Capítulo 9 ¡En tu cara!

Austin:

No todas las personas pueden ver la luz de la oscuridad que existe en el dolor de una persona ajena.

Después de dejar a esa necia tirada en el suelo, me fui adentro dejándola con la furia en el aire, ya que podía sentir como estaba a punto de fusilarme tras el acto que hice, pero que iba a hacer ¡se lo merecía! y además, acabo de empezar por lo tanto aún falta mucho.

Entrando al restaurante que mi hermano me obligo a venir, me di la vuelta por un segundo y no pude evitar no reírme, parecía una de esas que viven en las calles pero con un vestido elegante y ojos bonitos, ya que la forma en la que caminaba con una sandalia en la mano me parecía bastante cómico, dejándola a su rollo, caminé hacia dentro, donde unas chicas que estaban ahí me sonrieron y no pude evitar no hacerlo también, se notaba que les daba ganas pero no estaba para ellas en este momento así que me puse serio y seguí mi camino. Aunque, en el momento, me detuve, dándome la vuelta, retrocedí sobre mis pasos, pero no para esas chicas que ansiaban por hablarme sino porque se me había ocurrido una idea.

Saliendo del restaurante tras dos llamadas perdidas de mi hermano, y un montón de mensajes preguntándome donde estaba, pase de esto y decidí seguir a la necia ojitos verdes, se le veía caminando por la carretera con una sandalia de plata en la mano y otra agarrando el vestido, me pareció curioso como una chica tan poco atractiva y según lo que entiendo, de poco rendimiento económico llevé algo de ese estilo, no estoy juzgando a nadie.

Pero a ella sí.

Así que decidí actuar, saque el móvil del traje que llevaba y encendí la cámara, la grabe con esas pintas a medida que hablaba y caminaba como una loca sin hogar, mientras lo hacía no podía evitar no reírme aunque hubo un momento en el que casi me atrapaba pero no lo hizo ya que no me vio, después de eso, me asegure de guardar el móvil y tras mirarla por ultima vez mientras se subía en un taxi regrese al restaurante.

Ya se lo dije, no estará tranquila mientras este yo. Pensé al verla en un estado cansada , ella quiere guerra entonces es lo que le estoy dando.

Aunque en parte, no se porque pero quiero más que guerra con ella, es muy similar a Elena en todas sus actitudes y quiero, quiero saciar mi odio en ella a pesar de que no sea Elena pero quiero hacerlo.

Dando media vuelta regresé al restaurante, ahí estaban mi hermano y su novia, la cual según recuerdo se llamaba Lauren, para no parecer un egocéntrico fui y me senté en una silla delante de ellos amablemente la cual al parecer alguien estaba sentada en ella antes, deberá de ser la hermana de esta, ya que dijo que también estaría, pero no la veo por ninguna parte. Total, mi hermano sonrió al verme presentarme con ellos y no pude evitar no fijarme en la sorpresa de Lauren nada más verme, al parecer no se esperaba lo que veía, tal vez se imaginaba a alguien más soso como mi hermano y no un chico de veinte años guapo vestido en traje e inalcanzable (la expectativa) y la realidad un cabrón que me dedico a pasarme todo por donde me sé y nunca dejarme ganar por nadie absolutamente nadie.

Salude a la dama que acompañaba a mi hermano con dos besos en las mejillas y mientras lo hicimos esta me dijo algo en el oído

-eres bastante diferente en todos los sentidos a lo que me contó tu hermano- su mirada era distinta me observaba con aprecio y simpatía, por un momento recordé a mi madre cuando me compara con mi hermano elevándome a mí más la autoestima dándome aprecios positivos en torno a él, pero claramente Lauren no se refería a eso ni mucho menos, trata de ser una de la familia HUDGES, así que tratara de todos los modos para ganarse un sitio en mi corazón,

Sin embargo por más que lo intente, a mi me da lo mismo, ni ella ni nadie va a conseguir nada, ya que no queda ningún corazón que se pueda amar solo, dolor y trozos partidos-. Encantada Austin-añadió al despegarse de mí y volver a sentarse. Ante su presentación solo fingí una sonrisa ya que si esperaba que le digiera el placer es mío o algo así, estaba equivocada.

