Capítulo 4 Condiciones

"Dime. Es normal tener expectativas sobre el matrimonio". Sin que nadie lo notara, Vince exhaló un silencioso suspiro de alivio.

Xenia estaba sorprendida.

No esperaba que la intimidante figura de Mapnard fuera tan comprensivo.

Reuniendo todo su valor, explicó: "Me gustaría tener un pequeño lugar que sea mío. Nada especial, un apartamento sencillo estaría bien. Quiero que esté a mi nombre. Después de casarnos, prefiero vivir ahí y no en la mansión antigua. Y si, por algún motivo, nos separamos... El lugar debe ser mío".

Deseaba asegurarse su futuro.

La idea de una separación fue un golpe duro para Vince, así que preguntó: "¿Y tu segunda condición?".

"Quiero cambiar mi residencia habitual a este nuevo lugar cuando nos casemos". Estaba desesperada por cortar toda relación con su familia, así que era crucial que fuera propietaria de esa casa.

Pero se reservó esos pensamientos para sí misma.

Tras una breve espera, la amable voz de Vince rompió el silencio: "No tienes que preocuparte, Xenia. A pesar de mi situación, puedo regalarte un apartamento".

Luego, se volvió hacia Ryland. "Transfiere la propiedad de la bahía Bliss a Xenia. Rápido".

"Entendido". Ryland se apresuró a alistar los preparativos.

Xenia abrió mucho los ojos debido a la sorpresa. "¡Bahía Bliss! ¿No es el lugar que está cerca de mi escuela?", murmuró para sí misma.

Era una zona ideal, siempre con demanda de vivienda. Incluso un apartamento pequeño ahí valía una fortuna. ¿De verdad se lo regalaría?

Mientras estaba perdida en sus pensamientos, Xenia se dio cuenta de que habían llegado al Registro Civil.

Al salir del auto, vio a un hombre regordete y jadeante que se acercaba corriendo a Ryland para entregarle una bolsa llena de documentos.

"Ryland, lo... lo hicimos tan rápido como pudimos".

El asistente revisó el contenido y se lo ofreció a Xenia. "Señora, esto es del señor Morrison para usted. Tómelo. También cambiaremos su residencia oficial a ese nuevo lugar".

Xenia se quedó sin palabras. Todavía sorprendida, agarró las escrituras.

Esos días se había sentido muy ansiosa, pero ahora sorprendentemente disfrutaba de cierta seguridad.

Y ese inesperado sentimiento provenía del tío de Trevor.

Con emociones encontradas, Xenia prometió: "A cambio, yo seré buena contigo".

"Está bien", Vince esbozó una sonrisa alegre.

Xenia lo empujó suavemente adentro. Con ayuda de Ryland, obtuvieron rápidamente su certificado de matrimonio.

Xenia estaba tan mareada por lo que pasaba que no se dio cuenta de que el hombre, normalmente de rostro severo, estaba observando el certificado con una cálida sonrisa.

Antes de que ella pudiera siquiera mirarlo, Vince lo agarró.

"Necesito dárselo a Ryland para el cambio de residencia. Volvamos con la familia Holt para que puedas recoger tus cosas", declaró seriamente. "¿Cómo voy a permitir que conserves esto cuando planeas divorciarte?", murmuró para sí mismo.

El divorcio estaba fuera de discusión.

"Está bien", respondió ella.

Pronto el auto se detuvo en la casa de la familia Holt.

Al llegar a la puerta, Xenia le informó a Vince que regresaría en breve, no le pidió que entrara con ella.

Al entrar a la sala, encontró a sus padres esperándola en el sofá.

"Vine para recoger unas cosas". Cuando se dio la vuelta para subir las escaleras, la detuvieron abruptamente.

"¡Oye!". Visiblemente molesto, Xander Holt se levantó y le bloqueó el paso.

Antes de que ella pudiera responder, su madre actuó sin pensar, corrió hacia ella y le dio una bofetada.

El estruendo resonó en la sala de estar.

"¿Cómo pudiste, Xenia?", espetó ella. "¡Eres una descarada! ¡Te acostaste con el tío de Trevor! ¿No tienes dignidad? Estás arruinando las posibilidades de Zoie de casarse con un miembro de la familia Morrison".

Xenia esbozó una sonrisa burlona. Su mayor preocupación era que su hermana ya no podía formar parte de la familia Morrison.

Sus padres siempre habían querido sacrificarla para que Zoie se casara con Trevor.

