Dueño de todo, menos de ti
img img Dueño de todo, menos de ti img Capítulo 4 El peso de la verdad
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Capítulo 11 El Hijo del Silencio img
Capítulo 12 Cuando el Pasado Llam img
Capítulo 13 Dos Mundos, Un Mismo Nombre img
Capítulo 14 Las Formas del Amor img
Capítulo 15 Cicatrices que enseñan img
Capítulo 16 La noche de las decisiones img
Capítulo 17 Cicatrices a la luz img
Capítulo 18 Decisiones que arden img
Capítulo 19 Herencias Invisibles img
Capítulo 20 Ecos de San Isidro img
Capítulo 21 Sombras del Pasado img
Capítulo 22 La Noche Oscura img
Capítulo 23 En la Oscuridad del Miedo img
Capítulo 24 El Pasado Resurge img
Capítulo 25 La Revelación Oculta img
Capítulo 26 La Trampa de la Verdad img
Capítulo 27 La Sombra de la Traición img
Capítulo 28 La Oscuridad de la Verdad img
Capítulo 29 El Juego de Sombras img
Capítulo 30 La Revelación img
Capítulo 31 Las Sombras del Pasado img
Capítulo 32 El Peso de la Verdad img
Capítulo 33 El Rastro del Pasado img
Capítulo 34 La Verdad Silenciada img
Capítulo 35 Encuentro con la Verdad img
Capítulo 36 Un Futuro Incierto img
Capítulo 37 El Peso del Pasado img
Capítulo 38 La Decisión de Claudia img
Capítulo 39 El Peso de la Verdad img
Capítulo 40 Entre Sombras y Secretos img
Capítulo 41 La Amenaza Silenciosa img
Capítulo 42 El Juego de Poder img
Capítulo 43 La Trampa Invisible img
Capítulo 44 La Confrontación Final img
Capítulo 45 El Juego de Poder img
Capítulo 46 El Último Asalto img
Capítulo 47 El Límite de la Lealtad img
Capítulo 48 La Última Jugada img
Capítulo 49 El Juego de las Sombras img
Capítulo 50 La Trampa del Destino img
Capítulo 51 El Precio del Poder img
Capítulo 52 El Rastro de la Mentira img
Capítulo 53 Las Sombras del Pasado img
Capítulo 54 El Peso de las Decisiones img
Capítulo 55 Entre la Verdad y el Engaño img
Capítulo 56 El Peso de la Decisión img
Capítulo 57 La Decisión Final img
Capítulo 58 La Confrontación img
Capítulo 59 La Verdad en los Ojos img
Capítulo 60 Entre el Pasado y el Futuro img
Capítulo 61 Enfrentando la Verdad img
Capítulo 62 El Encuentro img
Capítulo 63 La Decisión img
Capítulo 64 La Nueva Realidad img
Capítulo 65 La Búsqueda del Perdón img
Capítulo 66 El Peso del Pasado img
Capítulo 67 Caminos Cruzados img
Capítulo 68 La Decisión Final img
Capítulo 69 Entre el Pasado y el Futuro img
Capítulo 70 El Pasado que No Se Olvida img
Capítulo 71 Nuevas Decisiones, Viejos Demonios img
Capítulo 72 El Encuentro Inesperado img
Capítulo 73 La Decisión img
Capítulo 74 El Viaje al Corazón img
Capítulo 75 Enfrentando la Verdad img
Capítulo 76 El Peso de la Decisión img
Capítulo 77 La Revelación Oscura img
Capítulo 78 La Encrucijada img
Capítulo 79 La Duda y la Decisión img
Capítulo 80 La Revelación del Pasado img
Capítulo 81 La Confrontación Inminente img
Capítulo 82 La Trampa de la Sombra img
Capítulo 83 La Guerra Silenciosa img
Capítulo 84 El Rostro de la Verdad img
Capítulo 85 Las Sombras del Pasado img
Capítulo 86 El Rastro de la Oscuridad img
Capítulo 87 El Juego de las Sombras img
Capítulo 88 El Rastro del Pasado img
Capítulo 89 La Entrada al Abismo img
Capítulo 90 El Vínculo Roto img
Capítulo 91 Los Ecos del Pacto img
Capítulo 92 El Umbral de la Desesperación img
Capítulo 93 El Guardián en la Niebla img
Capítulo 94 La Carga del Sacrificio img
Capítulo 95 El Sacrificio y la Decisión Final img
Capítulo 96 La Oscuridad Desatada img
Capítulo 97 La Luz Interior img
Capítulo 98 El Último Suspiro de la Oscuridad img
Capítulo 99 El Renacer del Mundo img
Capítulo 100 Nuevas Voces en el Viento img
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Capítulo 4 El peso de la verdad

El reloj marcaba las diez de la mañana, pero para Tomás Del Valle, el tiempo parecía haberse detenido en el instante en que Claudia pronunció esas palabras.

"Es tu hijo."

La habitación se sentía más pequeña, sofocante. Sus pensamientos se atropellaban unos con otros, intentando encontrar una lógica en lo que acababa de escuchar.

-Dímelo otra vez -exigió, su voz controlada, aunque por dentro sentía un torbellino.

Claudia lo miró con un destello de tristeza en los ojos.

-Se llama Benjamín. Tiene cuatro años, Tomás.

Cuatro años.

Cuatro años en los que él había vivido su vida sin la más mínima idea de que en algún lugar del mundo existía un niño con su sangre.

Se levantó de su silla y caminó hacia la ventana, dándole la espalda a Claudia mientras intentaba ordenar sus pensamientos.

