Capítulo 8 7

-No espera- dice tomándome del brazo - perdón mi hermano es un idiota-

-Pues veras ese idiota tuyo me gusta- pienso de nuevo lo que acabo de decir -y no tengo que darte explicaciones así que me voy- tomo cada una de mis cosas y salgo apresuradamente del lugar.

Corrí rápidamente, hasta intentar tomar un taxi, comenzó a llover y me comienzo a desesperar, odio mojarme, odio hacer las cosas sin pensarlas antes, ¿Por qué deje que me besara? A mí no me gustan las mujeres.

Últimamente ni yo me entiendo a mi misma..

-Así que te gusto- dice Luis intentando seguir mis pasos

-tingi nivia- digo intentando imitarlo -aléjate de mí plis- digo subiéndome al taxi.

Me dirijo a la plaza del centro, Sergio siempre está ahí tiene un pequeño local de comida, me gusta estar ahí con él, es divertido observar a la gente que compra allí.

-¿Qué te pasa? Porque viniste tan temprano- dice terminando de preparar una hamburguesa.

Solo lo miro, no contengo las ansias y comienzo a llorar.

-¿Estás bien?- la mira confundido -que pasa pequeña ¿sabes que puedes contarme lo que sea?- abre el refrigerador y saca una lechita de chocolate -toma te hará sentir mejor.

Lo miro divertida ¿acaso acaba de darme una lechita de chocolate? Que soy ¿una bebe? Definitivamente tengo al mejor amigo del mundo, así que tomo mi lechita cuidadosamente pero no respondo su pregunta.

-¿Acaso no soy lo suficiente claro?- me mira aun esperando una respuesta -que- me da un beso tomándome de los cachetes -te pasa.

- ¿Porque rayos me besas?- digo mirándolo directamente a los ojos.

-No lo sé, lo hago porque me preocupas- dice dándome palmadas en la cabeza como si fuera un perrito.

- ¿eres un idiota lo sabias?

- tu eres una idiota también- me sonríe y sigue preparando sus órdenes de comida.

Pase la tarde ayudándolo con su servicio de domicilio, toda la tarde andando en bicicleta entregando desde Tacos, Hamburguesas, Banderillas, Papas, etc, etc.

Al terminar el decide acompañarme a casa, se lo que me espera...

Fuera de casa nos encontramos con Luis es gracioso que ahora de repente de la nada los chicos quieran mirarme, es algo muy cliché y odio los cliches.