-bueno ahora que ya os conocéis, honramos con acompañarnos hermano-exclamo Jacob dándome señas con los ojos de manera brusca para que me siente-. ¿Quieres algo para tomar?-añadió

-si-respondí-trae lo que sea con que me sacie

-vale-el camarero se acercó y Jacob le pidió que trajese cerveza para tres, después de que este se fuese un pequeño silencio se formó entre nosotros a medida que yo intentaba sacar un cigarro, pero este me fulmino con la mirada dándome señales de que no lo hiciera. Aunque, se perfectamente a lo que trataba de llegar con todo esto. Quería hacernos parecer frente a su novia que éramos la familia perfecta y muy feliz. Pero eso de familia nada vamos, todo ha cambiado en mí, por más que mi madre o él traten de arreglarlo no lo logran ya que no se puede volver a arreglar un cristal que esta roto.

Poniendo los ojos en blanco guarde el cigarro, y me fije en Lauren, esta era bastante atractiva, su vestido rojo hasta la rodilla le hacía parecer muy sexy, su cabello ondulado castaño era bastante largo y nada que decir sobre sus ojos, eran bastante bonitos, verdes, también similares a los de esa necia, cuyo nombre ni se ni debo saber, quien me recuerda esa x persona que no quiero mencionar más.

-¿bueno cuéntame Lauren?¿ a que te dedicas?-fue una pregunta repentina pero se lo tomo bien y por extraño que parezca mi hermano también. Una pequeña sonrisa se formo en su rostro antes de hablar.

-bueno, soy secretaria en la empresa de tu hermano y también soy gerente de finanzas en las empresas de tus padres-vaya, la verdad no me la esperaba así pero se ve que tiene una buena posición pero eso no quita que es la secretaria de mi hermano y seguramente se ha apegado a él a posta, podría haberlo echo en mí, que soy más atractivo, pero desafortunadamente, no me gustan mayores.

-¡vaya!-me hice el sorprendido-. Se nota que tienes gran vocación, te felicito-volví a mencionar mientras le daba un sorbo a mi cerveza y me fijaba en estos dos tortolitos más que enamorados-. ¡ah por cierto!, Jacob me dijo que tenías una hermana, ¿Por qué no la trajiste?-pregunte

-el caso es que ella ya estaba aquí solo que se encontraba mal y se fue a ella le hubiese gustado mucho conocerte, sois de la misma edad- No se a que quería llegar con sus palabras, pero no, no.

-otro día será-no se porque pero quería pirarme de aquí cuanto antes, no he vuelto aquí para estar hablando con esta sobre tonterías-. Bueno Lauren ha sido un placer conocerte, y de nuevo felicidades-acabe por levantarme tras hacer un gesto de despido con ambos y salí mi hermano que parecía conforme con mi actitud me dijo que nos veíamos en casa.

Saliendo escuche al camarero hablar con otros más sobre una pedida de matrimonio o algo así así que no pude evitar no acercarme, para escuchar un poco. El gordito que hablaba mencionaba que mi hermano, bueno Jacob Hudges tenía preparado una sorpresa de pedida de matrimonio para su novia y que él les dio la señal de que a las diez preparasen todo y saliesen con la música. También menciono de que el anillo estaba guardado en la habitación de abajo, por lo cual no pude evitar no introducirme nuevamente en el restaurante sin que mi hermano me viese y entrar adentro, en el camino me crucé con una camarera y a mi mala suerte me vi puesto en una mala situación.

-Disculpa, este lugar es parte del personal ¿esta buscando algo?-por un segundo me fije en ella y vi que era presa fácil.

-Bueno, depende como lo quieras interpretar-me acerque a esta sintiendo como sus ojos se volcaban sobre si mismos sin ni siquiera tocarla, ya desde la vista estaba más que mojada-. ¿te apetece un buen rato?-le ofrecí al apegarla contra la puerta de una habitación mientras acariciaba su muslo derecho para darle más placer, no lo hacía porque me apetecía acostarme con una camarera sino que lo hacía por mi necesidad de esto.

-Si... quieres..-un suave gemido salió de su boca mientras se iba quitando la blusa del trabajo quedando en aire su ropa interior, tratando de acercarse a mi boca, planto sus labios con los míos en un feroz beso mientras tomaba el control y se aferraba a mi, me gustaba como actuaba por lo cual un par de minutos no iba a matar a nadie, introduciéndome con ella, en el cuarto exterior donde estaba el anillo que mencionó el camarero fofo, cogí a esa chica en brazos y mientras me agarraba del pelo y me besaba sin control, la muy cabrona, aproveche para coger aquel anillo, de diamante que brillaba desde una esquina. Ya con lo que quería, baje a esa chica de mis brazos, para detenerla pero no pude ya que este seguía besándome. Sin embargo, como ya tenía lo que quería, voy a darle a ella lo que quiere. Tumbándola en el sofá de aquel cuarto, me quite la parte superior del traje dejando mi torso desnudo, acabe por quitarle el sujetador de un agarre dejando sus pezones al aire. En el instante sentí sus manos encima de mi pantalón, la muy puta iba directa, sentí como trataba de bajarme el pantalón pero, no le dejé en el instante la detuve.

