"Sí, hay uno a kilometro y medio de aquí. Es por donde está el río, donde ustedes iban de niños. Si recuerdas bien, había una pared de árboles y un cerco que daba a un frondoso bosque. Cruzando ese pequeño bosque frondoso hay un enorme claro. Porque lo preguntas cariño."
"El chico ese... el hermano de Karen que llegó, me citó en un claro. Y no sé como supo que había uno, si ni siquiera sabía a donde me había citado, pero ahora que me lo explican, ya sé como llegar. Lo único malo es la hora."
"A que hora te citó." Preguntó el abuelo apareciendo de la nada.
"Me citó a las seis de la mañana." Dije haciendo un puchero.
"Entonces, será mejor que te vayas a dormir, a ti cuesta un mundo levantarte temprano y si ese chico te citó a esa hora quiere que seas responsable."
Puse los ojos en blanco al oír eso. Aún ni lo conocía bien y ya me estaba generando dolor de cabeza. Pero no le daría en el gusto de verme débil. Iba a llegar a la hora como diera lugar.
"Abue por cierto... " Iba a preguntar por mi hermano, cuando mi teléfono comenzó a sonar. Al verlo sentí que mi ser se congelaba, no entendía porque tenía esa reacción. Sólo era una llamada...
Me puse de pie y me dispuse a salir de la casa para poder hablar por teléfono con calma. Afuera estaba ya nublado y casi pronto a llover pero no me molestaba.
"Bueno..."
"Mera... como... cómo estás. Estuve a punto de cortar la llamada, pensando que quizás estarías ocupada." La voz de Cris sonaba nerviosa, lo que me produjo un poco de incomodidad, aunque no entendía mi primera reacción del todo.
"Bien, aquí estamos. Me pillaste hablando con mis abuelos, por eso tardé en responder."
"Comprendo, lamento por interrumpirte... pensé que quizás no te llegaban mis mensajes o no querías saber nada de mi, por lo que intenté con una llamada..." Pensé en un segundo porque él habría creído eso, hasta que recordé el mensaje que me envió el día que llegamos aquí. Pidiéndome la dirección para venir a verme. "La verdad... sé que quizás no me creas del todo, pero no he podido dejar de pensar en ti Mera. No hay un día en que no te extrañe y eso que apenas hablábamos... pero cuando te besé aquel día yo..."
"Cris, disculpa pero apenas puedo oírte... Está comenzando a llover y se escucha entrecortado. Te parece si seguimos por mensaje..." Dije esperando que por favor me creyera. Fingí que se me cortaba la voz al hablar para que se viera más creíble y como si el cielo quisiera ayudarme, una lluvia torrencial cayó de un segundo a otro ayudándome con el sonido de fondo. El tema que estaba tocando me incomodaba un poco, por lo que prefería cortar de inmediato con eso.
"Mera... me escuchas... Demonios, justo ahora... Te escribiré por mensaje..." Iba a seguir diciendo algo más pero corté la llamada. Y también corté el internet de mi teléfono para que pareciera que perdí completamente la señal.
No había sido totalmente clara con él desde un principio y eso me preocupaba. No quería jugar con sus sentimientos tampoco, pero no sabía realmente como hacerlo. No era como que Cris me gustara, es decir... sí era guapo, nos llevábamos bien en esas semanas que compartió más con nosotros y... podía ver que era mucho más honesto que su hermano. Pero no quería caer en ese juego de estar con él, después de haber estado con Ian. Sería muy incómodo y siendo sincera, no quería una relación, no en estos momentos que mi vida se había vuelto un total caos.
La lluvia caía y caía siendo acompañada por una hermosa y fresca brisa que limpiaba la mente y el alma. No recordaba lo hermoso que era este lugar. O quizás no lo habría percibido con total claridad como antes, ahora todos mis sentidos estaban intensificados y podía sentir y ver las cosas desde otra perspectiva.
Iba a entrar a la casa cuando una figura parecía verse entre la oscuridad de la noche y la lluvia que caía. Pensé que fue mi imaginación pero el dulce aroma a sangre fresca llegó a mis fosas nasales. No sabía que podría sentir el aroma de la sangre humana sin siquiera estar expuesta. La figura era menuda y un poco más baja que yo. Sus pasos parecían indicar que venía a casa.
Intenté identificar a la persona que venía pero no lo lograba ya que venía con un enorme paraguas y una capucha mirando hacia el suelo, por lo que parecía estar más concentrada en los pasos que daba que lo que había al frente.
Cuando cruzó la puerta de la entrada al terreno de la casa, fue que la chica levantó la mirada y al verme abrió la boca sorprendida. Sus ojos me parecían conocidos y no fue hasta segundos después que la reconocí.
"Eres tú Mera... en verdad... eres tú..." Susurro Lily. Una chica vecina de mis abuelos, con la cual jugábamos cuando niños, y la cual se veía bastante interesada en mi hermano y viceversa.
"Sí... soy yo... Pero que haces aquí, con esta lluvia, ven pasa a casa." Dije recuperando mis modales. Ella asintió nerviosa y pasó. Al verla mis abuelos se pusieron de pie de inmediato.
