Capítulo 3 He vuelto

Austin:

Nunca pierdas tu tiempo con explicaciones, la gente solo escucha lo que quiere.

El mundo iba transcurriendo delante de mis ojos a medida que observaba detenidamente el paisaje a través del cristal del coche. Nueva York seguía estando al igual que siempre, una ciudad alegre en sus sentidos, llena de muchísima gente, bastante cultural en distintos ámbitos sociales pero a la vez, eso no cambiaba nada, ya que a veces siento esa sensación de tener suficiente de esta ciudad y no querer volver nunca más. Sin embargo, aún así aquí estoy de nuevo, después de tratar de alejarme e huir de toda la realidad he vuelto, porque, me he dado cuenta de que realmente nunca debí de irme. Todo paso tan rápido en su momento que cuando lo pienso me da más rabia de hacer lo que sea con solo no dejarme consumirme por esa rabia . Eso he estado haciendo durante estos últimos meses pero he llegado hasta el punto de decir, ¡vale ya!, ella también debe de pasar lo mismo por lo que he pasado, y creo que ya es hora.

No me gusta hablar de esto pero ya que estamos sincerarme un poco por una vez no me hará más daño del que ya esta hecho.

Desde que rompimos, o más bien..., me fue infiel, el mundo acabo viniéndome abajo. Me enamoré tan locamente de ella que estaba dispuesto a darle todo lo que este en mis manos e incluso más con el simple hecho de verla sonreír. En cambio, a pesar de que parecía ser feliz no tenía suficiente porque si hubiese estado satisfecha no hubiera hecho..., lo que hizo con..., el que hasta su momento, solía ser el capullo del instituto y la Universidad. Había pasado tanto tiempo desde que los vi de aquella forma, en una misma cama, ambos durmiendo y ella entre sus brazos que al recordarlo cada instante de mi existencia, el odio y el rencor se apoderan tanto de mi hasta el punto de no poder controlarlo, sin olvidar el daño que le ha causado a mi corazón el cual fue el primero en partirse en pedazos, cuyo sufrimiento solo se siente aquí dentro.

Lo que más jode es que no puedo expresar ni explicar lo que me pasa porque nadie me entendería. Nunca imagine que alguien lograría engarme de tal modo y hacerme caer en su juego pero es que me hechizo de tal modo con su sonrisa, acaricias, carisma y labios que podía tener la posibilidad de tranquilizarme con solo una mirada y ahora lo único que queda es un odio y remordimiento hacia esta persona la cual pagará demasiado caro, porque ella no sabe lo que es desearle la muerte a una persona pero a la vez quererla a tu lado ya que es tu única salvación en este mundo de mierda.

Eso fue lo que sentí yo, solo y aquí dentro.

Fue muy triste ver cómo se rompió ese flechazo, que pensaba que iba a durar para siempre.

Aunque a pesar de todo, después de diez meses, he vuelto a levantarme, no ha sido para nada fácil, ni un poco vamos, pero la persona en la que me he convertido y el camino que he acabado por escoger cuando estaba echo una mierda, ha sido especialmente culpa suya, ha sido demasiado difícil para alguien aún joven como yo, pero en este tiempo he madurado tanto, que nada volverá a ser lo mismo. La palabra sentimiento que sentía hacia Elena, ya ni existe en mi diccionario, sus verdosos ojos ya no son nada para mi, ni su rostro y tampoco cabello, es mas si fuese por mi no quiero ni volver a verla, pero si quiero que sufra, le haré la vida imposible de cualquier modo, ¿como?.

Llendo con otras mejores que ella y que cuando me vea que lloré, que enloquezca, ¡me da igual como actué! ¡pero que se arrepienta!, ese es mi deseo y también tendré que lidiar con otros asuntos de los cuales yo mismo me he buscado.

Ya no es tan fácil ahora que he vuelto y nunca jamás lo será.

Y ahora que ya tenía claro por donde iba y que el camino que escogí en su momento, en el cuál ya no hay vuelta atrás, vuelvo a esta ciudad para que todos prueben lo que yo tuve que pasar en su momento y no voy a permitir que ni ella ni ninguna me atrape, por más que se trate no será posible, ya que al fin y al cabo todas son iguales y no soportó la idea nuevamente de volver a sentir eso que llaman mariposas en el estómago por alguien o que lo que esta aquí dentro en mi pecho se recomponga por alguien, ¡eso si que jamás!

