Esperanza
img img Esperanza img Capítulo 5 La misión
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Capítulo 9 El beso img
Capítulo 10 El despertar de Afrodita img
Capítulo 11 Pasión en el infinito océano estrellado img
Capítulo 12 Silencio img
Capítulo 13 El otro lado del silencio img
Capítulo 14 Dudas img
Capítulo 15 La voz interior img
Capítulo 16 Medidas desesperadas img
Capítulo 17 El sueño img
Capítulo 18 Perdón img
Capítulo 19 La diosa de la guerra img
Capítulo 20 Llegó la mañana img
Capítulo 21 Esperanza img
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Capítulo 5 La misión

Elegido.

Se ha terminado el tiempo y al fin ha llegado el esperado día de su partida. Atienda bien a las instrucciones de la misión.

Como bien sabe, la humanidad está a un paso de la extinción debido al «humanicida», el virus letal que se liberó en la atmósfera por error hace un año aproximadamente. Un desafortunado accidente que ya ha costado la vida a millones de personas a lo largo y ancho del globo. Unos pocos humanos como usted, han resultado inmunes a las cepas más comunes del virus, pero debido a su impredecible capacidad de mutación, no podemos arriesgarnos a que se genere una variante nueva e incluso ustedes lleguen a desarrollarlo, por ello hemos realizado la selección de los especímenes óptimos. Sujetos excepcionales que permitan poder perpetuar a la especie humana en algún lugar indefinido del vasto universo donde no exista la exposición a este peligroso patógeno.

Seré franco con usted. Se trata de una misión desesperada y no carente de riesgo, pero es la única esperanza que nos queda. Una esperanza que como usted podrá deducir, a quienes nos quedamos aquí no nos aporta más que una diminuta chispa de ilusión para hacer menos dolorosos estos últimos días de vida que nos quedan por delante.

Mañana mismo partirán sin un destino fijo en la mayor aeronave autónoma jamás construida por la humanidad. Un transbordador financiado gracias a los fondos y tecnología que se han sido donados por grandes corporaciones que ahora ya no sirven para nada. La realidad a la que tendrán que acostumbrarse es que generaciones y generaciones de ustedes tengan que vivir allí encerradas, hasta que algún lejano día alcancen un nuevo planeta en el que poder enraizar. Esa nave será el único hogar que conocerá su descendencia.

Piénselo, un viaje de estas características es algo que siempre habíamos creído fantasía o ciencia ficción, pero las situaciones desesperadas requieren soluciones desesperadas como esta a la que nos encomendamos.

En principio y para poder extender el tiempo de viaje lo máximo posible, usted será el encargado de realizar el despegue y del mantenimiento de la aeronave hasta que esta haya alcanzado una ruta segura. Cuando esto ocurra, deberá criogenizarse al igual que lo está el resto de la tripulación. Calculamos que el letargo en el que se verán inmersos durará varios cientos de años. No teman, la avanzada inteligencia artificial de la nave les sacará del letargo cuando estime que han alcanzado un sistema solar que cumpla las condiciones necesarias para albergar nuestra especie, aunque como usted ya sabe no existe ningún tipo de «I.A.» infalible, y a pesar de la ingente cantidad de datos que esta maneja, entra dentro de las probabilidades que a partir de ese punto les toque a ustedes el capitanear la búsqueda de un nuevo hogar. Cuando hayan despertado toda la responsabilidad de la misión recaerá en vuestras manos. Es algo en teoría sencillo de comprender con solo citar un pasaje de las sagradas escrituras católicas: «Creced y multiplicaros». En el interior de la nave tenéis todo lo necesario para que el esperanzador futuro que todos deseamos pueda ser una realidad algún día, pero le remarco que será misión de ustedes que el objetivo de este viaje llegue a buen término.

Muchas gracias y suerte.

Atentamente:

El presidente de los Estados Unidos de la Tierra

I.M.

«Ha llegado nuestra hora».

            
            

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