-Hasta aquí llega la cosa-añadí y salí rápidamente del cuarto tras oír palabras de gente acercarse, vistiéndome de nuevo, escuche como unos dos hombres parecieron dar un grito de susto que tras ello la puerta se cerró, no quise suponer que podría estar pasando después de eso, ya que me la tuve que distraer a esa camarera por que me vi en un aprieto.

Con el anillo en la mano, salí del restaurante, subí arriba a mi auto y viendo como mi hermano se le veía intranquilo, en parte me sentí mal por él, pero no, no debía sentirme así, saliendo del restaurante, lancé el anillo por ninguna parte y luego subí a mi coche.

Lo siento Jacob, hoy no le vas a pedir matrimonio.

Saliendo de ahí, me fui al bar, hoy era el día a las doce de la noche la mercancía iba a estar lista por lo tanto debía de estar a tiempo.

Llegando al lugar, este estaba hoy cerrado, y era por una buena causa además de que también se lo dije a Jeff. Caminando hacia el aparcamiento trasero, me encontré a Jeff con dos hombres los cuales contenían dos furgonetas aparcadas una al lado de otra. Lo bueno de esto es que había más coches por lo cual no iba a ser demasiado sospechoso, me di la vuelta sin exagerar para asegurarme de que no había nadie por el alrededor ni ningún periodista loco que se pasan las horas del día siguiéndome.

Tras eso, me acerque a ellos, Jeff estaba bastante calmado, se nota que no había ningún problema y eso me alegra, Robert estará contento con nosotros.

-¿ Y bien?¿como esta todo?-pregunté introduciendo mis manos en el bolsillo del traje que aún llevaba puesto

-en orden, todo en orden Austin-añadió Jeff a medida que sacaba un taco de dinero y yo otro para entregárselo a los que se encargaron de traerlo todo.

-dos mil dólares-entregó Jeff al forzudo de la izquierda y este lo guardo sin añadir más.

- lo mismo-añadí al darle al otro lo suyo. Estos conformes con lo que tenían, se dirigieron a sus respectivas furgonetas-pss-les llamé desde lejos-. Ni os he visto ni me habéis visto ¿si?- asintieron con la cabeza y esos se fueron. Tras ello me apoye en la pared de la discoteca a medida que Jeff parecía a punto de saltar de la alegría.

- No me jodas Austin si vendemos esto vamos a ser ricos no lo siguiente-. Jeff parecía a punto de volar por la alegría que sentía y a mi la verdad, el dinero me da lo mismo, soy millonario me da igual el dinero, yo hago esto, porque fue lo único que me saco del abismo en el que estaba en Irlanda, Ronald y compañía fueron los que realmente les debo una y estoy dispuesto a todo por ellos, además, traficar drogas me hará ganar más poder del que ya tengo, por lo tanto en parte si importa el dinero.

-esto es solo el principio Jefferson-entrando adentro nos dirigimos a la sala especial que preparamos para ello, la cantidad de droga, cocaína entre otras era inmensa a saber cuantos millones o más había aquí además de que también la sensación que se siente al beberte esto en una bebida a parte de drogarte, te hace sentirte bien, feliz por un tiempo aunque luego estes peor, pero por un momento de felicidad artificial lo doy todo, esa es otra de las razones por vender drogas, quiero que la gente sienta lo que siento y que al inhalarlas o beberlas sientan esa felicidad y sean ellos mismos.

A pesar de que las drogas me ofrecen su mundo a cambio de destruir el mío, me da lo mismo, porque que yo sepa mi mundo se destruyo mucho antes sin consumir drogas y que ahora estas me den su mundo, podría ser un milagro por el que este vivo.

Desde que he estado en Irlanda, he tenido que tomar riesgos para mi vida que nadie se podría imaginar y nunca me he abierto de tal modo con nadie pero la cantidad de exceso y ruina en la que me he encontrado en varios momentos de mi vida me hacen pensar el porque tener que haber pasado por tanto con la edad que tengo.

-Jeff te dejo aquí como siempre, a lo mejor en estos días no vendré, tengo unos asuntos que tratar, cualquier cosa, me avisas-añadí a medida que me bebía un trago de vodka.

-¿ y eso? ¿algún problema?

-bueno, por donde empiezo, mi hermano el loco quiere casarse con una que va de rica, hay una en la universidad que al parecer me va a causar muchos problemas esto y a saber que más viene.