Tras salir por la zona vip del aeropuerto caminaba muy seguro de mi mismo y a la vez bastante serio, los de seguridad que venían a un par de pasos delante incomodaban un poco mi vista, aunque..., que iba a hacer, están exclusivamente aquí en el aeropuerto para mantener toda precaución a cualquiera de la familia Hudges, la verdad es que es exagerante todo esto, pero hablamos de la familia del inigualable y respetuoso Robert Hudges así que, para que alargarlo, dejarlo estar, como ha sido siempre.

Desde afuera podía escuchar murmullos, elogios y griteríos, entonces supuse que estarían periodistas y chicas sin vida social durante el verano que se las pasan detrás mía constantemente, sin negar que alguna que otra vez me pillo con alguna. Sin quitar la vista del frente, caminaba algo incompleto, justo al salir y volver a respirar el aire de NY, después de diez meses en Irlanda donde hice y ocurrió de todo, sentí que algo faltaba y necesitaba, quise olvidar esa sensación y sonreír a mi manera levantando los labios por una sola mejilla mientras que la otra se quedaba tal y como esta, vi como las chicas esperaban impacientemente un saludo señal o lo que sea mío, ¡quien pudiera!, pensé , todas estas chicas llevaban horas aquí esperando a que aparezca solo por el hecho de verme y yo el muy estúpido, mi atención completa se la llevo una sola chica durante los tres últimos perdidos años, por más que lo pienso me cabreo muchísimo mas, pero..., ¡que podía hacer!, en su momento no podía pensar en ninguna otra cosa y estaba tan hechizado por ella que no hay manera de explicarlo, me introdujo en la oscuridad de su amor que llegué a hacer de todo solo para complacerla, sigo en esa oscuridad, pero ahora es peor de lo que uno se imagina.

Sin ganas, saludé de manera seductora a un grupito de morenas, las cuales querían lanzarse encima mía de algún modo, y me las apañe logrando salir lo más rápido que pude de aquel barullo con algo de ayuda de los seguratas, justo al salir mi cara que fingía una sonrisa seductora desapareció. Seguí mi camino hacia el Jeep 4x4 que esperaba para llevarme, supuse que mi padre se habrá enterado de que he llegado por ello, envío a sus trabajadores exclusivos para recogerme, sin comentarios sobre eso.

De repente unos periodistas se impusieron en mi camino a medida que cargaban cámaras y micrófonos , al verlos asi tan apelotonados un montón de ruido y preguntas a la vez pensé que no iba ser nada bueno. No obstante, si me paro a pensar, no hay nada de lo que yo deba avergonzarme.

-buenas tardes Austin Hudges-dijo un joven periodista con un micro cuando todos se calmaron., por su sonrisa parecía que iba a preguntar algo no tan alegre que digamos-.Espero que haya tenido un buen viaje-soltó sin quitar esa sonrisa que empezaba a ponerme incomodo con su actitud cursi, ¡que mas le daba como haya llegado yo!.

-si, gracias-respondí al carrasquear mi garganta, en el instante me quite las gafas de sol fijando mi mirada en la de aquel periodista, tratando de avisarle que no diga nada fuera de lo normal.

Por unos segundos, la atención completa de todas las personas se la llevó aquel hombre que estaba parado a mi lado impaciente para preguntar alguna de sus preguntas, la cual parecía pensárselo o debería pensárselo dos veces antes de decir cualquier cosa fuera de lugar.

-quería preguntarle algo personal-¡ahí va!, pensé, me di cuenta que este parecía mirar entre sus compañeros y darse a sí mismo la fuerza para preguntar lo que quería, lo cual ya estaba tardando-.¿Qué opina sobre.... el compromiso de..Elena Stones y Orson Decker?-preguntó armándose de todo el valor posible, al oír eso, mis sentidos cambiaron completamente haciendo que todos llegasen a notar que algo no iba bien. ¿Cómo coño se atrevía a preguntarme algo como eso?, no se si este tío quería ser golpeado o es que le han dado en la cabeza ¡tienen que sacar el puto nombre de esa chica justo cuando llego aquí!, pensé a medida que trataba de calmarme tensando los puños hacia dentro y los brazos. Pero...., espera espera, ¿compromiso?, ¡enserio!, recapacité en mi mente tras repetir la pregunta misma mientras que los demás esperaban intriga mente una respuesta.