"Lily, cariño que sucede... porque has venido a estas horas y en estas condiciones."
"Señora Lena, mi abuela... mi abuela me solicitó que viniera a verla, ha empeorado su condición y dijo que sólo usted podría ayudarla a mejorar." La muchacha se veía demasiado preocupada, a tal punto que casi rompe en llanto al momento de explicar lo que pasaba.
"Yo... buscaré de inmediato eso para poder ayudarla." Dijo mi abuela y me sorprendió la palabra eso. Que era eso. Entró corriendo a la cocina y buscó entre sus cosas. Parecía una pequeña aguja y una pequeña botella como esas que tienen en los hospitales para sacarte sangre.
Fue en ese momento que comprendí lo que intentaba hacer mi abuela. Corrí hacia ella y esta se sorprendió al verme, por lo visto no notó que la seguí.
"Qué estás haciendo... esto es eso que le das para que mejore."
"Cariño..."
"Su sangre es como un medicamento Mera. Ella puede ayudar y sanar cualquier cosa, pero sólo dura por un corto período de tiempo. Mi abuela y la tuya...han hecho esto por alrededor de un año."
Miré a Lily y luego a mi abuela, por sus palabras podía deducir que ella sabía de la existencia de lo sobrenatural. Y que de un modo u otro mi abuela era un tipo de sanadora en el pueblo. Me preguntaba cuantas personas más lo sabrían.
"Abuela, tú no estás bien de salud tampoco. No tienes que hacer esto." Dije con seriedad y noté la angustia en los ojos de Lily.
"No hay nadie más... sólo yo puedo ayudarla... aunque no sea vampira, mi sangre la ayuda temporalmente." Dijo mi abuela con tristeza en los ojos y se pasó una idea por mi mente. Ella sólo tenía el gen sin despertar y podía lograr eso, como sería si yo que era vampira y bruja pudiese darle mi sangre.
"Déjame hacerlo a mi. Soy vampira completa, puedo ayudarla..." Dije intentando tomar la aguja pero ella me detuvo.
"Eres híbrida cariño, no sabemos como pueda afectarle la mezcla en tu ser."
"Y quieres que le pidamos a Alex que lo haga. Abue yo sé que..."
"Yo lo haré... Escuché lo que decían. Si hay una forma de ayudar y que salga bien, lo haré." La voz de mi hermano apareció de la nada en la puerta. Por unos segundos vi un brillo en la mirada de ambos chicos pero luego ambos desviaron sus ojos a otro lado. Por lo visto ni el tiempo ni la separación había borrado sus sentimientos por el otro.
"Hijo tú..."
"Estoy bien abuela, fue sólo un efecto por el cambio. Pero ya estoy bien, dame eso. Les daré mi sangre."
Mi hermano tomó la aguja y el frasco y se inyectó en la vena del antebrazo. La sangre brotó de golpe y llenó en pocos segundos el frasco. No entendía como o porque podíamos tener sangre en las venas y la única idea que se me venía a la mente era la sangre que bebíamos que se fusionaba con nuestro sistema... Aunque quizás le preguntara a Jon, para asegurarme.
"Ten, esto... debería ayudar a tu abuela." Dijo Alex, tendiéndole el frasco a Lily. Esta lo recibió con timidez y asintió. Se despidió con un gesto y se dispuso a irse cuando se me ocurrió una idea.
"Alex... afuera hay mucha lluvia y está ya muy oscuro. Porque no acompañas Lily a su casa, así evitamos que le pase algo a ella o al frasco. Su abuela lo necesita y creo que hasta ella se sentiría más tranquila si sabe que llegó acompañada."
Al escucharme decir eso, noté como el corazón de Lily se aceleraba por la vergüenza. Mi hermano titubeó un poco y luego se dispuso a seguir a la chica.
Sonreí ante tal movimiento que hice para que se acercaran. Quizás eso le haría bien a mi hermano, después de tanta cosa mala o verdad que acababa de descubrir.
"Y qué tu ahora te crees cupido." Dijo mi abuelo molestándome y los tres comenzamos a reír.
"Gracias por intentar ayudar cariño. Y lo siento...Pero hasta que no tengamos claridad..."
"Tranquila abuela, lo comprendo. Ahora, será mejor que descansen. Si mal no recuerdo la Señora Leo, es un poco conversadora y al ver a Lily llegar acompañada no dejará a mi hermano por al menos una hora." Dije riéndome. Ellos sonrieron y se despidieron de mi.
Salí de la habitación de mis abuelos y me dispuse a ir a la mía cuando mi teléfono vibró por un mensaje. Según recordaba había desconectado todo...
Y al verlo era un mensaje de texto. Al ver que no respondía por el internet, Cris me escribió un mensaje de texto. Eliminé la notificación y me fui a la cama. No quería pensar demasiado ni ver lo que me escribió. Estaba cansada y mañana sería un día totalmente agotador en todos los sentidos.
No dejaría que ese arrogante chico me ganara o me superara. Daría todo de mi, para cumplir y superar la expectativas para ver como se decepcionaba al subestimarme.
Ya lo vería.