-¿Por qué me lo dices ahora? -preguntó con voz tensa.

-Porque ya no puedo ocultarlo más. Porque Benjamín empieza a hacer preguntas y... porque creo que tiene derecho a conocerte.

Tomás se volvió hacia ella con la mandíbula apretada.

-¿Derecho? ¿Ahora te importa lo que es justo? ¿Y durante cuatro años no te importó que yo viviera en la ignorancia?

Claudia bajó la mirada, avergonzada.

-No esperaba que reaccionaras bien.

-No, lo que no esperabas era que te descubrieran -espetó él-. ¿Qué pasó, Claudia? ¿Te quedaste sin opciones?

Ella cerró los ojos un segundo y luego lo miró fijamente.

-Merezco tu enojo. Lo sé. Pero no vine a pedirte nada. Solo quiero que sepas la verdad.

Tomás dejó escapar una risa incrédula.

-¿Nada? ¿No quieres dinero, abogados, un acuerdo?

-No -dijo ella, con firmeza-. Benjamín tiene todo lo que necesita. No vine a pedirte que juegues a ser padre si no quieres.

Tomás sintió algo removerse en su interior.

La idea de un hijo no era algo que alguna vez hubiese considerado seriamente. Su vida estaba planeada hasta el último detalle: empresas, inversiones, control absoluto. Un hijo no formaba parte de ese plan.

Pero, ¿cómo podía ignorar lo que acababa de descubrir?

Se dejó caer en su silla, pasándose las manos por el rostro.

-¿Cómo sé que es mío?

Claudia sacó un sobre de su bolso y lo colocó sobre el escritorio.

-Aquí están las pruebas de ADN.

Tomás la miró en silencio antes de tomar el sobre y abrirlo con manos firmes. Sus ojos recorrieron el documento rápidamente, deteniéndose en la conclusión final.

99.99% de compatibilidad.

No había dudas.

Benjamín era su hijo.

Un largo silencio se instaló entre ellos.

Finalmente, Claudia se levantó.

-No tienes que decidir nada ahora -dijo en voz baja-. Pero si alguna vez quieres conocerlo, aquí tienes mi número.

Tomó una tarjeta y la dejó sobre el escritorio.

Tomás no respondió. Solo la vio salir, dejando tras de sí una revelación que había cambiado su mundo en un instante.

Un intento de normalidad

Por primera vez en años, Tomás no logró concentrarse en el trabajo.

Revisó documentos sin leerlos realmente. Atendió llamadas sin recordar después de qué se trataban.

Benjamín.

Un niño con su sangre.

Con su apellido... aunque él nunca lo había sabido.

Por la tarde, decidió que necesitaba aire.

Y sabía exactamente con quién quería estar.

Marcó un número en su teléfono.

-¿Dónde estás? -preguntó en cuanto Luna contestó.

-Saliendo del trabajo.

-¿Puedes venir a mi departamento?

Hubo un breve silencio al otro lado de la línea.

-¿Algo pasó?

Tomás cerró los ojos un momento.

-Solo ven, Luna.

Ella no preguntó más.

Un refugio inesperado

Treinta minutos después, Luna entraba a su departamento.

Iba vestida con jeans oscuros y un suéter beige de cuello alto, el cabello recogido en un moño despreocupado.

Tomás la observó en silencio, sintiendo una calma momentánea al verla ahí.

-Pareces un hombre que ha recibido una mala noticia -comentó ella, quitándose la chaqueta.

Él no respondió de inmediato. Se pasó una mano por el cabello y suspiró.

-Claudia estuvo en mi oficina hoy.

Luna arqueó una ceja.

-¿La ex?

-Sí.

Se hizo un breve silencio antes de que Luna cruzara los brazos.

-Déjame adivinar. ¿Quiere volver contigo?

Tomás soltó una risa sin humor.

-No. Solo me informó que tengo un hijo de cuatro años.

El silencio que siguió fue absoluto.

Luna no se movió, pero su expresión cambió.

-¿Es en serio?

-Sí.

Ella no reaccionó de inmediato. Solo lo miró, intentando descifrar su estado de ánimo.

Finalmente, suspiró y se acercó al sofá, sentándose junto a él.

-¿Cómo te sientes?

Tomás la miró con una mezcla de sorpresa y alivio.

-No lo sé.

Luna asintió, como si entendiera perfectamente la confusión que lo embargaba.

-Supongo que no hay una forma correcta de reaccionar a algo así -dijo ella-. ¿Qué piensas hacer?

Él apoyó los codos en sus rodillas, entrelazando los dedos.

-No lo sé. No sé nada en este momento.

Luna lo observó unos segundos y luego, sin decir nada más, deslizó su mano sobre la suya, entrelazando sus dedos con los de él.

Tomás sintió algo cálido expandirse en su pecho.

No le ofreció soluciones. No le dijo lo que debía hacer.

Solo estaba allí.

Y por primera vez en todo el día, sintió que no tenía que enfrentarlo solo.

Un nuevo dilema

Esa noche, después de que Luna se fuera, Tomás se quedó en su departamento, solo con sus pensamientos.

Por primera vez en su vida, tenía que enfrentarse a algo que no podía controlar con dinero o estrategias.

Un hijo.

¿Cómo se suponía que debía ser padre cuando ni siquiera sabía cómo empezar?

Y peor aún...

¿Podría permitirle a Benjamín entrar en su vida sin destruir todo lo demás en el proceso?

Las preguntas no tenían respuestas.

Pero una cosa era segura.

Su vida, tal como la conocía, nunca volvería a ser la misma.

            
            

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