-¡a mi que más me da!-dije de la manera más fría y aparté la mirada un par de segundos hacia el extremo derecho donde había una chica que miraba detenidamente desde lejos lo que pasaba y parecía curiosa por esa mirada verdosa que plantaba en mi de arriba a abajo, por un momento la confundí con alguien ya que tenía cierto parecido a..., bueno , el caso es que parecía que quería saber algo o entender algo como si con su mirada podría llegar a deducir algo, sin embargo me di cuenta que eso no sería tan posible, no creo que exista una fuerza ni existirá que sea capaz de entender a una persona solo con su actitud o mirada, lo más probable es que sea otra fanática loca mía que trata de lucirse. Dejando de lado a la chica, quité los ojos de ella y me volví a centrar en el periodista, mientras lo asesinaba con la mirada, no se si reírme o sentir curiosidad por lo que quería saber, así que no tuve más remedio que tratar de hablar de la manera menos dura posible, para que este me deje en paz-no tengo nada que decir-añado al meter las manos en el bolsillo y tensar la mandíbula de un modo u otro-. Es su elección, que haga lo que quiera, no me importa ni me importará-solté al momento y en el mismo instante me dirigí al auto dejando la intriga de muchos otros periodistas con más preguntas para hacerme. Ya en el coche, me sentí un poco incómodo raro, algo así como, unos escalofríos en mi pecho, sentía como las heridas se estaban reabriendo, eso era lo ultimo que tenía que pasar, mierda,mierda, golpeé sin querer el asiento por la rabia provocando la atención del conductor , al momento le fingí una cutre sonrisa para que no empiece con sus preguntas. Sin embargo, durante el recorrido hasta casa no podía dejar de pensar en aquello que dijo aquel periodista, y las ganas que tenía de preguntar a quién fuera para saber si eso era realmente cierto.

Los minutos pasaron y llegue a la mansión, olvidando por un segundo lo de hace un momento me di cuenta que todo seguía igual que antes, aunque las paredes exteriores fueron cambiadas, estas lucían de un color crema radiante y bastante luminoso con manchas beige oscuras las cuales casi ni se podían diferenciar, tras pasar este muro me fije en la zona del garaje donde estaba los coches de mi padre, hermano y muchísimos modelos de la empresa. Solo faltaba el mío uno que compre hace tiempo, antes de irme de aquí, un mercedes deportivo amg 2020, aunque supuse que cierta persona lo tendría ya que antes de irme se lo deje, técnicamente, aunque en cierto modo es extraño ya que ayer cuando hablé con el, estaba en Los Ángeles visitando a su primo, bueno pasando del tema, ya que era lo ultimo que importaba ahora mismo, caminé por el extenso camino hasta llegar a las escaleras blancas con un apoya manos gris, baje abajo mientras contemplaba el enorme jardín donde estaban los jardineros como de costumbre los domingos por las tardes regando, arreglando y dando forma a los arbustos, arboles y plantas entre ellas rosas, claveles, margaritas y más estas últimas, las suele regar mi madre, la cual justo en aquel instante lo estaba haciendo, con toda la alegría de siempre, llevaba un vestido castaño y unas pantuflas veraniegas de estar en casa, su cabello negro y largo caía sobre sus hombros al igual que siempre, su mirada fija en lo que hacía te producía paz y armonía con ganas de aprender del dueño de ellos.

A pesar de ser idéntico a ella en el cabello ojos y tono de piel, sus actitudes y buen corazón han desaparecido de mi desde hace un buen tiempo, aunque con ella siempre seré el mismo, sonriente camine hacía ella, agarrando una de las flores que tenia sembradas, en concreto una margarita, me agache poniéndome a su altura, la cual estaba concentrada en las plantas mientras murmuraba su canción de siempre, esta pareció no notar todavía mi presencia, así que puse al alcance de sus ojos la margarita que tenía en mis manos, contemplando al instante como esta se fijo en mis manos y volteó hacia mi mostrando una enorme sonrisa y felicidad en ella.

