Dos Corazones, Un destino
img img Dos Corazones, Un destino img Capítulo 8 El dolor de la verdad
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Capítulo 11 Nuevos Lazos img
Capítulo 12 Construyendo Puentes img
Capítulo 13 Descubriendo Nuevas Emociones img
Capítulo 14 Cuando las barreras comienzan a caer img
Capítulo 15 Un corazón dividido img
Capítulo 16 Confusión y decisiones img
Capítulo 17 La línea que comienza a desdibujarse img
Capítulo 18 Un deseo inesperado img
Capítulo 19 Murallas que caen img
Capítulo 20 Una noche bajo las estrellas img
Capítulo 21 Entre dudas y confesiones img
Capítulo 22 Un paso hacia lo desconocido img
Capítulo 23 Resquicios del pasado img
Capítulo 24 Decisiones en la oscuridad img
Capítulo 25 Entre verdades y dudas img
Capítulo 26 Enredados en emociones img
Capítulo 27 Ecos de un pasado que persiste img
Capítulo 28 Un hilo de confianza img
Capítulo 29 Ecos de una verdad a medias img
Capítulo 30 Un vínculo que crece img
Capítulo 31 La sombra del pasado img
Capítulo 32 El peso de los silencios img
Capítulo 33 Cruces de caminos img
Capítulo 34 Enfrentando la verdad img
Capítulo 35 Entre la Verdad y el Futuro img
Capítulo 36 Un Paso Más Allá img
Capítulo 37 La Duda y el Compromiso img
Capítulo 38 Decisiones y Compromisos img
Capítulo 39 Los Ecos de la Decisión img
Capítulo 40 El Peso de las Promesas img
Capítulo 41 Un Paso Adelante img
Capítulo 42 Decisiones Entre Sombras img
Capítulo 43 Los Caminos del Corazón img
Capítulo 44 El Juego del Destino img
Capítulo 45 Caminos cruzados img
Capítulo 46 Decisiones en la oscuridad img
Capítulo 47 Nuevos caminos img
Capítulo 48 Un Paso Adelante img
Capítulo 49 Nuevos Caminos img
Capítulo 50 Decisiones Importantes img
Capítulo 51 El Paso Decisivo img
Capítulo 52 Desafíos y Promesas img
Capítulo 53 Promesas y Decisiones img
Capítulo 54 Decisiones Cruciales img
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Capítulo 8 El dolor de la verdad

La mansión estaba envuelta en una quietud inquietante. La tarde avanzaba lentamente mientras la luz dorada del sol se desvanecía detrás de los grandes ventanales. En el salón principal, Ethan se encontraba de pie frente a Isabella, que parecía más vulnerable que nunca. Había escuchado la confesión, pero no podía creer que la verdad que se desplegaba ante él estuviera realmente ocurriendo. Noah, su hijo, había estado a su lado todo el tiempo sin que él lo supiera.