Aunque Xenia conocía sus planes desde el principio, se sintió desconsolada.

Todavía más agraviada, se defendió en silencio. "No acabé por voluntad propia en la cama del tío de Trevor. También soy una víctima".

"¿Víctima? ¿Qué víctima?", bramó su madre Yvonne. "¡No hay humo sin fuego! Viviste en la casa de Trevor antes de siquiera casarte con él. Si no te respetas a ti misma, ¿cómo puedes esperar que los demás te respeten?".

"¿Por qué crees que me mudé a su casa? ¿Alguna vez te detuviste a pensarlo?". Xenia miró a su madre con los ojos enrojecidos. Su voz se volvió más fuerte mientras buscaba alguna señal de arrepentimiento en su rostro, pero no vio nada.

Estaba harta del constante menosprecio de sus padres.

Xenia solía ser muy dócil, pero ya había llegado a su límite. Aún más enojada, Yvonne respondió bruscamente: "¿Por qué esa expresión? ¿Cómo te atreves a mirarme de esa forma? ¡Arruinaste todo con el señor Gilbert y ahora tenemos que arreglar tu desastre!".

Yvonne alzó la mano para volver a golpearla, pero Xenia la agarró rápidamente de la muñeca y la detuvo. "Mamá, Vince Morrison está afuera. ¿De verdad quieres pegarme al punto de no poder mostrarle mi rostro?".

Yvonne había escuchado de la reputación de Vince, así que retiró la mano a regañadientes.

Xenia subió para hacer sus maletas.

No tenía mucho, solo unos materiales didácticos y documentos importantes, incluso dejó atrás los objetos de segunda mano que su hermana le había regalado.

Cuando bajó, escuchó la amarga voz de Xander.

"Todos se alegran cuando sus hijas se casan. ¿Por qué siento como si esto fuera una pérdida? ¿Qué hay de la dote?".

En ese momento, Ryland entró empujando la silla de ruedas de Vince. Cuando este vio la mejilla magullada de Xenia, sus ojos se volvieron helados.

Xenia se quedó atónita.

Al notar la reacción de su jefe, Ryland se paró frente a Vince e intentó aliviar la tensión. "El señor Morrison quiso entrar para ayudarla con sus pertenencias", explicó.

Xenia tenía el rostro dolorido y los ojos llorosos. Estaba demasiado avergonzada para mirar a Vince a los ojos, por lo que no notó su preocupación.

Luego, agarró una pequeña bolsa y se dirigió a la silla de ruedas. "Ya tengo todo, vámonos", dijo mientras se posicionaba para empujarlo afuera.

"No hay prisa", respondió Vince, deteniéndola con una mano alzada. Sus delgados dedos recolocaron sus gafas, un recordatorio para sí mismo de mantenerse sereno y sofisticado. Una pequeña sonrisa cruzó su rostro mientras observaba a Xander e Yvonne, quienes sintieron un escalofrío en la espalda.

Habiendo controlado su furia, Vince tranquilizó a Xenia con una palmadita en la mano. "Tu papá tiene razón. Es normal esperar algo cuando una hija se casa, no lo había pensado".

"Vince", Xenia estaba preocupada porque no quería que su familia se aprovechara de su generosidad.

Pero el hombre la calmó de nuevo. "No te preocupes, yo puedo con esto".

Luego, se volvió hacia Xander y preguntó: "Entonces, señor Holt, ¿qué le parecería justo como una dote?".

Xander no había hablado en serio acerca de exigirle una dote a Vince, un hombre cuya sola mención provocaba escalofríos en la gente de Mapnard.

Aunque ya no estaba a cargo del Grupo Morrison y se encontraba físicamente discapacitado, seguía teniendo influencia.

Xander era consciente de que no debía contrariarlo.

Intentando ocultar su incomodidad con una sonrisa forzada, respondió: "Es su decisión, señor Morrison. Solo considere lo que es normal y nos conformaremos con eso".

Vince reflexionó un momento y luego asintió. "Esta mañana le prometí a Xenia un apartamento en la bahía Bliss. Consideraré qué más puedo agregar a la dote".

Zoie entró bostezando a la sala de estar, y cuando escuchó eso, sus ojos se iluminaron de emoción. "¿Un apartamento en la bahía Bliss? ¡Es uno de los lugares más elegantes de Mapnard!".

Luego, se volvió hacia Yvonne. "¡Mamá, me encantaría vivir ahí!", exclamó emocionada.