-¿parece ser que me has echado de menos?-exclame mientras sonreía y contemplaba su rostro el cual a pesar de tener la edad que tenía se conservaba bastante bien, ya que no presentaba arrugas ni nada de eso, sus ojos verdes brillaban al igual que aquel jardín en el que estábamos ahora sentados o incluso más, pequeñas pecas rodeaban su frente alrededor de su nariz respingona y pequeña, practícamente mi madre seguía siendo ella, la única persona que se preocupó por mi después de todo, le hablé de todo respeto mi privacidad cuando quise irme, simplemente ella. Sus brazos en el instante, rodearon mi cuello dejando que su olor se apoderase de mi, al verla actuar así no pude soportar no abrazarla yo también había echado el cariño que mi madre siempre me daba, aquel que alguna vez sustituí, sin embargo jamás volverá a pasar.

-dios mío, ¡por fin has vuelto hijo!-alzo un poco el tono expresando su alegría en el momento-. ¡no lo puedo creer!-añadió sintiendo su voz un poco quebrada como si quería llorar-¡porfin Austin!¡ bienvenido a casa!-sus palabras hablaban a medida que se notaba que sus lágrimas descendían por su rostro a pesar de que me abrazaba en el instante, me solté de ella, y observe como mi madre, lloraba, por verme de vuelta, era una sensación demasiado rara y es la primera vez que veía algo así, joder ¡como coño pude irme y dejar a mi madre sola a saber por todo lo que podría haber pasado sin mi presencia!

-lo siento mucho mamá-exclame agachando mis ojos observando la hierba sin poder verla a los ojos-. Por todo lo siento-la debilidad se apoderaba de mi, me estaba abriendo por completo solo con ella era la única que podría entenderme y tal vez, ponerse en mi lugar, esperando una respuesta impaciente de ella, sin tener la capacidad de levantar los ojos, noté sus dedos sobre mi barbilla alzándome el rostro para que la mire, a parte de lo que paso con Elena, cuando me fui mi madre estaba enferma, ese día se había caído de las escaleras y estuvo en el hospital durante un tiempo, yo el estúpido la dejé y me fui, aunque mi hermano me informaba siempre de la situación. Solo por ese error, y a saber que podría haber pasado, me odie a mi mismo porque era demasiado abierto qué cualquiera me tomaría por beneficio propio o incluso más.

Notando sus verdosos ojos sollozos pero no derramaban lágrimas como su rostro presentaba seriedad y a la vez amor y comprensión mientras que yo, mi corazón golpeaba tan fuerte que dolía de verdad dolía mucho , pero al verla observándome de aquella manera tan inexplicable tuve que aparentar otra sonrisa porque si dejaba salir lo que hay en el fondo de mi alma, ella lloraría al verme sonreír.

-jamás te disculpes por algo que no hiciste ni fuiste culpable Austin-exclamó mostrando otra enorme sonrisa y como sus ojos cada vez iban desapareciendo aquellas gotas de agua que comenzaron a aparecer-tu único error fue enamorarte de la persona no correspondida hijo-añadió agarrando aquella margarita que le traje y comenzó a cortar sus pétalos uno por uno-Y esa persona equivocada, puede que ahora se este lamentando porque no supo valorar a la joya que tuvo a su lado y..., poco a poco acabará por destruirse en su interior y regresará a ti, tal y como esta margarita, pero en ese entonces ella estará totalmente destruida y tu no le darás la oportunidad de recomponerse porque es imposible -continuo hasta destruirla por completo y sentirme identificado con el mensaje que quería transmitirme mi madre-.El caso es que lastimosamente Austin, no todo es para siempre, tu has vuelto y eso es lo importante, céntrate en lo que quieres y olvídate de ella, es difícil pero hazlo-A decir verdad nunca había visto este lado de mi madre tan fuerte y motivador pero ahora que lo veo me sorprende, sin embargo sus palabras me las sabia ya de memoria aunque mi madre no sabe nada de lo que estoy haciendo, y si lo supiese no se que pensaría de mi, pero de antemano, ahí lo dejo.

