Dos Corazones, Un destino
img img Dos Corazones, Un destino img Capítulo 10 Por los niños
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Capítulo 11 Nuevos Lazos img
Capítulo 12 Construyendo Puentes img
Capítulo 13 Descubriendo Nuevas Emociones img
Capítulo 14 Cuando las barreras comienzan a caer img
Capítulo 15 Un corazón dividido img
Capítulo 16 Confusión y decisiones img
Capítulo 17 La línea que comienza a desdibujarse img
Capítulo 18 Un deseo inesperado img
Capítulo 19 Murallas que caen img
Capítulo 20 Una noche bajo las estrellas img
Capítulo 21 Entre dudas y confesiones img
Capítulo 22 Un paso hacia lo desconocido img
Capítulo 23 Resquicios del pasado img
Capítulo 24 Decisiones en la oscuridad img
Capítulo 25 Entre verdades y dudas img
Capítulo 26 Enredados en emociones img
Capítulo 27 Ecos de un pasado que persiste img
Capítulo 28 Un hilo de confianza img
Capítulo 29 Ecos de una verdad a medias img
Capítulo 30 Un vínculo que crece img
Capítulo 31 La sombra del pasado img
Capítulo 32 El peso de los silencios img
Capítulo 33 Cruces de caminos img
Capítulo 34 Enfrentando la verdad img
Capítulo 35 Entre la Verdad y el Futuro img
Capítulo 36 Un Paso Más Allá img
Capítulo 37 La Duda y el Compromiso img
Capítulo 38 Decisiones y Compromisos img
Capítulo 39 Los Ecos de la Decisión img
Capítulo 40 El Peso de las Promesas img
Capítulo 41 Un Paso Adelante img
Capítulo 42 Decisiones Entre Sombras img
Capítulo 43 Los Caminos del Corazón img
Capítulo 44 El Juego del Destino img
Capítulo 45 Caminos cruzados img
Capítulo 46 Decisiones en la oscuridad img
Capítulo 47 Nuevos caminos img
Capítulo 48 Un Paso Adelante img
Capítulo 49 Nuevos Caminos img
Capítulo 50 Decisiones Importantes img
Capítulo 51 El Paso Decisivo img
Capítulo 52 Desafíos y Promesas img
Capítulo 53 Promesas y Decisiones img
Capítulo 54 Decisiones Cruciales img
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Capítulo 10 Por los niños

La mansión estaba más tranquila que nunca. El sonido del reloj de pared resonaba con cada tictac, marcando el paso de un tiempo que, a partir de ahora, tomaría un rumbo diferente. Ethan estaba en su despacho, con la mente aún agitada por los recientes descubrimientos, pero al mismo tiempo, decidido a avanzar. A pesar de las complicaciones, a pesar de las dudas que lo invadían, había algo claro: su vida no volvería a ser la misma, y él no quería que fuera así.

Cuando Richard entró en la oficina, Ethan apenas levantó la vista de los papeles sobre su escritorio. Sin embargo, podía sentir su presencia, el peso de la situación que aún no terminaba de procesar del todo.

-¿Está todo listo? -preguntó Ethan, su voz firme, pero con un toque de tensión.

Richard asintió, aunque su expresión no era tan segura como solía ser.

-Sí, Ethan. Todo está en orden. Ya he hablado con los servicios de la casa, y la habitación de Isabella está lista para ella. Hemos reorganizado la casa para que Noah y Liam puedan compartir una habitación. Será un ajuste, pero creo que es lo mejor, al menos por ahora.

Ethan asintió, una sensación de responsabilidad cayendo sobre sus hombros. La decisión de abrirle las puertas de su hogar a Isabella y Noah había sido una que había considerado cuidadosamente, y ahora que todo parecía estar en movimiento, no podía negar que estaba tomando una dirección incierta. Pero el amor por sus hijos, su necesidad de hacer lo correcto, le daba fuerzas para seguir adelante.

-Bien. Que se aseguren de que todo esté listo para mañana. Quiero que Noah se sienta cómodo. Este es su hogar también ahora -dijo, su tono grave y decidido.

Richard, como siempre, no cuestionó nada. Estaba acostumbrado a que Ethan tomara decisiones rápidas y firmes, y esta no era una excepción. Sin embargo, lo que sí parecía inquietarle un poco era el cambio inesperado en la dinámica familiar que estaba por ocurrir.

Ethan miró la ventana de su despacho, observando el jardín perfectamente cuidado fuera, como si en ese espacio pudiera encontrar una respuesta o, al menos, algo de calma en medio de todo el caos emocional que lo rodeaba. Noah, Liam, Isabella... todo estaba conectándose de una manera que él no había anticipado, y aunque las piezas parecían encajar, no podía evitar sentir que aún faltaba algo.

