Dos Corazones, Un destino
img img Dos Corazones, Un destino img Capítulo 6 La solicitud de Ethan
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Capítulo 11 Nuevos Lazos img
Capítulo 12 Construyendo Puentes img
Capítulo 13 Descubriendo Nuevas Emociones img
Capítulo 14 Cuando las barreras comienzan a caer img
Capítulo 15 Un corazón dividido img
Capítulo 16 Confusión y decisiones img
Capítulo 17 La línea que comienza a desdibujarse img
Capítulo 18 Un deseo inesperado img
Capítulo 19 Murallas que caen img
Capítulo 20 Una noche bajo las estrellas img
Capítulo 21 Entre dudas y confesiones img
Capítulo 22 Un paso hacia lo desconocido img
Capítulo 23 Resquicios del pasado img
Capítulo 24 Decisiones en la oscuridad img
Capítulo 25 Entre verdades y dudas img
Capítulo 26 Enredados en emociones img
Capítulo 27 Ecos de un pasado que persiste img
Capítulo 28 Un hilo de confianza img
Capítulo 29 Ecos de una verdad a medias img
Capítulo 30 Un vínculo que crece img
Capítulo 31 La sombra del pasado img
Capítulo 32 El peso de los silencios img
Capítulo 33 Cruces de caminos img
Capítulo 34 Enfrentando la verdad img
Capítulo 35 Entre la Verdad y el Futuro img
Capítulo 36 Un Paso Más Allá img
Capítulo 37 La Duda y el Compromiso img
Capítulo 38 Decisiones y Compromisos img
Capítulo 39 Los Ecos de la Decisión img
Capítulo 40 El Peso de las Promesas img
Capítulo 41 Un Paso Adelante img
Capítulo 42 Decisiones Entre Sombras img
Capítulo 43 Los Caminos del Corazón img
Capítulo 44 El Juego del Destino img
Capítulo 45 Caminos cruzados img
Capítulo 46 Decisiones en la oscuridad img
Capítulo 47 Nuevos caminos img
Capítulo 48 Un Paso Adelante img
Capítulo 49 Nuevos Caminos img
Capítulo 50 Decisiones Importantes img
Capítulo 51 El Paso Decisivo img
Capítulo 52 Desafíos y Promesas img
Capítulo 53 Promesas y Decisiones img
Capítulo 54 Decisiones Cruciales img
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Capítulo 6 La solicitud de Ethan

El hospital se sentía diferente ahora. Isabella estaba de pie junto a la camilla de Noah, observando cómo los médicos preparaban la transfusión. Su hijo, con su pierna vendada y una expresión dolorida en su rostro, apenas reaccionaba ante lo que sucedía a su alrededor. La angustia seguía pesando sobre su pecho, pero había algo más que la inquietaba profundamente. Ethan estaba allí, mirando a Noah como si lo conociera desde siempre.

Aunque él se había mostrado dispuesto a ayudar con la transfusión, algo en su actitud la desconcertaba. Cada vez que sus ojos se encontraban, Isabella podía ver una especie de... interrogante en su mirada. Un destello de duda, pero también de algo más.

-Isabella, -dijo Ethan, con voz grave mientras miraba a su hijo-. Ya he hablado con los médicos. Me harán la extracción de sangre ahora. Pero hay algo más que me gustaría pedirte, en privado.

Isabella frunció el ceño, desconcertada por la seriedad de su tono. Sin pensarlo demasiado, accedió a salir con él al pasillo. La situación en la sala de emergencias era tensa, y todo parecía ocurrir demasiado rápido.

Cuando ambos estuvieron fuera de la vista de los médicos, Ethan se giró hacia ella. Su rostro estaba tan serio como la situación que estaban viviendo, y sus ojos se clavaron en ella con una intensidad que la hizo sentir incómoda.

-¿Qué sucede, Ethan? -preguntó Isabella, intentando mantener la calma.

-Quiero que me hagas una prueba de paternidad. -La respuesta de Ethan fue directa, como un golpe en el pecho.

Isabella se quedó completamente paralizada ante sus palabras. La idea de que Ethan, tan seguro de sí mismo y siempre tan calculador, le pidiera algo así... le parecía algo fuera de lugar.

-¿Qué estás diciendo? -preguntó, incapaz de ocultar la incredulidad en su voz.

-Sé que esto es extraño, pero la sangre de Liam y Noah es idéntica, y si te soy sincero, me siento confundido. Cuando vi a Liam y Noah juntos, me sorprendió lo mucho que se parecían, y ahora, al ver la sangre que comparten, me ha hecho pensar. -Ethan suspiró, su voz más suave, pero aún firme-. Quiero estar seguro. No quiero que esto sea solo una suposición.