-lo sé madre, mas de la cuenta-mejor que nadie pensé, sentí una sonrisa alegre y al instante quise dejar esto a un lado y cambiar de tema.

-¿bueno donde esta el señor Hudges ?-pregunté en donde enseguida noté la desaparición de la sonrisa de mi madre de su rostro.

-tu padre, eh ¡en un viaje de negocios!, ya sabes como es él siempre el trabajo encima de todo nada nuevo en él-las palabras de mi madre parecían comerse unas a otras no se porque pero sentía que..., algo había pero tal y como dice ella, es propio de Robert Hudges, nunca esta pero siempre mandando a sus trabajadores a la hora exacta. Aunque lo curioso es que si no estaba aquí ¿Cómo se entero de que había llegado para que enviase a su amable chofer?-vamos Asher vete descansa un poco hijo estarás agotado después de un largo viaje-interrumpió mis curiosos pensamientos.

Ahora que lo mencionaba, tenía razón estaba cansado después de mucho tiempo en el avión y también lo estaba psicológicamente y físicamente. Suspire y me dirigí para adentro dejando a mi madre regresar con lo suyo, sin embargo, justo cuando me dirigí oí un sonido bastante familiar, asi que regrese hacia afuera al garaje dándome cuenta de que Asher, mi mejor amigo, estaba aparcando mi coche, en el extenso garaje. Cuando lo hizo salió de este mismo y camino hacia mí con su estilo de chulo de siempre aunque a mi me parece gracioso, una mirada castaña fría aunque a la vez atrevida, su rostro estaba formado en una forma de v mas ancho con un cabello bastante oscuro, levantándose el pelo hacia arriba con sus dedos sonrió de manera alegre al verme y camino hacía mi, yo justo al verlo sonreí y le di un abrazo, el era una de las pocas personas que ha estado ahí cuando realmente lo necesitaba, a pesar de que me fui el me siguió hasta Dublín en donde me acompaño un cierto tiempo tratando de animarme, así que podríamos decir que..., técnicamente se lo debo a él y a mas...

-¿Qué hay tío?-dijo al soltarse y pararse enfrente mía, este tenía la misma estatura que yo aunque yo era un pelín mas alto que el.

-aquí estamos, como siempre

-si, eso se nota aunque he de decir que estas mas distinto-exclamo mirándome de arriba a abajo en una especie de examen.

-jaja-falsifico una risa-¿distinto en que sentido?-pregunté

-en el sentido de..., que estas mas cañón, guapo y no se algo ha cambiado en ti-se fija por un momento en el tatuaje que se asomaba de mi cuello y en el corte que tengo en la ceja, ahí mismo decidí hacer algo para que no empiece con sus preguntas de inspector soso-.¿ a que se debe todo? Que yo sepa no te gustaban los tatuajes.

-un cambio de gustos-dije lo primero que se me ocurrió-. Total olvida eso-trate de despistarlo-. Por cierto ¿tu no estabas en LA?-pregunté y me di cuenta que este había desviado sus ojos de mi cuello.

-oh eso, pues que..., me aburrí y volví, y la verdad es que nada más volver, no había quien viniera a recogerme tuve que escaquearme por las puertas traseras para que los periodistas y tal no me buscaran ya que estos esperaban cualquier ocasión para preguntar cosas de ti.

-no te lo niego-exclame mientras metía las manos en los bolsillos de mi pantalón chándal pensando en la pregunta de aquel estúpido periodista y si realmente era cierto, aunque.... ¡a mi que coño me importa, joder!

-total, el caso es que-interrumpió Asher mis pensamientos-había una loca que quería quitarme el taxi en el que me monte, debo admitir que tal vez yo me metí sin preguntar, si pero..., el que se va a Sevilla pierde su silla así que se tuvo que aguantar-le miro de reojo y me dio sonrió ante sus palabras estas

-¡tu no tienes arreglo loco!-le rodeo con mi brazo izquierdo y nos dirigimos hacia adentro-.Anda vamos adentro que ya mañana empiezan las clases

-si tío ni me lo recuerdes-pone los ojos en blanco-. Pero lo bueno es que será el último año que vemos unos libros.

-ya, además será super interesante-exclamo a medida que pienso ciertas cosas en mi cabeza.