-ay drama juvenil-añadió tomándose la cosa de broma.

-¿Qué juvenil ni que ni dramas?, a mi las mujeres no me van a amargar la vida más de lo que esta, con esa de la universidad, parece que me tiene ganas y si es así, se las daré. La de mi hermano parece que tiene algo en mente porque es muy rara, su actitud es rara. Ambas me molestan y eso que no tengo nada que ver con ninguna.

-tranquilo tronco, no te dejes llevar por las mujeres, nunca se les entiende

-uff ni te digo-exclamé recordando a Elena.- bueno ya me piro, nos vemos- agarrando mi chaqueta salí del bar, dirigiéndome a mi auto que lo deje en un par de barrios más lejos, dubitativo caminaba en silencio, todo estaba tan tranquilo y eso me molestaba, no soporto la tranquilidad, es algo que me desconcerta porque siempre que estoy tranquilo es porque algo malo esta por suceder.

Y sí, lo malo es ella, otra vez la niñita esa no se de donde salió pero apareció enfrente mía saliendo de prácticamente ninguna parte. No se porque pero pensé que realmente me estaba siguiendo o tenía alguna obsesión loca conmigo.

Que yo sepa nunca me he acostado con ella ni con ninguna similar para que se ponga dramática en un plan crucial de venganza. Así que en parte, prácticamente esta loca.

-no me jodas-añadí fulminándole con los ojos-¿tu otra vez? ¿Qué ahora me sigues o como?-alcé un poco la voz para que esta se fijara en mí, pero en el momento que hable esta parecía ignorarme completamente-. Ehh ¡te estoy hablando!, ¡no me ignores!- para colmo no parecía tener las molestias de contestarme y solo continuo su camino sin decir nada. Por un segundo, pensé en que mosca le habrá picado a la loca esta, pero entonces entendí el porque.

Al girarme y fijarme en mi deportivo, ¡este estaba arañado y una de las ruedas desinfladas!.

-¡venga ya!-alcé el tono más de lo debido-.¡esta vez si que te has pasado! ¡de que vas ehh esque quieres morir o que!-me di la vuelta para confrontarla pero esta no estaba, la muy cabrona ya decía yo el porque de que no respondía a mis insultos hacia ella.

Caminando un par de pasos hacia delante tratando de buscarla, no la encontré en ningún lado, el rencor que le tenía en este momento era más grande todavía, ella quiere drama y problemas pues yo le voy a dar guerra.

-¡escúchame donde quiera que estés!¡esto no termina aquí necia!, recuerda que me verás en la universidad y lo lamentaras, ¡te lo advertí, no sabes con quien te metes!-las palabras que salían de mi boca fueron tan graves y en ellas estaba recogido todo el enfado que ahora me mantenía con la esperanza de que me haya escuchado, volví a mi deportivo y le eche otra vez un ojo por encima-dios ¡es esto una prueba tuya o como! ¿Por qué se te ocurre ponerme en mi vida a semejante psicópata?.

Con lo a gusto que estaba hace rato porque nuestra primera entrega haya resultado positiva esta aparece y lo estorba todo, me parece a mí que tengo que actuar de otro modo con esta.

Sacando el iPhone antiguo que tenía, el cual estaba usando de mientras que me compraba otro porque el que tenía, ya se había ido y de quien era la culpa ¡de la misma maniática que ha destrozado mi coche!, marque el numero de Asher.

-¿Qué pasa Austin algún problema?- por detrás de la línea se escuchaba palabreo de chicas con música alta por lo que supuse que este estaría en una fiesta.

-si y no solo uno, sino una.

-¿Qué ha pasado?

-la necia esa, me ha rallado el coche y desinflado una rueda, así que vienes a por mi o acabo por hacer alguna locura y la saco del lugar en el que este ahora y se las ve conmigo.

-esta bien tranquilo, ya sabía yo que esto no iba para bien.

-ni lo repitas-suspire tratando de calmar mis nervios.

-espérame ya voy.

Tras cortar la llamada, me apoye en una pared cerca de mi coche mientras trataba de relajarme y que no cunda el pánico conmigo por que sino se iba a liar pero buena. Desviando mi mirada otra vez al auto, me di cuenta de algo, en el parabrisas había algo, una pequeña nota.

Muy gracioso lo tuyo, aquí tienes, ahora estamos empatados. E

Arrugando el papel, pensé en lo inocente que era esta chica, no sabes con quien estas jugando Ela, lo oscuro con la luz no tienen nada que ver al igual que tu y yo, así que ahí lo dejo...

            
            

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