Cenizas de la ambición
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Capítulo 4

El caos estalló en la escena.

Alexandra observaba con indiferencia, sintiendo cómo la frustración en su corazón se aliviaba ligeramente.

Agarró su bolso y salió furiosa.

Cuando regresó a casa, alguien de repente la arrojó a la piscina y una mano pesada la empujó bajo el agua.

¿Quién era?

El miedo se apoderó del corazón de Alexandra.

Luchó desesperadamente, pero la mano que la sujetaba era inflexible como el hielo.

Justo cuando pensaba que se ahogaría, la sacaron a la superficie.

Tosió con fuerza mientras jadeaba por aire junto al borde de la piscina.

Un par de zapatos lustrados apareció ante ella.

Alzó la vista y se encontró los indiferentes y sombríos ojos de Caiden.

En ese momento, vio una intención asesina sin disfraz en su mirada.

"Alex, Leyla es mi límite. No debiste haberla lastimado", dijo.

Caiden se agachó junto a ella, limpiando una lágrima de sus ojos tensos por la tos.

"Pasa unas horas en el congelador y reflexiona sobre lo que hiciste", añadió.

"¡Caiden!". Alexandra gritó su nombre.

Él sabía que ella tenía claustrofobia. Pero sus gritos aterrorizados no lo conmovieron.

Alexandra fue arrastrada bruscamente hacia el congelador.

Cuando la pesada puerta se cerró, el aire frío y la oscuridad la envolvieron. Se acurrucó en el suelo, riendo con amargura.

Su sonrisa era más dolorosa que sus lágrimas.

Ellos no habían tenido una relación de siete días, sino de siete años.

No era fácil dejar atrás siete años de amor.

Pero en ese momento, sus sentimientos persistentes por él desaparecieron por completo.

Alexandra no sabía cuánto tiempo estuvo encerrada.

Cuando despertó, vio a Josh junto a su cama de hospital.

"Josh...", susurró.

Él le tocó la cabeza suavemente. "¿Cómo te sientes?".

Alexandra esbozó una débil sonrisa. "Estoy bien".

Miró a su alrededor y preguntó: "¿Dónde están mis padres?".

El rostro de Josh se tornó sombrío. "Fueron a la residencia de los Fowler".

Por su hermano, fue que ella supo que tenía agua en los pulmones, hipotermia y serias congelaciones. Había estado a punto de morir.

Su padre, furioso, había ido con su madre a confrontar a la familia Fowler, exigiendo respuestas.

"Caiden ha sido detenido por su padre Gordon", dijo Josh. "Están esperando que despiertes antes de decidir qué hacer con él".

Cuando Alexandra se sintió mejor, su hermano la llevó en silla de ruedas a la residencia de los Fowler.

En el gran salón, Caiden estaba arrodillado y atado fuertemente, con Leyla que temblaba a su lado.

Cuando él vio a Alexandra, pareció sorprendido por su condición, pero no dijo nada. En cambio se volvió hacia su padre.

"No hice nada malo", dijo Caiden con calma, aún arrodillado. "No me arrepiento de ninguna elección que haya hecho".

El rostro del patriarca Gordon Fowler se puso blanco como el papel.

Aunque los Clayton y los Fowler eran de la élite de la Provincia de Glimon, los Clayton tenían raíces más profundas en aquel lugar.

Gordon no quería perder esa alianza.

Había hecho que Caiden se arrodillara para apaciguar a los Clayton y disuadirlo de divorciarse de Alexandra. Pero este continuó: "Me quedan menos de cinco días. Solo quiero vivir por mí mismo", dijo.

Leyla de repente se arrodilló ante Alexandra. "Señorita Clayton, por favor, llevo siete años esperándolo. Solo quiero estar con él en sus últimos días. Por favor, no nos lo hagas más difícil", suplicó.

Alexandra casi se ríe, sintiéndose como la villana en su historia.

Ignoró a Leyla y miró a Caiden a los ojos. "Caiden, ¿alguna vez has considerado que podrías no morir?", preguntó.

Caiden se quedó de piedra y luego sonrió con desdén. "No han encontrado un antídoto en tres meses. ¿Qué oportunidad puedo tener?".

Había revisado cada fuente ese día, y las respuestas seguían siendo desesperanzadoras.

Alexandra comenzó: "El laboratorio Clayton..."

Caiden la interrumpió impacientemente. "Basta, Alexandra. Ya hemos firmado los papeles del divorcio. Digas lo que digas, no volveré contigo", dijo.

Luego hizo una pausa y agregó: "He tomado la decisión de casarme con Leyla".

Antes de que Alexandra pudiera responder, Gordon golpeó la mesa. "Si esa es tu elección, entonces olvídate de tu posición como CEO de la empresa, quedas expulsado de la familia Fowler y se te niega el entierro en nuestro cementerio ancestral".

El rostro de Caiden se puso pálido. "¡Padre!", protestó.

Gordon se dio la vuelta.

Después de una larga pausa, Caiden apretó los dientes y dijo: "Está bien, ¡lo acepto!".

El rostro de Gordon se puso aún más sombrío y levantó una mano. "Llévenlo a un lugar de enfrentamientos clandestinos".

La familia Fowler había surgido de raíces de pandillas, conservando algunas viejas tradiciones.

Los miembros de la familia que cometían errores graves eran inyectados con relajantes musculares y enviados a la arena subterránea de la familia para pasar por tres combares.

Era su propia responsabilidad su sobrevivía o no.

En el primer combate, Caiden terminó con el brazo y las costillas fracturadas, pero no retrocedió.

Mientras la sangre se derramaba en el escenario, Leyla, que en ese momento estaba de pie junto a Alexandra, susurró: "Señorita Clayton, ¿lo ve? Está dispuesto a sacrificar su vida por mí".

Alexandra no dijo nada.

Ella ciertamente creía que él amaba a esa mujer. Pero también sabía que se amaba aún más a sí mismo.

Su imprudencia provenía de creer que estaba muriendo.

Si supiera que podía sobrevivir, el arrepentimiento y el colapso lo seguirían.

Justo entonces, el teléfono de Alexandra vibró. "Señorita Clayton, ¡el antídoto ha sido desarrollado con éxito!".

Alexandra esbozó una leve sonrisa pensando que sería un buen regalo de boda para Caiden.

            
            

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