Capítulo 10 Adiós a mi dignidad

Ela:

Y pensar que una vez pensé ¿que pasaría sí nunca hubiese sido así sino de otro modo?. Sin embargo, a pesar de pensarlo, nunca obtuve respuesta.

Se lo tenía merecido, punto.

Me da igual lo que piense, como si quiere lanzarse por un puente, amenazarme a muerte o incluso alguna otra locura, pero ¡se lo estaba buscando el solo!. Se piensa que por haberme hecho pasar por aquella humillación y rato incómodo en el restaurante tras tirarme al suelo y pasar de mi, se lo iba a perdonar, pues obvio no. ¡Que estamos locos!.

La verdad es que tuve bastante suerte al asomarme de mi balcón y ver su cutre deportivo muy cerca de casa, al principio pensé que no era suyo pero al fijarme bien me di cuenta que si y es ahí cuando se me ocurrió la idea loca de coger un cuchillo, bajar a rallarlo y como regalo, desinflarle una rueda.

Estará muy contento con mi regalo seguramente.

Vale, se que me he pasado un poco demasiado, pero lo hecho hecho esta además no tengo porque sentirme mal en ningún momento, el ha empezado todo esto y es el, el quien se le ocurre aparcar su coche muy cerca de mi vista así que, no he podido evitarlo.

Viendo detenidamente como este estaba desesperado yendo y viniendo al lado de su coche, me parecía bastante gracioso en parte y me daban unas ganas de salir y restregárselo todo a la cara, pero sabía que si lo hacía, me estaría pasando tres pueblos así que me quede en un banco algo alejado y bien escondido de la zona de aparcamiento. Pude escuchar su forma de amenazarme con ese constante palabreo suyo así que no pude evitar no imitarlo de mala manera.

Un pequeño silencio se formo después de que este se callara de tanto griterío y amenazas, me fije que estaba viendo el parabrisas entonces supuse que había encontrado esa cartita, tan bonita, que le había dejado.

Vi como la abría y la observo detenidamente dandole la vuelta por ambas partes y luego partiéndola en pedazos, no se porque pero su actitud ante todo era bastante normal, haber si, se ha puesto a gritar al ver su coche, insultarme y todo, pero no se me esperaba más, no se porque pero de repente me sentía intranquila, mi corazón golpeaba muy rápido, tal y como lo hace cuando entro en ansiedad.

Los segundos iban pasando en ese abrumador e incómodo silencio a medida que esperaba a que este se fuese de ahí o algo para ir a casa porque si mi hermana llega y no me encuentra, se lia pero bien.

Aunque pensándolo dos veces, mi hermana a estas horas no vendrá sobre todo estando con Jacob Hudges, ah ese novio suyo, ¡que suerte tienen algunas!

Pensé mientras miraba de mala gana al Austin, este que fijaba esos ojos suyos en el móvil mientras una de esas sonrisas malignas de su rostro salía por si sola, de la nada levanto la mirada poniéndola en mi dirección en ese entonces sentí la tensión de estar al borde de la muerte.

Por un momento creí que me había visto he iba a saltar con su insoportable griterío y tal. Aunque me percaté de que se estaba fijando en un coche que se aproximaba un Audi R8, y resulta que... ¡era el mismo que el del loco ese del taxi!

Ante tal sorpresa me acerque un poco más para ver mejor si estaba soñando o es que estos dos, se conocían.

Sin embargo, resultó ser cierto, ya que el loco del taxi bajó de su auto y camino hacía el, su vestimenta era bastante diferente a la de ayer, se notaba que era otro pijo rico con esos jeans rotos azules una camiseta negra básica pero se nota que era de marca combinados con unas Nikes blancas.

Su mirada se fijo en el engreído, el cual al momento estallo en más gritos en mi contra a medida que yo me contenía para no salir a darle un pedazo de espectáculo que iba a acabar peor que el que ya le había hecho, tras una pequeña conversación la cuál no pude escuchar vi como ambos se subieron al Audi del que acababa de llegar y desaparecieron del barrio totalmente dejando un coche de más de cien mil dólares ahí tirado en la nada.

Saliendo de donde estaba, camine en dirección a mi casa, en donde me fije por un segundo en el coche y si digo la verdad...

Me había pasado un poco, ahora que lo veo más detenidamente y lo pienso.

Nah, es rico, se comprara otro en cinco minutos. Tampoco es que vaya a acosarme para que le compre yo uno, ¿o sí?

