como pudo.
- Básicamente me gustan tanto las chicas como los chicos, pero me voy más por los chicos.
¿Eso quería decir que el también era Bi? Siempre había salido con chicas y disfrutaba el sexo casual con las mujeres, pero particularmente había una persona que no salía de sus pensamientos desde el viernes. Una personita de cabello rubio, ojos miel y labios precioso.
Ambos se quedaron en silencio luego de la confesión del pelirrojo y luego de observar como los demás estudiantes empezaban a abandonar la cafetería, los dos hicieron lo mismo y se dirigieron al salón de clase.
- Gracias por resolver mi duda -Austin comento.
- ¿También eres Bisexual? -fue el turno del pelirrojo- Es decir, eres el chico mujeriego del instituto. He escuchado rumores de que hasta te cogiste a la secretaria del director ¿Eso es cierto?
No había manera de negar aquello. Recuerda perfectamente como había recibido la mejor mamada de su vida en la oficina del director. Una sonrisa se dibujó en su rostro por aquel recuerdo, pero ¡No! Austin iba a cambiar, no podía tener esos pensamientos sucios, no cuanto estaba dudando de su sexualidad -Digamos que encontré al amor de mi vida en el cuerpo de un rubio precioso.
- Eso es un si -Berek observo confundido al pelinegro- ¿Quieres que te ayude a aclarar tus ideas?
La expresión del chico nuevo cambio totalmente y aquella pregunta hizo que detuviera sus pasos. ¿Había escuchado bien? Le estaban ofreciendo sexo ¿O estaba quedando loco? Ni loco pensaba dejar invadieran su flor ¡Ni loco!
- No soy gay, Berek. Me gusta un chico y nadie más, además no eres mi tipo.
Respondió para luego ingresar al salón, dejando al pelirrojo un poco desconcertado.
- Eh, pero si yo solo estaba ofreciendo darte un beso -comento con burla- ¿Qué estabas pensando? Pequeño pervertido -finalizo susurrándole.
- ¿Un beso? -pregunto mirando a Berek.
- ¿No te animas? Así sales de duda -sugirió coqueto.
- ¿Qué están escuchando mis oídos?
Un Rafael con expresión traumada se encontraba parado detrás del pelinegro. ¡Justo su mejor amigo tenía que escuchar! - Ignóralo, Rafa. Estábamos planeando donde vernos para comprar las bebidas.
- Aún falta mucho para ese día ¿Quieres darme un respiro? -pregunto cruzándose de brazos- Además escuche "beso" ¿Quién va a besarte, Austin?
- ¡Yo!
Berek levanto su mano, como diciendo"Presente"
Austin giro los ojos.
- ¡Él se ofreció!
- ¡Vamos! Solo quiero ayudarte a salir de duda -Berek sonrió.
- ¿Qué hacen en la entrada, chicos? Ingresen de inmediato al salón.
El profesor Miguel los empujo para que se dirigieran a sus asientos, por lo que Austin aprovecho y huyo de la situación, camino rápidamente hacia su sitio e ignoro completamente la mirada intensa de su mejor amigo, hasta que concluyo la jornada.