Quería matarme con la mirada, sus ojos eran de odio, Mario y William me lleva-ron a un lugar más discreto y me explicaron que hace mucho termino con ella y que si podía actuar.
- ¿Actuar? - pregunté.
- Actuar que eres mi novia – respondió William.
- ¿Y si me quiere matar?
- No es una asesina, tranquila.
- Gas, por favor esa loca nunca nos deja en paz y siempre quiere arruinar nuestras salidas - murmuró Mario.
- No me dejan otra opción, acepto.
- Gracias – dijo William agarrando mi cintura, le tocaba bajar un poco su altura, porque media a penas 1, 68.
- Bien salgamos entonces.
William, me tomo de la mano y salimos juntos, Mario nos seguía y no parecía molestarle en lo absoluto.
- ¿Dónde se conocieron? – dijo la tipa llamada Mariana.
Yo estaba muy nerviosa, aunque para ser sincera William no me gustaba como Alan y el hecho que he guardado un sentimiento que nadie sabe en algo horrible, porque todavía vienen a mi mente recuerdos de ese día, cuando la licenciada dijo mi nombre enfrente de todos, me dijo que era ofrecido, miles de inseguridades despertaron en mí, ya tenía dañada mi autoestima, y con eso fue peor.
- ¿Enserió necesitas saber? - preguntó William.
- ¿Por qué no vamos a acampar? - preguntó Alan.
- Vamos - dijo Mario a coro con William.
Pasamos por Mayra, mi mejor amiga era la novia de mi hermano, eso nos convertía en patas.
- ¿Por qué no me dijiste? - pregunté.
- Pensé que podría molestarte.
- Como crees, pensé que Mario era novio de William, pues solo hablando de él pasaba.
William miró a Mario y ambos se rieron, todos eran pareja, Alan le echaba el ojo a Mariana y a ella parecía que le gustaba.
- Son tres carpas - dijo Mario.
- Pero, todos somos parejas - dijo Alan.
William quedo muy admirado por lo que había dicho, parecía que aún no olvida-ba a Mariana, pero solo ellos sabían sus problemas.
- Mario - dije en voz baja.
- ¿Qué?
- ¿Dónde voy a dormir?
- Dormirás con William.
- ¿Qué? ¿Estás loco?
- Tranquila no eres su tipo.
Me quede callada y a la vez con mucha pena, porque dormiría con un hombre prácticamente, él era muy mayor que yo y eso era incomodo porque no es mi familia.
- ¿Vienes? - preguntó William.
- Si.
- Quizá más noche haga frío espérame aquí.
- Claro.
Pasaron unos minutos y William llevaba una cobija y un abrigo.
- Ya he regresado.
- Ya vi.
- Y bueno es bastante aburrido este tipo de eventos ¿verdad?
- No soy mucho de salir, así que supongo que está bien.
Él se acostó en la hierba y yo estaba sentada a la par suya.
- ¿Alguna vez te has enamorado? - preguntó.
- Supongo - dije con decepción.
- Sabes, yo amaba a Mariana, pero describí que ella me estaba engañando con un compañero y aun la amo, pero ella no cambia, es imposible olvidar a una persona luego de estar compartiendo tus problemas y tus metas.
- ¿No tienes celos que duerma con Alan?
- ¿Alan?
- Dormirán juntos.
- Ellos son primos.
- Mierda.
- Dicen que entre primos se arriman, así que puede ser.
- ¿No te molesta?
- Si me molesta, pero soy una persona madura.
- Entiendo.
Era un momento muy bonito, porque el cielo estaba muy bonito apunto de que empezarán a alumbrar las estrellas.
- ¿Qué hay de ti? ¿Has tenido novio?
- No.
- Nada, no te creo.
- Pues, una vez conocí a un chico Alan era su nombre, él estaba haciendo sus prácticas en mi instituto y después de tanto buscarlo en redes lo encontré, hablamos mucho, le comenté que quería escribir artículos y él dijo que con gusto les echaría una vista.
- ¿Qué paso después?
- Él le dijo a la directora y todos se burlaron de mí, porque ella lo dijo en público.
- Que cobarde, pero quizá no te conviene tener novio ahorita, me refiero a un no-vio de verdad, porque nosotros no somos, eres muy linda y sé que serías una excelente novia - dijo viéndome.
- Gracias - dije.
- Supongo que tenemos que dormir.
- Ve tú, el cielo está muy lindo y quiero verlo.
- Espérame aquí.
- Claro.
- Listo, ya estoy aquí - dijo.
- Que rápido.
- ¿Quieres posar?
- ¿Cómo?
- Me refiero a que, si puedes posar para una foto, traje mi cámara.
- Voy - dije muy feliz.
Él no paraba de darme instrucciones para posar bien, era como un momento muy romántico.
- ¿Ese tal Alan, era guapo? - preguntó.
- Mucho - dije, suspirando.
- ¿Y crees que besaba como yo?
- ¿Qué?
- Nada, olvídalo, es que aun no comprendo a ese pendejo.
Los dos nos quedamos en total silencio, era incomodo lo que él había dicho.
- Y bueno supongo que tendremos que dormir juntos, no creo que se moleste Ma-rio total él está muy ocupado en estos momentos.
- Reí a carcajadas.
- ¿No te molesta que duerma contigo?
- Para nada, escucho música antes de dormir, espero que no te moleste.
- Podemos escucharla juntos.
- Pero son pata una persona.
- Le das el volumen - dijo seguro de lo que estaba diciendo.
- Bueno, entonces vamos.
- Vamos - dijo tomando mi mano.
Llegamos y ambos nos tiramos al suelo donde dormiríamos
- Hace calor y si no te molesta me quitaré la camisa.
- No hay problema - dije nerviosa.
Se quito la camisa y se dejó solo en pantalón, yo aún estaba con la falda, la camiseta y los calcetines, estaba muy nerviosa, ¿en qué me metió mi hermano? Él supuestamente dormiría sin camisa, pero luego
él busco una camiseta en su bolsón, así que estaba más confiada y menos nerviosa.
¿Podría yo enamorarme del mejor amigo de mi hermano?