Isabella, aún atónita, no pudo evitar sentir una creciente presión en su pecho. Estaba claro que Ethan no había perdido el interés en la pregunta que había planteado anteriormente. La conexión entre los dos niños no podía ignorarse más, pero la sugerencia de una prueba de paternidad parecía una invasión de su privacidad.

-¿Una prueba de paternidad? -repitió Isabella, buscando encontrar algo más allá de la sorpresa-. ¿Por qué me lo pides ahora, Ethan? ¿Por qué no dejarnos en paz con lo que ha pasado? Noah es mi hijo. Lo crié sola.

Ethan la miró fijamente, sus ojos llenos de una mezcla de determinación y una leve frustración que no podía esconder.

-No te pido que me lo digas porque lo desees, Isabella. Te lo pido porque necesito la certeza. Lo que está en juego aquí es mucho más grande de lo que ambos habíamos considerado. Si Liam es hermano de Noah, eso cambia todo. Y no quiero que sigamos adelante con dudas.

Isabella respiró hondo, sintiendo el peso de las palabras de Ethan. Nunca había considerado que la relación entre Liam y Noah pudiera tener algo que ver con ella de manera tan directa. Nunca había pensado que lo que ocurrió seis años atrás podría regresar para alterar todo lo que había construido desde entonces. Pero en ese momento, con Ethan ante ella, podía sentir la urgencia en su voz.

-¿Y qué harás si la prueba da positiva? -preguntó ella, temerosa de lo que pudiera significar para ambos.

Ethan la miró por un largo momento, la tensión en el aire palpable. Finalmente, sus labios se apretaron en una línea fina y dijo, con voz grave:

-Lo que pase, pase, quiero saber la verdad. Y si Noah es mi hijo... entonces tengo derecho a ser parte de su vida.

Isabella sintió una mezcla de emociones contradictorias. Sabía que Ethan tenía razón al querer conocer la verdad, pero la idea de abrir esa puerta, de exponer su vida y la de Noah a una nueva capa de complicaciones, la aterraba. Ella había sido madre soltera, había hecho todo lo posible por mantener a su hijo alejado de la vida que él podría haber tenido. No quería que nada interfiriera en la estabilidad que había logrado.

-Ethan, ¿realmente crees que esto cambiaría algo? -preguntó, su voz más suave, pero llena de incertidumbre-. Noah tiene su vida, y yo la mía. No sé si es lo que quieres escuchar, pero no quiero que entres en nuestro mundo solo porque tienes dudas.

Él la miró en silencio durante un largo momento. Su rostro mostraba una leve comprensión, pero la determinación seguía allí, inquebrantable.

-No quiero que te sientas invadida. Lo que pido es simplemente saber. No lo hagas por mí, hazlo por él. Por Noah. -Ethan pausó, y sus ojos se suavizaron ligeramente-. Si soy su padre, quiero tener el derecho de estar en su vida. Y, sobre todo, quiero poder protegerlo.

Isabella cerró los ojos por un momento, tomando una profunda respiración. Sus pensamientos se agolpaban en su mente como un torbellino, pero finalmente, sintió que no podía seguir ignorando lo que estaba ocurriendo. La verdad, de alguna manera, siempre salía a la luz.

-De acuerdo, -dijo finalmente, con una voz quebrada pero firme-. Haré lo que me pides. Pero después de la prueba, sea cual sea el resultado, quiero que respetes mi decisión y la de Noah.

Ethan asintió lentamente, con la seriedad de alguien que sabía que lo que estaba pidiendo podía cambiar muchas cosas.

-Lo prometo, Isabella. Sea lo que sea, lo respetaré. -Hizo una pausa-. Gracias por darme la oportunidad de saber.

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El procedimiento fue rápido. Ethan, de manera discreta, permitió que se tomara la muestra de su sangre sin que ningún otro personal se diera cuenta de la solicitud extra que había hecho. La operación de transfusión continuó sin contratiempos, y, después de unas horas, Noah parecía estar estabilizado. Su respiración era más tranquila, y la mirada que tenía en los ojos ya no mostraba el miedo que había tenido momentos antes.

Isabella, aunque aliviada por la condición de su hijo, no podía dejar de pensar en la prueba de paternidad. ¿Qué pasaría si la prueba confirmaba que Ethan era el padre de Noah? ¿Qué implicaría eso para ellos, para su vida como madre soltera, para todo lo que había construido a lo largo de los años?

Por la noche, después de que Noah se durmiera, Isabella se encontró sola en la sala de espera del hospital, con los pensamientos acelerados. El miedo, la confusión y la incertidumbre estaban invadiendo cada rincón de su mente. ¿Y si todo lo que había creído hasta ahora sobre su vida fuera cuestionado por la verdad que Ethan buscaba?

            
            

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