Dos Corazones, Un destino
img img Dos Corazones, Un destino img Capítulo 9 Un nuevo comienzo
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Capítulo 11 Nuevos Lazos img
Capítulo 12 Construyendo Puentes img
Capítulo 13 Descubriendo Nuevas Emociones img
Capítulo 14 Cuando las barreras comienzan a caer img
Capítulo 15 Un corazón dividido img
Capítulo 16 Confusión y decisiones img
Capítulo 17 La línea que comienza a desdibujarse img
Capítulo 18 Un deseo inesperado img
Capítulo 19 Murallas que caen img
Capítulo 20 Una noche bajo las estrellas img
Capítulo 21 Entre dudas y confesiones img
Capítulo 22 Un paso hacia lo desconocido img
Capítulo 23 Resquicios del pasado img
Capítulo 24 Decisiones en la oscuridad img
Capítulo 25 Entre verdades y dudas img
Capítulo 26 Enredados en emociones img
Capítulo 27 Ecos de un pasado que persiste img
Capítulo 28 Un hilo de confianza img
Capítulo 29 Ecos de una verdad a medias img
Capítulo 30 Un vínculo que crece img
Capítulo 31 La sombra del pasado img
Capítulo 32 El peso de los silencios img
Capítulo 33 Cruces de caminos img
Capítulo 34 Enfrentando la verdad img
Capítulo 35 Entre la Verdad y el Futuro img
Capítulo 36 Un Paso Más Allá img
Capítulo 37 La Duda y el Compromiso img
Capítulo 38 Decisiones y Compromisos img
Capítulo 39 Los Ecos de la Decisión img
Capítulo 40 El Peso de las Promesas img
Capítulo 41 Un Paso Adelante img
Capítulo 42 Decisiones Entre Sombras img
Capítulo 43 Los Caminos del Corazón img
Capítulo 44 El Juego del Destino img
Capítulo 45 Caminos cruzados img
Capítulo 46 Decisiones en la oscuridad img
Capítulo 47 Nuevos caminos img
Capítulo 48 Un Paso Adelante img
Capítulo 49 Nuevos Caminos img
Capítulo 50 Decisiones Importantes img
Capítulo 51 El Paso Decisivo img
Capítulo 52 Desafíos y Promesas img
Capítulo 53 Promesas y Decisiones img
Capítulo 54 Decisiones Cruciales img
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Capítulo 9 Un nuevo comienzo

Ethan se recostó en su silla, la mirada fija en Isabella mientras ella hablaba. El peso de la verdad seguía sobre sus hombros, aplastante, pero por primera vez en mucho tiempo sentía que podía ver algo más allá de la confusión y la ira. Sabía que las revelaciones que acababan de salir a la luz no serían fáciles de manejar, pero al mismo tiempo, sentía una extraña sensación de claridad. Los niños. Noah, que había crecido junto a su hijo Liam sin saber que compartían la misma sangre.

Isabella le había contado lo que sucedió en el hospital. La sorpresa de su nacimiento, el trato que se cerró de forma apresurada y la decisión que ella tomó después de perder a su padre. Ahora, las piezas empezaban a encajar. Pero no podía quitarse la sensación de que había más en su corazón de lo que quería admitir.

Ethan la miraba fijamente, mientras Isabella, con los ojos llenos de preocupación, le explicaba lo que había vivido.

-Entonces, ¿me estás diciendo que durante todo este tiempo, Noah y Liam nunca supieron que eran hermanos? -preguntó Ethan, su tono bajo pero cargado de emoción.

Isabella asintió, y la tristeza se reflejó en su rostro.

-No, nunca lo supe, y ellos tampoco. El destino nos jugó una mala pasada, Ethan. Todo fue tan inesperado, tan fuera de control... No sabía qué hacer.

Ethan la miró en silencio, sus pensamientos girando a mil por hora. La idea de que Noah, su hijo, y Liam, su hijo adoptivo, fueran hermanos era impactante, pero también había algo más. Había algo que sentía en su interior, una conexión más profunda que no podía ignorar. A pesar de todo lo que había sucedido, él deseaba que las cosas fueran diferentes. Deseaba que los niños tuvieran lo que merecían, una familia unida, un hogar en el que pudieran crecer felices.

-Isabella -dijo finalmente, interrumpiendo el silencio-. Quiero que Noah y tú vivan con nosotros. Quiero que los tres estén aquí, conmigo y con Liam.

Las palabras de Ethan flotaron en el aire, cargadas de una emoción sincera. No se trataba solo de los niños. No se trataba solo de la verdad de su paternidad. Era más que eso. Había algo en su interior que le decía que este era el momento para hacer algo correcto, para construir algo nuevo. Una familia. Una familia que, por mucho que la vida lo hubiera golpeado, aún tenía la oportunidad de ser un refugio.

Isabella lo miró sorprendida. No esperaba esa oferta. En sus ojos brillaba la incredulidad, pero también una chispa de esperanza.