Ya en la mansión, subo directamente a mi habitación, dejando a Asher en la cocina buscando algo para comer, en donde me lanzo directamente en la cama enorme de esta misma mientras que observaba el espejo que tenia apegado en el techo y los recuerdos regresaban a mi mente nuevamente, como cuando tenia relaciones sexuales con ella, aquí mismo y le observaba la cara y sus gritos cuando se ponía de espaldas, lo peor de todo esto, es que han sido perdidas de años con alguien que pensaba unir para siempre mi vida con ella, pero cuando descubrí su verdad y ese mismo día, tras hacer lo que hizo con el, regreso hacia mi, como si nada pasase tratando de provocarme como hacia siempre y acababa consiguiendo pero en ese instante le solté todo, como la vi teniendo sexo con ese y pasaba de mis llamadas completamente justo cuando yo estaba buscándola y preguntando por ella, mi madre se había caído de las escaleras, pasando un tiempo en el hospital, lo cual, se que fue bastante duro para ella y aún me arrepiento de haberla dejado y marchado, después de lo que paso. Y solo por eso especialmente por eso, quiero verla sufrir y que se lastime tanto como lo hice yo. Dándome la vuelta, me levanté de un salto de la cama y regreso abajo a salón, el cual era bastante moderno combinado en colores blanco y gris, lo cual daba ligereza, atemporalidad y a su vez, estilo. Acompañado con el suelo de madera oscuro había una enorme alfombra blanca que desvía atención y claridad a cualquiera que entrara. Acabé sentándome lo más cerca de Asher observando como este mira el móvil un poco curioso y decaído, como si estuviese viendo algo nada agradable. Al instante, note como uno de sus ojos me miro de reojo de modo divulgarte, cosa que no pude evitar y acabe levantándome y le quite el móvil de la mano de forma repentina.

-como llevas un buen tiempo callado, déjame ver, que tienes ahí-exclame mientras trataba de ver lo que estaba viendo tan detenidamente. Haciendo que de un movimiento le quité el móvil de sus manos.

-no veo nada Austin ¡dame el móvil!-exclamó tenso, mientras se levantó para tratar de quitármelo pero yo se lo impedí desplazándome alrededor de la mansión hasta lograr ver claramente lo que veía. Era un vídeo, salía la prensa y yo, me di cuenta que estaba viendo lo de antes, cuando ese estúpido periodista preguntó lo que no tenía que preguntar. Molestó apague el móvil y se lo devolví sin añadir ni una palabra al respecto-Te dije que no había nada pero tu no escuchas-añadió al aproximarse a mi, lo más cerca posible en una forma de apoyo.

-tranquilo Asher, estoy bien de verdad, ya sabes como es la prensa, se meten siempre donde no les incumbe-normalice la situación con mi amigo para que no piense que me estaba afectando o algo, a parte de que me estaba tragando las palabras para no preguntar lo que quería saber desde el fondo de mi interior, quiera o no.

-vale, solo que no le des demasiada importancia, ella ya..., sabes que pasó pagina y se fue, lo último que supe de ella es que..., su madre estaba enferma-Soltó de golpe haciendo que me sienta un poco más raro de lo normal, cuando no debería ni estarlo, además me importa una mierda lo que pase con ella o su familia, ella se ha ido y yo no voy a ir de ningún modo tras ella aunque fuese la única persona superviviente jamás bajaría mi orgullo por ella, otra vez-. Su cutre novio, seguía con ella y he escuchado que estaban comprometidos o algo por el estilo-¿Por qué Asher me contaba todo esto cuando sabe perfectamente lo que hay?, pensé mientras lo asesinaba con la mirada para que se callara.

-¡pues muy bien por ellos!-.Alce algo el tono pero este pareció no enterarse

-tío no te lo tomes a pecho-añadió tratando de calmar la situación-. Solo lo dije porque...-lo interrumpí dejándole con las palabras a medias.

-¿por qué? ¿Qué?-grite un poco de más notando como mi rostro se enfurecía por dentro queriendo sacarlo todo de mi interior.