El sonido de unos pasos lo sacó de su ensimismamiento. Isabella apareció en la puerta, con la mirada puesta en el suelo y un gesto que reflejaba la carga emocional que había estado soportando en los últimos días. Había algo diferente en su porte, algo más cansado, aunque también más sereno. Como si, finalmente, hubiera aceptado que su vida tomaba un giro que no podía detener.

Ethan la observó un momento en silencio antes de hablar, sus ojos buscando los suyos.

-He dado instrucciones para que todo esté listo. Mañana mismo te mudarás aquí. Quiero que tú y Noah estén cómodos, no quiero que haya ningún problema con el espacio. Liam estará contigo. La habitación que hemos preparado para ti está al final del pasillo. Noah y Liam compartirán la suya.

Isabella levantó la mirada, sorprendida por la rapidez con la que Ethan había tomado la decisión. Aunque su mente estaba llena de preguntas, el gesto de Ethan, su firmeza, le dio un extraño consuelo. No estaba sola en esto, al menos no completamente.

-Gracias -dijo, su voz suave, como si no pudiera encontrar más palabras en medio del torbellino de pensamientos que la invadían.

Ethan asintió, pero su mirada no dejaba de escrutarla. Sabía que este cambio traería consigo nuevas dificultades, pero no podía evitar sentir que era lo correcto. Había decidido tomar la responsabilidad de su hijo, de sus hijos, aunque aún no entendía completamente lo que eso significaba. Estaba preparado para luchar por lo que era suyo, por la verdad que estaba emergiendo.

-Tienes que saber que esto no es solo por Noah. Es por ti también. Quiero que ambos tengan un lugar aquí, un lugar donde se sientan seguros, donde puedan comenzar de nuevo -dijo, su tono firme pero con un atisbo de suavidad.

Isabella lo miró, y por un instante, se vio en el rostro de Ethan una vulnerabilidad que no había notado antes. A pesar de su determinación, él también estaba navegando por aguas turbulentas, tratando de comprender lo que estaba sucediendo.

-Lo sé -respondió ella, con una leve sonrisa triste-. No sé si estoy lista para todo esto, pero... confío en ti. Espero poder hacer lo mejor para Noah, por él y por Liam.

La respuesta de Isabella resonó en Ethan más de lo que él esperaba. A veces, cuando las decisiones se tomaban con tanta rapidez, uno no pensaba en las emociones detrás de esas palabras. Ahora, mirando a Isabella, entendió que ella también estaba sacrificando algo importante. Su vida, su estabilidad, todo lo que había conocido hasta entonces. Ella también estaba dejando que las piezas de su propio rompecabezas se acomodaran de una manera que no había anticipado.

-Eso es todo lo que necesito escuchar -respondió Ethan con una sonrisa leve-. Solo quiero que este sea un hogar para todos nosotros, aunque no sea perfecto. Daremos lo mejor de nosotros mismos.

Isabella lo miró con una mezcla de agradecimiento y algo más, algo que no podía descifrar del todo. En sus ojos, había una mezcla de miedo, pero también de esperanza. Tal vez, solo tal vez, las cosas podían salir bien. Quizás, en ese caos que parecía envolverlos, había un futuro que valía la pena.

A la mañana siguiente, la mansión se llenó de actividad. Los empleados se apresuraban a preparar todo para la llegada de Isabella y Noah. Las habitaciones fueron organizadas con esmero, y Liam, aunque confundido por el cambio, parecía emocionado por tener a Noah cerca de él. Ethan estaba ocupado en sus propios pensamientos, pero su mente se mantenía fija en la idea de que este paso, aunque desafiante, era el correcto.

Cuando Isabella y Noah finalmente llegaron, el aire de la mansión parecía diferente. Más lleno, más completo. Noah, con sus ojos brillantes y su energía curiosa, parecía no entender completamente todo lo que estaba sucediendo, pero Ethan lo observó, sintiendo una conexión que crecía con cada minuto. El niño estaba ahí para quedarse, y él haría todo lo que estuviera a su alcance para darle una vida que valiera la pena.

Isabella, por su parte, caminó junto a Ethan, mirando a su alrededor, aparentemente sobrecogida por la magnitud del cambio. Sin embargo, la calidez de la mansión y la aparente bienvenida que sentía le daban una pequeña chispa de tranquilidad.

-Este es nuestro nuevo comienzo -dijo Ethan, mirando a Isabella con determinación.

Ella asintió, respirando hondo.

-Sí, lo es -respondió, y por primera vez, algo en su voz sonaba como una promesa.

Ambos sabían que no iba a ser fácil, pero tal vez, solo tal vez, juntos podrían construir algo que valiera la pena. El primer paso ya estaba dado. Y, aunque el futuro seguía siendo incierto, no tenían miedo de enfrentarlo.

                         

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