Espera, espera ¡Dios mío! ¿Y si hace eso? Si me obliga a trabajar para el o algo peor.

Joder no, no, no.

Dirigiéndome a casa, subi el ascensor, entrando a casa rápidamente me tumbe en el sofa y traté de organizar mis pensamientos por un par de segundos.

Haber le había arañado el coche, desinflado una rueda, estropeado el móvil con un cafe que le derramé.

Mientras que él...

Me había empapado con su coche, paso de mi cuando lo hizo, me derrumbo en medio de un restaurante, tuve que volver a casa con una sandalia y media

Definitivamente lo que me hizo él es peor.

Levantándome para irme a dormir tras ordenar un poco mis pensamientos y que es lo que estaba bien y lo que estaba mal. Oi la puerta, supuse que era mi hermana ya que al darme cuenta, esta se había dejado las llaves en casa.

Caminando a la puerta, abri con prisas que no pude ver la cara de mi hermana ni como estaba, pero al hacerlo me lleve la peor sorpresa que podía haberme esperado.

-¿Que diantres...-su mano se colocó en mi boca provocando que no pudiese seguir mi frase la cual eleve un poco el tono con ella.

No podía creerlo, ¿de donde había salido el escorpión engreído?

-Shh, ni una palabra-su mano apretaba forzudamente mis labios para evitar que dijese nada mientras que sus ojos se fijaban en mi de una manera que podía sentir esa oscuridad que había dentro de aquellos ojos tan luminosos entre azul y verde. Su serio rostro y la mandíbula apretada a medida que trataba de que no me vuelva loca cuando soltará su mano, hizo que acabáramos empujados contra la pared. Me empujó contra la pared, sintiendo su cuerpo encima mía y esa tensión de odio y rencor que había entre nosotros por los aires-. Piensas ahora que ¿yasta?-exclamo en la misma posición sin mover ni un solo dedo, mientras que yo sentía mi corazón golpearse bastante fuerte desde adentro-. Voy a quitar la mano, como hables, recurriré a otra cosa , ambos no queremos eso pero lo voy a hacer, incluso llegaré a más que eso, te has pasado tres pueblos con lo que haces así que tendre que hacer lo mismo-la confianza en sus palabras me estaba haciendo plantearme por un segundo en donde me estaba metiendo y como cojones había llegado a mi casa cuando supuestamente se había marchado con el otro loco del taxi.

Sin dar ninguna reacción a lo que dije me mantuve tal y como estaba y este fue quitando su mano poco a poco, sintiendo sus ojos aún en mi y su forzudo cuerpo apegado tanto en mi.

-bien.. como iba diciendo ¿estas loca o que coño te pasa? Te has pasado necia, demasiado esta vez, no te creas que con lo que has hecho yasta, te vas a librar de mi

Sin responder a lo que estaba diciendo me sentí por un momento algo exhausta ya que la manera en la que me estaba dirigiendo la palabra era un poco pasante de tono y no iba a permitir que hiciese eso.

-¡no me grites!-levante un poco el tono, fue entonces cuando sentí su mano golpear la pared muy fuerte poniéndose cerca de mi rostro acumulando más odio en su mirada amenazante y asesina, ahí volví a sentir esa sensación.

-¡te he dicho que no hables!-su tono amenazante me envolvía sobre mi misma tratando de defenderme de algún modo pero viéndolo del modo que fuese yo me lo había buscado-. ¿Se puede saber quien coño te crees? ¿Tu ves normal lo que has hecho? Porque podría perfectamente aplicar mis propios métodos y te aseguro que te cagas.

A medida que iba hablando sentía como se ponía el mismo nervioso y fijaba sus ojos en otro lado alejándose de mi poco a poco como si sentía algo que le hacía sentirse mal.

-Otros métodos como cuales-respondí desafiante

-No quisieras saberlo, chata necia.

-Te aseguro que sí-una pequeña sonrisita salió de mi al recordar algo.

-¡No me provoques! ¡Que me vas a encontrar!-senti como sus ojos se ponían rojos ante lo que estaba insinuando.

-¿Y si lo hago que? ¡Es que no tienes los cojones de afirmar que cuando estas cerca de mí te recuerdo a Elena verdad! ¡Esa chica que estabas loco por ella y se follo a otro en tu puñetera cara dejándote de lado!-nada más mencionar lo que dije su rostro cambio completamente agachando su mirada al suelo.