-¡se nota que quieres preguntarlo , chaval! ¡estabas cada segundo desde que llegue mirándome de reojo, con ansias de preguntar y recibir una respuesta porque sigues ahí, enrollado ahí aún no has salido del todo!-joder sus palabras me descontrolaban aún más pero no podía evitarlo ni negarlo, ya que queriéndolo o no, me intriga saberlo. Un pequeño silencio nos rodeó a los dos, y más a mi, sintiendo como mi pulso aceleraba de más con ganas de caer y no poder levantarme, de la nada sentí su mano encima de mi hombro-. Escúchame Austin, vas a pasar página, como si no te han preguntado nada ni mencionado nada-entendía perfectamente el mensaje que quería transmitirme, pero eso lo sabía de sobra, ya eran dos veces desde que me lo han dicho, hace unos minutos mi madre y él, se que piensan en mí y en mi bien, de verdad que se los agradezco pero con eso no basta para apagar el fuego que hay en mi interior ni mucho menos volver a encender esa luz de mi oscuridad.

-gracias, de verdad-me senté en el sofá tratando de lidiar con las millones de emociones que estaban entremezclándose en mi interior, me sentía otra vez incompleto sin saber como reaccionar, ni que hacer, otra vez lo mismo, esta chica tenía que volver a volcarlo todo otra vez en mi vida, ella siempre tiene que ser ella, pero no lo permitiré siempre y cuando mi mente se interponga ante mi corazón no haré ninguna otra locura por amor-. Te prometo que tratare de lidiar con todo esto, siendo el de siempre el Austin de los diecisiete años, volveré a ser ese que se la pasaba de fiesta sin importarle nadie, como en los viejos tiempo, solo que cuando yo la supere de verdad, ella vendrá a buscarme eso tenlo por seguro Asher-Una medio sonrisa inconsciente salió de mi rostro a medida que pensaba en otras cosas.

La alegría de Asher pareció volver, ya que este se le notaba demasiado preocupado por mi desde que llego hace un rato y me encontró aquí, pero yo siempre digo que no hay nada de que preocuparse, mientras tenga claro lo que hago y a donde voy lo demás no importa.

-me alegro servir de algo, bueno tendré que dejarte he venido a traerte el coche y ya, me apeteció dar una vuelta con él antes, ya me conoces.

-ya, ya, no tienes arreglo-sonreí-. Pues nada nos vemos mañana en clase, este último año en la universidad y ya luego lo que nos plazca

-ni me lo recuerdes, pero en parte como has dicho, después lo que nos plazca, tendremos que aguantar otro año con esos insoportables profesores y esos nerds que van de ricos

-sabes que eso no se lo voy a permitir a ninguno o ninguna ¡estoy de vuelta tío! ¡aun no te enteras!-exclame alegremente, motivándome un poco más de la cuenta

-bueno ya me piro que sino me quedo aquí hablando contigo y no acabamos nunca-. Este salió de la mansión y observé como se alejaba caminando, mientras que yo regrese al salón hasta que el mismo instante un timbre sonó, supuse que el bobo se habrá olvidado algo, pero al ver que la trabajadora de casa abrió la puerta, vi a Jacob, mi hermano mayor de unos treinta años, cuyo cabello negro combinaban con el color de sus ojos azules oscuros nada comparados con los mios. Su cuerpo si que había cambiado se le veía más apuesto, parece que se ha puesto enserio con lo del gimnasio y se le estaba empezando a notar, creo que alguien a decidido seguir mis consejos pensé mientras que me fijaba en su cabello tan bien cuidado en forma de raya al lado, ver cada parte de él, me dejaba con la boca abierta, donde ha quedado el Jacob de hace unos diez meses. Al acercarse al salón, con ese traje azul de marca nuevo combinado con zapatillas blancas, sonreía por sí solo mientras parecía observar en alguna parte que no lograba localizar. Levantando su rostro hacía mi dirección, la sonrisa que llevaba en su rostro creció un poco más mientras que sus azulados ojos se agrandaron por la felicidad.

-¡hombre quién vemos por aquí! ¡has vuelto!-su expresión motivadora insinuaba que tenía que levantarme para darle un abrazo y eso hice, aunque no de mala gana eh, ¡echaba de menos a mi hermano el jefe!