Pero, ¿cómo había sucedido todo eso? La pregunta seguía dando vueltas en su cabeza.Isabella, que hasta ese momento había permanecido callada, parecía estar esperando el momento en el que Ethan finalmente le pediría una explicación completa. Sabía que lo que había dicho hasta ahora no había sido suficiente. Ethan estaba confundido, y la verdad, aunque dolorosa, debía ser dicha en su totalidad.-Isabella... -la voz de Ethan se cortó en el aire pesado-. Necesito que me expliques. Todo esto es demasiado para procesarlo sin respuestas. Tú... tú eres la madre de ambos, ¿verdad? De Liam y de Noah.Isabella levantó la mirada, los ojos llenos de una tristeza profunda, como si estuviera viendo la tormenta que sabía se avecinaba. Respiró hondo, recopilando las fuerzas necesarias para contar lo que había permanecido guardado en su interior por tanto tiempo.-Sí, Ethan -dijo finalmente, su voz suave pero firme-. Soy la madre de los dos. Y nunca pensé que tendría que decirte todo esto de esta manera, pero no hay más opción.Ethan se acercó un paso más, sus ojos llenos de una mezcla de frustración y desesperación.-Dime cómo pasó todo esto. -Su voz sonaba más apagada, como si estuviera tratando de mantener el control sobre su propia ira y confusión.Isabella asintió lentamente. Su mente viajaba al pasado, a esa noche que cambió su vida de una forma que jamás imaginó.-Cuando quedé embarazada, las circunstancias eran complicadas. Mi padre estaba muy enfermo, y todo fue un caos. Me ofrecieron una suma de dinero enorme por ceder mi vientre, por llevar a cabo este acuerdo. Pero lo que no sabía, lo que nadie sabía, es que el embarazo de Noah no fue como el de Liam. Nadie, ni los médicos ni los representantes que estaban a cargo, sabían que iba a ser gemelo.Ethan frunció el ceño, confundido. No entendía cómo esto había podido suceder sin que él tuviera idea alguna.-¿Qué estás diciendo? -preguntó, con una mezcla de incredulidad y enojo-. ¿Cómo es posible que nadie lo supiera? ¿Cómo es que solo uno de los bebés fue llevado de inmediato?Isabella suspiró, y se frotó las manos con nerviosismo. Sabía que la explicación no iba a ser fácil, pero debía contarlo todo.-La situación fue muy difícil. Cuando llegó el momento del parto, los médicos se sorprendieron, porque Liam ya había nacido y los representantes se lo habían llevado. Nadie esperaba que Noah llegara después, y la verdad es que fue una sorpresa para todos. La situación fue confusa. Los médicos no sabían qué hacer. Pensaron que Noah era un error, un bebé que no estaba en los acuerdos, que no estaba previsto en el trato. Ellos querían entregarme a Liam, porque ese era el acuerdo original. Pero cuando vieron a Noah, no sabían cómo manejarlo. Y entonces... me ofrecieron algo.Ethan se acercó aún más, con la mandíbula apretada, y lo que más le dolía no era el hecho de que Noah estuviera allí, sino el cómo todo había ocurrido sin que él lo supiera.-¿Qué te ofrecieron? -preguntó, su voz algo cortante.Isabella bajó la mirada por un momento, temiendo que sus palabras pudieran hundir aún más a Ethan en la incertidumbre.-Me dijeron que si aceptaba que Noah fuera "un error", podía quedármelo. Pero a cambio de silencio, de no decir nada a nadie. Podía seguir adelante con mi vida. Los médicos me dijeron que el trato era solo por un bebé, pero que no podían hacer nada por Noah. Decidieron que, si lo quería, podía quedármelo. No querían admitir su error. Yo... estaba devastada. Mi padre seguía grave, y ahora tenía que lidiar con un bebé. Estaba sola, sin nadie que me ayudara. Todo estaba fuera de control.Ethan, de pie frente a ella, sentía como si el suelo estuviera cediendo bajo sus pies. No podía entender lo que escuchaba. Todo parecía tan inverosímil, tan complicado. La vida de su hijo, de los dos niños, había estado decidida por circunstancias ajenas a su voluntad, y él ni siquiera lo había sabido.-¿Y qué hiciste? -preguntó Ethan, su voz apenas un susurro.Isabella levantó la mirada, sus ojos brillando con el dolor de lo que había tenido que vivir.-Mi padre murió poco después del nacimiento de Noah. Me quedé sola con él, sin dinero, sin nada. Mi madre no quería saber nada, y todo se volvió un caos. No tenía otra opción. La única forma en que pude seguir adelante fue quedarme con Noah. Él era mi responsabilidad, mi único lazo. No podía abandonarlo.Ethan quedó en silencio, observando a Isabella con una mezcla de dolor y comprensión. Su mente no dejaba de hacer cálculos, de intentar comprender cómo todo eso había sucedido sin que él lo supiera. Todo había estado tan cerca, tan dentro de su alcance, pero la vida lo había mantenido a una distancia desconcertante.-¿Entonces nunca supiste que Noah y Liam podían ser hermanos? -preguntó Ethan, ahora con voz más calmada, pero llena de intriga.Isabella asintió lentamente, sintiendo el peso de la revelación.-No, Ethan. Yo no sabía. Nadie lo sabía. Cuando Noah nació, lo creí solo un bebé más, pero nunca imaginé que Liam estuviera en el centro de todo esto. Si lo hubiera sabido, las cosas habrían sido diferentes. Pero nunca imaginé que el destino nos uniría de esta manera.Ethan la miró, la confusión dando paso a un tipo de compasión que nunca había experimentado antes. Había descubierto algo que cambiaba todo, pero también entendía que no era culpa de Isabella. No había sido fácil para ella, y ahora, al enfrentarse a la verdad, debía aceptar lo que había ocurrido.-Esto... esto cambia todo -dijo Ethan, con la voz quebrada por la revelación.Isabella asintió, las lágrimas empezando a asomar en sus ojos.-Lo sé, Ethan. Yo... lo sé. Pero lo único que puedo hacer ahora es intentar hacerlo bien. Para Noah, para Liam... para ti.Ethan cerró los ojos, exhalando profundamente. Sabía que la vida había dado un giro inesperado, pero no podía retroceder. La verdad ya estaba ahí, y la única opción era avanzar.-Lo haremos bien, Isabella. Pero necesitamos tiempo. Tiempo para entender cómo todo esto ha cambiado nuestras vidas.Isabella lo miró, un destello de esperanza brillando en sus ojos. Aunque el camino hacia adelante sería incierto, por primera vez en mucho tiempo, sentía que había una oportunidad para redimir el pasado y construir algo juntos. Algo que, aunque difícil, podría ser más fuerte que cualquier obstáculo que se les presentara.

            
            

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