-Ethan... no sé qué decir -murmuró, dando un paso atrás. No podía creer lo que estaba escuchando-. No fue fácil para mí tomar esa decisión, y mucho menos ahora. Mi vida ha sido un caos, y no quiero ser una carga para ti, ni para Liam.

Ethan se levantó de su silla y caminó hacia ella. Sus ojos estaban firmes, pero su voz, más suave, transmitía una sinceridad que no podía negar.

-No es una carga. Lo que quiero es que Noah crezca con Liam. Quiero que ambos tengan la oportunidad de ser lo que deberían haber sido siempre: hermanos. Y tú, Isabella, has estado luchando sola durante mucho tiempo. No quiero que sigas haciéndolo.

La tensión en el rostro de Isabella desapareció por un momento, y la vulnerabilidad que había estado ocultando salió a la luz.

-Ethan, yo... -su voz se quebró, pero se recompuso rápidamente-. No quiero ser un obstáculo, pero tampoco puedo hacerle daño a Noah. Él tiene derecho a saber lo que ha sucedido, tiene derecho a tener una familia. Y aunque no estoy segura de lo que esto significa para nosotros, no quiero perder esa oportunidad. Si tú estás dispuesto a abrirme la puerta, yo quiero caminar por ese camino contigo.

Ethan respiró profundamente. La forma en que ella hablaba, la forma en que lo miraba, le dio una sensación de claridad que nunca había experimentado antes. Sabía que no era fácil. Sabía que aún había mucho que aprender y que las complicaciones no iban a desaparecer de inmediato. Pero si algo estaba claro, era que no quería que todo se desmoronara. Quería luchar por su familia.

-Noah y Liam merecen crecer juntos, Isabella. Merecen ser felices. Y quiero que eso pase bajo el mismo techo. Los tres.

El corazón de Isabella dio un vuelco. La generosidad de Ethan, su compromiso, eran algo que nunca había esperado de él. Pero más allá de eso, sentía algo más, algo que la conectaba con él de una manera que no sabía cómo manejar. Sabía que este era un paso que cambiaría sus vidas por completo.

-Lo haré por ellos, Ethan. Y lo haré por mí. No puedo prometer que todo será fácil, pero lo intentaré. Los niños necesitan saber la verdad, y tal vez, si vivimos juntos, podremos encontrar la manera de ser una familia.

El silencio que siguió estuvo lleno de una mezcla de emociones. Ethan miró a Isabella con una nueva comprensión, como si el vínculo entre ellos finalmente estuviera tomando forma. No solo compartían una historia dolorosa, sino que ahora, de alguna manera, también compartían la posibilidad de un futuro diferente.

Fue entonces cuando Richard entró a la habitación, interrumpiendo el momento de vulnerabilidad entre ellos. La expresión en su rostro mostraba que había estado observando desde la puerta, esperando el momento adecuado para hablar. A pesar de que su presencia no era la más bienvenida, Ethan sabía que Richard siempre estaba al tanto de los detalles importantes.

-¿Cómo va todo? -preguntó Richard con tono neutral, aunque su mirada lo decía todo. Había estado al tanto de lo que sucedía, y aunque no quería intervenir en su vida personal, no podía evitar ofrecer una opinión.

Ethan lo miró fijamente.

-Todo está en orden -respondió con firmeza. Luego miró a Isabella-. Richard, necesito que te encargues de hacer los arreglos. Quiero que Noah y Isabella vivan aquí, en la mansión. Vamos a hacer esto bien.

Richard asintió, pero sus ojos brillaron con una ligera sorpresa. Sabía que Ethan no era alguien que tomara decisiones impulsivas, y este cambio de dirección era algo que sin duda alteraría las dinámicas en la mansión.

-Entendido -dijo Richard, con un tono que indicaba que ya sabía que algo grande estaba a punto de suceder.

Isabella miró a Ethan, algo abrumada por la rapidez con la que todo estaba cambiando, pero algo dentro de ella también comenzó a sentir esperanza. La oportunidad que tanto había esperado parecía estar justo frente a ella. Sin embargo, sabía que no todo sería fácil. Había mucho que sanar, tanto dentro de ella como entre los niños, y probablemente también entre ella y Ethan.

Aun así, por primera vez en mucho tiempo, Isabella sentía que había una posibilidad de redención, de empezar de nuevo. La vida, que tantas veces la había golpeado con sorpresas amargas, ahora le ofrecía una nueva oportunidad, una oportunidad de ser feliz con Noah y Liam, de formar la familia que siempre había soñado.

-Gracias, Ethan -dijo ella finalmente, con voz suave pero llena de gratitud-. Estoy dispuesta a intentarlo. A hacer lo que sea necesario para que esto funcione.

Ethan asintió, una leve sonrisa apareciendo en su rostro.

-Lo haremos juntos.

            
            

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