-¡que esperabas!-me levanté del sofá de un golpe, y le di un corto abrazo, se le notaba a mi hermano que me había echado de menos, ya que he estado diez meses fuera de casa, seguramente se habrá aburrido al no ver con quién pasar el rato, regañándome y dándome las cuarenta claro.

A pesar de todo, era un ejemplo de la familia, mi padre siempre le tenía demasiado apreció, es el más trabajador y uno de los más jóvenes de la generación de nuestra familia que tiene dos empresas Hudges de automovilista a su nombre y claramente las dirige él, las demás aún las lidera mi padre, y espero ser yo, el siguiente en cogerlas. El abrazo fue leve pero algo duradero tras soltarme este me miraba de modo extraño, me fije en sus ojos, los cuales se desviaban hacía mi pecho casi al descubierto, ¡Debería de haberme puesto una camiseta que no trasparente! Pensé mientras suponía que él también iba a tratar de preguntarme sobre el tatuaje. Para evitar sus preguntas, tuve que tratar de encontrar algo con que ocuparlo (tan solo me bastaba con Asher) y no empiece con sus preguntas inacabables.

Mis ojos se deslizaron por todas partes hasta recordar como antes sonreía por si solo mientras observaba algo que estaba en su mano, así que hice lo mismo y me fije en su anillo, espera espera ¡un anillo!, ¡tan solo quería algo para sacarle tema, no salir yo el sorprendido!

-oye, oye ¿Qué es eso?-exclamé mientras trataba de no pensar en algo fuera de lo normal-metí las manos en el bolsillo esperando impaciente una respuesta suya.

-¿que?-por su expresión facial parecía no entender nada pero al fijarse en lo que estaba observando de mala racha entendió a lo que me refería-.¡ah si esto!-mi hermano el bobo, levantó la mano aún mas enseñándome el anillo mientras esa sonrisita aparecía en su rostro.

No me jodas, pensé, has caído soldado.

Alcé la ceja izquierda de forma alucinante, soy yo o es que he estado demasiado tiempo fuera o es que le han lavado el cerebro a este?

-Verás Austin, durante tu ausencia han pasado muchas cosas y unas de ellas es-ahí va pensé-.Me he comprometido-añadió sin rodeos-. Y pronto voy a casarme.

Parpadee dos veces mientras seguía flipando con su respuesta , aún estaba tratando de entender ¿Qué clase de hechizo le han puesto a mi hermano? Y sí debería reírme por lo que decía o ponerme histérico ¡estaba de broma al parecer!, habla de matrimonio ¡esto si que es gracioso! Que yo sepa Jacob, el apuesto joven hombre de negocios Jacob Hudges nunca pero nunca ha estado en otro sitio que no fuese el trabajo o la mansión y ahora me viene con esto.

Vuelvo a mencionarlo, he estado demasiado tiempo fuera de esta mansión que ya incluso este hace lo que le plazca.

-¿bromeas no? ¿Matrimonio? ¿Casarte? ¿Un miembro nuevo en esta familia?

-correcto-se lo tomo con toda la normalidad del mundo-. Estoy muy enamorado de ella, Austin, además todos en la familia lo saben solo esperábamos a que regresaras para que te lo dijese pero como me has hecho hablar pues ya lo sabes.

Su actitud y su forma relajada de hablar me ponía nervioso, ¡a saber que clase de chica le ha vuelto loco la cabeza y lo tiene bajo sus pies!

-oye, Jacob-Interrumpí su momento de palabreo-. ¿Hablas enserio?-vuelvo a preguntar ya que mi mente no entendía nada de nada.

-tranquilo hermano-Se acercó a mi-. Verás como la amarás a ella y a su hermana-añadió como lo más normal y pacífico del mundo.

Haber haber ¿Cómo que ella y su hermana? ¿Qué clase de individuo, ser vivo o chica se han apegado a mi hermano para tenerlo así de pilladlo? No se ni quienes son pero solo hay una cosa, haré todo lo posible por echarlas de aquí en el momento que entren, ¡venga ya, ya lo que me faltaba! Dos extrañas en casa creyéndose las dueñas y haciéndole la vida imposible a mi hermano eso si que jamás de los jamases.

-vale Jacob, no te preocupes que tranquilo, estoy-eres tu el que no lo esta.

            
            

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