-¿Quien coño te ha dicho eso?-su grave voz resaltó por toda la casa-. ¡Responde joder!

Su presión en mi me resaltó por un segundo dentro de mi pero entonces seguí hablando.

-No te lo voy a decir-respondí fija y segura de mi misma-. Ah y además, aunque no se mucho de esto pero, una chica cuando se aburre de su novio, simplemente le hace los cuernos mirándole a los ojos, mientras que él, muy inocente, sin saber nada.

Te he dado, escorpión engreído y donde más duele.

Mis labios sonreían de manera creída al no evitar su mala respuesta y sin saber este que decir ante lo que le había dicho.

-¿Que? ¿No vas a decir nada? Oh ¡es que duele! Pobrecito, pero ¡no me has dejado otra elección! ¡Y ahora fuera de mi casa y que no se te ocurra volver a hacer lo que hiciste sino, no sabes de lo que soy capaz!

Este sin mencionar nada más parecía totalmente diferente nada comparado al engreído que estaba viendo hace pocos segundos a punto de matarme, pero le había dado en su punto débil, el cuál supe por alguien a través de un largo mensaje que recibí antes cuando estaba viniendo a casa después de lo que me hizo en el restaurante.

Observando cómo abría la puerta, como amable y gentil que era decidí despedirme.

-Adiós, ¡nos vemos!-yo misma me estaba buscando al parecer la guerra.

-Disfruta de lo que haces niñita, ya te daré yo, pero no solo por delante sino por detrás de lado y de frente. Acuérdate de esto.

Sin mencionar nada más salió de casa tras darle un portazo a la puerta.

Por un segundo pense en su última frase antes de salir pero me percaté de que solo eran palabras, no hechos.

Hice bien en escuchar la conversación de algunos de los de mi clase sobre él y así darle por saco durante un tiempo.

Dirigiéndome a mi habitación sintiéndome invencible tras encontrar el punto débil de este capullo, me tire sobre la cama, suspirando mientras pensaba en el mensaje que me llego ¿realmente me parecía a la ex de este bobo? Por un segundo me entró la curiosidad de buscar a esta tal Elena, y como la curiosidad mato al gato, acabe por agarrar el móvil y meterme a buscar un poco en Instagram, abriendo este mismo puse su nombre, nada más el nombre me salió el primer perfil.

Elena Stones

Era ella, la ex del capullo este, su apellido era el mismo que mencionó el texto que me llego de manera anónima. Pinche en su perfil, esta lo tenía publico le seguían unas cincuenta mil personas, bastantes para no ser un personaje público, o sí lo era, bueno me fije en las fotos que tenía obviamente esta chica me daba millones de vueltas, solo la forma de vestirse con vestidos tan carísimos y relucientes que mostraba toda su figura de modelo, me hacía sentirme aludida cuando me comparaban con ella. Fijando mis ojos en su rostro, a decir verdad, si teníamos un parecido si la mirabas de mas cerca, sus ojos verdes eran como los míos, su rostro era tan blanco como mío aunque el suyo era más reluciente y brillante, ¡incluso su cabello era castaño con tonos rubios!

Vaya, no me lo esperaba sinceramente. Le di seguir simplemente porque me apetecía, nada más, lo curioso era su novio. Este se llamaba Orson Decker, era rubio alto con unos ojos castaños oscuros tez algo morena y un rostro casi siempre serio en las publicaciones que hace con ella. Eso es lo que me parece curioso su seriedad en las fotos. ¿A que se viene eso?. Mis pensamientos se confundieron por un segundo al sentirme un poco mal por lo que había hecho, mierda, ¿porque tuve que mencionar eso? Al fin y al cabo este engreído por más insoportable creído, idiota, sin pocos modales etc. Estuvo enamorado de esa chica y sigue enamorado de ella, porque su actitud tan enfadada no muestra para nada que ya la hubiera olvidado.

Suspirando al pensar en lo que me podría esperar para mañana sali del perfil de la chica y me metí en reels de Instagram para echar un vistazo por encima antes de dormir, fijandome en los videos que subía la gente, me pare en un uno en concreto.

Dios, dios, dios ¡esa era yo!

No, no, no ¡mierdaaaa!-grite por toda la habitación al ver que en ese video salía yo, con las pintas de antes caminando con una sola sandalia y hablando por mi sola.

-Austiiiiiinnnnnn, ¡me las vas a pagar estupido de mierda!

                         

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