Capítulo 7 6

[...]

- Recuerdame porque me estas acompañando a casa.

Rafael caminaba con las manos en sus bolsillos, quejándose de la compañía de su mejor amigo. Quien prácticamente le había rogado dejarlo acompañarlo a su casa.

- Tengo algo que decirte -comento Austin.

¿Tenía intenciones ocultas? ¡Claro que sí! El pelinegro solo deseaba ver nuevamente a Joshua y es que habían pasado ya dos días y lo extrañaba, aunque ni siquiera habían conversado. La urgencia de ver al rubio le estaba carcomiendo y no podía dejar pasar la oportunidad.

- Confiesa que me utilizas para poder ver a mi viejo -Rafael negó- Eres demasiado predecible.

- ¡Culpable!

Austin detuvo sus pasos y levanto las manos, como niño recibiendo un castigo. Aunque no había mentido cuando dijo que tenía que decirle algo a su pálido amigo, ellos no solían ocultarse nada y el hecho de estar dudando de su sexualidad, era algo que Rafael necesitaba saber.

- Eres un idiota -Rafael soltó una carcajada al ver la postura del pelinegro- Mejor camina rápido, muero de hambre.

Ambos caminaron en total silencio, ya que después de todo no faltaba mucho para llegar a casa de los Kannard. El espacio donde dejaban en el auto del padre de Rafael, se encontraba vacío, haciéndolo entender que su rubio, no estaba en casa.

- Mi viejo mínimo debe estar en la academia, no menciono nada sobre llegar tarde.

Austin no quiso demostrar su decepción, no podía quedarse tanto tiempo en casa de Rafael.

- Te haré compañía unas horas.

- Primero me dirás qué diablos te sucede -camino hacia la sala, seguido del pelinegro- No creas que he olvidado la extraña conversación que tuviste con Berek.

- El pelirrojo es bisexual -comento tirándose al sofá.

- ¿Enserió?

- ¿Por qué luces sorprendido? -Austin dejo su mochila en el suelo.

Pensativo, esa la postura de Rafael. Porque era cierto que no muchas personas en el instituto sabían de la orientación sexual del pálido, aunque de recibir burlas, sabía muy bien cómo defenderse y tenía a Austin de su lado.

- Creí que le iban solo los chicos.

- Le gustan más los chicos o eso me dijo.

- ¿Entonces por qué hablaban sobre un beso?

- Prométeme que no te reirás de mí.

La fuerte carcajada de su mejor amigo, lo hizo entender que pedirle aquello era imposible, aunque aceptaba que no había sido nada inteligente pedirle aquello. Suspiro preparándose para lo que estaba a punto de decir.

- Lo siento -Rafael se limpió las lágrimas- Soy todo oídos.

No podía decirle a su mejor amigo que estaba dudando de su sexualidad gracias al señor Kannard ¡Jamás! O al menos no en este momento, porque a los ojos de Rafael, básicamente era un mujeriego y lo acepta, no tenía sentido negarlo, menos cuando su mejor amigo sabia con cual chica había estado. Quería golpearse la frente en la pared por aquello. Suspiro tratando de acomodar sus ideas y esperaba no soltar ninguna estupidez. El pálido se encontraba sentado a su lado, tenía el control en sus manos buscando alguna película y Austin no podía estar más nervioso ¡Le sudada hasta su flor!

- Conocí a un chico -hablo nervioso- Es alguien mayor que yo, pero te juro que es el chico más precioso que he conocido y sabes que solo he salido con mujeres. Sentí un flechazo por él de inmediato, que me hizo preguntarme ¿Dónde estuvo toda mi vida?

Y el menor de los Kinzler no mentía en lo absoluto.

- ¿Por eso Berek sugirió que se besaran?

- Si...

- ¿Dónde conociste a este chico? -pregunto empujando al pelinegro de manera juguetona- Hacer dudar a Austin Kinzler sobre su sexualidad, debe ser alguien inmensamente guapo.

- Lo conocí en la empresa, ya sabes... El hijo de un socio de papá -respondió nervioso- Es como un ángel.

- Y entonces ¿Quieres saber si te gustan los chicos?

- Fue una sugerencia de Berek. Nunca me ha gustado un chico, pero cuando conocí a ... -pensó por un momento, no podía decir que era Joshua- ¡Laurie! -casi grito.

Rafael permaneció en silencio por unos minutos y luego se giró hacia Austin.

- ¿Tiene que ser con Berek?

- ¿A qué te refieres? -el pelinegro se giró, quedando demasiado cerca de Rafael.

- El beso ¿Tiene que ser con Berek?

¿Eso qué quería decir? La cabeza de Austin quiso estallar con aquella pregunta. No debía ser necesariamente el chico nuevo, pero era él quien se había ofrecido.

- Supongo que no.

- Somos mejores amigos -Rafael se acomodó más cerca del pelinegro- Quizá algo así como reforzar la amistad.

- Maldita sea, Rafa. Háblame claro, no te estoy entendiendo.

Pero entonces obtuvo su respuesta cuando los labios de su mejor amigo chocaron contra los suyos y no pudo sentirse más confundido.

Era un simple beso, ninguno movía los labios, Austin tenía los ojos abiertos de par en par y al contrario de el, Rafael tenía su mano en el pecho del pelinegro y sus ojos permanecían cerrados. Un poco desconcertado se alejó del pálido y se quedó en total silencio.

- ¿Quieres que lo hagamos mejor? -pregunto ladeando su cabeza y mirando a su mejor amigo.

¿Qué mierda acababa de suceder? La cabeza de Austin estaba a punto de estallar, porque no supo en que momento asintió y nuevamente los suaves labios de su mejor amigo chocaron contra los suyos, pero a diferencia de la primera, su boca se abrió ligeramente y el pelinegro se permitió disfrutar de la sensación.

Rafael tomo el cuello de Kinzler, acercándolo más a él y el pelinegro se dejó hacer. Sus ojos se cerraron, entregándose completamente a la experiencia del momento, los labios de su mejor amigo se sentían tibios contra los suyos y por un momento entre abrió los ojos, pero aun inmerso en la calidez y humedad de aquel beso, los cerro nuevamente.

- Rafael...

El nombrado rompió el beso, en cambio Austin trato de atraer nuevamente aquellos cálidos labios, pero al ser empujado por Rafael, sacudió su cabeza y se giró hacia donde su mejor amigo tenía su mirada, encontrándose con un rubio totalmente sorprendido de pie frente a ellos; el señor Kannard.